Capítulo 31| Liberando a una flor

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Z I A R A
🖤🖤🖤

Por la bola de cristal observaba como Styx conversaba con Diana de forma muy animada y note como la diosa tocaba el vientre plano de la princesa. Cerré mis ojos para no arrojar la bola contra los árboles y pedí ver a mi madre, ella se encontraba en la cama de un hospital profundamente dormida. Guarde la bola de cristal repitiendo en mi mente una y otra vez que estaba haciendo todo esto por mi madre.

– ¿Estás seguro de que tu hermana no dejara escapar a Diana? – pregunte a Tátanos mientras me abrazaba para no sentir tanto el frió de la noche. Era el segundo día que pasaba en este bosque y aun no confiaba mucho en Styx porque me parecía algo persuasiva.

– Mi hermana no la dejará escapar solo se encargará de cuidarla – el pelinegro puso más leña a la pequeña fogata que encendió y se sentó a mi lado pasando su brazo por mis hombros.

Desde que llego Tánatos no me dejo sola en este bosque porque no quería que enfrentara sola a Apolión y los demás que vinieran a ayudarlo para liberar a Diana. Apoye mi cabeza en su pecho y escuche los latidos de su corazón el frió de la noche dejo de sentirse. Cerré por un segundo mis ojos para descansar y la paz que había sentido se esfumo cuando Cronos hablo de nuevo en mi cabeza.

Hija de Caronte mi nieto aparecerá para recuperar a su novia debes entrégale el mensaje que te dejo Styx y déjate lastimar – mi cabeza dolía como si me hubiera golpeado el cráneo repetidas veces contra el suelo. A mi lado Tátanos intentaba comprender que me estaba pasando, pero no podía hablar por el dolor que tenía en la cabeza solo podía llorar.

Tras el dolor abandonarme seque mis lágrimas y abrace mis rodillas esperando que todo esto acabe de una vez y regrese a mi vida normal. Quería volver a molestar a Hypnos, enfurecer a Tánatos por hablar con otros chicos y hacer enojar a mi padre por decirle que es un viejo feo. Solo quiero que esta horrenda pesadilla acabe ahora es cuando extraño ser acosada por Tánatos y que él me mande a hacer sus mandados estúpidos de asustar personas por diversión. El dios de la muerte me alzo en sus brazos y acunándome como si de un bebe se tratara me hizo dormir sin tener esas horrendas pesadillas que me atormentan durante las noches.

Al despertar encontré tres pares de ojos viéndome de manera amenazante y antes de que pudieran hacer algo me puse de pie. Tánatos continuaba durmiendo en el suelo, usando mis poderes golpeo a Apolión y salgo corriendo para dejar fuera de todo esto al dios de la muerte. Frente a mi cae una manzana dorada que explota lanzándome hacia atrás dejándome completamente desorientada en el suelo. Los pasos llegaron a mi sin darme oportunidad a defenderme, pero aun así logre ponerme de pie y lanzar un golpe contra Helen. Mas bolas oscuras aparecieron en mi mano y ataque a Alida quedando frente a Apolión.

– No quiero hacerte daño Ziara solo dime ¿dónde está Diana? – dolía escuchar cómo se preocupaba por ella, ambos se querían mutuamente y yo quedo condenada a amar a la muerte por el resto de mi vida, pero él no lo hará conmigo. Furiosa comencé a lanzar mis poderes contra el gritando con desesperación soltando toda mi ira contra quien no lo merecía, Apolión. Las otras dos chicas se levantaron para ayudar al príncipe y juntos combinaron sus poderes para lograr atacarme. El golpe dio justo en mi pecho y me lanzo volando hacia atrás golpeando mi espalda contra un árbol. Un zumbido se escuchó en mis oídos, pero justo antes de perder la conciencia saque el papel que me dio Styx dejándolo en el suelo.

Recupere la conciencia abriendo los ojos para ver que estaba de nuevo en la cabaña y Tátanos estaba tomando mi mano mientras que Styx caminaba de un lado a otro soltando insultos en griego antiguo. La otra persona que se encontraba a mi lado con gasas y alcohol en las manos era Diana, para mi asombro ella me estaba curando las heridas. ¿Por qué ella es tan buena conmigo?

– Si Tánatos o Styx te obligaron a curarme puedes dejar de hacerlo – aparte las manos de la castaña, no quería que me hiciera sentir aun peor por secuestrarla estando embarazada y encima de todo que me cure a la fuerza.

– Ellos no me pidieron nada solo quise hacerlo – volvió a pasar las gasas con alcohol por mi cara y curándome en silencio ella acabo con su trabajo para luego irse. Minutos después Styx sale dejándome sola con el dios que mantenía su mano aferrada con fuerza a la mía.

– Te mantuve en este plano por que no puedo perderte Ziara aún no hemos terminado con todo esto y tú no puedes dejarme no ahora – apretó más el agarre de mi manoy beso mis dedos manteniendo sus ojos cerrados. Mi corazón comenzó a bombear porque alguien se preocupará tanto por lo que me pasara y una lagrima se escapó al igual que un sollozo ahogado de mis labios. Ya no aguantaba más las últimas semanas había estado bajo mucha presión, el no saber si mi madre moriría o seguiría con vida a cada segundo que pasaba me estaba volviendo loca. Jamás debí volver a buscar al príncipe del inframundo, Tátanos tenía razón cuando dijo que él estaba mejor sin mí, pero siguiendo a mi corazón termine metiéndome en un enorme lió.

– Ya no aguanto más quiero que todo vuelva a la normalidad – solloce tapando con mi mano libre mis ojos, no quería que me viera tan débil. Sé que a Tátanos odia verme llorar por que así demuestro lo que me pasa y los demás tienen algo con que atacarme mi debilidad es expuesta y para la aprendiz del dios de la muerte sin dolor eso es una deshonra.

– Pronto todo acabara y te prometo que iremos a ver a tu madre – con sus manos descubrió mi rostro que en ese momento ya estaba empapado en lágrimas. – Eres patética – suelto una risa al escuchar esas palabras, tal vez a alguien esas mismas palabras lo desalentarían, pero para mí significan mucho. Sin pensarlo más tome sus mejillas y lo bese, esta vez no era un beso por un juego o a cambio de un favor. Esto es real es lo que siento y quiero dejárselo en claro, amo al dios de la muerte sin dolor y él me ama a mí.

D I A N A
🔮🔮🔮

Mucha sangre cubría el cuerpo inerte de Ziara parecía estar muy mal herida y muchas hojas y ramas habían esparcidos por su cuerpo. Yo me mantuve cerca de las escaleras como me había pedido Styx, aunque con el control que ella tenía sobre mi cuerpo no podría moverme, aunque quisiera. Los dos hermanos discutían a viva voz en griego antiguo idioma el cual entendía muy poco ya que no había recibido clases ni ningún entrenamiento como los demás.

– Tiene que recibir atención o morirá ese golpe la dejo mal herida Tátanos ella puede morir si no la llevas con Apolo – por primera vez en lo que llevan discutiendo pude comprender algo de sus gritos. Intente levantarme para irme, pero no podía Styx seguía reteniéndome en las escaleras y no podía evitar escuchar su conversación.

– Si la llevo con Apolo su madre muere y eso jamás se lo perdonara a pesar de que no es su culpa – grito el dios rojo por la ira y su hermana dejo de gritarle para guardar silencio viendo a su hermano con cierta tristeza. En ese momento pude moverme comprendiendo que Styx me permitía ir a mi habitación, pero en lugar de subir las escaleras fui hacia Ziara.

Los dos dioses observaban cada movimiento que yo hacía mientras intentaba descubrir las lesiones que podrían matar a la rubia. Si no vendábamos sus heridas moriría desangrada y no permitiré eso estando yo para salvarla. Creo que el embarazo me dejo más sensible de lo normal y escuchar que ella estaba haciendo todo esto por su mamá quito todo enojo de mi sistema.

– Tráiganme gasas y alcohol tengo que limpiar y vendar las heridas o morirá por una hemorragia – hable en voz alta quitándome la camisa para presionar la herida más grande que tenía que era en su vientre, los dos reaccionaron cuando les volví a gritar – Muévanse o morirá – rápido hicieron lo que les pedí y pude curar a Ziara la chica que me secuestro, pero no por mi novio sino por salvar la vida de su madre.

Al momento de llevar a Ziara a su habitación fuimos despacio para que nada empeorara en su situación delicada lo mejor era no moverla, pero no podíamos dejarla tirada en el sillón. Trabaje bajo la atenta mirada de Tátanos y Styx continuaba pronunciando palabras en griego que no llegue a comprender. Estaba terminando cuando Ziara se despertó algo desorientada intercambia algunas palabras conmigo y termine de curarla. Me fui junto a Styx que volvió a dejarme en mi habitación encerrada, pero con una esperanza latente de que pronto vería al papá de mi bebe.

Desde la ventana podía ver el bosque las hojas caer por el viento suave que corre el lugar se veía en paz salvo por lo que estaba por pasar dentro de poco tiempo. Hasta que un portazo en la planta baja me hizo saltar en mi sitio, asomándome a la ventana pude ver como Ziara salía corriendo adentrándose al bosque seguida de Tátanos. La puerta de la habitación se abrió, pero no me gire seguía viendo a donde se iban esos dos con tanto apuro.

– Diana es tiempo de que te vayas – volteo viendo a Styx con un vestido blanco en sus manos, entrecierro los ojos sintiendo que ya lo había visto antes. – Vístete te estaré esperando afuera – ella dejo el vestido sobre la cama y se fue dejándome con muchas preguntas. Obedeciendo a su petición me vestí en silencio sabiendo que debía mantenerme fuerte reserve energías para usar mi magia tengo que proteger a mi bebe cueste lo que cueste.

Camine hasta la puerta que se abrió sin mucho esfuerzo cosa que me hizo saber que la magia que estaban usando para retenerme desapareció. Di un paso fuera del umbral escuchando el rechinido de la madera vieja bajo mis pies, giré para ver la habitación y esta se veía deteriorada como si hubiera estado abandonada por décadas.

– Quítate los zapatos Diana y no mires hacia atrás – mire al frente y la morena tenía una corona en sus manos la misma que Apolión me había puesto cuando cenamos con sus padres solo que ahora no estaba encendida en llamas. Ella coloco la corona sobre mi cabeza y esta se encendió en llamas azules, mi cabello fue peinado por arte de magia con una trenza hacia un costado y el espejo del pasillo donde me veía se oscureció para luego romperse. Todo en este lugar se estaba volviendo viejo como si décadas se le vinieran encima a la cabaña de golpe. Styx tomo mi mano arrastrándome mientras ella corría contra el tiempo de la casa que justo cuando salimos se vino abajo.

– ¿Puedes explicar que paso? – señale la cabaña que estaba llena de vegetación y se veía arruinada, nada que ver a la cabaña que era cuando me trajeron a la fuerza a este sitio.

– Cronos ya no quiere que estemos aquí – comento ella comenzando a caminar adentrándose en la misma dirección por donde fueron antes Ziara y Tátanos. Fui detrás de Styx, pero a mi alrededor la vegetación comenzó a hacerse más densa y en un momento perdí de vista a la diosa del rió Estigio. Continué caminando hasta que hasta que frente a mí se apareció un camino de tierra di un paso y la tierra bajo mis pies me hizo mirar hacia abajo. Mi vestido había comenzado a dejar un camino de llamas, pero era un fuego que no consumía nada hasta que llegue hasta un puente de madera. El viejo puente crujía bajo mis pies y las plantas de moho hacia el paso más resbaladizo.

– No dejare que la lastimes – apresure mi paso al escuchar el grito de Alida. Comencé a correr siguiendo los gritos, pero un dolor muy fuerte en mi bajo vientre hizo que me detuviera y luego de un segundo me encontraba por los aires gritando al ver a un enorme monstruo. Mi vestido en llamas quemo la mano del monstruo haciendo que me soltara en el aire y ni siquiera me dio tiempo de recitar un hechizo ni mucho menos poder levitar.

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#FelízJuevesEnLlamas

Aquí está la famosa caída que dije en capítulos anteriores. ¡Diana esta está en una caída libre! ¡cuidado con el bebé!

Antes de que se ballan les recomiendo que visiten la cuenta de Margarita_tello esta escribiendo su primer novela en Wattpad se trata de fantasmas y po rlo que leí esta muy buena.

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