Cazadores y venados

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Si bien, Cody estaba preocupado desde que notó la desaparición de su diario, ya con el pasar del tiempo y tras el incidente con Gwen, el tema apenas lo dejaba dormir, pues definitivamente alguien lo tenía en sus manos.

Tenía cosas ahí, desde incluso antes de entrar en aquel juego, y la sola idea de que alguien tuviera acceso tan fácil a su vida personal le estaba enfermando.

Especialmente por cierto escrito que podría poner a los demás en su contra.

Sentado solo sobre el césped, se sentía como hace unos meses, solo y sin tener idea de cómo actuar o tomar el control de su propia vida. Se suponía que quería demostrar que podía lograr algo, ¿Pero realmente podía?

Por su parte, Beth tenía pensado inicialmente devolver el diario luego de un rato, sin embargo, resultaba tan divertido leerlo y burlarse de las palabras adversas en el proceso, que no pudo aguantar la tentación de quedarse con este más tiempo.

Además, con la misteriosa carta que alborotó las cosas, no había tenido la oportunidad de usar ninguno de esos interesantes secretos en contra del chico, y realmente sería una pena desperdiciar esa mina de oro.

Detestaba la distribución que había en los equipos, especialmente cuando pasaba tiempo con Harold, quien parecía tan impresionado por sus cuestionables actos que le hacía pensar lo divertido que hubiera sido estar con él para formar una alianza.

—¿En verdad Cody hizo eso? Bueno, podría ser un motivo para sacarlo. —Tras el más reciente descubrimiento, Harold estaba más impresionado de lo que hubiese esperado, y de algún modo, quería guardar ese conocimiento para él en un futuro.— No deberías decirle al resto, no aún, ¿Y si intentas chantajearlo a cambio de tu silencio?

—Lo se, voy a aprovechar de que ahora es mucho más fácil encontrarlo solo. —Se rió de solo imaginar la cara de pánico en el rostro de Cody.— Lo voy a tener a mis órdenes.

La sonrisa de Harold de amplió al escuchar eso, aunque su motivación era genuina, estaba lejos de ser la que mujer querría.

— Ah, eres tan lista. —Volvió a halagarla, como hacía regularmente en esas reuniones. No culpaba a Beth porque le gustarán tanto los elogios, el podía pecar de lo mismo, pero era divertido que pareciera dejar toda sospecha de lado por algo así de banal.— Deberías aprovechar durante el desafío, no le dejaras tiempo para pensar y accederá sin dudarlo.

—Dalo por hecho. —Sonrió, aún más confiada en aquel plan, sin siquiera considerar el riesgo de este mismo.— Luego de eso, todo será pan comido.

***

—Harold está súper enamorado de mi, no lo culpo. —Para Beth, era la explicación lógica de todo y la que mejor le hacía sentirse.— Y si, bueno, es muy lindo, pero estoy con Brady... Ah, los hombres y su manía de desear lo que no pueden tener.

***

—Beth, bueno... —Harold se limó las uñas, observandolas unos segundos antes de seguir hablando.—Es una niña que cree que puede gobernar con el miedo a los demás, como lo hacía en su escuelita. Definitivamente su fecha de partida está a la vuelta de la esquina, hay que aprovecharla mientras siga aquí.

Sabía que podría alargar su vida útil si buscaba un plan, pero honestamente no le agradaba lo suficiente para ello.

***

A diferencia de otras ocasiones donde usaban los altavoces para convocarlos, está vez, el presentador hizo una entrada a la que nadie quedó indiferente, llegando en un helicóptero, y bajando de este con un salto, cayendo con un paracaídas.

Esto aterró a los presentes pensando que tenían ante ellos el indicio de su próximo reto.

No obstante, las cosas se pusieron confusas cuando los internos aterrizaron el helicóptero, bajando ambos vestidos como un par de venados.

—¡El desafío de hoy será de sus favoritos; uno de supervivencia! —Soltó una risa cuando los escuchó quejándose al respecto, adoraba verlos sufriendo desde temprano en la mañana.— Vamos a ir en un viaje de cacería, así que espero que tengan sus reflejos bien atentos, los necesitaran.

—¿Vamos a ganar puntos por matar animales? Cuestionable. —Leshawna se encogió de hombros, no era algo que le fuera a pesar demasiado en la conciencia de cualquier modo.—Bueno, no hay de otra...

—¿No haremos esa mierda, cierto? ¡Sería injusto! Solo tendrían que sentar a Justin y dispararle a todo lo que se acercase. —Reclamó Courtney, totalmente indignada por la obvia ventaja que tendrían en ese caso.

—Se dispararán entre ustedes, desquiciados. —El presentador respondió, aunque se dió cuenta que no especificar solo lo hacía ver peor, con varias personas mirando con horror y listos para retirarse.— Con pintura, enfermos, no tengo licencia para dejar que se maten entre si. —Suspiró pesadamente cuando escuchó a algunos quejarse de ello, pensando en como parecían un montón de niños tontos.— Vamos al bosque, ahí les terminaré de explicar.

Cuando todos empezaron a caminar, le disparó a uno de sus internos, pues también había sido parte de los chistositos quejándose.

Al llegar a aquel lugar, vieron que las pistolas de paintball eran menores al número de participantes, por lo que empezaron a suponer que no todos tendrían un papel de atacante en aquella situación, dándole más sentido a los disfraces de los asistentes.

—¡Yo quiero disparar, yo quiero! —Noah alzó la voz, bastante animado por la idea de poder jugar con aquel arma de mentira.— Por favor, necesito satironina.

—Se dice serotonina. Es una de las normalmente conocidas como hormonas de la felicidad junto a las endorfinas, dopamina y oxitocina.—Lindsay le corrigió y aprovechó de sobreexplicar. Noah solo asintió con su cabeza, aunque siquiera le prestó atención a su propia pronunciación.

Hasta recién no sabía que era serotonina, pero las veces que lo escuchó le causó gracia.

—Los papeles ya están repartidos, silencio. — Calló el presentador, sacando una lista llena de los nombres de aquellos participantes.— Courtney, Duncan, Eva, ustedes van a cazar por su equipo.

Courtney no evitó celebrar ante la noticia, quizá de forma demasiado exagerada, aunque luego de unos segundos y viendo los compañeros que le tocaron, su motivación se apagó.

—¿¡Duncan y Eva!? ¡Estos sujetos no matarían a una mosca! —Se quejó, mientras sacudía a Eva de los hombros, al ser la que tenía más cerca.

—¿Por qué mataría una mosca para empezar? —Le respondió apenas la mujer, apartandose como podía de su agarre.— Está bien, no hay que alterarnos tampoco...

—Claro, no es como que no podamos manejar armas de pintura... —A pesar de que era un intento de calmar al resto de sus compañeros, la voz de Duncan estuvo lejos de sonar segura en aquella frase.

Courtney retrocedió un par de pasos hacia el resto de su equipo, inclinándose hacía Harold para poder murmurar sin que los oyera el resto.

—¿Tienes algo pensado, Bambi? Dime qué tienes algo pensado. —Suplicó, sin estar segura de cuando pasó de pelearle en todo a seguir sus planes ciegamente.

—No te preocupes por ello, enfócate en disparar y enseñarles a esos dos como hacerlo.

Ambos fijaron su mirada en el otro par de elegidos y el como parecían siquiera estar seguros de como tomar aquel arma en sus manos, soltando un suspiro pesado y lejos de cualquier tipo de esperanza.

—Topos Gritones, ustedes serán representados por Heather, Cody, Trent y Katie. —Les lanzó a cada uno de los mencionados aquellas armas.— También les daremos unos lentes protectores y gorras de camuflaje a todos ustedes, aunque no ayudarán de nada.

Justin suspiró de alivio al no tener que ser responsable de una de estas, aunque la idea de que le dispararán tampoco le emocionaba.

—Muy bien, entiendo ahora el porque te vestiste así, las armas, incluso los disfraces de los internos, ¿Pero por qué saltar en paracaídas? —Katie cuestionó al anfitrión, quien no parecía muy feliz al respecto, recibiendo un balazo de la pintura de este.

—¿Qué un hombre no puede hacer buenas entradas sin motivo? —No era la primera vez que esa joven le llevaba la contraria, definitivamente estaba lejos de ser su favorita.— El resto de ustedes serán venados, con astas, narices y colitas blancas.— Esta vez, las quejas le hicieron reír, lanzando el equipamiento a los jóvenes restantes, uno por uno.— Y ni piensen en quitárselas, o quedarán automaticamente descalificados.

***

—¡Esto es ridículo, no soy un venado! ¿Los venados aullan acaso? ¡Claro que no! —Noah se quejó ante la cámara, probablemente más molesto de lo que nunca se había visto en el programa.— Esto es contra la naturaleza, como decía Gwen, pecado, antinatural, demoniaco... Si que tenía buenas frases.

***

Una vez todos tuvieron el equipamiento sobre ellos, fue aún más obvia la suerte que habían tenido los cazadores por el simple hecho de no tener que llevar aquel ridículo disfraz, con incluso algunos aguantando la risa a duras penas.

Bueno, Courtney siquiera se esforzó, burlándose en la cara del montón de venados.

—¡Venados, tienen una ventaja de media hora, no pierdan el tiempo! —El anfitrión dió por iniciado el juego, con todos ellos adentrandose al bosque a paso rápido, dividiéndose naturalmente en ambos equipos. Definitivamente iban a necesitar estar con sus sentidos lo más atentos posibles.

El silencio estaba lejos de estar presente con los Topos Gritones, pues desde que empezaron a adentrarse en el bosque y alguien preguntó un dato tonto de los venados, Lindsay creyó que era buena idea aprovechar de hablar de estos. Beth había decidido quedarse más atrás que ellos, así que tampoco estaba para callarla como era habitual.

Además, esos últimos días apenas había podido convivir con Justin como en un inicio llegaban a hacerlo, así que poder pasar tiempo juntos nuevamente le alegraba a ambos.

—Los venados tienen la agudeza visual cinco veces mejor que los humanos, la verdad los envidio bastante. —Lindsay comentó con una risa mientras acomodaba sus gafas.— En cambio, yo tengo miopía por genética, no sirvo para este papel.

—Bueno, creo que vas a interpretarlo mejor que otros. —Justin apuntó a Noah más adelante, que claramente estaba incómodo con el disfraz. Ambos soltaron una inevitable risa, aunque pareció que este se lo tomó bastante personal, frunciendo el entrecejo.

—Esto debería ser ilegal o algo. —Negó con su cabeza, parando unos momentos para estirar su cuerpo, preparándose para el desafío.— No se ustedes, pero yo me largo. —Y tras ello, se fue corriendo tan rápido que apenas y si pudieron procesarlo.

No hablaron hasta que escucharon un aullido a lo lejos, definitivamente no iba a renunciar nunca a ese papel.

—¿Crees que nos encuentren muy fácil, Justin?

—Uh, es probable, pero al menos tenemos ventaja numérica y... —Paró en seco cuando sintió que sujetaban la cola de su disfraz, volteando para ver a un grupo de cervatillos detrás de él.

Intentaron seguir caminando un poco más rápido, sin embargo, e incluso cuando empezaron a correr, el grupo de criaturas estaba enfocado en perseguirlos.

—¡Creo que piensan que eres su mamá o algo así! —Comentó Lindsay, no muy sorprendida a este punto con la extraña relación que había empezado a formar Justin con los animales del lugar.— ¿Puedes hacer que se vayan?

—¡Creeme, no sé cómo sacarme a ningún animal de encima! —Por más que acelerarán los pasos, los pequeños venados parecían más rápido que ellos, siendo imposible dejarlos atrás.

Si de por si iba a ser fácil encontrarlos, los pequeños definitivamente no ayudarían.

Por otro lado, el grupo de los Bagres Asesinos tampoco estaba realmente contento con la situación, siendo más que obvio en Leshawna, lejos de querer reprimir sus emociones en esos momentos.

Esos últimos días la suerte había estado particularmente en su contra, con cosas tan arbitrarias como perder alguna pertenencia o que el agua saliera repentinamente fría mientras se lavaba el cabello. Cosas que podían pasarle a cualquiera, pero al ser tan seguidas, parecía que el universo simplemente le despreciaba.

—Este desafío es otra muestra de que la administración es pésima, yo debí ir a cazar, fui a un viaje de caza una vez. —Leshawna se quejó, recordando aquella ocasión, que para ella había sido solo una de las excéntricas experiencias que vivió por tener una familia adinerada.— En cambio ahora tengo que usar este ridículo disfraz.

—Ah, tienen su encanto. —Mintió Harold, eran terribles, pero la ocasión que tuvo para verse en una superficie reflectante con este, supo que al menos no le lucía tan mal como al resto.

Además la idea de que Leshawna terminara llena de pintura le divertía de sobremanera, aunque no fuera su foco, no por hoy.

—Bueno, a mí me gusta ser un venado. —Geoff dijo lo que nadie jamás pensó escuchar.— Pasé toda mi secundaria ocultandome de los matones, soy malo esquivando y corriendo, pero básicamente un experto en las escondidas.

DJ palmeó con el mayor cuidado posible su espalda, tratando de evitar el causarle algún accidente como había hecho en algunas ocasiones con su fuerza.

—Bueno, tenemos a Courtney como cazadora, estoy seguro que si alguien sabe usar armas aquí es esa mujer. —Harold intentó animar un poco más al equipo, aunque por dentro solo esperaban que durarán lo suficiente.— Estoy seguro también de que me ha llamado Bambi al menos diez veces en este rato...

Después de todo, tendría que arriesgarse bastante y acercarse al otro equipo, pero si todo salía bien, le aseguraba que nuevamente los conflictos se apoderarán de ellos.

La media hora pasaba sumamente lento para los cazadores, desde los más emocionados hasta los más nerviosos, siendo más que obvio el contraste entre estos mismos.

—Me alegra estar aquí, tengo buena puntería. — Heather obviamente no diría que el motivo era de tanto haberle lanzado cosas a sus compañeras de clase cuando era mucho más jóven, quería enterrar ello lo más profundo posible.—¿Crees que los impactos de esta cosa duelan demasiado? Espero que no... — Preguntó con genuina curiosidad mientras examinaba el arma en sus manos.

—No duele para matarte, pero definitivamente se hacen sentir.—Respondió Katie, aún molesta por haber recibido ese balazo de parte del anfitrión.— No debe ser lindo que te den en la cabeza.

—Esto será pan comido, he disparado miles de veces, pero normalmente son balas de verdad. —Courtney no dejaba de simplemente lanzar comentarios que hacían a su par de compañeros mirarse extrañados entre si.

Para su suerte, finalmente llegó la hora de empezar, con todos adentrandose rápidamente en el bosque, decididos a intentar dar lo mejor de si y conseguirle la victoria a su respectivo equipo.

Lamentablemente la emoción solo duró un par de minutos, porque aquella media hora de ventaja en el extenso escenario, había sido muy bien aprovechada por la mayoría de venados.

Encontrarlos podría tornarse un poco más complicado de lo que querrían.

Los que más motivados estaban con su papel, eran irónicamente los más lejanos a sus posibles víctimas, siendo Eva la primera que escuchó algo, preparando inmediatamente su arma.

Apuntó a lo lejos al notar un par de aquellas astas, lamentablemente dando al árbol que estaba a su lado y alertando al otro jugador, que para empeorar las cosas terminó siendo nada más y nada menos que Noah.

Incluso le gruñó en un inicio, hasta que recordó que eso no era algo que pudiera hacer en ese papel, limitandose a mantener la mirada desafiante antes de salir corriendo de una forma particularmente animal.

Eva intentó perseguirlo, pero claramente no tenía caso, esperando encontrar un blanco más fácil en el camino.

Quien si era alguien fácil de interceptar, definitivamente era Lindsay, pues mientras corría con Justin, terminaron separándose accidentalmente, con ella tropezando, cayendo con poca sutileza colina abajo, rodando en el proceso hasta terminar finalmente ahí, echada y cubierta de hojas y rasguños.

—Ouch... Dolió... —Se quejó para si misma entre murmullos, aunque al escuchar un sonido cerca hizo lo posible para ocultarse torpemente entre unos arbustos del lugar.

Se calmó un poco al notar que era otro venado, percatandose luego de como desde otra dirección, uno de los cazadores de su equipo se acercaba lentamente, sin llamar la atención del incauto.

Incluso si ya podía moverse, Lindsay decidió quedarse mirando escondida.

Cody estaba lejos de ser la persona que los demás considerarían ideal para el trabajo de cazar, sin embargo tenía la ventaja de ser realmente silencioso cuando quería, tras años de práctica siendo invisible para su familia, debía admitir que estaba un poco emocionado por poder sacar provecho de esto mismo y sentir que merecía participar en ese programa.

Así mismo pronto logró divisar a DJ caminando no muy lejos. Se acercó poco a poco a este, sin siquiera hacerle sospechar.

Fue cuando estuvo a punto de apretar el gatillo que una repentina voz le distrajo, haciendole fallar su tiro y advirtiendo a DJ del peligro para que pudiera huir.

—Fallaste, eres realmente malo. — Volteó para ver a Beth, probablemente siendo la primera persona a la que Cody se daba la libertad de mostrarle su molestia al haberle quitado esa oportunidad de oro.— Deja de mirarme así, te conviene tratarme bien.

— Disculpa, me hiciste perder una buena oportunidad, fue un tanto frustrante. —Se alejó un par de pasos para evitar la incomodidad que le estaba provocando la cercanía.— ¿Necesitas algo? Creo que deberías tratar de esconderte.

—Bueno, creo que eres tú quien debería buscar un escondite si no quieres ser el próximo.—Cody le miró confundido, ladeando su cabeza mientras intentaba descifrar sus palabras. Lindsay hizo lo mismo desde los arbustos, ahora concentrada en intentar enterarse de aquel chisme.— Querido diario, mis padres nuevamente olvidaron mi cumpleaños, querido diario, me inscribí a una competencia, pero tardé horas en hacer la audición porque no se usar camaras, querido diario...

—¡Detente, detente ahora! —Incluso si no era conciente de la presencia de alguien más, no se sentía seguro hablando de eso ahí, empezando a caminar, esperando que le siguieran.

Lindsay no pudo escuchar más que eso, resultando algo frustrante, pero sin duda, saber que Beth había sido responsable de robar el diario no era para menos.

—¿Por qué mi diario exactamente? Se que no somos amigos, pero tampoco creí que para eso...

—Oh, no hiciste nada para merecerlo, solo ser el eslabón más débil del equipo, y el único tarado que usa diarios a esta edad, ¡Por el amor de Dios, madura!

—¿Lo leíste todo? —Sabía que un milagro sería lo único que le salvaría ahora, pero lamentablemente, estaban lejos de concederle ese honor.

—Claro, leí todo, desde tus patéticos problemas cotidianos hasta lo interesante. —Le sujetó del hombro en un gesto particularmente brusco, el cual le dió un escalofrío al jóven.— ¿Quién diría que la audición de Cody Anderson vendría con dinero de por medio? —Se burló, notando como había dado en el clavo.— ¿Crees que el resto del equipo estaría feliz de saber que sobornaste a la producción para entrar al programa? Tú hermano si que debe quererte para haberte ayudado así...

—¡Fué solo para entrar, en serio, nunca más recibí ayuda desde ese entonces! —Buscó justificarse con un nudo en la garganta, presa del pánico.— No he vuelto a hacerlo, me he esforzado como todos en esta competencia y...

—A nadie le importa, Cody, las cosas son simples, o me obedeces, o todos sabrán tu secreto.

Cody tragó saliva, entre la presión del desafío y la situación en general, pensar una solución estaba siendo más complicado de lo que esperaría.

Aunque aquella parte del equipo parecía atacarse más entre ellos que a sus rivales, al menos el resto parecía aún enfocado en el juego, con Heather habiendo subido a un árbol y esperando pacientemente a que uno de los venados se acercará lo suficiente para llenarlo de la pintura.

Realmente le gustaba ver a todo el mundo feliz, pero debía admitir que escuchar el grito de Leshawna cuando le disparó, fue bastante divertido.

—¡Más te vale que está pintura sea lavable! —Se quejó, como si no fuera obvio que pasaría en algún momento al estar en un desafío así.

—Así es el juego, lo lamento. —Bajó del árbol, sintiendo el odio adverso con la sola forma en que le miraban.— Nunca deberías ir a campamentos con ropa costosa, se terminará arruinando. —Sacó un pañuelo del bolsillo, limpiando la pintura que salpicó en el rostro adverso.

Al menos ella se estaba divirtiendo en aquel juego.

Caso contrario era Duncan, quien siquiera estaba seguro de si sería capaz de dispararle a alguien, sobresaltandose con cada ruido al intentar estar atento, pero siempre terminando en falsas alarmas.

—Quisiera haber nacido en una familia religiosa, haber ido a misa, así podría pedirle un favor al de arriba y... —Divagaba en sus pensamientos cuando de la nada escuchó un ruido, caminando lentamente hacia este y encontrándose con uno de los venados del equipo contrario.— Diría que te veo el domingo, pero no hay iglesias acá.

Apuntó el arma hacía el contrario, tratándose de Justin, quien estaba bastante distraído hablando aunque parecía no haber nadie cerca.

Duncan realmente no pudo creerlo cuando disparó y logró manchar la ropa contraria de pintura, dándole un punto a su equipo, y sintiendo una indescriptible emoción por haberlo causado.

Sin embargo esta pasó a segundo plano cuando sintió un repentino golpe en su entrepierna, ahogando el dolor a duras penas mientras caía al suelo de rodillas, encontrándose cara a cara con el causante.

Nunca pensó que una cría de venado sería agresiva, pero no le quedaron dudas una vez esta y un par más empezaron a atacarle, en defensa de la supuesta madre herida.

—¡Santo cielo! ¿¡Estás bien!? —Justin se acercó, dejando de lado el haber perdido en aquel juego, pues la situación adversa parecía mucho más complicada.

—¿¡Qué se supone que está pasando!? —Normalmente no le gustaba elevar la voz, pero era inevitable en medio del peculiar ataque.

Luego de unos segundos de forcejeo, finalmente le dejaron en paz, con todos volviendo a apegarse a Justin, quien honestamente a este punto, por más que le confundiera, no le quedaba más opción que aguantar a los extraños animales de la isla.

—En serio lo siento, no se que pasa con estos niños. —Se agachó a la altura de los venados, con todos amontonandose a su alrededor.— Mejor vete, están algo raritos...

Duncan solo asintió, levantándose a duras penas mientras aún cojeaba un poco, adolorido por el repentino golpe que esperaba no lo hubiera dejado estéril o algo similar.

El tiempo pasaba y con ello, la falta de desayuno les había empezado a afectar a varios de los campistas, todos menos Beth quien decidió que Cody buscara algo para que ella comiera, cosa que obedeció mientras razonaba que debía hacer.

Si alguien llevaba tiempo interactuando con Cody, era casi imposible que no supiera de la existencia de su hermano mayor y lo mucho que lo admiraba. Era probablemente la persona más talentosa que conocía, y por eso mismo, también el responsable de que él hubiera crecido en las sombras.

No lo odiaba, al contrario, ambos se llevaban muy bien, pero definitivamente siempre se sentía patético a su comparación.

Incluso cuando lo que Cody quería demostrar era que él también podía sobresalir, al final del día, había sido gracias a su hermano, el dinero y los contactos de este que había terminado siendo seleccionado para la competencia.

—¿No le has dado a nada aún? —La repentina voz de uno de sus compañeros le sacó de sus pensamientos, volteando para encontrarse con Trent.— Yo tampoco, a nada que nos dé puntos al menos.

—Uh, ya veo...

—Te ves callado, más de lo normal, que es mucho decir, ¿Qué pasa contigo? —Cuestionó, pareciendole una buena idea el tener algún otro aliado para ayudarle en la competencia. Si era el sujeto que rechazo a Gwen, le parecía aún más divertido.— ¿Problemas en el paraíso?

—No, no es eso. —Cody había podido darse cuenta en ese tiempo que Trent no era alguien en quien confiar ciegamente, pero se veía como alguien que definitivamente había vivido mucho más que él, terminando por caer en un intento desesperado de ser aconsejado.— Uh, digamos, es solo un caso hipotético, que alguien te amenaza... ¿Qué haces en un caso así?

—¿Quién te está amenazado? No me entero de nada... —Se quedó pensando, algo complicado al ser quien generalmente era quien amenazaba a las personas.— Amenazarlas también, supongo, así si caes, caen ambos.

—¿Amenazarlas? ¿Y si no se nada de la otra persona?

—Eh... Bueno, aprovecha que tienes un arma en tu mano ahora. —Sonrió como si acabará de dar el mejor consejo jamás planteado, incluso con cierto orgullo.— O le apuntas, o te apuntas a ti, una servirá.

—Dios mio. —Incluso con lo cuestionable que resultaba aquello, debía admitir que esa confianza era impresionante.— Gracias, creo...

Bastante más alejada tanto de aquel lugar como del drama tejiendose en su equipo, Katie se encontraba descansado sobre un tronco cortado tras haber tenido que huir de un oso, precisamente el mismo que la ahuyentó junto a Sadie hace unos desafíos, inconfundible por las marcas de delineador que aún permanecían con él.

Sin embargo y en programas así, si tú no ibas al drama, el drama iba a ti.

—Que lindas se te ven las dos coletas. Es un buen look para un último día. —Se sobresaltó al escuchar una voz que claramente no era de su equipo, pero al ver el par de astas, simplemente levantó su arma y apuntó, dando inmediatamente contra el dueño de la voz.

Harold suspiró pesadamente, le hubiera gustado no tener que recurrir a sacrificarse, pero ahí estaba.

—¿De qué mierda estás hablando?

—Beth tiene un plan para que te vayas hoy, y ya sabes que tiene la suficiente gente de su lado. —Sonrió, como si realmente creyera capaz a la jóven de lograr ese objetivo, aunque la sola idea le causaba gracia.— Tiene de su lado a Lindsay, a Heather, a Cody, y probablemente a más gente... ¡Yo creo que puedes irte despidiendo!— Katie le agarró con brusquedad de aquel pañuelo que llevaba en su cuello, sobresaltandole levemente.

—¿Y por qué estás tan seguro? Siquiera es amiga de Cody. —Afianzó su agarre unos segundos, exigiendo más información.— Escupelo, ahora.

—¡A-Ah, bien, alejate, perdón! —Su expresión cambió repentinamente a una de supuesta preocupación, incluso elevando sus manos en una especie de rendición.— Es que Beth tiene el diario de Cody, así que ahora sabe sus secretos y... ¡Por favor, suéltame! —Suplicó, con la mujer obedeciendo, demasiado enfocada en la obvia molestia que le provocaba aquella conspiración en su contra.

—Claro, los he visto hablando bastante a ustedes dos, me dan asco. —Masculló, pensando en el resto de personas involucradas y como seguro no debían tener idea.— Tengo que hablar con Heather... —Se levantó, no sin antes darle un empujón a Harold y logrando tirarlo al piso.

Su queja en ese momento había sido lo único genuino en aquella conversación.

O lo fue hasta que escuchó a Katie maldiciendo repentinamente, viendo una enorme mancha de pintura que había impactado contra ella.

—¡Que no soy un maldito venado, mierda! —La escuchó gritar mientras se retiraba. En ese momento, la carcajada que soltó fue sorpresiva incluso para él, siendo imposible resistirse.

—¿Estás bien, Bambi? —Harold hubiera esperado escuchar ese apodo de parte de Courtney, sin embargo cuando elevó la mirada y se encontró con Duncan, debía decir que fue algo hasta gracioso, especialmente cuando se percató de ello.— ¡No, no, discúlpame! Courtney te estuvo llamando así durante media hora, me quedó grabado en la mente. —Lo ayudó a levantarse, sintiéndose aún más avergonzado de su error cuando lo escuchó riéndose.

—No, es gracioso, no te preocupes... —De igual manera, estaba bastante asombrado de que Duncan hubiera acertado un disparo en aquel juego para concentrarse en otras tonterías.— Le disparaste mientras yo la distraía, ¿No somos un buen equipo acaso?

—No servirá de nada, era otra cazadora. Y no, no creas que me vas a meter en tu alianza o lo que sea que traigan ustedes. —Se negó rapidamente, cruzándose de brazos. Le agradaba bastante, pero con el tiempo terminó deduciendo que no era alguien con quién involucrarse.— No iré contra mis principios. Honestamente no sé cómo manejan ustedes la culpa.

— Duncan, la culpa es un pequeño precio por la felicidad. —Se levantó, bastante convencido de su idea.— Soy bueno para desviar los votos, si en algún momento estás dispuesto a negociar, sabes dónde encontrarme.

***

—Quiero dejar en claro, que incluso si parecía que estaba dudando cuando me dijo eso, es solo que estaba sorprendido, nunca jugaría sucio, puedo ganar con mis propios meritos. —Aseguró Duncan, bastante afligido de siquiera haberlo considerado unos segundos.— Yo no soy así, nadie me convencerá de lo contrario, jamás.

***

Heather había sido la única en darle un punto a su equipo hasta ese momento, totalmente concentrada en el desafío y sin tener idea de la red de dramas que se estaba tejiendo en su equipo, o no hasta que Katie finalmente la encontró, interrumpiendo un posible lanzamiento para esta.

Debía admitir que le molestó un poquito.

—¿Qué sucede, Katie? Te ves muy alterada. —Intentó serenar el ambiente para que pudiera explicarse, con moderado éxito.— ¿Por qué tienes tanta pintura? Bueno, no te preocupes, yo voy bastante bien y...

—¡No, no lo entiendes, no podemos perder! —La interrumpió, agarrandole de los hombros para tener completamente su atención.— La perra de Beth está conspirando para sacarme del juego. —No le gustaba acusar como cobarde, pero no sé jugaría su estadía así de fácil.

—Cuida el lenguaje, Katie. —Sin embargo, más allá de ese regaño, Heather estaba analizando aquella situación. Sabía que la joven tenía bastante resentimiento a la contraria desde aquel incidente del concurso de talentos, pero hasta el momento, no se había enterado de ningún plan.

Cosa rara, porque Beth realmente no solía ser buena en guardarse las cosas.

—¿Puedes explicarme mejor, por favor? —Empezó a caminar, en parte porque quería hablar con la castaña para aclarar todo, dándole temporalmente el beneficio de la duda.

—Beth tiene el diario de Cody. Lo sé de una fuente confiable. —Sabía que decir que amenazó a alguien del equipo enemigo quedaría pésimo, así que lo omitió, porque a pesar de ese detalle, Katie estaba segura de que era verdad.— Ahora lo está chantajeando.

—Entiendo. Déjame hablar con ella, solucionaremos esto.—Si bien, deseaba que fuera un malentendido, la expresión de Heather demostraba que estaba lejos de sentirse esperanzada.

Este mínimo rastro de fé se desvaneció más temprano que tarde. Vieron la figura de un venado corriendo torpemente hacia ellos, elevando su arma y apuntando. Luego, volvió a bajarla cuando notó que se trataba de Lindsay.

—¡Ah, Heather, que bueno que te encuentro! —Se abrazó al cuerpo de esta cuando llegó, demasiado agitada luego de haber corrido tanto, especialmente con el par de veces que terminó tropezando y rodando cuesta abajo.

—¿Te hiciste daño? —Retiró un par de hojas y ramas que se atoraron en el cabello de su amiga, preguntandose que tanto había tenido que pasar en esas horas.

—Estoy bien, ya me acostumbré. —Sonrió antes de recordar porque estaba tan afligida hace unos segundos.— ¡Ah, escuché a Cody y Beth hablando, ella dice que tomó su diario! No me gusta ser chismosa, pero creo que es algo importante que tener en cuenta porque...

Normalmente Heather se daba el tiempo de escuchar completamente los parloteos de Lindsay, pero en ese momento, con la situación confirmándose, no podía sentir su humor más arruinado.

—Muy bien, solucionemos esto. —Suspiró tras retener el aire unos segundos en busca de calma, esperando manejar todo de la manera más racional posible.

***

—Se bien como son las personas como Beth, de primera mano, de hecho. También se que pueden cambiar, pero para eso se necesita querer hacerlo. —Heather miraba una de las paredes de aquel confesionario, preguntandose como serían las cosas si ella misma hubiera tomado decisiones diferentes.— Dudo que ella esté dispuesta de momento.

***

Cody se aferró con fuerza al arma entre sus manos, mientras escuchaba los regaños de la jóven al no haber cumplido con su petición. Tenía un nudo en la garganta que le había impedido pronunciar el discurso que tanto había mentalizado en su camino de vuelta, y no estaba seguro siquiera si podría vocalizar parte de este.

Sin embargo, estaba seguro de que no quería caer en aquel chantaje, no con todo lo que estaba en juego. 

—Te doy otra oportunidad, ve a la cocina y tráeme algo de ahí. —Ordenó, apuntando a la dirección donde, al menos ella creía que estaba.

No fue capaz de mirarla a los ojos, y sentía si rostro arder entre la vergüenza y la frustración, no obstante, finalmente logró decir algo.

—No lo haré. —Murmuró, siendo de todos modos escuchado por la jóven, quien se le acercó con mirada amenazante, agarrándole con brusquedad del cuello de su camisa.

—¿Quieres que te recuerde que toda tu vida privada está en juego? — El tembloroso chico intentó mirarla a los ojos, sin éxito, sin embargo la imagen de sus compañeros vino a su mente, sabiendo perfectamente que muchos manejarían de otra manera la situación y la amenaza siquiera los asustaría.

Katie sería violenta, Trent probablemente manipularía la situación a su conveniencia, Heather buscaría una solución con calma, y Noah seguramente haría algo extraño como ladrarle y atacarla. Él no era ninguna de esas cosas, pero aún así quería dejar de huir.

Cerró los ojos y terminó empujando a Beth, logrando que lo soltara. Antes de que está volviera a abrir la boca, apuntó hacía ella con su arma, en un particular intento de amenaza, tal y como le habían dicho hace no mucho.

El silencio reinó unos segundos, y la tensión no hizo más que aumentar.

—No te atrevas, Cody. —Amenazó, dando un par de pasos atrás, incapaz de creer que siquiera hubiera sido capaz de negarse.

—Dejame en paz, o le doy a tu rostro.

—¡Deja de apuntarle a mi nariz, Cody, te lo advierto!

—No, dejemos esto aquí y bajo el arma...

—¡Ay, por favor, Cody, no puedes comparar mi nariz con algo como tu estúpida audición!

—¿¡Qué importa!? ¡Ambas son falsas de todos modos!  —Definitivamente no tenía mejor aliado que la adrenalina que le recorría en esos momentos y le ayudaba a no sobrepensar.

—¿¡Cómo te atreves!? Deja de ponerte en ridículo. —No pudo evitar seguir actuando de forma agresiva incluso cuando también estaba siendo amenazada.— ¿O quieres que empiece a gritar las cosas? Porque te aseguro que hay gente cerca y algunas cámaras que transmitirán esto. —Él no respondió y siguió apuntando, siendo tomado como su respuesta final.— ¡Muy bien, tú lo pediste! ¡Cody realmente...-!

Se silenció de golpe cuando sintió un disparo sobre ella, dándose cuenta de que, finalmente si se había atrevido a hacerlo, aunque terminó dándole a su ropa en un mínimo de piedad.

—¿¡Qué mierda te sucede!? Ahora sí-

—El próximo si será en el rostro. —A pesar de estar lejos de un volúmen alto, para Cody elevar la voz como hasta ese momento era bastante.— A-Así que detente...

—No te atreverías... —Sin embargo cuando notó como volvía a apuntarla, realmente empezó a dudarlo.

Claro, ¿Qué era de esa particular imágen sin ser interrumpida por alguien? O en ese caso, por varias personas.

—¿¡Qué están haciendo!? —Todos los presentes estaban seguros de que nunca escucharon a Heather tan alterada, acercándose rápidamente a aquella escena, cuál madre separando a sus hijos en una pelea.— Baja el arma, Cody. —Beth soltó una carcajada al ver cómo este obedecía, la cual se cortó de golpe una vez voltearon a verle con molestia.— Y tú... Tú estás en graves problemas, jovencita.

La mirada de la chica regañada se fijó en Lindsay y Katie, que observaban aquella situación con reacciones sumamente distintas, mas era igual de humillante ante cualquiera de ellas.

Sin resistir aquella burla y en medio de la conmoción distrayendole, Beth terminó robando el arma de Cody, disparando a la dirección de estas, dándole a Katie en el rostro y con ello, sacándole un obvio grito de molestia.

—¿Ya terminó el juego? Estuve apunto de dispararle al idiota de... Oh mierda. —Trent aguantó una risa ante la imagen frente a él, preguntandose porque demonios su propio equipo se estaba disparando y agradeciendo que no tenía nada que ver, así que los focos estarían lejos suyo en aquella votación.

Por si fuera poco, Noah apareció a poco menos de un minuto, de forma tan repentina como siempre.

—¡No me lo van a creer, estaba peleando con un tigre! —Llegó con tanto orgullo que por un rato siquiera notó la situación.

—No hay tigres acá, Noah... —Lindsay se acercó a corregirle, notando como su expresión se descolocaba totalmente, mirándole con confusión.

—¿¡Entonces con que me pelee!?—Volteó a ver al resto, ahora sí notando la situación, confundiendolo aún más.— ¿Qué está pasando?

—Cody le disparó a Beth porque lo tenía amenazado, ahora Heather está intentando solucionarlo todo porque de ser por nosotros, terminaba en un duelo a muerte con cuchillos. —Katie intentó resumir lo mejor posible.

El equipo terminó nuevamente reunido cuando Justin apareció entre los arbustos, totalmente agitado y despeinado. Finalmente había podido dejar a los cervatillos con su verdadera familia, pero luego estos no querían dejarlo ir tampoco y tuvo que huir como si su vida dependiera de ello.

—Uh, ¿Hay reunión de equipo? —Se acercó a Lindsay, con esta negando con su cabeza.—¿De qué tanto me perdí?

—Creo que es una especie de tiroteo... —Volteó a ver a su amigo, notando que al igual que ella, estaba hecho un desastre.

—¡Eso es todo Beth, baja el arma y discúlpate! —Heather alcanzó su límite de paciencia, sin entender como habían siquiera llegado a ese extremo.

—¿Y si no lo hago qué? —Ya acorralada por la situación, Beth claramente no pensaba en lo perjudicial que sería eso, simplemente dejándose llevar por la rabia que sentía.— ¡Deja de joderme de una vez!

No esperaba que Heather sacará su arma y le apuntara en un gesto desesperado por acabar con todos los problemas que se hacían últimamente en ese equipo y poder seguir con el desafío.

No era propio de ella, pero tenía los nervios destrozados.

—Baja el arma, ahora. —Amenazó, con todo el resto mirándole sorprendido. La respuesta fue igual de baja, con Beth apuntando a Justin y Lindsay.— No te atrevas, niña...

—Tú baja el arma o le disparo al par de perdedores. —Con ello, otra amenaza más se unió a la escena, con Trent apuntandola de igual manera.

—Deja de apuntar, Beth. —La verdad, si le disparaba a Lindsay le daba igual, e incluso le haría un favor, pero nadie iba a amenazar a Justin antes que él en ese juego.

—Nos vamos a matar entre todos...—Noah caminó hasta Katie disimuladamente, queriendo ser participe de la tensa situación.— ¿Podemos hacer un trato por tu arma?

—Solo asegurate de darle a Beth varias veces. —Se la cedió, retrocediendo varios pasos, lo que menos quería era más pintura sobre ella.

A ese punto, no era claro quien dió el primer disparo, pero lo que era seguro es que dió paso a un tiroteo de estos mismos, con todos acabando llenos de pintura.

Por si fuera poco, los gritos y maldiciones atrajeron al equipo contrario, que se quedó mirando unos segundos a lo lejos, dándose cuenta de que ya no eran la familia disfuncional en aquella competencia, y aprovechando de dispararles de igual manera, aportando al desastre.

Cuando sonó el altavoz dando por terminada la competencia, fue que todos ellos volvieron a la realidad, dándose cuenta de el desastre que habían provocado.

***

—Las cosas se me salieron un poquito de las manos... —Una Heather cubierta de pintura habló ante las cámaras, avergonzada del rumbo que tomaron las cosas.— Ah, nos tenía fé en el desafío, pero definitivamente ya no quiero volver a ver pintura en un buen rato.

***

—Bueno, definitivamente no fue la mejor manera de hacerle frente a la situación, pero lo hice... ¿Estuvo bien? —Cody se cuestionó frente a las cámaras, aunque ahora estaba paranoico de que cualquier persona supiera sobre su secreto.— No lo estuvo, ¿A quién engaño?

***

—Tenian una misión, quizá el desafío más fácil de entender en la vida, ¿Y que hacen ustedes? Le disparan a sus propios compañeros. —El presentador no podía creer el desastre ante sus ojos, pensando que si estuviera en sus días de militar, los tendría con el más duro de los castigos. no obstante, estaban en la televisión y sabía que eso de algún modo, terminaría siendo beneficioso.— ¡Los productores estarán tan contentos! Definitivamente buscaron las personas con la menor cantidad de neuronas posibles.

—¿Perdimos? —La voz de Noah se alzó, con el resto mirándole extrañado como si de por si no fuera obvio.

—Si, Noah, perdimos. —Aclaró Heather en tono derrotado, mientras palmeaba su cabeza.— Que desastre.

—Oigan, ¿Dónde está Geoff? —DJ preguntó al darse cuenta que, incluso cuando todo el equipo estaba reunido, el rubio no daba señales de vida.

No tenía idea de que seguía escondido como dijo que haría al inicio del desafío y que iba a seguir ahí por horas hasta que lo encontrarán los pasantes.

Pasó un poco tiempo para que la ceremonia de eliminación se diera, sin darles tiempo para pensar más allá al estar más ocupados quitándose la pintura de encima o lidiar con los hematomas que los disparos dejaron en ellos.

Los rostros de los presentes reflejaban tanto el pánico como el agotamiento de cada uno de los presentes, a excepción claro, del presentador, tan feliz, como siempre cuando las desgracias los atormentaban.

—Parece que el trabajo en equipo no es algo que vaya con ustedes... ¿No es así? —Jugó unos momentos con un malvavisco, amenazando un par de veces con lanzarlo a uno que otro participante, solo para ilusionarlos con la inmunidad.— Muy bien, seré compasivo con ustedes, empecemos; Noah, Lindsay, Justin, Heather, Katie, Trent...

Cody y Beth habían sido sin duda quienes más llamaron la atención en aquel último desafío, por lo que estar ahí no era sorpresa, pero definitivamente era sumamente estresante.

— No tengo idea de que pasó entre ustedes, pero si que causaron un desastre.— Dió unos últimos segundos antes de lanzar aquel malvavisco.— Cody, te quedas. Beth, eres la expulsada de esta noche.

—¡Todos ustedes son unos hijos de puta! —Beth se levantó de golpe, sin tener más palabras para expresar lo molesta que se sentía.— Este equipo se irá a la ruina, ¡Se arrepentirán! 

Heather realmente dudó sobre decir algo, en el fondo, le hubiera gustado poder ayudarla a encaminarse de mejor manera, pero tal parecía, ella no la escucharía.

Esperaba que pudiera encontrar mejores motivaciones en un futuro.

No quería que nadie de su equipo la acompañará en la caminata del muelle de la vergüenza, sin embargo cuando terminó de empacar sus cosas y pudo ver a un par de integrantes del otro equipo, no dudó demasiado en ir a despedirse de Harold, había sido la única persona con la que había disfrutado pasar el tiempo después de todo.

No tenía idea de nada, claramente.

—Me eliminaron, ¿Puedes creerlo? —Habló mientras lo arrastraba lejos del grupo para que le acompañará en su despedida.

—¿En verdad? No lo hubiera imaginado. —Normalmente se hubiera esforzado por sonar más afligido, pero ahora que se iba y no le servía, realmente no le interesaba demasiado el actuar.— Te tenían envidia, nena, debió ser eso.

—Es obvio que si, ¿¡No se dan cuenta de lo que acaban de hacer!? —Maldijo la mujer, sin siquiera voltear a ver como Harold rodaba los ojos, harto de su parloteo.— Todo hubiera sido distinto si estuviéramos en el mismo equipo.

—Claro, si. —Suspiró, esperando que dejara su equipaje sobre el bote.— Oye, ¿Me dejas el diario? —Preguntó sin mucho tacto a ese punto, aunque de todos modos funcionó para que rebuscaran entre las cosas y se lo entregaran.

—Te voy a extrañar Harold, lamento que no hayamos pasado más tiempo juntos, realmente empezaba a considerarte para...

—Bueno, linda fue un gusto, que te vaya bien, buena vida. —Se despidió desganado con su mano, hasta que sintió que lo sujetaban de la camiseta.

Cuando sintió un repentino beso sobre sus labios, Harold se quedó estático, descolocado y con su rostro estupefacto siendo incapaz de disimularse incluso con la mejor de sus actuaciones.

—Te hiciste entender Harold, terminaré con Brady para darnos una oportunidad.— Luego de ello, subió al bote, con esta yéndose y Harold simplemente cayendo al piso mientras intentaba procesar la retorcida escena.

Tras dar más de un espectáculo, la estadía de Beth llegó a su fin en la competencia, a diferencia del drama que seguirá hasta el último de los segundos, ¿Los Topos Gritones podrán recuperarse? ¿El secreto de Cody morirá con él? ¿Surgirán nuevas alianzas? ¿Encontraran a Geoff en el bosque? Para saber esto y mucho más solo queda seguir sintonizando.

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