Busca y no destruyas

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Luego del último desafío, la mayoría debía admitir que la resistencia que tenía Alejandro ante las torturas era impresionante, a un punto que incluso llegaban a admirar de un modo extraño, pero positivo.

Claro, en el programa nada dura, y esta ocasión acabó una vez llegó la hora de dormir, teniendo que presenciar la inquietante escena del nuevo durmiendo con los ojos abiertos mientras hablaba en lo que parecía una lengua perdida.

Algunos, si bien estaban perturbados, pudieron conciliar el sueño eventualmente, pero otros no tenían tanta suerte, como era el caso de Harold, quien tuvo que salir a tomar aire unos segundos en un desesperado intento de relajarse.

A su vez, el frío en el aire le ayudaba a pensar con mayor claridad, insitandole a la hora de escribir sobre el diario de uno de sus compañeros, cada vez siendo más fácil el imitar su caligrafía sobre las hojas. 

Cuando escuchó un ruido tras él, no tardó en esconderlo, de forma demasiado repentina para disimular que algo malo estaba haciendo, pero para su suerte solo trataba de Duncan, que tampoco había podido conciliar el sueño.

—¿Alejandro aún no termina de invocar al diablo?

—Bueno, ¿Sientes que te estan invocando?—Se sentó a un lado del pelirrojo, sin recibir una respuesta inmediata al chiste y suponiendo por eso mismo que acababa de meter la pata.— Perdón, no soy gracioso, ¿Qué estabas haciendo?

—Nada tan importante, cosas del juego y ya. —Le restó importancia al asunto, aunque de todos modos debería comunicarlo en alguna instancia.— ¿Qué tan probable es que Cody le diga a Noah si intento chantajearlo?

—¿Con lo unidos que lucen últimamente? Lo daría por hecho.

—Lo suponía, debí usarlo antes... —Asintió con la cabeza antes de apoyarla sobre el hombro de Duncan, con una calma en su voz que delataba que aún tenía un plan consigo.— Bueno, no es caso perdido, aún puedo hacer algo con él, pero tendré que escribir otra carta.

—¿Otra carta?

—Cierto, tú no estabas con nosotros el día que Gwen se fué. —Soltó una risa cuando recordó como el pánico de la situación terminó por romper a la pobre joven.— Larga historia, no te preocupes por ello.

Duncan se sorprendía en ocasiones de que, si ya de por si Harold y Courtney le parecían cuestionables antes de unirse a ellos, ahora que era su aliado se enteraba de cosas que jamás hubiera siquiera sospechado; se alegraba de nunca haberlos tenido en su contra.

A la mañana siguiente, al no ser llamados inmediatamente para el desafío, los campistas decidieron matar el tiempo con variadas actividades, desde Heather ayudando a Katie con su peinado tras despertar con un cabello completamente rebelde aquel día, a Courtney discutiendo con Sierra por motivos que ni ellas recordaban, simplemente siendo ambas demasiado conflictivas para tolerarse.

Por obvios motivos, la mayoría de hombres seguia durmiendo en un intento desesperado de recuperarse de la pésima noche que habían pasado, pero había otro par que se forzaba así mismo a despertar, como era el caso de Noah quien se lanzó al agua congelada de la playa, siendo efectivamente, lo suficiente para activarlo.

Cody por su parte, si bien le siguió con la intención de tomar aire fresco, solo se quedó observando desde el muelle, preguntándose cómo demonios alguien podía tener tanta energía; lo habitual, pero con la mínima diferencia de que había olvidado su característico suéter en la cabaña.

—Oyeeee Codyyyy... —Noah llamó su atención.— ¿No quieres nadar? ¿Sabes nadar? Yo no sabía, pero tuve que aprender porque una vez casi me ahogo, y si me ahogo pierdo la vida, y no me gusta perder... —Empezó con su parloteo, mientras su acompañante solo negaba con la cabeza.

—No tengo mi traje de baño aquí, y no quiero despertar a DJ cuando vaya a buscarlo... —Soltó una risa cuando Noah le miró confundido, sabiendo perfectamente las otras opciones en su mente.— No me sentiría cómodo bañándome desnudo y no quiero arruinar mi ropa, pero me basta con verte nadar, es divertido.

—¡Oh, entiendo, no te preocupes! —Asintió con su cabeza antes de seguir con lo suyo, respetando la decisión y dejándolo simplemente relajarse ahí.

Quien no respetaba tanto a Cody era otra persona; Sierra, quien aprovechó apenas notó la falta de su suéter para inmiscuirse a la cabaña de los hombres y robarlo, esforzándose lo más posible porque nadie se diera cuenta de ello, al menos no inmediatamente.

Todos estaban tan agotados que siquiera sospecharon de aquel robo.

Había soñado con arrebatarselo de un golpe y lucirlo como un trofeo, pero el dejarlo angustiarse ante la repentina desapareción podía ser aún más divertido a largo plazo, y además, podría conservarlo de ese modo.

Lo escondió debajo de su cama, aprovechando que las demás chicas habían terminado por reunirse afuera, esperando que le causará tanta angustia como fuera posible en el próximo desafío.

Este no tardó en llegar, y una vez todos estuvieron reunidos frente al escenario, la curiosa escena de Hatchet con un traje de pirata les llamó la atención, pero fue opacada a los segundos cuando ambos internos aparecieron disfrazados de loros, ganándose las risas de todos.

—Muy bien, gusanos, les tengo excelentes noticias, ahora oficialmente está cada uno de ustedes por su cuenta, ¡Felicidades! —El presentador dió aquella información que a muchos, les alivió y a otros, solo les hizo deprimirse.

Algunas personas siquiera disimularon antes de ir a juntarse con sus amigos de otros equipos, parloteando tal y como si no se hubieran visto en años.

Sorprendentemente, el anfitrión les permitió aquello, mientras se dedicaba a buscar una solución para su propio problema.

—Los productores dijeron que presentará con voz de pirata, pero no pienso humillarme así. —Le entregó el montón de papeles a sus asistentes, quienes le miraron totalmente derrotados.— Presenten ustedes con voz de loro mientras traigo los cofres, sera suficiente para divertir a la audiencia.

No les dió tiempo para responder antes de ir a ello, con los dos jóvenes mirándose entre si, humillados pero lejos de estar sorprendidos.

—¡Argh, marinos, bienvenidos al nuevo desafío de-! —Blaineley tosió por lo difícil que era hacer esa voz chillona, teniendo que ser relevada por su compañero.

—¡El desafío de hoy es una completa aventura! —Chris se sentía humillado en ese papel, claro, pero uno nunca sabía cuando un productor podía fijarse en su persona por algo tan raro como la interpretación de un ave.— El día de hoy nos adentraremos en una clásica búsqueda del tesoro, pero con nuestras variantes, porque aquí no pecamos de básicos.

Hatchet terminó de ordenar los cofres sobre el escenario, confundiendo bastante a los presentes.

—En lugar de buscar cofres, tendrán que buscar llaves para abrirlos, podrían llevarse un buen premio, o simplemente una decepción, pero si se niegan a buscar, serán eliminados. —El presentador volvió a tomar el liderazgo, sacando un balde lleno de pistas y haciendo señales para que se acercaran.— Ahora, acerquense y esperen suerte, porque uno de estos cofres les dará la preciada inmunidad que muchos necesitan.

Uno por uno, los participantes fueron sacando sus pistas, ninguna resultando realmente alentadora.

—¿Qué se supone que es esto? —Sierra frunció el entrecejo al ver su pista, sabiendo que si quería ganar, tendría que someterse a lo que fuera.

—El tanque séptico de los baños, que afortunada. —Hatchet soltó una carcajada ante la molesta reacción de la jóven.— Espero que sepas aguantar la respiración.

Al menos tenía de consuelo el hecho de que Cody había obtenido la pista de una represa de castores, y definitivamente no saldría ileso aquel día.

—Tienen hasta las seis para volver aquí con sus llaves y recibir sus recompensas, buena suerte, ¡Ahora largo de aquí! —Apenas dió la señal, todos fueron corriendo a cumplir sus desafíos, después de todo, la inmunidad era algo que no podían darse el lujo de perder.

***

—Se que es algo tonto, pero cuando fuí a buscar mi suéter no lo encontré por ningún lado, es raro... —Cody estaba más preocupado de lo que querría por ello, era importante para él, sin embargo, se esforzó por ser positivo y enfocarse en el desafío.— Bueno, de todos modos tengo cosas más importantes que enfocarme, estaré bien.

***

—La situación ha sido complicada, ahora estamos todos por nuestra cuenta, pero se que estoy en peligro... —Trent empezaba a realmente preocuparse por su propia situación, golpeando el piso con su zapato nueve veces en un intento de relajarse.— No pierdo la esperanza de una alianza pero como están las cosas...

***

—Esto será tan fácil, ahora seré conocido como el súper detective Noah. —El joven estaba confiado en aquel desafío, a pesar de que no entendía que demonios significaba su pista y olvidó preguntar en el momento por estar distraído, pero confiaba en poder lograrlo.

—Será súper deficiente. —Katie le dió un pequeño empujón antes de ir a buscar su propia llave, un poco brusco, pero era la forma en la que se llevaban ambos a ese punto.— ¡Buena suerte!

—¿Siempre se tratan así? —Cody preguntó con genuina curiosidad, tenía un historial largo con gente que le trataba brusco, pero definitivamente ninguno había sido con motivos amistosos.

—Ah, si, creo que sería raro de otro modo la verdad.

—Bueno, me alegra que sea porque se llevan bien. —Cody sonrió brevemente hasta que vió a Sierra a lo lejos; incluso si apenas habían cruzado diálogos, le era bastante fácil asimilar que no le agradaba ni un poco, y en cierta parte, le asustaba por lo agresiva que resultaba.

Noah por su lado era despistado, muchísimo, pero no podía evitar fijarse en lo afligido que lucía su amigo.

—Oye, Cody, ¿Está todo bien? —A duras penas no le sujetó de los hombros para sacudirlo, intentando cumplir su palabra de darle el espacio.— Sabes que si necesitas ayuda, puedes decirme.

—Estoy bien, es algo que debo resolver yo mismo, creo...—Serenó con una sonrisa nerviosa antes de divisar a lo lejos una represa de castores, separando así ambos sus caminos hasta sus respectivas pruebas.

Por un momento dejó de prestarle atención al resto de problemas para enfocarse en salir vivo de eso.

En otra parte, había un caso bastante particular, dónde las amenazas del camino ponían más nervioso al participante que el mismísimo reto, después de todo, DJ estaba completamente aterrado de los conejitos y aves del sendero a la cueva del oso que tendría que enfrentar.

Cuando entró a esta, incluso se sintió aliviado al ver que el enorme animal era el único, y además estaba dormido, así que tuvo la confianza de acercarse de forma poco cuidadosa y quitarle la llave con relativa felicidad.

Lamentablemente, la criatura abrió los ojos en ese momento, quedando frente a frente con el ladrón de su tesoro, quien en un intento de escapar atinó a intentar cantar una de las canciones de cuna de su mamá.

—A dormir, a dormir, a dormir mi bebitoooo... —Intentó ser lo menos desafinado posible, sin mucho éxito, pero logrando que el sueño del animal aumentará y terminará por volver a acomodarse a dormir, agarrándolo a él como un peluche de abrazar en el proceso.

Ahora tenía la llave, pero tendría que pensar como escapar.

***

—Estuve horas atrapado con ese bicho, y ahora huelo terrible por su culpa. —DJ se quejó frente a la cámara, limpiando un poco el pelo que se pegaba en toda su ropa. —Bueno, honestamente pude salir antes, pero por culpa de Alejandro estaba muriendo de sueño, y el lugar no era tan incómodo...

Definitivamente su experiencia más extraña hasta el momento había sido dormir abrazado a un oso, pero al menos fue una buena siesta.

***

Courtney había aprendido mucho en su vida, insistiendo con que la calle era la mejor de las escuelas; lamentablemente está nunca le enseñó el como atravesar un camino de hiedra venenosa, e incluso cuando luchó por quitarla de en medio y esquivarla, la suerte no le acompañaba, terminando por tropezar y caer sobre esta.

Aún así, era testaruda, por lo que terminó con todo el cuerpo afectado, con lugares que siquiera querría mencionar picandole, pero la llave en su mano.

Había otro par de personas que meditaba mucho más sus jugadas, como era el caso de Lindsay, que si bien era una pésima atleta, tenía conocimiento de sobra para que estos le sirvieran de algo en el desafío y sacar las avispas del panal que tanto necesitaba, prendiendo una fogata para que el humo se encargara de ahuyentarlas pasado el tiempo.

Luego de ello se sentó lo suficientemente lejos para no ser atacada por los insectos cuando volarán lejos, esperando bastante aburrida, con solo los quejidos de Sierra buscando en el tanque séptico acompañandola.

O eso hasta que Alejandro apareció repentinamente sentado a su lado, cubierto de marcas de mordidas e incluso sangre recorriendole por el rostro, el cual era adornado por la misma sonrisa de siempre.

—¿No te hiciste daño en tu desafío? Las picaduras de avispas pueden ser un problema si eres alérgica . —Habló de la nada, con Lindsay recién percatandose de su presencia en ese instante y encontrándose la terrorífica imagen frente a ella, aguantando un chillido.— Es una causa de muerte bastante frecuente en algunos países, espero que no sea tu hora aún, eres una niña muy joven.

—Si no me equivoco, solo eres un año mayor que yo... —Lindsay ladeó la cabeza mientras procesaba el discurso.

—Uno y medio. —Corrigió como si fuera la gran diferencia, soltando un pesado suspiro luego de ello.— Estas en la flor de la vida, aún recuerdo cuando tenía tu edad, mi abuela no paraba de felicitarme, pero era un poco incómodo leer tantas veces lo mismo por la Ouija.

—Tienes historias muy extrañas... —No quería juzgarlo, pero era inevitable cuestionarse que clase de vida llevaba aquel sujeto.— ¿Tan mal estuvo tu desafío? Quizá deberías visitar a Izzy.

—Oh, está bien, no es la primera vez que lidio con mapaches enojados. —Intentó calmar la situación, antes de pasar a lo importante.— La verdad es que te buscaba por otro motivo.

—¿Si? ¿Por qué? —Dejó de lado el libro que usaba para matar el tiempo, genuinamente curiosa de como alguien como ella podría ayudar a Alejandro.

—Con Sierra tuvimos la oportunidad de conocer a los eliminados, hablé bastante con Tyler y me dijo que te enviaba esto. —Sacó una carta cuidadosamente guardada de su bolsillo, la cual, debía decir que tenía curiosidad de ver, así que no se fué inmediatamente para poder curiosear.

—¿Quién es Tyler? —Lindsay dudó bastante, antes de abrir la tarjeta, encontrando un montón de dibujos extraños con corazones y calaveras, cosa que solo le confundió más a falta de letras.

—Uh, cabello castaño, algo deprimente, le tenía miedo a los pollos... —Intentó describirlo de alguna manera, sin lograr dar con alguna característica que despertara recuerdo en la rubia, por lo que decidió imitarlo.— Pido un minuto de silencio para mi corazón, que está muerto...

—¡Ah, él, si! Pensé que se llamaba Taylor. —Observó unos momentos más los extraños dibujos, bastante confundida, pero suponiendo que no era nada malo al menos.— ¿Pudiste conocer a Justin? ¿Cómo está?

—Ah, tuve la dicha, creo que congeniamos estupendamente hasta que le propuse enseñarle a realizar taxidermias. —Recordó algo apenado el horror con el que le miraron por aquella sugerencia.— Solo digo, esa ave hubiera sido una pieza excepcional, pero al parecer presenta una conexión bastante fuerte con las criaturas.

—Dime algo que no sepa. —Soltó con una risa, cosa que Alejandro tomó literal de todos modos.

—Debido a la elasticidad de nuestra piel, tendrías que rotar tres veces la cabeza de una persona para decapitarla. —Se esforzó por dar un dato interesante, presintiendo que fue un error cuando la rubia lo miró descolocada.

—Bueno, eso no lo sabia. —Sonrió finalmente, bastante impresionada.— ¿Sabías que los koalas orinan, defecan y se reproducen en el mismo orificio?

—No tenía idea. —Ambos terminaron sonriendo, lo suficientemente emocionados para empezar con un intercambio de cuestionables datos curiosos mientras se desarrollaba el resto del desafío.

***

—Resulta que Alejandro es de hecho bastante agradable, algo raro, pero empiezo a creer que todos los amigos que logro hacer son raros de todos modos, excepto Heather. —Lindsay soltó una risa, recordando las extrañas anécdotas del adverso.— Dijo que me enseñaría a usar la ouija si yo le enseñaba cálculo diferencial, será interesante.

***

Había gente que la fortuna ese día estaba lejos de acompañarle, como era el caso de Heather, con su llave estando en la punta de la montaña más alta de la isla, en la cima de un árbol igualmente enorme que estaba ahí, teniendo varias horas donde su única diversión era hablar sola, reflexionar sobre su propio desempeño y rezar porque no hicieran un extraño drama en el tiempo que ella no estuviese presente.

Eso último era demasiado pedir con Harold siendo uno de los participantes, quien honestamente estaba preparado para muchas cosas, pero el tener que sujetarse a una cuerda de dudosa calidad para alcanzar la llave, con la caída de varios metros al vacío si se soltaba, definitivamente no era algo alentador.

Cuando al fin tenía la llave en mano, escuchó un repentino grito con su nombre, por el cual por poco termina resbalando de la impresión, quedando sujeto simplemente con sus piernas por unos segundos.

—¿¡No te han dicho que no debes interrumpir a la gente en riesgo de muerte!? —Se acomodó nuevamente para ver a Courtney, acto seguido, sujetó la llave con su boca para volver a tierra firme lo más rápido posible.— Te ves terrible, ¿Qué carajos te pasó?

—Ni me lo recuerdes, siento comezón en partes que siquiera sabía que existían. —Bufó la mujer, con el remedio que le había dado Izzy aún sin hacer un efecto completo.— Me dijiste que te avisará cuando termine, y aquí estoy, ¿Qué tienes en esa mente de psicopatin?

—No es nada tan malo, no para nosotros. —La verdad, sabía que sería una táctica de lo más cuestionable, pero no era nada nuevo teniendo en cuenta la trayectoria que tenía en su competencia.— ¿Dónde está Duncan?

—Una serpiente lo mordió, quizá ya murió... —Soltó con una carcajada, la cual solo se incrementó cuando vió que el mencionado se acercaba, con un rostro acabado luego de tanto pelearse con aquel animal.— ¿Qué pasó muñeco? ¿Nunca luchaste con una víbora antes?

—¿¡Por qué tendría que hacerlo!? —Genuinamente, nunca terminaría de entender a Courtney.— Como sea, tengo la llave, y un antídoto al veneno que espero que funcione, ¿Qué es lo que necesitas que hagamos?

—No mucho, solo necesito que entregues tú la carta, será más fácil que acceda de ese modo. —Harold arregló su cabello mientras comenzaba a volver a las cabañas para buscar todo lo necesario.— Courtney, tú solo vigila, no quiero que nadie me interrumpa mientras negocio.

—¿Por qué alguien que no quiere hablar contigo accedería si se lo dices por carta? —Courtney cuestionó, bastante interesada por lo que quiera que fuese a pasar.

—Porque no será de mi parte obviamente. —Mientras se acercaban a las cabañas, pudo observar a Lindsay a lo lejos hablando con Alejandro, pero ambos parecían tan entretenidos en su retorcida charla que siquiera les prestaron atención, entrando sin problema al dormitorio de los hombres.

Harold rebuscó un par de cosas que tenía escondidas, finalmente entregándole la carta a Duncan, a la vez que sostenía un diario.

—Debo decir, que mi imitación de Cody es cada día más impresionante. —Sonrió, con los contrarios mirándose entre si, tratando de descifrar por dónde se iba encaminando el tema.

—¿Es una carta de amor? ¿Una de odio? ¿Una orden para ir al veterinario? —Courtney soltó una risa al preveer el drama que se formaría con toda aquella situación.— Como sea, solo ve a dársela al niño perro de una vez.

—Oh, no, no es para Noah. —Intervino a tiempo, con ambos volviendo a descolocarse al no ser la opción más obvia.— Es una propuesta de alianza, dásela a Trent.

Nuevamente el par restante volvió a mirarse entre si, era sorprendente lo impredecible que resultaba Harold incluso cuando llevaban tanto tiempo trabajando juntos.

***

—A veces pienso en Harold, y digo que ojalá en lugar de actor, fuera un abogado, no tendría que preocuparme de la cárcel nunca más. —Courtney soltó una risa, quizá se confiaba un poco de más en ocasiones, pero le resultaba inevitable.— Aunque falsificaría documentos, así que puede que sea mejor como actor...

***

La situación de Trent era complicada, tanto en el reto como en la competencia en general, pero al menos y luego de múltiples intentos, finalmente había logrado tomar la llave que colgaba del cuello de un alce, para nada amigable y que a ese punto ya la tenía en contra de todos ellos.

—Mierda... —Masculló mientras intentaba recuperarse de su última caída, con la llave en mano, adornada de su propia sangre gracias a todos los raspones que se llevó en ese reto.

Cuando se levantó para buscar algo de ayuda en enfermería, sin prestar demasiada atención, terminó chocando contra Duncan, descolocandose bastante por lo repentina que fue su aparición.

—¿Estás bien? —Preguntó Duncan como si la respuesta no fuera completamente obvia, incluso ganandose una mirada bastante irritada del ajeno por esta misma.— Lo lamento, es obvio que no estás bien.

—Que listo, te felicito. —Ya a ese punto no se esforzó en ocultar lo fastidiado que se sentía, empezando a alejarse en un inicio, pero siendo detenido por la mano contraria en su hombro.— Ugh ¿Qué quieres?

—Lo lamento, no quiero ser inoportuno, es solo que Cody me dijo que te diera esto... —Le entregó la carta, haciendo dudar bastante a Trent antes de abrirla, e incluso dudando bastante a la hora de creer lo que decía, por más legítima que luciera.— Dijo que no demores mucho, no quiere que Noah se entere, y sabes lo complicado que es quitárselo de encima...

—Esto es extraño... —Dudó por unos segundos, volviendo a leerlo un par de veces, sin poder creerlo, pero con todo en esta misma indicando su veracidad, llevándolo a nuevamente empezar a caminar, pero esta vez en la dirección que indicaba la carta.

No tenía mucho que perder a ese punto. 

Cuando llegó, se sentó en uno de los troncos cortados que solían adornar el lugar, esperando impaciente por ver de qué trataba toda aquella repentina propuesta.

Fue tomado por sorpresa cuando repentinamente sintió dos manos cubriendo sus ojos, con una voz burlona realizando una mala imitación de Cody entre risas.

—¿Quién soy? —Harold continuó riendo incluso cuando apartaron sus manos con brusquedad, con un Trent sumamente molesto levantándose ya dispuesto a retirarse.

—¿Qué pretendes ahora? Me hiciste perder el tiempo con esta tontería.

—Oww, no pongas esa cara, te vas a arrugar prematuramente. —Soltó una risa a la vez que sujetaba con fuerza la manga de su abrigo para que no se retirará.— Estás tan solo, completamente en riesgo, y eso es triste...

—¿Me trajiste aquí para burlarte de mi? Eso es patético hasta para ti, Harold.

—Te traje aquí por una propuesta. —Sacó de su bolsillo un diario, el cual captó rápidamente la mirada de Trent, tan confundido como intrigado.— Una propuesta que involucra a Cody, de hecho.

—Explicate. —Tomó el diario entre sus manos, echando una rápida mirada al interior de este, encontrando la prolija caligrafía de aquel jóven por todos lados; recordaba que lo había perdido hace tiempo, pero pensó que todo había acabado con Beth siendo la culpable.— ¿Cómo conseguiste esto?

—¿Eso importa? —Recuperó el diario unos segundos para buscar la página que le interesaba, volviendo a entregársela al adverso.— Lo que importa es que aquí tienes la información que necesitas para desviar la atención en cualquier momento.

—Muy bien, admito que es impresionante. —Leyó con una repentina sonrisa las palabras plasmadas en el papel, pensando en las posibilidades.— Pero no estoy seguro de que un chantaje funcione a este punto del juego...

—No es chantaje lo que tienes que hacer Trent, tienes que hacerlo público. —La naturalidad con la que hablaba de esas cosas le causó un desagradable escalofrío al adverso, quien tampoco tardó demasiado en volver a mostrarse molesto.

—Harold, no se que piensas de mi, pero no soy tan imbécil para ir a exponerme de ese modo, podrían irse contra Cody, pero también contra el supuesto desalmado que robó su diario. —Empezó a retirarse, siendo nuevamente detenido por el joven, enojandolo aún más.— Ya te dije, no voy a quedar como el malo gratuitamente, es la peor opción en estos juegos.

— Pero es tu única opción a este punto. —Sonrió cuando notó su mirada confundida, había algo en ver abatido a Trent que era aún más placentero que en la mayoría.— Honestamente, pudieron comprarte tu teatro de ser un hombre agradable cuando llegaste, ¿Pero a este punto? Por favor, todos sabemos el asco de persona que eres, y si has llegado hasta aquí, es porque la atención se la termina llevando alguien más.

— Tú tampoco eres una blanca paloma para que me juzgues tanto.

—No te juzgo por ser cuestionable, te juzgo por la forma tan terrible en la que jugaste tus cartas. —La burlona risita de Harold le empezaba a taladrar la cabeza a ese punto.— No tienes a nadie de tu lado, y ninguna característica lo suficientemente llamativa para que distraiga del maldito que eres, así que tendrás que trabajar con ello.

—Eso no es...

—¿Eso no es cierto? Trent, menciona a una sola persona que no estaría dispuesta a votar por ti. —El silencio de varios segundos fue la respuesta que necesitaba.— Todos saben que eres un sujeto horrible, y por más que intentes ganarte la simpatía de alguien, todos seguirán sabiendolo... Tú única opción es apegarte a ese papel y causar el conflicto suficiente para seguir desviando la atención.

El arma más peligrosa de Trent siempre fueron las palabras, y el quedarse sin estás le estaba haciendo sentir desesperado, ¿La peor parte? Harold tenía la razón.

—¿Qué propones? —Terminó por dejar la negación, abierto a escucharle, incluso cuando sabía lo peligroso que podía resultar ya a ese punto.

—Toma el diario, puedes hacer quedar mal a Cody frente a todos, no es tan complicado... —Palmeó su espalda como si de un simple perro más se tratase.— Yo, Duncan y Courtney votaremos por él si lo haces, y estoy seguro de que también podrías contar con Sierra y tu propio voto, quizá el resto sea más complicado, pero me encargué de escribir un par de tonterías sobre la gente de aquí, así que seguro alguien caerá.

—Mierda... —Maldijó mientras seguía hojeando aquel diario, con las crueles anotaciones de cada uno dándole incluso a él un mal sabor de boca.— Definitivamente lo odiarian por esto... —Por un momento, no pudo evitar sentir lastima, con la escena que se formaría siendo una clara imagen en su mente.

Había hecho muchas cosas horribles a ese punto, y era conciente de ello, pero aquello de algún modo le estaba haciendo cuestionar si realmente tenía un límite.

—Te dejaré el diario como un regalito, aprovéchalo. —Harold finalmente dió por terminada la conversación, observando divertido el como el otro se cuestionaba; en el peor de los casos, simplemente lo incriminaría de robo.

—Solo vete de una vez.

Trent sabía que estaba perdido, pero no a ese punto.

***

—Harold no es más que un tarado, no tiene idea de lo que dice... —Lo primero que hizo Trent al terminar con todo aquello fue ir a quejarse al confesionario, golpeteando con su dedo en la madera nueve veces en busca de calmarse un poco.— Se cree demasiado por ese par de idiotas que trae como perros guardianes, siquiera es tan listo... ¡Tengo muchas buenas características!

Aún si lo decía en voz alta para convencerse así mismo, no lograba pensar en ninguna, demasiado saturado con la pregunta de cómo debía actuar.

***

Katie luchó bastante por conseguir la llave, especialmente porque al nadar cerca de esta, terminaba distrayendose con tonterías como algún pez extraño o situaciones como la vez que encontró un delfín, al cual persiguió para golpear después de recordar las palabras de Lindsay hace unos desafíos.

Aún así y luego de horas, finalmente consiguió la llave, yendo a buscar a Noah antes de siquiera considerar el secarse, necesitaba presumir sus aventuras marinas.

—¡Oye Noah, mira lo que tengo! —Su emoción se apagó cuando notó el extraño reto de su amigo, teniendo que atravesar un montón de cuerdas enredadas para llegar a la llave; aunque habían un par de caminos donde pasar sería más sencillo, conociendo al joven, simplemente ignoró estos y se metió por donde fuera.

Ahora estaba ahí, colgado de cabeza mientras se retorcía.

—¡Genial! —Respondió mientras permanecía enredado, pero sonriéndole mientras levantaba ambos pulgares.

Se retorció un poco más para escapar de estás nuevamente e ir donde su amiga, quien buscaba como resolver aquel obstáculo, con el mismo tipo de ideas poco convencionales que tenía su amigo.

—Eres débil Noah, te falta aprender piruetas. —Negó con su cabeza mientras rebuscaba en su cabeza alguna idea.— ¿Y si las rompes con los dientes?

—Ya lo intenté, es imposible y saben asqueroso. —Ambos volvieron a guardar silencio unos segundos, antes de finalmente pensar en la misma cosa.— ¡Hay que quemar las cuerdas!

—¡Si, si! ¿Cómo encendemos fuego? Quizá Courtney me preste su encendedor...

—¡Lindsay me enseñó a hacer un iniciador de fuego, hay que usar ambos!

—¡Si, vamos a quemar cosas! —Ambos se tomaron de la mano emocionados mientras daban pequeños saltitos por algo tan desastroso como lo podría ser una explosión.

Era obvio que eso terminaría siendo catastrófico.

***

En el confesionario Katie y Noah estaban sentados, junto al encendedor que por suerte les fue concedido, ambos sonriendo mientras veían la llama.

Eso fue todo.

***

En un lugar mucho más alejado, DJ estaba despertando de su siesta, notando la llave en su mano y como el oso ahora estaba entretenido organizando un montón de cosas que tenía en un costado de la cueva; era una oportunidad perfecta para irse, pero su curiosidad le ganó, acercándose a ver.

—¿¡Esas son mis calcetas!? ¡Sabía que no las había perdido yo! —Se cruzó de brazos bastante molesto, llamando la atención del animal que se volteó a verlo con un rostro enojado y gruñendo.— No, no, no, no me vengas a gruñir, no eres un conejito para que me asustes, y por tu culpa estuve echándole la culpa a Tyler hasta que se fue.

Sabía que podía ser aterrador cuando quería, pero nunca imaginó que el oso dejaría de gruñir para empezar a repentinamente lloriquear.

—No seas llorón, ya eres un oso adulto para no asumir tu culpa. —Negó con la cabeza mientras empezaba a revisar más de cerca, encontrando varias cosas perdidas de distintos campistas.— De todos modos puedes quedarte con todo esto, la mayoría son de gente que ya se fue...— Desde el delineador barato de Tyler, hasta el costoso par de aretes de Leshawna, la colección era inmensa.

El oso agachó su cabeza, ganándose la lastima de DJ ante la patética imagen, suavizando su postura y sentándose a su lado un momento, no creía que lo fuera a atacar luego de literalmente haber dormido una siesta abrazados.

—Oye, está bien, debes aburrirte mucho aquí solo, yo también me siento así, pero no por eso vas a robarle cosas al resto... —Acarició algo dudoso la cabeza del oso cuando la apoyó en su regazo.— Pensé que estaría acostumbrado a estar solo porque nunca tuve muchos amigos, pero ahora me di cuenta que nunca estuve del todo solo, porque mis madres siempre me acompañaron, asi que ahora las extraño mucho... — Se sinceró, sabiendo que no podían responderle, pero ayudándole como un simple desahogo.

Por eso cuando escuchó una repentina voz humana casi suelta un grito del susto.

—¿Estás hablando con un oso...? —Heather estaba en la entrada de la cueva, observando hace un rato, con su atención habiendo sido captada por la voz ajena mientras caminaba cerca, tras por fin haber bajado la montaña.

—No es algo que nadie tenga porque saber... —No supo que más responderle, con el rostro completamente sonrojado de la vergüenza que le daba la repentina situación.

—No te preocupes por ello, ¿Quieres que te acompañe de vuelta o quieres quedarte un rato más hablando con tu amigo?

— Vete tranquila, necesito un momento. —Honestamente, no podría verla al rostro por unos días por la vergüenza que sentía en esos momentos.

El tiempo avanzaba y con ello, pocos participantes quedaban sin alcanzar aún su llave, siendo algunos desafíos especialmente complicados para las capacidades de estos mismos.

Cody tenía muchas cosas en mente, las cuales siquiera al huir de los castores enojados le dejaban en paz, y sin duda, lo hacían aún más complicado.

—¿Sigues sin encontrar tu llave? En verdad está competencia está mal si has llegado hasta aquí. —La voz de Sierra le tomó desprevenido, casi haciéndolo caer con ello.— Deja de hacer el ridículo en este programa y rindete de una vez.

Cody simplemente le ignoró, intentando concentrarse en el desafío, cada vez más cerca de la llave y rezando porque los castores no despertaran a atacarlo nuevamente.

—Ya no hay equipos, y sin que Noah haga todo por tí, tienes los días contados. —Continuó hablando al no recibir respuesta, tanto para herirlo como para distraerlo, acercándose a la presa de igual forma.— Eres débil, Cody.

Las palabras resultaban cada vez más complicadas de ignorar, y aún así, se mantuvo sin respuestas para ella, logrando finalmente tomar la llave en su mano.

Esto solo molestó más a Sierra, que dió una brusca pisada sobre el montón de madera, empezando a impactar este varias veces para intentar despertar a los castores.

—¡Deja de hacer eso, Sierra! —Finalmente le dió una respuesta, intentando estabilizarse para volver a tierra firme.— ¿¡Qué tienes en contra de mi!?

—¡Para empezar, esa voz tan irritante! —Sonrió cuando por fin le dieron una respuesta, continuando con los bruscos movimientos.— Estás hasta aquí por mero favoritismo, siquiera tiene sentido que te hayan aceptado.

—¿Crees que soy el favorito? —Cody se quedó mirando extrañado antes de soltar una risa, cosa que descolocó a la mujer.— Nunca he sido el favorito de nadie, preguntale a mis padres... Y si realmente esa es la razón por la que sigo aquí, me alegra de todos modos.

A diferencia de como en un inicio de la competencia se hubiera ocultado de ella lo más posible y siquiera atrevido a dirigirle la palabra, ahora, incluso si la joven le parecía aterradora a Cody, confiaba lo suficiente en que se había esforzado y podía sentirse orgulloso de si mismo.

Sierra tenía mil insultos guardados, incluso golpes, pero fueron interrumpidos cuando un repentino sonido de explosión se escuchó, despertando a los castores totalmente molestos. 

Ambos jóvenes se quedaron mirando, pero Cody no tardó en aprovechar de huir cuando los furiosos animales se abalanzaron contra Sierra, negándose a arriesgarse y ser el próximo.

***

—¿Lo ven? ¡Me atacaron a mi y no a Cody por una razón, estoy segura de que algo pasa! —Una Sierra con el cabello completamente despeinado y expresión molesta se cruzaba de brazos en el confesionario.— Algunos de esos malditos incluso me masticaron el cabello, ¿¡Qué pasa con estos animales!?

De todos modos, nunca le preocupó demasiado la apariencia.

***

Finalmente llegó la hora acordada, con todos los jóvenes volviendo al punto acordado, suplicando porque el contenido de su cofre valiera la pena el esfuerzo.

—¡Veo que todos sobrevivieron y consiguieron sus llaves, felicidades gusanos! —Hatchet felicitó a los agotados jóvenes, sin los internos cerca al estos encontrarse intentando arreglar el desastre que Katie y Noah realizaron en el bosque.

—¿Qué demonios te pasó? —Courtney ahogó una risa mientras veía a Sierra.— Parece que te asaltaron.

—Es culpa de Cody. —Respondió, bastante molesta, aunque realmente aquella mujer era de los pocos concursantes que no detestaba completamente.— ¿No te parecería bien que votaramos por él?

—No lo creo, estábamos pensando en votar por Trent. —Elevó la voz adrede para que este les escuchara, deleitándose al verlo tensarse repentinamente.

Había estado debatiendo a sus adentros desde que tuvo el diario en sus manos, con cierta parte de él diciéndole que no llegaría al punto de una humillación pública.

Sin embargo y con la situación, sintió ese mínimo apice de piedad quebrarse dentro suyo, interrumpiendo justo antes de que fueran a abrir los cofres.

—¡Esperen un momento! —Trent alzó la voz, sabiendo que con ello había terminado de sellar su destino.— El desafío de hoy fue de búsqueda, y debo decir que encontré cosas mucho más interesantes que una llave... —Sacó de su bolsillo aquel diario, con la mayoría mirando confundidos, pero Cody palideciendo en ese mismo instante.

—¿Va a interrumpir el desafío por una tontería así? —DJ se quejó, sin tener idea de que trataba.

—Se ve que será algo vil e innecesariamente dramático... —El anfitrión sonrió ante el asunto.— Lo permito, prosigue.

—Creo que todos aquí conocemos a Cody Anderson, ¿Pero sabían de su hermano? Es un buen sujeto, tanto que sobornó a la producción para que lo dejarán competir con nosotros... —Incluso si en un inicio se llegó a sentir mal por hacerle eso al joven, una vez empezaba a hablar en esas situaciones, sentía que perdía el control sobre él mismo.— ¿Quién sabe que tantos beneficios tenga?

—Fue solo la admisión, he competido justamente desde que llegué aquí. —Cody finalmente alzó la voz, con las miradas de todos sobre él tras haber confirmado aquello.— Se que fue terrible, pero...

—Ah, eso no es lo peor, ¿Por qué no nos cuentas todo lo que has escrito de nosotros? Dile de frente a Heather y Noah el como solo los quieres para seguir avanzando. —Eso último causó aún más impacto en los presentes, y la sorpresa también incluyó a Cody, confundido.

—¿De qué estás hablando? ¡Yo nunca escribí nada de eso!

—¿Lo niegas? Pero si está todo aquí... —Mostró las hojas frente a todos, causando aún más revuelo.— Debe ser duro de procesar para ustedes, pero si quieren ver el resto de cosas que dice estaré encantado de...

—¡Cody nunca escribiría eso, estás mintiendo! —Incluso si le ponían la supuesta evidencia en frente, Noah se negó a caer en ello, totalmente enojado por lo que estaban haciéndole pasar a su amigo.

—Tiene razón, no tengo idea de que habrás hecho, pero estoy segura de que Cody no haría eso. —Heather también se mantuvo firme con su postura, aunque para el resto solo lucía como una obvia negación de parte de ambos.— Todos sabemos la clase de manipulador que eres, Trent.

—Claro, y se reconocer a los míos, así que lo de Cody no me sorprende tanto como querría. —Trent lanzó el diario hacia Sierra para evitar que se abalanzaran sobre él, con la mujer sin tardar en empezar a avivar más esa llama.

Aún así, no fue suficiente, mientras Cody intentaba calmar a la mayoría de personas molestas, aquel par más cercano al afectado no dejaba de mirar con desprecio al causante.

Noah terminó por abalanzarse de forma violenta sobre el adverso, dando inicio a una pelea que definitivamente iba a subir los ratings hasta las nubes; por eso mismo, el anfitrión la dejó fluir por un rato.

***

—Se que todo se salió de las manos, y ahora me veo como una persona horrible, pero es por la competencia al final del día... —Trent forzó un intento de sonrisa confiada, aunque pasada la adrenalina del momento, no podía evitar sentir un nudo en el estómago.— Vale la pena por ganar, tengo que ganar luego de esto...

Nunca pensó que se estaría cuestionando tanto así mismo.

***

—Yo quiero mucho a Noah, pero es un tonto y no me sorprenden que se niegue a creer la situación. —Katie negó con su cabeza, bastante indignada por las cosas que decían sobre ella y todas personas que apreciaba.— No permitiré que mi amigo esté con alguien así de cruel.

***

—A mí me da igual todo el chisme, quiero que saquen a Alejandro porque no me deja dormir, o a Sierra porque se comió el pan que me correspondía en el desayuno. —DJ como siempre no se involucró a fondo, con objetivos mucho más claros. — ¿Por qué los trajeron a ellos y no a alguien antiguo como Geoff?

***

Finalmente luego de un minuto, Hatchet les terminó tirando agua con una manguera para separarlos a ambos.

—Muy bien, basta de peleas, vengan a abrir sus cofres. —Sonrió mientras todos se ordenaban, obviamente incómodos, y esperando que mínimo el contenido de sus cofres valiera la pena. 

En casos como Lindsay, tuvieron la fortuna de obtener algo de su agrado como un montón de libros empolvados, y otros como Duncan la mala suerte de algo tan miserable como una bolsa de papitas.

—¿Esto es en serio? Siquiera me gustan estas cosas. —Bufó molesto el joven, sintiendo que repentinamente le arrebataban su recompensa.

—¡Para mí entonces! A mí solo me tocó una tostadora.—Courtney se dispuso a intentar abrirlas, con la bolsa siendo arrebatada inmediatamente por su compañero.— ¡Oye, dijiste que no te gustaban!

—¿¡Y qué!? ¡Me las gané peleando con una serpiente! —Intentaron arrebatarselas nuevamente, dando paso a una tonta pelea por la bolsa, a la cual por suerte, nadie le prestó atención.

Todos estaban demasiado ocupados lamentándose por sus premios.

—¿Para que se supone que usaré un acordeón? —Katie observó confundida su premio.— ¿Alguien quiere cambiar esta basura?

— Supongo que podré vender esto o algo... —DJ miró extrañado un vestido sobrecargado de detalles, bastante feo si se lo preguntaban a él.

—¿Un perfume? Que lindo, creo... —Heather sabía que no valía la pena, pero quería ser lo suficientemente positiva para no llorar de frustración en esos momentos.— Al menos dice que puede cubrir cualquier olor... —Notó a Sierra a lo lejos, y el como probablemente le vendría bien aquella ayuda; por otro lado, esa mujer le sacaba de quicio, dejándose llevar y simplemente escondiendo en un bolsillo su premio.

—Encantador... —Harold suspiró cuando solo recibió una nota con las palabras "Felicidades por intentarlo" escritas en ella.

Al menos Alejandro y Sierra habían recibido algo, con una taza y una lámpara respectivamente, aunque ninguno parecía realmente emocionado con ellos.

—Un lápiz, vaya... —Cody observó su premio, bastante afligido ahora que sabía que no tendría inmunidad.

—¿¡Un collar de perro, es en serio!? —Se quejó Noah, bastante indignado por el premio, seguro de que todo aquello fue planeado para burlarse de él.

Para empeorar aún más la situación, llegó el momento de que Trent reclamara su premio, ganando definitivamente el mejor de estos, alzando su pase de inmunidad apenas lo tuvo en las manos.

—Que suerte, ¿No les parece? —Se ganó la molesta mirada de gran parte de los presentes, sin ganarse otro golpe de Noah solo porque Hatchet los tenía amenazados con la manguera.

—Espero que estén felices con sus tesoros, porque ahora tendrán que ir a buscar a alguien por quien votar. —El anfitrión dió por terminado aquel reto, con todos bastante tensos y pensando en como podían manejar esa situación.

***

—Considero que todo fue genial, odian a Cody, pero también ahora todos saben de primera mano el asco que es Trent, dudo que lo olviden pronto, especialmente Heather y Noah. —Harold limaba sus uñas tranquilamente en el confesionario, bastante confiado en la votación de esa noche.— Como sea, uno se va, a otro no le queda mucho tiempo, y yo estoy a salvo, ¡Todos felices! 

***

—Toda está situación es completamente sospechosa y voy a llegar al fondo de lo que esté pasando. —Heather estaba más frustrada que nunca en aquel confesionario, siquiera molestandose en disimular.— Si Cody pagó o no, realmente me tiene sin cuidado, ¡Pero él jamás diría esas cosas de nosotros! Solo tengo que intentar abrirle los ojos al resto.

***

El resto del día se hizo corto, con un grupo de personas intentando desviar los votos, incluyendo al mismo Cody que explicaba su versión de los hechos como podía.

Por otro lado, estaban los que avivaban más la llama contra este, dando resultados bastante mixtos.

Lamentablemente el paso del tiempo es inevitable, y todos terminaron alrededor de la fogata en la primera votación sin un equipo de por medio que tenían, y con la característica tensión siendo más agobiante que nunca. 

—Se ve que tuvieron un pequeño problemita hace no mucho, ¿No es así? —El presentador se burló, encantado con la masacrada expresión de cada uno de los campistas.— Ya saben cómo es esto, si no reciben un malvavisco, están fuera... ¡Ah, pero esta vez no tenemos! ¿Así que por qué no vemos los votos de cada uno?

—¡No pueden hacer eso! —Se quejó Katie.— Se supone que eso es privado.

—¿Y a mí qué? Hoy fue un día de ventilar la privacidad de todos ustedes. —Los internos llevaron una pantalla hasta el lugar, dando paso a grabaciones de cada uno de ellos.

***

—¡Trent es un imbécil, obviamente Cody jamás escribió algo así y lo sabe! ¡Se merece todos los votos del mundo! —Noah estaba escribiendo bastante molesto sobre aquel papel.— Ah, no puedo votar por Trent... Votaré por Sierra porque es mala... ¡Pero ya verás, Trent, acabaré contigo!

***

—No me importa lo que hayan dicho de mi, honestamente, mi voto es para Alejandro. —DJ no le dió demasiadas vueltas al asunto, escribiendo su voto y dejandolo en la caja.— No es mala persona, pero necesito dormir.

***

—Queria encargarme yo misma de sacar a Cody, pero no puedo dejar pasar la oportunidad, así que... —Sierra depositó su voto con una sonrisa, bastante contenta por todo lo que estaba sucediendo.— ¡Adiós dientes chuecos, te irá mejor en el bote!

***

—Cody no es un mal chico, es una pena, pero así es el juego... —Harold no dijo mucho más mientras votaba por el joven, le daba lastima, pero no tenía remordimiento.— Aunque admito que fue una escena divertida.

***

Una por una, las cintas fueron reproduciéndose, y si bien, Alejandro y Sierra se llevaron un par de votos, Cody terminó superandolos.

—Lo lamento, niño, te tocará hacer las maletas.— Hatchet se encogió de hombros.— ¿Últimas palabras para esta gente?

—Solo para aclarar las cosas, nunca escribí nada así de ustedes, y tengo mi conciencia limpia al respeto. —Cody se levantó, bastante deprimido por la forma en que terminó todo, dirigiéndose a su cabaña junto a Heather y Noah, quienes no tardaron en seguirlo para ayudarle con sus cosas y apoyarlo.

Aún así, no fueron los únicos que fueron al muelle de la vergüenza, la mayoría observando solo por si algo interesante ocurría, como buenos chismosos que eran.

—No he podido encontrar mi abrigo, ¿Puedo dejarles eso encargado? —Cody estuvo buscando al menos media hora, y aunque le afligía, confiaba en que Heather y Noah le ayudarían con ello.— Es muy importante para mí...

—Te lo devolveremos apenas te veamos... —Prometió Noah, intentando aguantar las ganas de chillar por la partida de su amigo.— Vamos a seguir viéndonos, no es pregunta, es aviso.

—Eres un gran chico, me alegra haberte conocido. —Heather abrazó a Cody con cariño, segura de que nunca le había correspondido con tanta fuerza como hasta ese entonces.—Te aseguro que voy a hacer caer a Trent y su montón de mentiras.

—¡Te voy a extrañar tanto, esto no es justo! —Noah de igual manera se abrazó al joven, finalmente lloriqueando.

—Estoy ansioso por volver a verlos a ambos. —Cody finalmente se separó, dejando sus cosas en el bote, ya más recuperado de la inicial sensación de tristeza, y conmovido con el cariño que se había ganado.— Nunca creí llegar tan lejos, a decir verdad, estoy bastante felíz de como salieron las cosas, dentro de todo...

Finalmente Cody fue a subir al bote de los perdedores, sin embargo se detuvo en el último minuto, reuniendo ese mismo valor del que habló para volver hacia Noah, tomarle de la camiseta y atraerlo hacia un breve beso sobre sus labios.

Nadie pareció sorprenderse además de ellos mismos.

—Y gracias por todo, Noah... —Susurró con el rostro completamente acalorado por la vergüenza, pero una tonta sonrisa en sus labios; aún así, se veía menos ridículo que la expresión del adverso, completamente sonrojado y descolocado.— Nos vemos pronto...

Noah tardó un poco en reaccionar, asintiendo con su cabeza mientras Cody terminaba de subirse al bote, ahora sí, retirándose con una sonrisa.

—¡Te voy a llamaaaar! —Gritó Noah apenas salió del trance, sacándole una risita al contrario, quien se despedía con su mano.

—¡No tengo celular, escríbeme!

—¡Ganaré y te compraré uno! —Finalizó con los gritos y continuó despidiéndose con su mano hasta que el bote ya no se divisaba por la distancia.

Tras un acalorado drama, Cody terminó fuera de la competencia, pero la tensión está más fuerte que nunca y amenazando con causar estragos entre los jugadores, ¿Qué conflictos nuevos surgirán y atormentaran a los participantes? ¿Será Trent capaz de sobrellevar su nueva forma de jugar o terminará tocando fondo? ¿El oso dejará de robarle cosas a los campistas? Puede ser, pero para eso y más solo queda seguir sintonizando.

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