Capítulo 14 🌸

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Dispara
Bailey
🌸🌸🌸

Camino por el pasillo sintiéndome bastante sola, Angelic se lesionó por lo que no vendría por unos días al instituto. Lo que me deja sola a la merced de Alec Bann y sus sonrisas que rondan en mi cabeza todo el día. Me detengo frente a mi taquilla y la abro revisando mi horario a pesar de que hace mucho que comenzamos las clases mi cerebro se rehúsa a memorizar los horarios. Mi primera clase es bilogía, adoro ver cómo funciona el corazón de una persona. No creo que haga falta decir que estoy utilizando el sarcasmo.

—Hola Bailey —pego un salto llevando las manos a mi corazón que retumba en mi cabeza. —Lo siento ¿te asuste? —pregunta Renzo pasando una mano en su alborotado cabello negro con algo de arrepentimiento en sus ojos.

—No como crees, me fascina que mi corazón este al borde de un ataque cardiaco —gimoteo cerrando mis ojos y pegando mi frente a mi taquilla intentando regular mi pulso. —Hola, por cierto —vuelvo a hablar levantando mi cabeza para abrir mis ojos y ver los suyos color miel.

—Bien, venía a decirte perdón por el comportamiento de Romeo ayer no se está tomando muy bien la mudanza —el chico pálido vuelve a pasar la mano por su cabello negro, comienzo a creer que hace eso cuando está nervioso —Quería pedirte un favor ¿puedes ayudarme? —observo como hace tronar los dedos de su mano y pasa el peso de una pierna a la otra, parece que esto es importante para él.

—Claro mientras no me involucre en nada ilegal o incomodo te ayudare —cierro mi taquilla de golpe apoyándome contra la puerta de metal viendo al chico. —Dispara —al ver la confusión en los ojos de Renzo aclaro —¿Que tengo que hacer? —aclaro uniendo mis cejas en una interrogante.

—Dentro de unos días es el cumpleaños de Chanel y quiero regalarle algo, pero no sé qué pueda darle. Su mejor amiga es Adrienna no puede ayudarme porque es una chismosa y no sabe guardar secretos—. Apoyando su espalda en las taquillas deja escapar el aire de sus pulmones para ver a Chanel en el pasillo —Necesito un regalo que a ella le guste y no algo más del montón. ¿te parece vernos en el centro comercial después de la escuela? —gira a verme con una agradable sonrisa en su rostro.

—Claro nos vemos —sin decirnos nada más nos separamos cada quien por su camino. Hubiera deseado tomar otro camino en lugar de toparme con Alec y su cara de pocos amigos.

Paso por su lado con la frente en alto ignorando al castaño, a Demian y su grupo de amigos raros. Acomodando mejor mi gorro de lana color crudo intento evitar el contacto visual con Bann. El sonido de mis zapatos de tacón bajo retumba por el pasillo siento la mirada del grupo de subnormales sobre mí. Viendo por encima de mis hombros noto como todos efectivamente están viéndome. Miro al frente sonrojada de pensar que tal vez me bajo el periodo adelantándose este mes. Maldigo internamente ponerme este jean claro rasgado en mis piernas, estoy por salir corriendo, pero alguien grita mi nombre.

—¡Bailey Clark! —giro viendo a una de las chicas de Chicago corriendo hacia mí con una sonrisa. Intente decir algo, pero ella se abalanzo sobre mi rodeándome con sus brazos. —Soy Sabina Novak y llevo toda la mañana buscándote para saber cómo entro al equipo de fútbol —la chica rubia hablaba tan rápido que me costó entenderle al principio. Cuando digerí sus palabras me separo de ella tratando de no ser tan brusca si soy cariñosa, pero con las personas que me interesan.

—Las audiciones son mañana solo preséntate y la entrenadora decide si quedas dentro, buena suerte —contesto de manera amable y de reojo noto como el grupo de chicos me miran.

—Muchas gracias Bailey —besando mi mejilla la rubia se va corriendo dejándome anonadada. No comprendo que acaba de pasar, pero noto que los chicos siguen viéndome.

—¿Qué? —pregunto al grupo cruzándome de brazos viendo en especial a Alec. Muerdo mi mejilla para no sonreír al ver al castaño y contengo el escalofrió que pedía sacudirme de pies a cabeza.

—El grupo de Chicago no son personas confiables Clark —pronuncia Alec sin despegar su mirada de mis ojos —Ya te lo dije —sonrió al ver como su mandíbula se pone tensa y su mano se vuelve puño.

—Claro y un grupito de raros que me miran como acosadores es muy confiable ¿no? —ensanchando mi sonrisa giro sobre mis talones y les hablo nuevamente —Dame una buena razón para alejarme de ellos y pensare en hacerlo Bann —camino sintiéndome una triunfadora porque logre callar al castaño o es lo que me gusta creer. Al doblar la esquina voy directo al baño de chicas donde me veo las posaderas en el espejo. No estoy manchada, sin aires de ser presumida pero este jean me hace tener un lindo trasero.

Sintiéndome más confiada voy a mi salón de clases donde sin compasión mi cerebro es bombardeado con el conocimiento. No tenía a mi amiga para bromear en voz baja por lo que tuve que aburrirme con los profesores. Estuve a punto de dormirme en la clase de bilogía, pero las imágenes del proyector no fueron muchas para dejarme descansar los ojos unos momentos. Las siguientes clases fueron una tortura algunas me prohibían usar el gorro acá es cuando usaba mi cabello para cubrir la herida de mi frente y otras clases no me decían nada por lo que no me quitaba el gorro. El instituto fue una tortura para mi estando sola, porque admitámoslo todos vamos a estudiar obligados y el único rayo de esperanza para algunos son nuestros amigos.

Cuando pudimos irnos yo fui directo al centro comercial ya que en casa no había nadie y daría un par de vueltas antes de que llegue Renzo. Por lo que había observado de Chanel es una chica que le gustan las cosas caras pero elegantes. Ella es... definámosla como una princesa de papá, con lujos, hermosa y se cree el centro del universo.

Alec
🌸🌸🌸

Me escondo entre las prendas de ropa masculina vigilando desde lejos a Bailey. Froy había escuchado la conversación que la castaña había tenido con un valiu y me lo dijo luego de que Bailey me retara a buscar algo que la aleje de esos monstruos. La castaña estaba viendo ropa distraídamente como si nada estuviera mal, me cuesta pensar que Bailey sea tan cabeza dura de no querer escucharme. Ella mueve su cabeza en mi dirección y me agacho para que no me vea. Cuanto hasta treinta y asomo la cabeza viendo que el lugar donde estaba se encontraba vacío. El ambiente olía a ella podía percibirla, pero no la encontraba en ninguna parte ¿y si ese valiu ya llego para llevársela lejos y comerla?

—¿Qué haces aquí? —las perchas con ropa se suponen debían esconderme se abren de par en par. Bailey me estaba viendo con los brazos extendidos en las perchas y una ceja alzada.

—No es obvio vine a comprar ropa —muevo las perchas delante de nosotros intentando disimular.

—¿Ropa para abuelos? —las perchas si contenían ropa que usaría mi abuelo —La próxima vez que intentes seguirme no seas tan obvio —ella rodeo las perchas y me tomo del brazo llevándome por la tienda. Terminamos en el lugar donde ella estaba viendo la ropa hoy antes de que fuera descubierto. Rebuscando entre las perchas saco un conjunto de top y falda a rayas grises blancas y negras. Me lo entrego para continuar con su búsqueda de pantalones de jean y una blusa que dejaba al descubierto sus hombros y en el escote se ajustaba con una tira como en los zapatos.

Ella me dejo la ropa y camino por la tienda mientras la seguía sin entender muy bien que estábamos haciendo. Hasta que vi los probadores, Bailey hablo con una empleada y esta le entrego un cartel con un número. Pasamos a un pasillo extenso lleno de probadores donde enfrente de cada cortina había una banca. La castaña camino hasta llegar a su cabina colgó el cartel que le dieron a un lado de su probador y me quito las prendas para dejarme sentado en la banca. Cerrando las corinas tras de sí escuche como se quitaba la ropa y cada movimiento que hacían sus huesos al tronar. Cuando ya comenzaba a aburrirme la cortina se abrió y Bailey estaba con el conjunto a rayas. Tuve que cerrar mi boca porque esa ropa le quedaba fenomenal, resaltaba en ella como si al hacer esas prendas hubieran pensado que ella seria la modelo.

—No te quedes cayado ya que me espías dime ¿me queda bien esta ropa? —dando un giro pude apreciar mejor como ese conjunto le favorecía, me estaba volviendo loco y todavía no había respondido nada.

—Eh... si te queda fenomenal —quería golpearme contra la pared soné como un baboso. Bailey sonrió y volvió al probador donde el sonido de la ropa deslizándose sobre su piel hizo maldecir mis sentidos lobunos. Ella salió de nuevo con las prendas que ella armo para un conjunto, se veía bonita elegante y hasta sexy. Mi tortura durante quince minutos fue verla probarse ropa y no había nada que le quedara mal.

Ella compro dos o tres cosas pagando con tarjeta y viendo a nuestro alrededor esperando localizar al monstruo. Como si con la mente lo hubiera llamado el apareció en la tienda del lugar buscando a Bailey. Obligándome a cargar con sus bolsas Bailey me arrastro hasta donde estaba el chico que nos veía con sorpresa.

—Dime Renzo ¿tienes dinero para comprar? —el chico asintió y la castaña me quito las bolsas para comenzar a caminar. Ambos comenzamos a seguirla y ella fue hasta una tienda donde por lo general viene mi mamá y mi hermana a comprar.

Dejo sus bolsas con un guardia de seguridad que por como hablaron parece que se conocen desde hace mucho. La castaña se giró y señalo al monstruo para que se acercara, camino junto con el hasta que llegaron a una parte con vitrinas y joyas.

—¿Crees que le gustara un collar? —el chico de ojos ámbar la miraba nervioso como si dudara al ver la pieza de joya delante suyo.

—Primero que nada, es una gargantilla y segundo es el estilo de Chanel la observe desde que llego y le gusta llamar la atención que mejor regalo que una gargantilla con su nombre chapada en oro blanco —ella señalo la pieza que estaba sobre el gafete de terciopelo. La gargantilla tenía el nombre de Crystal pero al parecer es solo una muestra y puede personalizarse. —Además no solo le darás esto, confía en mi sé que ella lo amara —el chico finalmente acepta y encarga una gargantilla con el nombre de Chanel. Bailey en cuanto esta todo arreglado sale de la tienda con sus compras y entra a otra de decoración de interiores.

Renzo la sigue sin entender mucho hasta que la vemos frente a muchos marcos de fotografía. Ella se gira y nos indica que nos acerquemos a ella.

—¿Tienes algún dibujo bonito de Chanel para ponerlo en un porta retratos? —el chico saca de su mochila un bloc de papel que se lo da a Bailey mostrando un retrato de la joven en medio del bosque. —Le encantara ahora elige un marco que sepas que le guste —Renzo escoge uno de entre muchos y lo termina comprando. El muchacho le agradece su ayuda a la castaña y se va.

—Pensé que te caían mal el grupo de Chicago por lo que paso en la ruta —hablo cuando estuvimos solos mientras caminábamos por el centro comercial.

—No todos me caen mal y Renzo desde que llego aquí ha sido amable conmigo. Eres tú en que se empeña en decir lo contrario de ellos, mi padre me ha enseñado a primero ver hechos y luego sacar conclusiones —se detiene para verme con esa seriedad que me recuerda tanto a su padre —Los de Chicago no parecen tener nada que esconder y si de secretos hablamos tú y Demian esconden uno con sus tatuajes —tomando mi mano destapa mi muñeca donde tengo mi tatuaje de lobo. ¿Cómo ella puede verlo?

🌸🌸🌸

En Los aullidos a la luna en esta parte de la historia Angelic pasa unos días en su casa y Demian le confiesa su amor. Ahora vemos que pasaba entre Alec y Bailey con el dichoso tatuaje y los valius de Chicago.
¿Comenten que les pareció?

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro