Un inicio miserable

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Inscribirse en un programa así podría ser justificable para los jugadores de la primera temporada, después de todo, ellos no tenían idea en que se estaban metiendo; no obstante y con todo el ejemplo de aquel sufrimiento siendo televisado, realmente los que decidieron presentarse podían considerarse un montón de suicidas.

Aquel nuevo grupo sin aprecio por su vida parecía tan variado como de costumbre, al punto que solo tenías que observarlos por unos segundos para darte cuenta de la cantidad de desquiciados con los que se estaban forzando a vivir por un premio, ¿Pero como no tentarse cuando multiplicaron este a un millón de dólares?

Había pasado un año desde la primera temporada, y si las cosas habían cambiado, definitivamente no era para el bien de los nuevos campistas.

Ahora se encontraban todos reunidos en el muelle, observando en un primer plano la isla que sería su hogar los siguientes meses, y al imponente encargado en torturarlos durante su estancia.

El tiempo pasaba, pero Hatchet seguía siendo exactamente el mismo.

—Misma basura, diferente basurero, no puedo creer que hasta el día de hoy hayan gusanos que se creen lo suficientemente duros para ganar esta competencia, ¡Si que tienen que tenerse fé! —Hatchet como siempre, no se molestó en siquiera darles una bienvenida agradable a los nuevos competidores, analizando cada una de las reacciones para darse una idea de que clase de sujetos tendría que manejar en esa ocasión.

—¡Con todo respeto, no hay pelea que no se pueda ganar, señor! Lo único que no se arregla es la muerte.—Dakota fue la primera en alzar la voz, viéndose demasiado entusiasmada para la situación que estaban viviendo; era más que obvio que trataba de esas personas que irradian confianza solo con existir.

Era contrastante con Scott, quien parecía estar teniendo un colapso nervioso en ese preciso momento, procesando aún la abismal noticia que recibió cuando estaba sobre el barco que los trajo.

—¿E-Esto es una competencia? ¿Estoy teniendo una pesadilla, cierto? —El jóven balbuceó mientras daba un par de palmadas en su propia mejilla, incluso dudando que empezaba a alucinar por la falta de sueño.— ¿¡E-Esto es una entrevista de trabajo, no es así!? ¡Porque estoy usando mi día de vacaciones para venir hasta acá! Si no vuelvo van a despedirme de mi segundo trabajo...

—¿Y qué si te despiden? Aprovechas el tiempo libre para irte de vacaciones a Europa y ya. —Cuestionó repentinamente Zoey, frunciendo el entrecejo por lo exagerado que le parecía aquello.

—No le hagas caso, ser trabajador podría salvarte la vida. —Mike se unió repentinamente a la conversación, con un rostro serio, pero internamente, disfrutando del ataque de pánico adverso como si fuera un show de payasos o algo parecido.— Si el esposo de Svetlana hubiera sido así, quizá seguiría con nosotros... —Murmuró para si mismo antes de volver a alzar la voz y seguir con su intento de conversación.— De todos modos, el premio del concurso es dinero, ¿No te parece mejor que trabajar por un tiempo?

—¿Y a ti quien te habló, loquito de centro? No te metas.— Zoey le reclamó a Mike, mientras directamente colocaba uno de sus dedos sobre los labios de Scott para que detuviera sus nerviosos balbuceos.— Ugh, no soporto a la gente tan quejumbrosa...

—¿Podemos empezar de una vez? No soporto que me hagan perder el tiempo en tonterías. —Dawn por su parte tampoco dudó en reclamar, cruzada de brazos y negándose a cualquier especie de presentación que les hiciera parecer niños de primaria en su primer día.— Solo diganos de que barranco saltar de una vez.

—¿De nuevo el barranco? No creo, seguro prepararon algo nuevo para nosotros, como... Uh... —Jo no se resistió a intentar hablar de igual forma, aunque la ideas se le iban justamente cuando intentaba colaborar.

Mientras escuchaba los incesantes parloteos, Hatchet mantuvo un particular silencio, revisando un par de hojas que tenía en sus manos repetidas veces antes de elevar la voz, notablemente enojado.

—McLean, Mildred, vengan acá. —Incluso si no les estaba gritando, ambos pasantes sintieron su sangre helandose al escuchar que les llamaban, acercándose con una sonrisa notablemente nerviosa en sus labios.— Miren a ese grupo de ineptos un momentito y expliquenme exactamente que pasó ahí.

—¿Qué pasó con qué exactamente, señor Hatchet? —Chris fue el primero en tomar la palabra, sonriendo aunque por dentro se moría del terror.— ¿No le gusta la variedad de gente que escogimos? Bueno, eh, déjeme decirle que fue culpa de Blaineley...

—¿¡Qué yo qué!? —La mujer se sobresaltó, dándole un empujón a su compañero.— Se que se ven raritos, pero le aseguro que tienen potencial, vimos sus audiciones y...

—Eso no, par de estúpidos. —El anfitrión finalmente les tomó de la cabeza, obligandolos a enfocar su vista en el grupo.— ¿¡Me pueden explicar por qué carajos son trece participantes cuando lo único que les exigí a su par de cerebros atrofiados es que fueran un número par!?

Un silencio sepulcral se formó entre los dos internos, que volvieron a contar un par de veces a los participantes frente a ellos, con sus nerviosas risas siendo lo único que atinaron a responder luego de darse cuenta del desastre que habían cometido.

Lo peor es que no era lo único que habían hecho que llevó a alterar la química que esa nueva temporada; siquiera empezaban y ya tenían todo vuelto un desastre.

—Bien, solucionaremos eso ahora mismo... —Hatchet terminó por sacar su adorado megáfono, gritando para llamar la atención de los campistas.— ¿Quieren empezar de una vez? ¡Excelente! Porque el último de ustedes que llegue al centro de la isla, será eliminado antes de siquiera armar los equipos. —Sentenció, descolocando a la mayoría.

—Acabamos de llegar, ¡No puede hacer eso! Siquiera hemos guardado nuestras maletas.—Esta vez fue Jo quien decidió reclamar, claramente afligida por el tema de sus pertenencias.

—Yo hago lo que quiero, niña, soy el presentador. —Para Hatchet, el molesto detalle de las pertenencias solo haría más difícil el improvisado desafío, cosa que para variar, le alegraba.— Yo que ustedes empiezo a correr, sería muy humillante perder apenas lleguen, de todos modos, si quieren quejarse, hay cámaras de confesiones por todos lados, ustedes vean si vale la pena gastar su tiempo ahora o no... —Comentó, subiendo a su vehículo y claramente sin permitir que los internos le siguieran.— Ah, y tengan cuidado con los mutantes, larga historia, ¡Adiós e intenten no morir!

Tras ello, simplemente aceleró, siendo perseguido por los internos y dejando atrás al montón de nuevos campistas confundidos, procesando todo lo que acababa de suceder.

Al menos el barco que los trajo no había explotado.

—¡Bueno, ahí se ven, perdedores! —Dakota finalmente rompió el silencio con una risa, claramente bromeando, mientras tomaba sus maletas facilmente, partiendo a adentrarse al bosque a paso veloz, decidida a llegar primero sin importar que se le cruzará por enfrente, fuera animal, trabajador mal pagado o mutante.

Sus acciones no tardaron en ser imitadas por varios de aquellos participantes, algunos que emprendieron paso a su primer desafío, y otros que no pudieron evitar la tentación de ir corriendo a la llamativa cámara de confesiones.

Fuera como fuera, todos corrieron.

***

—¿Debería ponerme a correr? Si, ¿Iba a perder la oportunidad de ser la primera confesión de la temporada? Si, pero el resto me mataría. — Mike aprovechó apenas tuvo la oportunidad de meterse al confesionario, aunque tuvo que empujar a un par de personas en el proceso para ser el primero, fingiendo que fue un accidente.— Aún no estoy convencido de todo esto, Svetlana empezó a joder, Manitoba siempre le sigue en todo... —Luego de unos segundos se dió cuenta de que la gente viendo seguro siquiera entendía.— Ustedes siquiera saben de que hablo, cierto... ¡Pues con ustedes no tengo que llevarme bien, así que jodanse!

Al menos el poder desquitarse con la camara lo hacía sentirse un poco más cómodo con todo.

***

—El que parece loquito de centro me empujó y me robó la primera confesión, ¿¡Pueden creerlo!? —Zoey no tardó en quejarse, cruzándose de brazos completamente indignada.— Hola a todos, soy Zoey, dinero no me falta, pero alguien tenía que venir y darle algo de buena apariencia a este programucho... Además que mi agente insistió en que quizá eso haría que de milagro quisieran contratarme en televisión porque según con mi talento no era suficiente, o sea, ¿Qué le pasa?

***

Podrían haber mil razones para arriesgarse a perder el tiempo con una confesión, pero los motivos de Brick definitivamente eran tan particulares como importantes.

—Honestamente solo vengo para dejar un pequeño mensaje a alguien... —Soltó en un suspiro, antes de repentinamente gritarle a la cámara.— ¡Lindsay, se que estás viendo esto, no vuelvas a confundir las telas, por el amor de Dios!

***

Sin mapa en mano ni haber recorrido nunca ese lugar, el instinto era el único guía de todos, y mucha de la gente que carecía de este mismo se sentían frustrados tras solo avanzar un par de metros.

Por supuesto, no era el caso de Cameron, quien lejos de verse abrumado, daba cada paso con total seguridad, como si todo eso no fuera más que un simple paseo por el parque, ¿Y como no hacerlo cuando había vivido toda su vida explorando en esa clase de ambientes?

—Veamos, si llegamos por el sur y el sol se asoma por el este... —Murmuró para si mismo, con su atención siendo repentinamente robada cuando escuchó un repentino ruido en los arbustos, indicando que había alguna criatura en este mismo, y dándole una inevitable sensación de curiosidad que le costaba controlar.— No, no, tenemos que llegar rápido, no hay tiempo para... ¡Ah, pero una miradita no mató a nadie! —No duró nada en su intento de contenerse, terminando por acercarse lentamente a la desconocida criatura.

La sonrisa del jóven se amplió cuando vió a una serpiente, pero se desvaneció casi al instante cuando notó que esta contaba con varios ojos de más, dudando por un momento sobre la calidad de sus gafas.

—¿Qué especie eres, pequeñita? Déjame ver... —Habló con el reptil mientras le tomaba en sus manos para examinar más de cerca, tal y como si fuera un pequeño cachorro de la calle.— Ugh, quisiera averiguar más de ti, pero... —Cuando fue a dejar al animal en el piso fue repentinamente interrumpido por otra voz, la cual llegó al borde de un grito con tal de detenerle.

—¡Por favor, mantén esa pose, solo dame dos minutos! —La voz tan repentina de otro presente llamó la atención del explorador, quien apenas volteó para ver cómo el adverso rebuscaba rápidamente en sus cosas, sacando un cuaderno y empezando a trazar rapidas lineas en este mismo.— Un gusto, por cierto, soy Rudolph, pero eh, nadie me llama así... ¡Sube un poco el mentón, por favor! —El hombre se terminó de presentar, aprovechando la particular interrupción.

—¿Y como te llaman? —Cameron le cuestionó, genuinamente descolocado del repentino retrato que parecían estar fabricando; sin duda los artistas eran criaturas de lo más extrañas.

—Bueno, todos me suelen llamar Lightning...

—Oh, es un nombre peculiar, ¿Puedo saber el por qué?

—Honestamente ni yo lo recuerdo, ¿No te ha pasado que ocupas un nombre en internet y repentinamente todos te llaman así en la vida real? Bueno, desearía que no fuera el nombre que me puse a los doce. —Su contrario negó con la cabeza, pero de todos modos no había una explicación más allá de eso.— ¡Bien, terminé la idea inicial, puedes moverte! Aunque quizá te pida ayuda luego, si te parece bien.

—Creo que podrías encontrar un modelo mejor. —Cameron, si bien no se sentía incómodo por la particular actitud del adverso, no pudo evitar extrañarse.

—¡Tonterías! Cualquiera es un buen modelo en las manos correctas. —Lightning por su parte solo mantuvo su relajada faceta, guardando sus cosas y empezando a seguirle, pues no tenía ni idea de a dónde dirigirse.— ¿Sabes por dónde es?

—Bueno, todo indica que hay que ir por acá, pero creo que este tipo de terreno lo hará complicado...

Fue entonces, que el suelo empezó a temblar repentinamente, con ambos apenas reaccionando a tiempo cuando notaron la causa de esto mismo, ¿Y es que como iban a sentirse preparados para enfrentar una estampida de cucarachas gigantes?

—¿¡Qué es eso!? —Lightning no pudo evitar sobresaltarse, observando descolocado la situación.— ¿Siempre han sido tan grandes? ¿Las que se meten en las cocinas son sus bebés?

—No, definitivamente no. —Cameron no atinó a decir mucho más por unos segundos, pero tras ver la facilidad con la que se desplazaban estás mismas, terminó pensando en que quizá deberían usarlas a su favor.— Y... ¿Alguna vez pensaste en montar una cucaracha? —Sugirió con una sonrisa aún llena de duda.

—Había pensado en caballos, pero supongo que podría funcionar...

Al menos era mejor que quedarse solo en el bosque, especialmente cuando un repentino grito resonó con tanta fuerza en este mismo que pudo haberse cobrado el oído de más de alguien.

¿Pero de que otra forma podría reaccionar Zoey al ser repentinamente rodeada por un montón de ratas calvas y rabiosas? El hecho de que su tamaño fuera mayor al habitual solo lo hacía más complicado de enfrentar.

—¿¡Qué quieren de mi, fenómenos!? —Soltó en un agudo chillido, intentando elevar sus maletas lo más posible para que estás no tuviera la oportunidad de tocarlas.— ¡Los animales sin cabello son horribles! ¡Vayan a extinguirse por el calentamiento global o algo!

—¿Insinuas que hay que matar a los calvos o algo así? Eso es bastante complicado... Lo se porque mi productor casi me mata cuando se me escapó el comentario... —Cuando la mujer abrió los ojos se encontró con la imagen de Sam a un par de metros, sosteniendo una roca en sus manos mientras lucia particularmente confiado.

—¿¡Qué crees que haces!?

— No debe ser tan difícil deshacerse de esos bichitos, solo tirales una piedra, seguro que son muy débiles para resistir un impacto.— Tras ello, el hombre lanzó aquella roca hacia las extrañas criaturas, pero está terminó por impactar contra la mujer, con una fuerza mínima, pero siendo suficiente para enfurecerla; no era algo que Sam quisiera admitir, pero definitivamente su vista dejaba que desear.— Uy... ¡Lo lamento!

Aún así, las ratas vieron este repentino movimiento como una amenaza, soltando un par de chillidos para atraer a sus compañeras, que se encargaron de ahora también rodear al hombre, alterandolo.

—¡Ah, tenías razón, definitivamente arreglaste todo, felicidades! —La mujer dió un par de aplausos conjunto a sus sarcásticas palabras.— ¿¡Qué se supone que haremos ahora, imbécil!?

—¡Bueno, no sé cómo tratar con ratas mutantes! ¿Tienes una idea mejor o solo sabes chillar? —Respondió, fastidiado de la forma en que Zoey había empezado a tratarle, dañando su ego de forma bastante obvia.— Normalmente lo que me siguen son fanáticas extrañas, y para eso tenemos a los guardaespaldas.

—¿Fanáticas? ¿Tú? ¿Qué se supone que eres, un payaso? Eso explica tu cabello tan feo...

—Para tu información estoy en una banda, y nos está yendo bastante bien... —El joven respondió bastante ofendido, y aunque no quisiera demostrarlo en un inicio, resultó siendo bastante obvio; aunque tenía razón en la parte de que estaba exagerando un poco. — ¿Y tú quien eres de todos modos para criticarme? ¿Quién te conoce?

—¿¡Disculpa!?

—Disculpada. —Hubieran seguido con la conversación sin sentido de no ser porque sus gritos parecieron enojar más a los animales, quienes empezaron a gruñir.

— ¿¡Ahora que se supone que hacemos!? —La mujer empezó a alterarse, o eso hasta que notaron a una tercera figura acercándose a ambos; Mike podía no agradarle, pero con tal de salir de ahí, estaba dispuesta a no ser tan dura.— ¡Oye, ven aquí, necesitamos tu ayuda!

—Gracias al cielo, ¿Nos das una mano, viejo? Estos animales no nos han dejado en paz. —Sam de igual manera elevó la voz, mostrando una obvia sonrisa apenas vieron al tercero frente a ellos, caminando con tranquilidad mientras tarareaba.

Fue después de unos largos segundos que se obligó a responder, buscando una manera de zafarse de la situación, pero que no fuera lo suficientemente obvia.

—Ah, claro... ¡Buscaré ayuda! Esperen ahí, ¡Ya vengo! —Mintió, corriendo hasta que ya no pudieran verlo para seguir con su caminata tranquila.

En el fondo esperaba que las ratas se los comieran.

La esperanza de ayuda para el par empezó a desvanecerse poco a poco con el par de los minutos, pero por suerte, el día de su muerte no estaba cerca, con otra persona pasando a su lado, y esta vez con la disposición de ayudar.

—No debí aceptar saltar de ese edificio sin equipo, me duele la espalda... —Maldijo Dakota antes de encontrarse con la complicada situación del par, sin dudar mucho antes de correr hacia ellos y alejar a los extraños bichos a patadas, haciéndolo ver hasta simple.— ¿Están bien ustedes dos? Parece que estaban en problemas... O quizá les gustan mucho las ratas. —Realmente no entendía como alguien podría sentirse intimidado por algo tan simple como esas criaturas.

Al menos sus rostros espantados eran de lo más graciosos.

—Si, ugh, podría haberme encargado yo misma pero, eh... —Zoey buscó rápidamente una excusa, por tonta que fuera.— No quería ensuciar mis nuevos zapatos, tú entiendes.

—Claro, los gritos eran por eso seguramente. —Sam no pudo evitar delatarla conjunto a una carcajada, ignorando la mirada de odio que la mujer le dió tras ello.— Gracias por la ayuda de todos modos, amigo.

Dakota simplemente sonrió y elevó el dedo pulgar antes de volver a correr a quien sabía que dirección, ignorando completamente el hecho de que le hubieran tratado como a un chico, ¿Que importaba eso de cualquier forma? Tenía cosas mucho más importantes de las que preocuparse.

***

—No tengo idea de cómo son la mayoría de los participantes, pero si tengo que hacer equipo con la pelirroja... No, no quiero ni pensarlo... ¡Por otro el sujeto rubio es fuerte, sería un buen aliado! —Sam sonrió, esperando tener suerte con la elección de equipos, convencido de que no sería el eliminado de esa ocasión.— Es un poco raro que se vista completamente de rosa, ¿Pero quien es uno para juzgar?

Definitivamente el no estar usando gafas últimamente le estaba afectando.

***

Tras aquella divertida escena, o al menos bajo sus particulares parámetros, Mike se mantenía caminando mientras hablaba aparentemente solo, aunque por la forma en que colocaba su mano a un lado de su oreja, parecía un niño jugando a llamar por teléfono.

—Claro, todos sabemos que eres un fraude Manitoba, pero entre tantos libros de exploradores que te robaste algún consejo de ubicación debió quedar en tu mente, ¿No es así? —Masculló bastante irritado al no lograr ubicarse del todo, pensando que podría hacer.— ¿Qué hay de tí Svetlana? ¿Vito? Tu has hecho misiones en lugares así... ¿No lo has hecho?

El ser tantas personas podía ser una ventaja bajo la visión de Mike, pero cuando ninguno te daba soluciones, pasaba a ser automáticamente una discusión tan acalorada como familia en navidad peleando por terrenos.

—¡Ustedes son los que querían venir y ahora me hacen hacer todo! —Se quejó nuevamente, o eso hasta que finalmente dió con la solución.— ¡Chester! Tú fuiste a la guerra, tienes que saber de estas cosas... ¡Por favor, solo ayúdame un poco! ¿Si?

Tras ello y un poco más de plática no muy entendible, el joven cambio radicalmente de postura, empezando a caminar a un paso increíblemente seguro y a revisar su entorno como un experto en cuestión de segundos, pasando por inadvertido solo un detalle; a varios metros de allá, la mirada de alguien se posó sobre él.

A cualquiera le parecería llamativo, pero para su suerte, Staci no era alguien que fuera a cuestionarlo, al menos no en voz alta, y Scott parecía demasiado estresado por su situación para concentrarse en algo así.

—Curioso... —Fue lo único que escapó de los labios de la mujer, para luego voltear a ver al hiperventilado jóven, que buscaba desesperadamente el camino.— ¿Participarás? —Habló suavemente mientras daba un par de palmaditas en la espalda para calmarlo.

—¿Qué otra opción tengo? Seguro ya perdí mis otros dos empleos, si vuelvo sin nada no tendré como sobrevivir... —Tras ello soltó una risa, aunque diferenciar esta de un llanto desesperado era bastante complicado.— Solo espero que pueda seguir manteniendo mi departamento. Si tenía suerte iba a poder ampliarlo en unos... Veinte años.

—Seguro tu tía te ayudará a comprar esos tornillos de expansión, no te preocupes... —Siguió consolandole, intentando no perder de vista a Mike y seguirlo, convencida de que podría ser la solución a ubicarse.

A veces había que aprovechar las oportunidades por raras que fueran.

***

—Scott está haciendo algo difícil el avanzar, pero no quiero dejarlo solo, pobre... —Staci hasta el momento apenas había elevado la voz, y en esa confesión no era una excepción, manteniendo un tono calmado y bajo en cada sílaba.—El bosque es muy bonito, pero estoy segura de que ví una ardilla disparar un láser por los ojos...

***

Por otro lado bastante distinto, había alguien que parecía lejos de cualquier especie de preocupación, y muy por el contrario, se había quedado tan fascinada por una de las extrañas mutaciones que el desafío se pasó completamente a un segundo plano para ella.

Los afilados dientes, el ácido resbalando de las fauces y las prominentes espinas aterrarian a cualquiera con un mínimo de sentido común, pero para alguien tan particular como Dawn, esa planta carnívora era una de las más asombrosas criaturas que había visto a lo largo de esos años.

—Normalmente estos ejemplares no pasan un par de centímetros, pero esto es descomunal... ¿Qué pasó aquí?—La mujer observaba con completo interés, incluso cuando la planta parecía lista para atacar en cualquier momento.— Si tan solo pudiera tomar una muestra...

En un imprudente movimiento motivado por la curiosidad, la mujer acortó aún más la distancia con aquel mutante, el cual estuvo a punto de atraparla con sus dientes en un rápido movimiento, por suerte, siendo apenas evitado gracias a que otra persona le sujetó repentinamente de la ropa para jalarle hacía atras.

—¡Ten cuidado! —Junto a un acento claramente extranjero, la atención de Dawn fue captada por el sujeto que le había salvado el pellejo en esa ocasión, quien le sonrió amablemente, suponiendo que debía intentar presentarse.—Uh, bueno... El nombre es Beverly, pero todos llaman siempre B.

—Ajá, claro. —La joven reordenó las palabras en su mente, sin mencionar las fallas a la hora de formular la frase, era bastante obvio que no sabía manejar el idioma del todo aún.— Como sea...

—Yo no hablo bien el idioma aún, pero mucho gusta de aprender, espero podamos hablar seguido, ¡Parece interesante!—De todos modos el hombre pareció querer explicarse, aún manteniendo su sonrisa, incluso si la adversa parecía más concentrada en lanzarle un par de piedras a la planta buscando una reacción.— Deberías tratar con cuidado, las plantas carnívoras son rápidas, quiere morder... —Terminó por advertirle.

Porque si, Dawn era una persona brillante, pero sus ansias de conocimiento le hacían ser poco prudente en ocasiones, casi ganándose otra mordida en el proceso.

Incluso para alguien que no la conocía, parecía preocupante.

***

—Vine aqui porque hablar para perfeccionar el idioma muy importante y es buena oportunidad... Eso y el dinero es muy bueno también. —B se explicó frente a la cámara, siendo de esas personas que no vió la primera temporada y solo se inscribió por lo divertido que se veía superficialmente.— La gente aquí es buena, pero rara... —Se tomó un momento para sacar rápidamente un diccionario de su bolsillo, rebuscando una palabra en específico.— Me gustaría también hacer amigos... Y probar comida, esa es segunda mejor parte siempre. 

***

—Muy bien, me inscribí simplemente porque necesito el dinero para un experimento muuuy importante, pero que no consideran lo suficientemente ético para financiar... ¡Pero resulta que parece haber mutaciones por estos lados! —Dawn pasó de tener una expresión amarga a una sonrisa, pensando en las posibilidades.— No estoy segura de que sucedió aquí, pero definitivamente es más interesante de lo que hubiera imaginado... ¿Será por un mal manejo de material radiactivo? ¿Será peligroso aún? ¿Afectará a alguno de los campistas?

La sola posibilidad de volver al bosque a investigar le hacía sentir un escalofrío de la emoción.

***

Para mala suerte de aquella planta carnívora, Dawn estuvo lejos de ser la única campista que se cruzó aquel día, pasando un par de minutos para que Brick se la encontrara, observandole por unos segundos, tambien particularmente interesado en esta, pero por otros motivos.

Para su mala suerte, no podía tener un momento de apreciación como quería, pues desde que la encontró en el camino, Jo pareció creer que era una buena idea el seguirlo, y definitivamente esa chica hablaba hasta por los codos.

No era desagradable, pero ganas de alejarla cien metros no faltaban.

—Ay, es tan feita, pobrecita. —La voz de la mujer no tardó en elevarse conjunto a su opinión de la llamativa planta carnívora.— Es terrorífica, ¿No podrían ser las plantas gigantes más... Cómo flores bonitas o algo? Una con pétalos de colores y... Menos dientes.

—¿De qué estás hablando? Los dientes son la parte más interesante de la planta... —Como si dos personas fueran poco, parecía que el universo buscaba reunirlos cuando Anne Maria hizo acto de presencia, más que maravillada por la apariencia de aquella extraña planta.— Son realmente afilados...

—¡Ah, me asustaste! —Chilló la otra mujer, sin poder disimular lo aterradora que le seguía pareciendo una vez de cerca.— ¿Por qué te vistes así? ¿Eres una bruja o algo? —A pesar de lo grosero que podía sonar, no quería ofenderla, pero no le era posible disimular lo rara que le resultaba.

—La gente gótica no son brujas, niña, no seas tonta. —Brick respondió en su lugar mientras negaba con la cabeza.—

—Claro, el que yo lo sea es solo una coincidencia. —Agregó Anne Maria, causando un escalofrío en Jo y una breve risa por parte de Brick, antes de que volviera a enfocarse en la particular planta.

—Definitivamente, los dientes son mi parte favorita. —Tuvo que dar su opinión rápidamente sobre esta misma, aunque le gustaría quedarse por horas mirandola.— Lamentablemente, también serían los que nos mataría apenas estemos a su alcance, supongo que tendremos que buscar otro camino.

— O buscar un bicho gigante para que la distraiga y pasar a su lado mientras come. —Anne María se encogió de hombros.— Aunque seguro dejaría hecho un desastre... Quizá las tripas nos saltarían encima...

—No digas eso, ¡Que asco! —Se quejó la contraria, sacando la lengua de solo tener aquella imagen mental, mientras que por otro lado Brick solo elevó una ceja preguntándose si en verdad sucedería de ese modo tan grotesco.

—Bueno, hay dos opciones, distraer a la planta de algún modo y cruzar por ahí, o perder tiempo devolviendonos para buscar un camino mas seguro. —El hombre terminó por tomar la palabra nuevamente, asumiendo que al menos durante ese desafío, iban a seguir los tres por una misma dirección.

—¿Desde cuándo somos un grupo? —Cuestionó Anne Maria, aunque terminó por soltar un suspiro, suponiendo que era la mejor opción.— Deberíamos buscar otro camino, esa cosa nos va a comer si nos acercamos más.

—¿Y perder más tiempo? Ni hablar, la mejor opción es seguir. —Jo negó con su cabeza de un lado a otro, bastante preocupada con solo la idea de atrasarse.— Soy buena en gimnasia, si puedo caminar con las manos, ¿Por qué no podría contra una florecita? —Incluso hizo una breve demostración, aunque estuvo lejos de ganarse los comentarios de asombro que tanto le gustaban.

—¿Y que tiene que ver caminar de manos con esto?

— Pues... Pues... —Mientras buscaba alguna idea, fue interrumpida al caer repentinamente contra el suelo, que empezó a temblar de la nada, alertando a los tres presentes.

El pensar en volver dejó de ser una opción en cuanto divisaron la estampida de cucarachas gigantes, llevándolos a separarse en su intento de no ser aplastados.

Deberían seguir sus caminos alejados.

***

—No soy buena tratando con la gente, así que no estoy segura de como maneje esa conversación, eh... Da igual. —Anne Maria simplemente soltó un pesado suspiro frente a la cámara del concesionario, sin poder evitar el intentar acomodarse frente a esta y evitar que algún angulo poco afortunado quedará captado en estas.— Como sea, Jo no es mala... Y creo que Brick tiene buen gusto, respeto eso.

***

Hatchet podía ser muchas cosas, pero nadie podía negar que era alguien digno de envidiar, especialmente en esos momentos, mientras se relajaba como si nada estuviese pasando en el bosque repleto de mutantes, bebiendo un cóctel en su silla de playa y siendo atendido por su par de asistentes como si de meseros tratasen.

—¿Quien crees que llegue primero, Blaineley? —Chris murmuró mientras abanicaba a su jefe con una hoja de palma. Tenía un rostro que por más cansado que estuviera, reflejaba perfectamente lo mucho que le emocionaba tener la oportunidad de hacer esas suposiciones con su compañera otra vez.

—Uh, no estoy segura, quizá ese pequeñito, ¿Cómo se llamaba? ¿Camarón? —La mujer dudó unos momentos, pero terminó por asentir con su cabeza, segura de su respuesta.— Si el llega primero me tienes que dar diez dólares y si...

—¡Los estoy escuchando, tarados! —Fueron interrumpidos antes de poder hacer cualquier especie de apuesta, sobresaltandose.— Ya tenemos bastantes problemas por su culpa en esta isla, yo que ustedes no arriesgaría más sus cabezas. —Amenazó, con ambos respondiendo al unisono con nerviosismo.

Los hubiera regañado más de no ser por la imagen de finalmente uno de los concursantes acercándose a la llegada.

—Finalmente, ¿Saben cuanto me han hecho esperar? —El anfitrión fingió estar fastidiado, mientras sacaba el megáfono para gritarle a aquella persona recién llegada.— ¡Felicidades Dakota, eres la primera en llegar del montón de perdedores!

—¡Eso Dakota! ¿Cuál es mi premio? ¿Gané algo? —Incluso si estaba cansada, la mujer no tardó en reponerse tras escuchar aquella noticia, con una enorme sonrisa delatando su orgullo y un par de saltitos haciendo evidente su emoción.

—No irte del juego, conformate con eso. —Tras ello, la tomó de los hombros, ubicandola a un costado.— Eres la primera integrante de las Ratas toxicas, yo que tú, me pongo a rezar por un buen equipo.

—Uh, me han pagado menos que eso, ya que...—Terminó encogiéndose de hombros con relajo, sentándose en el suelo mientras acomodaba un poco mejor las vendas en sus brazos; quizá no debió pelearse con esa extraña ave gigante que no la quería dejar pasar en un momento de su travesía.

Solo pasó medio minuto para que otra silueta se asomara, en este caso una mucho más extraña, ¿Y como no si era una cucaracha gigante llevando en su lomo a Cameron y Lightning como si de un caballo tratase?

Tras bajar de aquella extraña montura, aún procesando lo que acababa de pasar, Hatchet no les dió siquiera un segundo antes de ubicarlos.

—Duende explorador, eres el primer integrante de los Gusanos mutantes, Rayo McQueen, ve con Dakota. —Les separó, dándoles un pequeño momento de pesar a ambos, quienes se despidieron con sus manos y una sonrisa decepcionada.

Pasó aproximadamente un minuto para que Brick fuera el cuarto en llegar, con una expresión de tensión que llegaba a ser contagiosa, incluso si la buscaba disimular al pasar de los pasos.

— ¿Los bichos extraños tienen una respuesta lógica o solo se pusieron más creativos? —Comentó mientras recuperaba el aliento, caminando hacia Cameron por indicaciones del presentador.— Bueno, es una forma bastante interesante de morir, al menos...

Solo unos pocos segundos tras ello, un ahogado B se asomó entre la vegetación, quitandose un par de hojas del cabello con visible preocupación en su mirada, mientras caminaba al equipo que le indicaron.

—Uh, la chica ciencia perdida por ver bichos, quizá en peligro, también ví una, uh... —Intentó explicarse algo preocupado, no obstante, terminó siendo forzado a formarse con el resto del equipo de las Ratas tóxicas y simplemente esperar que sus compañeros no fuera comida para mutantes en esos momentos.— ¿Los bichos de Canadá siempre tan grandes? Pensé que eso era australiano.

—Honestamente amigo, estoy en ese punto de mi vida donde no suelo cuestionar mucho lo que sucede... —Lightning se encogió de hombros con tranquilidad, preocuparse de esas extrañas criaturas no ayudaría demasiado, y haber usado una de montura fue suficiente para encariñarse con ellas.

—Supongo que son de alguna producción o algo así, es decir, me han hecho pelear con cosas muy extrañas, pero... —Dakota se cuestionó, de igual manera no muy preocupada al respecto, al contrario, era hasta interesante toparse con algo que no había podido enfrentar con anterioridad.— ¡Bueno, lo único sin solución conocida es la muerte, mientras estemos vivos, no habrá problemas! —Repitió aquella frase, siendo bastante obvio los bajos estándares que tenía para medir las tragedias.

Contrastante con lo alterados que lucian la mayoría, Mike llegó repentinamente con una sonrisa desbordante de orgullo en su rostro, llamando la atención de la mayoria.

—Oh, ¿Haremos esto en bandos? Espero que no se pongan demasiado territoriales.  —Tras pronunciar aquello, se acercó con una particular confianza, y palmeó la espalda del anfitrión, luciendo bastante distinto al chico extraño que era una vez llegó a la isla; incluso su forma de hablar era radicalmente diferente.— ¿Cuál es el mío, jovencito? No me haré más joven esperando aquí.

—Tú vas con los Gusanos, jovencito. —Respondió el anfitrión, bastante confundido por aquella actitud, empujándolo hacía Cameron y Brick para mantenerlo alejado.— Dios estos sujetos son cada vez más raros... —Se lamentó antes de volver a elevar la voz por la llegada de otro participante.— ¡Staci, apresúrate y únete a las Ratas toxicas!

La mujer obedeció, por un lado, feliz de haber seguido a Mike, y por otro, bastante preocupada por el hecho de haber perdido a Scott en el camino cuando de la nada los emboscó un ciervo con colmillos. Realmente esperaba que estuviera bien, o mínimamente vivo.

De todas formas fue interrumpida antes de poder decir cualquier cosa.

—¡Llegué, llegué primera... No, segunda...! No, uh... ¿En que número llegué? —La voz de Jo, animada en un inicio, pasó a la descepcion cuando notó la cantidad de gente reunida.— En mi defensa, tuve que desviarme del camino, normalmente soy mucho más rápida que eso. —Mientras se excusaba, caminó hasta su equipo, arreglando su cabello en el proceso.— ¿No ha llegado la chica bruja?—Se acercó a Brick, quien solo negó con la cabeza, algo preocupado por la falta de noticias de aquella mujer.

Para su alivio, no pasó mucho para que del bosque apareciera Dawn completamente desarreglada tras el ataque de un montón de mutantes, y a su vez, a Anne Maria, que si bien, se habia despeinado un poco, lucia muchísimo más estable que la primera.

Era como ver dos muertos en vida, pero de formas completamente diferentes.

—La científica loca se va con las Ratas toxicas, Draculaura, tu vas con los Gusanos mutantes. —El anfitrión las apresuró a unirse a los equipos, especialmente porque a lo lejos escuchó otro montón de voces acercándose.— Parece que ahí vienen los últimos perdedores... —Sacó unos binoculares solo para reír segundos después ante la imágen de un aturdido Scott caminando a duras penas, mientras Zoey resignada llevaba sus tacones en una mano al no soportar usarlos y a Sam intentando quitarse de encima al montón de ardillas que decidieron pelearse sobre su cabeza.

Por más que todos intentaran correr, la imagen era ridículamente divertida para el resto.

—Ya casi... Ya casi llegas, Sam... Tú puedes. —El agotado jóven intento a duras penas animarse así mismo, causando una risa en Zoey, que se sentía igual de demolida, pero necesitaba de algún modo creer que lucía más digna.

—Se animaba a él mismo, que triste... —Balbuceó, con la competencia hombro con hombro poniéndole más nerviosa de lo que querría admitir.

Aún más se preocupó cuando notó que Scott, incluso por poco, terminaba por ser más rápido que ambos, empezando a acercarse a la meta antes que ellos, y llevándola a tomar una medida desesperada sin siquiera meditarlo.

Golpear a alguien en la cabeza al aventarle un tacón eran bastante bajo, pero fue lo único que atinó a hacer, con Scott lo suficientemente aturdido ya de por sí, para que el golpe acabará de desestabilizarlo, haciéndole tropezar, y dejando que tanto Zoey como Sam cruzarán la llegada antes que él, ganando los últimos lugares en el juego.

Fue cruel, pero funcional.

—Sam, Zoey, tras una jugada bastante cuestionable ambos quedan dentro del juego, yo que ustedes me voy a sus equipos antes de humillarse más. —El anfitrión apuntó dónde debía ir cada uno, dando un par de pasos para acercarse a Scott, quien tenía un rostro demacrado mientras básicamente se arrastraba para llegar a la meta.— Niño, ya perdiste, no te molestes en intentarlo.

Hatchet esperaba muchas reacciones, pero definitivamente la de Scott tan dramática que siquiera él pudo ignorarla.

—¡No puedo irme, señor! ¡No puedo regresar con las manos vacias, necesito el dinero o me quedaré sin nada! —Se esforzó porque su quebrada voz no fuera muy evidente, pero la desesperación era bastante obvia para cualquiera.— Si regreso ahora estaré arruinado... ¡Necesito trabajo!

Normalmente el presentador era una persona imposible de conmover, sin embargo podía sentir cierta empatía por alguien con espíritu trabajador, y quizá hasta sacarle provecho; después de todo, encontrar mano de obra era complicado en un programa así de extremo.

—¿Tanto necesitas un trabajo, niño?—Cuestionó el hombre, haciendo que Scott asintiera inmediatamente arriba a abajo, con un pequeño rayo de esperanza en sus ojos.— Porque si realmente eres alguien competente, necesitamos gente que sepa trabajar... Y que sepa que es un jodido número par. —Tras ello, le dió una rápida mirada a los internos, atrapandoles justamente negando con su cabeza tras él, en un intento de advertencia de que no aceptará el trabajo que le ofrecían.

Para bien o para mal, fueron ignorados totalmente.

—¡Por favor, señor, no lo decepcionaré! Puedo atender gente, hacer cuentas, ordenar papeles... Y uh, ¡Preparó un café excelente!

—Deberias todo eso a este par de ineptos... —El hombre extendió su mano para cerrar el trato de manera simbólica, feliz de nuevamente poder contratar gente por un pago miserable.— Ustedes dos, lleven a su nuevo compañero y muestrenle el trabajo, rápido.

—¡Señor, si señor! —Musitaron al unisono, corriendo hacia Scott y básicamente arrastrándolo junto a ellos, siendo casi como apreciar a una pobre alma ser arrastrada hacia el infierno sin saber lo que le esperaba.

Tras ello, Hatchet se colocó frente al montón de concursantes, apreciando los equipos ya formados con una sonrisa en sus labios, juzgando a cada uno de ellos.

—¡Muy bien, felicidades por ser parte de los elegidos para esta nueva temporada de Drama Total! Dónde uno de ustedes tendrá la suerte de llevarse consigo un millón de dólares, ¿Lindo, no es así? —Mientras hablaba, el hombre empezó a caminar, indicandoles que le siguieran hasta las cabañas.— Como habrán notado, hay un par de pequeños cambios en la flora y fauna silvestre...

—¿Pequeños? ¡Vi una lagartija del tamaño de un elefante! —Difirió Jo, siendo completamente ignorada por el presentador.

—Agradezcan todo eso a mis asistentes, a los que les encargué la isla por dos semanas y cuando volví, me enteré de que intentaron ganar dinero con una compañía de desechos tóxicos... Buena gente, mala inversión. —A ese punto, estaba más molesto por el hecho de que no ganarán buen dinero con ello, en lugar del tema ético.— Ahora, los bichos extraños se quedarán, pero no sé preocupen, la isla fue limpiada lo suficiente para que nadie de ustedes se vuelva un monstruo extraño... O eso espero por las demandas, ¡Cómo sea!

Terminaron por llegar a un par de cabañas, las cuales se veían en condiciones tan cuestionables como las de la primera temporada, siendo descepcionante, pero no sorprendente.

—Por un momento pensamos en hacer una cabaña decente, pero era demasiado. También pensamos en hacer que un participante fuera eliminado por ceremonia, pero con lo pocos que son... —Hatchet negó con su cabeza, aún sin acostumbrarse a los cambios de aquella temporada.— ¡Cómo sea! No tendrán idea cuando un desafío es de eliminación o no, así que les recomiendo no confiarse... Y estar atentos a sus alrededores en todo momento.

—¿Podemos ir e instalarnos de una vez? —Intervino Sam, a ese punto demasiado agotado para siquiera procesar todo lo que estaba soltando el anfitrión.— Ya entendimos que nos quieres matar, no es necesario...

—Si, y uh, realmente tengo cosas que hacer... —Dawn concordó, con la curiosidad de volver al bosque a investigar consumiendola por dentro.

—Bueno, vayanse y pierdanse de la información que puede salvarles el pellejo, ¿A mí que me importa? —Hatchet se encogió de hombros, mientras sacaba una estatuilla con su cara, a la cual le dió una breve sonrisa mientras pensaba en lo guapo que lucía.— Esta preciosura de aquí estará escondida en algún lugar de la isla, quien la encuentre tendrá el poder de volver al juego sin importar el haber sido eliminado por sus compañeros... Ustedes sabrán que hacer con esa información.

La atención de todos fue captada con aquella explicación, algunos muchísimo más interesados que otros.

—Por ahora, les recomiendo que intenten descansar, porque les espera un laaargo día mañana. —Hatchet les dió una última sonrisa antes de retirarse con la estatuilla en mano, preguntándose si alguno de esos nuevos participantes podría encontrarla siquiera.

Las cabañas eran aún peores por dentro, contando con colchones y mantas en lugar de camas, además de la terrible comida que recibirían y los animales que estaban amenazando en todo momento; pero ahí estaban ellos, con la sentencia firmada y listos para dar inicio a la competencia más duras de sus vidas.

Podrían ser nuevos participantes, podrían ser completamente diferentes, pero definitivamente, estaban condenados a sufrir tanto como los primeros, y llevarse las preguntas de siempre, ¿Quién será el primer equipo en alzarse con la victoria? ¿Qué relaciones se formarán a lo largo del juego? ¿De qué forma elegirán competir cada uno de los participantes? ¿Scott podrá demostrar su amor al trabajo? Para esto y mucho más solo queda seguir sintonizando.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro