Capítulo 19

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- ¿Entonces vienes en 15? - pregunté algo agobiado
- Si tranquilo, estaba en el café así que estoy relativamente cerca. - dijo Meg apurada.
- Suerte afuera, cuidate - Finalice

Volví a mi habitación para encontrar todo vacío. Me dirigí al baño, para ver una Joy cambiada con mi ropa, que le quedaba algo grande, arrodillada frente a la secadora.
Intenté distraerme de la situación, pensando en los usos tan contrarios pero iguales que había tenido esa secadora hoy. Era algo muy contradictorio que un mismo lavado y secado tengan dos emociones tan distintas de por medio.

- Meg ya viene - dije mientras me apoyaba en el marco de la puerta del baño.
Escuché un pequeño sonido brotar seco de su garganta, un breve "Mmh" que me marcaba que había escuchado.
- ¿Estás bien? - pregunté acercandome, pensando en lo estúpido que había sido al preguntar eso; claro que no estaba bien Bon, la acaban de engañar.
- No - respondió. - ¿Tú?
- No estoy enojado por lo que hiciste antes. - pausé.- Solo si preguntabas por eso.
- Perdóname - susurró, y pude notar que estaba siendo sincera. Estaba muy arrepentida si no dejaba de pedirme perdón.
- Ya te dije que esta bien boba - me senté cerca suyo - pero si te reconforta, me ayudó a aclarar algunas cosas
- ¿A qué te refieres? -preguntó
- Me dijo alguien que solo hace falta un beso para asegurarte de si amas a alguien o no - dije - Ayer comprobé que es verdad- miré a la secadora. La ropa parecía seguir empapada
- ¿Entonces? - siguió, mirándome directamente a los ojos.

Le devolví la mirada. Sus ojos rojos, irreconocibles.

-Te amo Joy, pero como una hermana pequeña, no de forma romántica.
- Perdón por eso que dije en el restaurante también… La verdad es que Meg y tú son la única familia que realmente tengo.
- Sé que lo que dijiste sobre nosotros no es verdad. - suspiré - Yo también dije cosas  que no debería… Meg y yo ya sabemos como te pones cuando te enamoras, y admito que estaba actuando demasiado protector, Meg me lo dijo y no la escuché... No sabes lo preocupada que estaba en el teléfono
- Tendré que pedirle perdón a ella también…Qué desastre de día. - suspiró. Entendí el sentimiento.- Por cierto, ¿A qué te referías cuando dijiste eso de ayer? ¿Qué pasó ayer? - parecía un evidente cambio de tema, pero si necesita distraerse, estaba bien por mí.
- La misma persona que me dijo lo del beso.  Pasamos el día juntos y anoche nos besamos... -sonreí ante la memoria- Sentí que se me cayó un peso enorme de la espalda
- Bon, que hermoso... ¿Qué pasó después?
-Descubrí que lo amo. - dije mirándola con una leve sonrisa. No quise ser insensible, mostrando mi alegría frente a su roto corazón, pero no pude evitarlo.
- ¿Quién es? ¿Meg ya sabe? - preguntó
- No no, ¡Todavía no! ¡Pasó ayer Joy no tuve tiempo! Y ni tu ni Meg lo conocen aún pero ya hablamos de él antes. - dije sin despegar la mirada.
- ¿Un chico?

Pausé. Tenía miedo de admitirlo en primer lugar, pero sentía que si no lo decía, no era más que un mentiroso, y Bonnie no merecía que le traicione. Sea lo que seamos en estos momentos, mis sentimientos por él estaban ahí, y deseaba ser fieles a ellos.

-Sí… es mi vecino
- Ya... no quiero ser entrometida pero... ¿Eres Bisexual o algo? - preguntó
- No sé, ¿Acaso importa? - respondí, mirando a la secadora. Esa misma pregunta me la había hecho mil veces, pero siempre llegaba a la misma conclusión- Por ahora lo único que sé es que quiero estar con él.
- Ya entiendo porque Fred te odiaba. -comentó riendo irónicamente, volviendo a su vista anterior, mirando su ropa girar continuamente. - Quizás tendría que haberme percatado de que eso era una bandera roja. - rió irónicamente

Asentí, comprendiendo. Pero por el momento, otra cosa estaba rondando por mi mente.

- ¿Y tú? - pregunté
- ¿Yo qué? - cuestionó de vuelta
- ¿Tú me odias ahora? - cuestioné nervioso, jugando con mis manos en mis rodillas
- Nunca podría. - dijo sonriendo, sin perder la tristeza clavada en tu rostro - Supongo que ahora que lo dices todo se vuelve más lógico… Meg me dijo que últimamente te veías muy feliz.

En ese entonces nos callamos, viendo la secadora por más de 3 minutos hasta que el primer ciclo terminó.

Luego sonó el timbre.

Llegó Meg, preocupada y agitada. Tenía pinta de que había estado corriendo pero vi el remis en la ventana, así que supuse que simplemente era la angustia. Puse las cosas de la rubia en una bolsa mientras Meg la analizaba, los ojos de una amiga-madre viendo a su niña con el corazón roto. Cuándo terminé le dí la bolsa, y supimos que era tiempo de decir retirarnos. Los tres nos abrazamos, sin decir demasiado. Abrí la puerta y las acompañe hasta el remis. Meg me dijo que le harían espacio en su casa. Sabía que estaría bien allí, y estaba seguro que Meg tendría mejores ideas sobre qué hacer con respecto a su ropa que yo, y podría relajarse más con ella. Joy se despidió con una especie de sonrisa que no se comparaba con la real, dejándome con un sabor amargo, y tras agradecerme por recibirla, se subió al auto.
En ese entonces cerré la puerta más tranquilo. Sabíamos que todo estaba perdonado, y si bien tendríamos que tener una seria charla, eso podía esperar para después.

Por ahora, quería saber qué ocurría con el Pelimorado con esta lluvia tan intensa

"Bonnie, ¿Ya llegaste? Al final nunca me avisaste."
"¿Estás bien? ¿Necesitas paraguas?"

"Pensé que estabas ocupado."

"¿Ocupado? Pense que habias dicho que tenías una sorpresa que mostrarme."
"Estaba esperando a que llegaras"

"Llegué, pero al parecer tenías companía para entretenerte."

- ¿Qué? - pregunte al aire. Las palabras se escapan solas de mi boca

"¿De qué hablas?"

"No lo sé Bon"
"Pensé que ese beso había sido algo, pero al parecer me equivoque."

Tecleé hilando hilos lo más rápido posible, tratando de aclararlo todo

"¿Hablas de Joy? No sé que sabes o que crees pero no paso nada"
"Ella solo vino porque su novio le engaño y necesitaba alguien allí para acompañarla"

"Bon, yo los vi besarse"
"Ya no importa lo que dijimos a la mañana, es claro que tenía razón."
"Todavía sientes algo por ella, no eres gay, lo entiendo ya me pasó antes. sí lo entiendes entonces listo, ya no me necesitas."

"¡Bonnie el beso no significó nada!"
"Tu mismo me dices que no quieres que nada cambie si no estoy seguro, y que me crees, pero luego actúas así de terco conmigo."

"Comienzo a pensar que tú eres el que no está seguro."

"¿Sabes que? Tienes razón. El beso no fue nada, y yo mismo te dije que no quería que nada cambie."
"No necesitas excusarte."
"Solo olvídate de mí por un tiempo, y con suerte, podremos ser buenos vecinos"

- ¡No, no, no! - susurré en deseperación mientras tecleaba

"Bonnie, te juro que SU beso no fue nada. ¿El nuestro? Ese si fue real, estoy seguro de ello."
"Solo di que tú tambien lo piensas. Di que me crees"

No recibí respuesta. Pasaron 5 minutos, y seguí esperando.

"Bonnie, te lo digo de verdad, responde."

No recibi respuesta

"Bonnie por favor, tienes que responder, por favor hablemos esto por la ventana, ¿si?"

Abrí mi ventana. Su cortina estaba cerrada. Su balcón estaba cerrado.
La lluvia mojaba mi cabeza.
No recibí respuesta

"Bonnie de verdad yo no la quería besar."

Yo seguía con la cabeza fuera de la ventana. No me importaba si mi celular se rompía, si mi pelo se ensuciaba, o si me agarraba un resfriado; necesitaba que salga
Necesitaba una respuesta, solo una respuesta.

"Bonnie, porfavor respondeme."

Observé la pantalla titilar con mis respuestas, observé el tiempo pasar y escuche el segundero de mi reloj marcar que todavía no respondias.

El tiempo pasaba y no pasaba nada; te había perdido, me odiabas, y ya no vería más esa bonita letra cursiva.
No me perdería en tus ojos mirando las mil estrellas que había en el cielo.
A la mierda esas estrellas, ¡no las quería ver si no era contigo!

Me importaba tan poco contarlas, solo quería contar las de tus ojos. ¡Quería una maldita respuesta!

Solo una, no pedía demasiado.
Solo un mensaje me bastaba.
Me bastaba un avión de papel de esos de colores que enviaste aquella vez en el balcón, y me bastaba tan solo verte una vez más y rozar tus labios con los míos, para convencerte de lo que sentía.
Me bastabas solo tú, y nada más que tú.

Por eso rogaba que respondieras... por favor.
Trataba desesperadamente de buscarte, buscar algo, encontrar algo, aferrarme a algo ¡Lo que sea!
Allí estaba tú, tras la ventana, creía que allí estabas ¡Sabía que lo estabas!

Pero, la habitación estaba vacía...
Todo se mantenía silencioso, lento... solo una lenta melodía proyectada por las gotas golpeando mi rostro, escondiendo las lágrimas que desbordaban de las ventanas de mi alma, como si estuviera inundado. Las gotas en mi ventana, y el tick del reloj.

Sabía que no vendrías, y era tan malditamente egoísta pensar que lo harías… Era incluso egoísta estar pensando en lo que yo sentía, y no en tu dolor. Pensar que yo era un narrador  poco confiable, que no entendía lo que sucedía en tu mundo. Saber que tú no vivías para mí, y no podías cargar con mi dolor y mis dudas. No eras quién para rescatarme. No merecía pensar en tí como eso, no era nada más bajo que usarte.
Yo era tan... yo, y alguien así no te merecía, no merecía nada... Ni una respuesta.

No tenía respuestas para nada.

No sabía porque estaba en este mundo, no sabía mí propósito, ni mi motivación.

Me despegué de la ventana, caminando lento hasta el baño, cerrando la puerta tras de mi.

Me acerqué al lavabo, inevitablemente levantando la vista hacia el espejo, desviando mi mirada hacia abajo.

Vi la afeitadora que había comprado hace solo una semana.
Me sentí tentado a agarrarla.

Sin embargo no pude hacerlo. En cambio, miré aquel jabón morado, robado directamente de cierta casa vecina, comprado puramente por motivos estéticos. Le atraía su color radioactivo.

Lo acerqué a mi nariz, tratando de sentir una esencia familiar

- Huele horrible - dije con una pequeña risa, aún con las mejillas empapadas

No podía lastimarme con una navaja como antes… Ya no pensaba en el dolor como una alternativa, como una expresión. No podía volver a pensar en los cortes como un alivio, como una prueba de que estar vivo, de que había un mayor dolor. No podíalo porque no era el mismo. No podía porque reconocía que todo lo que pensaba antes era estúpido, falso. Era una mentira que me decía para lidiar con todo cuándo no sabía cómo, y esas abrumantes emociones eran ciertas, pero el punzante dolor no se acercaba al que conocía ahora. La sangre no era más fuerte que mis lágrimas, y mi debilidad no más importante que mi vida, y aquella secadora, la ducha, las tazas sucias en el lavabo de la cocina y ese estúpido jabon lo sabían... eran testigos.

Me llené de aquel olor a jabón feo otra vez, y me lavé la cara, sintiéndome mejor. Respire, lento y seguro, como Meg me había dicho que haga hace un tiempo. Conté los azulejos en mi baño, y los segundos que pasaban hasta llegar a 100. Después solo me senté en la secadora, sin tener el valor para ir a mi habitación y ver aquella ventana.
Al fin y al cabo seguía siendo un cobarde.

Al fin y al cabo... seguía siendo yo.


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hola! Jazzy al habla!

Primero lo primero; Los amo; ay es que me muero, y si no lo hago seguro me matan por lo que acabo de publicar jajaja ;-;
Pero bueno en sí quería agradecerles por tanto apoyo; nunca espere que me recibieran esta kk tan bien la vdd! Cada comentario y corazón me hacen el día y cuando agregan la historia a sus listas de lectura siento que me voy a desmayar :'O
En otras noticias estoy teniendo problemas con las ediciones (por eso esta y las dos anteriores siguen sin corregir) YYY para responder comentarios, así que solo responderé lo que la app clera me deje :C

Así que sin nada más que decir les aviso que estén preparados para el próximo capítulo que saldrá cuando menos se lo esperen xD/

Sta fue Jazzy
Later! 🙋

(jazzy del futuro piensa que jazzy del pasado daba cringe. Dou)

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