–Para Ovidio, el amor es tanto el origen como el fin, es la razón del ser para vivir. Para Platón era el intentar poseer algo que no se tiene, creando así un círculo vicioso. Para Descartes es aquello que te es conveniente y te llena de felicidad. Para Sartre es una pasión inútil. Para Ortega y Gasset es un engaño, una falsedad. Para Empédocles el amor así como la lucha, son opuestos de unión y separación. El sofista lo considera un medio de caza y en Fedro una locura. Para Aristóteles es el sentimiento más grande y placentero que se puede tener– empezó la plática un joven peli celeste de orbes zafiro sentado a un lado de su profesor pelirrojo de orbes cobrizos.

Como ya era costumbre desde hacía tiempo, tanto el alumno como el filósofo tenían pláticas algunas veces a la semana, tratando temas vanos en la conversación con el calor de la más grande batalla, la mayoría de estas terminaban sin una conclusión.

–Pero ante todo ello, para usted ¿Qué es el amor?–le pregunto el joven mirándolo con curiosidad.

–Para mí... es algo difícil definirlo–medito un poco y seguido respondió.–Veras para mí es un sentimiento algo confuso, pues ni siquiera se sabe si es real...–comento sin si quiera mirarlo a los ojos.

–Si es así, usted cree ¿que una persona pueda olvidar a la persona que ama?–le pregunto desviando la mirada y tomando un poco de agua, seguido escribió unas notas en su libreta.

–¿Olvidar?~ Podría, pero entonces ese no sería amor~–le contesto con cierto tono juguetón.

El chico se quedó pensando y sus ojos se empezaron a humedecer, el profesor se levantó y lo abrazo, lo cual hizo que se acurrucara en su pecho durante un breve tiempo hasta que el mismo se separó.

–Tomare en cuenta su opinión–fue lo último que dijo antes de darle un suave beso en la mejilla, como signo de despedida y salir de ahí.

Cuando Nagisa salió empezaron a llegar más estudiantes, ocupando los asientos de la oficina les profesor Akabane, pero ese no fue el problema.

Pasaron los meses y el ya no regreso, no volvió a pasar cerca de ahí. Sabía que seguía yendo a las clases gracia a que muchos le decían, pero él no decía nada.

Karma se sentía raro, chicas y chicos seguían entrando a su oficina, pero nadie hacia lo mismo o parecido a él, no platicaba lo mismo con ellos pues siempre le daban la razón, hasta que un día meditando sobre que haría para el futuro de su ser, cruzo los brazos y escucho un sonido de algo arrugándose, sintió los bolsillos internos de la chamarra que traía y encontró una hoja de libreta.

No sabía cuánto tiempo había pasado eso ahí pero después de meditarlo un poco se dio cuenta que era la misma chamarra que traía cuando se él fue; abrió la hoja y la empezó a leer detalladamente.

«Akabane-sensei usted y yo tenemos una distinta forma de pensar, para mí el amor es un sentimiento que une a dos almas solitarias. Ambas como un buen rompecabezas se unen y crean un arte único, que nadie puede entender y muy pocos aceptan, ya que eso no está bien para ellos. 

Para mi es el aceptar todo lo del ser que se encuentra a su lado y la comprensión del mismo, la ayuda y la confianza, es el todo de dos personas, y así como se puede ser un todo se puede ser un nada en cualquier instante. Es una libertad, es el hacer el bien de la persona, y por esa razón es que le tengo que dejar, porque le amo, pero sé que no servirá de nada este sentimiento, no sé si es correspondido pero no hace ningún bien.

También opino que nunca se podría olvidar a alguien y menos a un ser tan especial, lo único que se puede hacer es suprimir el sentimiento, desvanecerlo hasta que solo quede el cariño y la amistad, es por eso que le pido no haga nada para evitarlo, es lo mejor para los dos, así nos evitare un daño grave, mi error. Y así ambos seremos felices por caminos separados, ya que a los dos nos hace falta madurar.

El superar nuestro pasado e incluso nuestro presente siento que es necesario, sé que esto no llegaría tan lejos y lo único que hacía era un mal tanto para usted y las demás personas, como para mí.

Me gustaría que cuando sea el momento de reencontrarnos y le pregunte ¿Cómo ha estado? Me conteste con un "Muy bien colega" ».

Karma dejo de leer la carta y se quedó pensando, recordando cada momento pasado con el chico y pensando ¿Cuándo? Y ¿Cómo sucedió esto? Aun mas, el ¿Por qué no se dio cuenta antes?

Intentando no estar diferente por tal hecho salio a buscarlo, disimuladamente saco información a sus amigos y compañeras.

Ya era tarde y los chicos ya se iban al ser su último día en esa escuela, era su graduación.

Se estaba frustrando hasta que lo vio salir casi al final con un elegante traje de graduación y tanto lagrimas como una enorme sonrisa en su rostro.

Grito su nombre, el volteo a verlo, tenía esa mirada de antes y ese brillo en sus ojos.

Estaba casi desierto pero ninguno se movió, Nagisa solo le sonrió.

–Aun no–le dijo mientras se despedía haciendo una seña con su mano a la altura de su cabeza.

Akabane no se movió, no por la despedida ni tampoco por sus ojos o por cómo se veía, sino porque en sus brazos noto que tenía vendajes.

Su impotencia creció, no por no poder ir corriendo tras el, sino por saber que si lo hacía seguiría sin entenderlo, él le seguiría mintiendo para verlo bien, para verlo feliz, y eso era lo que menos quería.

Esa fue la última vez que lo vio, ya que después de ver su espalda alejarse muchas chicas vinieron a él cubriéndole la vista, recordándole que lo había perdido ya...

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Pues que les digo, esta historia no fue totalmente de mi autoría, en realidad la escribió mi mejor amiga a base de sus sentimientos y experiencia, esta historia esta basada en hecho reales como ficticios, aunque a mi en lo personal me hizo darme cuenta de muchas cosas o bueno en realidad de las formas de ver el amor cada ser humano cuando me la mostró.

Yo le dije esta muy bonita publícala pero su respuesta fue «Toma te la regalo», charlamos un poco sobre ello y al final de cuentas decidí adaptarla a un Karmagisa y aquí lo tienen.

En fin espero les haya gustado.

-hace una reverencia- ¡Nos leemos luego!

Shikune ◕ ‿‿ ◕