Capítulo 26| Aléjate

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Z I A R A
🖤🖤🖤

Ylenia es muy parecida a la descerebrada de Cleo, lo bueno es que esta versión divina de Cleo ya está casada con un semidiós y encima de todo es prima de mi príncipe. La princesa de los mares me dejo frente a una habitación donde ponía el nombre de Penélope con tonos rosas, si mi compañera de cuarto llega a ser una chica muy femenina creo que nos llevaremos bien. Al entrar a la habitación encuentro un lado decorado con tonos rosas y negros, perfectamente arreglado estaba un tocador con mucha luz perfecto para maquillarse. Acostada sobre la pulcra cama bien ordenada de color blanca y con almohadones de colores rosas y negros estaba una chica. Se ve bonita, cabello castaño y en las puntas de color rosa.

- Hola soy Penélope, pero puedes llamare Penny - de un salto la chica se dirigió hacia mí. Pudiendo observar sus ojos color chocolate una enorme sonrisa y su delgada figura debajo de ese ajustado vestido de color gris.

- Soy Ziara, parece que seré tu nueva compañera Penny - sonreí debía llevarme bien con alguien aquí dentro además de Apolión. Camine hasta donde estaban mis maletas y las entre a la habitación solo serán dos años y podre irme de este sitio. Con ayuda de mi compañera acomode las cosas en mi pequeño armario y arregle la cama.

No me sentía cansada, pero si quería estar tirada en mi cama observando el techo inundada en mis pensamientos. Recordar cómo era todo antes de que me alejaran de Apolión debo ser algo masoquista porque esos mismos recuerdos me lastiman porque ya no están. Cierro mis ojos cuando pongo mis auriculares en mis oídos y le doy play a la música en mi teléfono. No me podre a llorar mi compañera aún está en la habitación debo permanecer fuerte como prometí. Morfeo me acuno en sus brazos y caí en su mundo de sueños, aunque esta vez no fue un descanso placentero sino una horrenda pesadilla.

- No eres lo suficientemente buena para mi hijo - la voz dulce de Perséfone había desaparecido y una más severa me estaba poniendo la piel de gallina.

- Pero Pers...

- Reina Perséfone más respeto niña insolente - me grita la reina del inframundo desde su trono. El rey permanece en silencio observándome con esa mirada oscura que le daría miedo hasta el más valiente.

- Lo siento su majestad - me arrodillo frente a ellos conteniendo las ganas de llorar, no podía dejar que los reyes me vieran siendo una débil semidiosa. - Es que no comprendo por qué me quiere alejar del príncipe yo lo quiero jamás haría nada para lastimarlo - alzo la mirada viéndolos suplicante pero los reyes del inframundo son despiadados más que el rey Zeus o la reina Hera. De reojo veo que mi padre agacha su cabeza negando que yo este suplicando clemencia a los reyes del inframundo. Lo cierto es que si me alejan de Apolión yo me muero mi corazón esta con el del príncipe.

- Matar a un grupo de excursionistas te parece poco nosotros no podemos interferir en el destino de los mortales solo las Moiras pueden hacerlo - volvió a gritar más enfadada la reina a su lado el rey tomo la mano de su esposa y esta guardo silencio.

- Te alejaras de mi hijo o tendremos que encerrarte en el tártaro hasta que llegue tu hora de morir - hablo por primera vez el rey y su voz fue aún más fría que la de la reina. Sin poder protestar me fui de la sala de tronos y comencé a llorar cuando las puertas se cerraron. Mi padre me escolto justo a la salida del inframundo, no me hablo durante todo el trayecto y lo único que se escuchaba además de los lamentos de las almas eran mis sollozos. Había metido la pata hasta el fondo y las consecuencias que debía pagar eran muy altas.

Al volver al mundo de los vivos no le dije nada a mi madre acerca del problema que tuve y que los reyes me obligaron a abandonar a Apolión. Tan solo me encerré en mi habitación para seguir torturándome con las fotografías que tenía con Apolión, aun con mi corazón destrozado sigo queriéndolo como el primer día.

- Quiero morir para volver a estar a tu lado mi príncipe - seque mis lágrimas y camine al baño que tengo en mi habitación. Puse el tapón en la tina y abrí la llave para llenarlo de agua caliente encendí un par de velas aromáticas y dejé que la tina se llenara de espuma con un poco de productos de baño. Cuando estuvo la tina lista y con burbujas me saque la ropa metiéndome en la bañera. - Si muero los reyes me dejaran verte o encerraran mi alma en lo más recóndito del inframundo - cerré mis ojos acariciando mis muñecas pensando en la posibilidad de quitarme la vida para ver de nuevo a Apolión. Lagrimas nuevas comienzan a caer por mis mejillas quemando todo estructura en mi interior.

- Eres patética, no entiendo cómo es que la reina Perséfone te considero una amenaza para el príncipe Apolión - hablo una voz tétrica fría y pausada, abrí mis ojos arrollando mis piernas de inmediato para que el intruso no me vea. Aunque con la espuma no se ve mucho, pero de igual modo abrace mis piernas. Sentado en el borde de la bañera estaba un joven de no más de veinte años, alto, pálido de cabellos rizados de color negro. Su camiseta negra tenía el primer y segundo botón desabrochado dejando expuesto un poco de su pecho. Un jean de color azul rasgado en las piernas y zapatos negros con tres franjas doradas.

- ¿Quién carajos se supone que eres? - hable casi en un susurro para que el me oyera ya que no quería que mi madre pensara que estoy hablando sola y aparte de semidiosa me tache de loca. El intruso tomo con su mano un poco de la espuma y la soplo contra mi rostro haciendo que las burbujas vuelen.

- Soy alguien más importante que tu insignificante semidiosa. Estas ante el gran y maravilloso Tánatos¹ el dios de la muerte sin dolor - mi corazón se paralizo por un segundo y al instante mi cabeza comenzó a trabajar en la idea que inconscientemente llame a un dios para solucionar mis problemas. La divinidad se puso de pie y chasqueando sus dedos hizo que me ponga de pie. Enseguida cubrí mi cuerpo, pero al tocar lo que se supone debería ser la piel de mi cuerpo sentí algo diferente y mojado. Baje la mirada a mi cuerpo y tenia puesto un vestido sencillo de color azul eléctrico.

- No soy un pervertido, ese es el exhibicionista de Apolo - sentencio la divinidad al percatarse de que veía con asombro el hermoso vestido que tenía puesto.

- Tánatos - susurre más para mí que para él, analizo sus delicadas facciones y no puedo dejar de compararlo con mi padre como es que Tánatos puede ser tan guapo y mi padre es un viejo feo. - ¿Qué quieres conmigo? - pregunte algo dubitativa ningún dios te visita así porque si a menos claro está que sea tu padre o madre divinos aun así siempre necesitan algo.

- Te quiero a ti preciosa serás mi aprendiz devota quiero un alma tan oscura como la tuya.

A P O L I Ó N
💀💀💀

Si las miradas mataran Demi y Alida habrían asesinado, enterrado y posteriormente perdido el sitio de donde dejaron el cuerpo de Ziara. Entre las tres había mucha hostilidad no solo yo notaba eso sino todos los que estábamos desayunando en esa mañana. Demi parecía arrojarle cuchillos con los ojos a Ziara y Alida no dejaba de tirarle indirectas ofensivas a la rubia acerca de su delgado cuerpo o de su corte de cabello. Todas estas cosas parecían no afectar a Ziara es como si tuviera un escudo que hace que los insultos de las dos chicas le resbalen y no la afectan. Diana a mi lado se mantiene cayada bebiendo su café, pero también observa a la rubia que mantiene su mirada en mí.

- ¿Cuándo te iras? - pregunto Alida ya cansada de que la rubia ni siquiera le prestara atención.

- En dos años cuando termine mi carrera, pero tú ya no estarás el año siguiente ¿cierto? - Ziara sonrió de manera burlesca y se levantó de la mesa para lavar su tazón donde comió cereales. Cuando termino esta acción se encamino a la puerta de la cocina topándose con Hypnos que apenas la vio le dedico una mueca de sonrisa. - buenos días Hypnos - la descendiente de Caronte poso su mano en el hombro del pelinegro y planto un beso en la mejilla del dios que no mostraba ninguna expresión.

- Buenos días Ziara - contesto el pelinegro borrando su sonrisa cuando sus ojos se conectaron con los azules de Helen. La platinada bufa parándose de su asiento para lavar su taza al parecer la actitud de Ziara con el dios de las pesadillas la hizo enojar.

- Nunca pensé que diría esto, pero... quien rayos se va ahora a la universidad lo acompaño - exclamó mientras no miraba a Hypnos, su ojo izquierdo comenzó a tildarle y una fina línea formo sus labios cuando el mismo dios hablo.

- Si esperas un poco puedo llevarte - Helen lo ignoro de manera monumental y dirigió su mirada a donde estaba yo. Tomé la mano de Diana y la hice ponerse de pie ya no quería estar cerca de Ziara ella no vino por querer terminar su carrera ella vino por mí.

- No hace falta el príncipe Apolión me lleva junto a su... - la platinada camina hasta llegar a Ziara que la mira con una sonrisa enorme aun sosteniendo a Hypnos por el hombro. - Novia la princesa Diana - la sonrisa de la rubia se esfumo cambiando a una mueca de desagrado y miro a mi flor por un segundo antes de dejar al dios de las pesadillas e irse.

- Me acabo de ganar una enemiga gracias Nieve - se ríe Diana abrazando a la platinada que continúa enojada. Salimos de la cocina que quedo con un ambiente algo pesado por la cantidad de cosas hostiles que pasaron.

- Perdón chica oscura pero no sé qué mosca me pico allí dentro ver que Ziara es tan sociable con Hypnos me hizo enojar - Helen continúo caminando al garaje, pero con Diana intercambiamos miradas cómplices y mi novia sonrió antes de decir en voz baja.

- Eso se llama celos - la platinada freno y la miro amenazante antes de rendirse y asentir con la cabeza.

- Estoy celosa por Hypnos.

💀💀💀

Cierro el libro cuando no me puedo concentrar había venido a la biblioteca de la universidad para estudiar, pero aun así los problemas me siguen. Ziara se sienta frente a mi sin apartarme la mirada ni un instante esperando a que hable, pero no lo hago.

- Confieso que no me esperaba una fiesta de bienvenida, pero si por lo menos un poco de tu atención príncipe - estiro su mano poniéndola a la altura de sus ojos viendo sus uñas como si fueran lo más interesante. Hasta que dejo de ver su mano para mirarme nuevamente ya no tenía la mirada inocente en sus ojos solo podía ver maldad.

- Pensé que la reina te prohibió verme ¿porque desobedeces un mandato real? - evado su acusación con algo que espero la logre asustar y se valla, no tengo nada en su contra, pero si Ziara volvió a mi vida no es para nada bueno. Ella lo único que hace es que me pierda en lo más profundo de la oscuridad de mi alma ese lado donde solo cabe la maldad para con todos los mortales.

- Yo no le diré que desobedecí y... - se levantó de su asiento inclinándose un poco sobre la mesa acercándose a mí que retrocedí de inmediato hacia atrás. - ¿Tú les dirás? - hizo un pequeño puchero para luego reír y volverse a parar de forma correcta.

- Aléjate de mí y mi novia - la señalé también poniéndome de pie mirándola de forma fría - Si cumples mis padres no se enterarán que estas aquí - recogí mi libro y la mochila para largarme de esa biblioteca ya ni estudiar tranquilo se puede.

Continuo mi camino hasta el estacionamiento de la universidad donde esta aparcada mi moto. Solo quiero ir a la casa encerrarme en el cuarto de estudios y que nadie me moleste hasta dentro de tres días. Pero como la mala suerte me acompaña al llegar a mi moto aparece el dios que menos me agrada.

Tánatos.

El hermano gemelo de Hypnos está fumando alado de mi motocicleta mientras observa el cielo. Paso una mano por mi rostro intentando calmarme o matare a alguien por estrés lo juro. Continuó mi camino hasta que llego a mi vehículo, pero soy interceptado por el pelinegro que hace un sonido con su garganta para que le preste atención. Acaso hicieron un grupo de Whats App del inframundo para ver quien me molesta en época de exámenes.

- Príncipe Apolión es un gusto volver a verte luego de.... - se lo piensa mientras rasca su barbilla con su mano libre - Siete u ocho años no recuerdo bien - le da una última calada a su cigarro para luego arrojarlo al suelo y pisarlo con sus botas negras. Lo admito sus botas se ven geniales quiero una de esas.

- Dejémonos de formalidades dime ¿que quieres? - voy directo al grano con Tánatos el no sale de su cueva ni por que el mismo Zeus lo llame. Se la pasa encerrado en el Inframundo trabajando desde allí es un flojo o muy inteligente para usar la tecnología moderna a su favor.

- Quiero que te alejes de Ziara - habla mientras el humo sale de su boca, intenta intimidarme, pero no lo lograra.

- No hace falta pedirlo con gusto lo haré si la mantienes alejada de mi - estiro mi mano y el la estrecha cerrando el trato nuestras manos se encienden en llamas azules.

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#FelízLunesEnLlamas

Hola, hola mis llamitas ¿cómo les fue esta semana? ¿les gusto el capítulo? Por que en mi país corrieron el feriado actualice hoy y el jueves también hay capítulo.

1 Tátanos Dios de la muerte sin dolor y hermano gemelo de Hypnos.

Debo confesar que cuando me pongo a leer el capítulo publicado me emociono cuando pasa algo entre Diana y Apolión. ¿a ustedes les pasa igual?

También les diré que extraño escribir en la historia de Aileen, extraño a mi princesa del rayo.

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