❥Capitulo 22

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Tan pronto la idea cruzo su mente, su teléfono vibró desde su sitio en la mesita de noche donde lo había arrojado. Sorprendido, Lance se inclinó y lo levanto...Pero la notificación era de un número desconocido, no su madre.

Desbloqueó el teléfono y abrió el mensaje, haciendo una mueca.

Lance, soy Allura. Pidge me dio tu número anoche y me conto sobre tu encuentro con Shay. Necesitamos hablar.

Lance frunció el ceño, listo para cerrar el mensaje e ignorarlo por todo el tiempo posible, cuando recibió otro mensaje.

Por favor. Comprendo tu ira, pero no soy tu enemigo. Reunámonos hoy y hagamos las pases.

Lance dudo, pero escribió una respuesta seca.

¿Cuándo y donde?

Tres segundos después,

Cafetería de Gemma para desayunar, en una hora?

Mordió su labio. El cristal zumbo, leve y alentador. Por mucho que a Lance le disgustase lo que ella había dicho ayer...Allura tenía razón en una cosa. No era su enemigo. Así que...él iba a escucharla.

Bien.

*

Lance llegó tarde (su rutina matutina era un complicado e importante proceso, muchas gracias), asi que estuvo gratamente sorprendido al descubrir que Allura ya le había ordenado un latte y un bagel integral recién hecho.

"Hey," le dijo mientras se sentaba frente a ella, "¿Cómo sabes mi orden?"

Allura sonrió levemente. "Pidge es un informante excelente."

Lance levanto la tapa del bagel y silbo. "¿Incluso tratándose de queso crema?"

"Incluso entonces."

Hubo un momento tenso de silencio. Lance dio un sorbo a su latte y elevo una ceja, aguardando expectante.

"Creo que te debo una disculpa," dijo Allura.

"Sep," dijo Lance. "No puedo contradecirte."

Ella suspiro. "Tenía tu bienestar en mente cuando dije aquello, pero me di cuenta de que salió algo...brusco."

"Dijiste que me perseguirías y matarías si me transformaba," Lance le recordó.

Ella se encogió. "Si. Lamento haberlo dicho. Solo que ..." Se mordió el labio. "Vi a todos a quienes amaba, a todos quienes conocí, morir o convertirse en Druidas. Vi como...como los cambió. Creí que los muertos estaban mejor."

Lance abrió la boca, pero lo detuvo su expresión.

"No es una exageración," ella murmuró. "Se que pensaras que estoy siendo dramática o mintiéndote simplemente, pero es la verdad. Vi a madres destrozando a sus hijos tras la transformación. Vi niños destrozando a sus padres antes de atacarse entre ellos. Sé que Shay te dijo que los Druidas no son naturalmente malvados, como los vampiros tampoco son natamente malvados...y puede que tengas razón. Pero yo solo he visto a los malos, Lance. Y yo no..." trago seco, girándose. "No deseo verte así," susurró.

"Crees que sería mas bondadoso matarme."

"Si," Allura susurró. "Yo...no sé."

"¿Crees que Shiro y Keith son malvados? ¿Qué están manipulándome?"

"No," dijo ella. "Lamento haber dicho eso también. No te manipulan, te aman."

"Me alegra que lo captes."

"Tendría que ser ciega para no hacerlo."

Lance titubeo, entonces se estiro por la mesa y toco una de sus manos donde se cruzaban frente a ella. Ella se agito y levanto la vista. "Princesa...aprecio que hayas intentado advertirme, ayudarme, supongo, en la forma que creíste era la mejor. Pero las elecciones que hago no te conciernen. Y tengo evidencia bastante sólida de que no todos los Druidas son malvados."

"¿Evidencia?" Allura repitió, confundida. "¿Cómo? Tú... ¿encontraste a otro?"

"No exactamente," dijo Lance. "Mis ancestros...bueno, uno de los Paladines, su nombre era Fala. Y ella me mostro algo anoche, en un sueño – su historia, la historia de ella y su amante vampiro, Mircalla. Mircalla la transformo, Princesa. Y no se volvió un monstruo."

"¿Y qué le sucedió?" Allura pregunto, ensanchando los ojos.

"Escaparon juntas," dijo Lance. "Fala hacia amuletos de la buena suerte para su aldea antes de transformarse, y continúo haciéndolos después. Como Druida."

"Asi que...entonces es posible," dijo Allura. "Hay esperanza de que no vayas a perder tu humanidad, después de todo."

"No lo haría," dijo Lance. "Princesa, sé que no."

"Lance," le dijo, contemplándolo con sombríos ojos azules. "Por siempre es un largo tiempo. No te precipites al tomar esta decisión. Dale tiempo, dale...date tiempo."

"¿Tiempo para que?"

"Para ser un humano," le dijo. "Para...crecer, envejecer, hacer todo lo que serias incapaz de hacer como uno de ellos."

"¿Qué si quiero tener dieciocho por siempre?"

Ella sonrió nostálgicamente. "Nadie quiere tener dieciocho por siempre, Lance."

"Bien," dijo, tras un segundo. "Bien, pensare en ello, y le daré tiempo...Eso puedo prometértelo."

"Gracias," dijo ella. "Me di cuenta que es todo lo que puedo pedirte."

Lance frunció el ceño. "Sabes, creo que también te debo una disculpa." Ella inclino la cabeza, interrogativa. "Por lo que dije sobre Lotor...se que te asusto escuchar que aun te desea, y no fue justo de mi parte culparte de su deseo a mi también. Es un bastardo y el enemigo, no tu. Lo entiendo. Lamento siquiera haber creído que no estabas de mi lado. De nuestro lado."

Allura asintió, y apretó sus manos fuertemente. "Escucha cuando te digo que Lotor y su cuartel pagaran por lo que han hecho, Lance. Dentro de tres días...saldara sus deudas. Muy caro. Tu y yo seremos libres de sus sucias garras de una vez por todas."

Lance parpadeo. "¿Vas a matarlo?"

"Tiene diez mil años," dijo Allura. "No podemos matarlo. Los vampiros antiguos siempre regresan, de una u otra forma." Torció la boca. "Pero podemos hacerle lamentar haberse cruzado con nosotros. Podemos destruir el pequeño reino que ha construido, lastimarlo, asustarlo. Es una creatura orgullosa, asi que le arrebataremos ese orgullo. Sin su orgullo, sin sus soldados y aduladores, es simplemente un mimado niño egoísta, con la tendencia a hacer berrinches y ser ignorado por su padre."

"Comprendo lo que dices," murmuró Lance, "pero también es un antiguo Príncipe vampiro."

Sus ojos relucieron. "Y yo soy una antigua Princesa Alteana," respondió. "Yo creo que estamos empatados. ¿Tu no?"

"Eso espero," Lance dijo con intención, "Porque es lo peor."

Chocaron sus tazas de café. "Amen por eso," Allura asintió.

Tuvieron un sorprendentemente civilizado desayuno juntos, y fue únicamente mientras se marchaban que Lance recordó lo que tenía decidido hacer tras levantarse aquella mañana.

"Hablaré con mi mamá cuando vuelva a casa de Pidge," le dijo.

Allura paro en la acera mientras la puerta se cerraba tras ellos. "¿Sobre...?"

"Ya sabes," dijo Lance. "Alteanos. Mi familia. Asuntos."

Ella arrugo los labios. "¿Estás diciendo que no mencionaras a Keith ni Shiro?"

"¿Crees que terminaría bien si lo hiciera?"

"Pensándolo bien, mejor no." Allura rio. "Aunque...ten en cuenta que, si decides quedarte con ellos, tendrás que decirle lo antes posible."

"Lo se," Lance suspiro. "Pero...una cosa a la vez, ¿Cierto? Ni siquiera sé si sabe lo que es. De dónde venimos."

"Solo hay un modo de saberlo," dijo Allura, tocando su hombro tranquilizadoramente. "Oh, y...lamento no haberte felicitado antes por tu éxito con el cristal. Shay tenía razón – es tuyo ahora, verdaderamente."

"¿Qué significa eso, exactamente?"

"Es una extensión de ti," Allura le dijo. "Impregnada de tu magia y conciencia."

"¿Mi conciencia?" Lance sacudió la cabeza. "Pero el cristal me habla; tiene una mente propia."

Allura señalo su cabeza. "Es tu mente," le dijo. "Solo una capa diferente, una más profunda – todos tenemos una conciencia que nos guía, ¿Verdad? Justo asi. El cristal le dio una voz a tu subconsciente, la instintiva capa de tu mente que sabe, que siempre ha sabido, acerca de la magia en tu sangre." Ella sonrió. "Es la parte más Alteana en ti, en cierto modo."

Lance sonrió de vuelta. "bueno, entonces debería alegrarte saber que cada parte de mi esta enamorada de Keith y Shiro. El cristal ya no me advierte que me aleje – de hecho, no quería dejarlos ayer."

"Hm," dijo Allura. "No creo que 'alegrar' sea la expresión indicada, pero...es bueno que no vayas a estar contrariado en esto. Entre más sincronizado estés con tu magia y entre más compatible sea con la magia de Keith y Shiro, mejor saldrá la transformación. Al menos, creo que asi es como funciona." Encogió los hombros y rio ligeramente apenada. "Lo lamento, Lance. No soy una buena mentora, ¿O sí? Coran es mucho mejor en esta clase de cosas...mi padre lo era también."

"Oye, eso no es cierto," dijo Lance. "Me ayudaste a descifrar lo de la magia, ¿No? Digo, mierda, tu fuiste quien me dijo que era Alteano en primer lugar. Cierto, lo hiciste mientras apuntabas un arma a mis novios, pero...eh, esta olvidado. Estamos bien ahora, y eso es lo que importa."

"¿Lo estamos?" pregunto Allura. "¿Seguro?"

"Si," dijo Lance. "Si, lo estamos, Princesa. Los Alteanos tenemos que permanecer unidos, ¿Cierto?"

"Cierto," le dijo. "Buena suerte, Lance."

"Gracias, Princesa."

*

Hunk y Pidge continuaban, como esperaba, acostados cuando Lance volvió a la casa. Era pasado el mediodía, en un sábado, asi que todo Rosewood estaba mas somnoliento que lo usual – todos excepto Lance. El estaba completamente despierto mientras se sentaba en el sofá, mentalmente conto a diez y golpeo el contacto de Skype de su madre. Lucia Díaz Espinosa. Estaría en casa ahora, como usualmente estaba las mañanas del sábado. Era el único momento en que se permitía 'ser floja,' o, como la mayoría le decía, relajarse. Desafortunadamente, esta mañana del sábado seria tal vez un poco más estresante para ella.

Para ambos.

Oprimió el botón de llamada y espero.

"¡Lancito! Hiciste a tu Skype funcionar de nuevo, ¡finalmente!"

El rostro de su madre apareció en la pantalla, sonriente y tan familiar que su corazón dolía solo de mirarla. En efecto, estaba sentada en el sofá con un café helado y un libro en su regazo, y, entre Lance observaba, un gran perrito durmiendo en el cojín a su lado. Era el de blanco con negro, Marshmallow.

"si," dijo Lance, intentando sonreír. "si, lo hice, esta bien ahora. Lamento que me tomara tanto."

La sonrisa de su madre flaqueo. "Lance... ¿Qué sucede? ¿Algo está mal? Algo está mal, me parece."

"Algo asi," dijo Lance, y se estremeció cuando la sonrisa desapareció de su rostro completamente, uniendo las cejas. "No es – por favor no enloquezcas, solo quería...hacerte algunas preguntas."

"Preguntas," repitió, frunciendo el ceño. "Bueno, ahora yo tengo preguntas primero. ¿Estas bien? ¿Paso algo? ¿Paso algo malo?"

"No...no malo, exactamente," dijo Lance cuidadosamente. "Aunque si extraño." Tiro de la cadena plateada alrededor de su cuello y la saco de por debajo de su camisa, sosteniéndola en la palma de su mano para que ella viera. Ella ensancho los ojos. "Ma... ¿Sabes qué es esto?"

Ella se inclinó, su expresión era entre preocupada e intrigada. "Yo...he visto cristales como ese antes, sí. Tengo uno, en realidad, en un anillo. Pequeño, más que ese. Tu abuela, ella me lo dio hace dos años, antes de...antes de que se enfermara."

"¿Te dijo lo que era, Ma? ¿Lo que podía hacer? Lo... ¿lo que podemos hacer?"

Su madre aguardo. "Tu abuela me dijo muchas cosas, Lancito, pero era...increíble. Muy difícil de creer, ya sabes. Dijo que teníamos magia – todos los Espinosas, desde ella hasta tu bisabuela y tu tatarabuela y asi continuaba. Desde tiempo antes, mucho antes de que llegáramos a Cuba – cuando fuimos llevados a Cuba. Pero esos eran cuentos. Simples cuentos... ¿si?"

"No eran solo cuentos, Ma," Lance susurro. "Mira." Y mientras exhalaba, el cristal brillo azul, al igual que sus ojos, brevemente, pero lo suficiente para que ella viera, y creyera.

Ella jadeo, una mano voló hacia su corazón, luego hacia su boca. "Dios...te veo. Te veo, estoy viendo, pero, – pero no entiendo, mijo, ¿Qué es? ¿como...?"

"Magia," Lance dijo. "La Abuela Estrella tenía razón. La familia Espinosa tiene magia."

"¿De dónde sacaste el cristal?" pregunto, sacudiendo la cabeza lentamente en asombro. "¿Cómo descubriste esta...esta magia?"

"Hay otras clases de magia en el mundo, Ma," Lance dijo. "No solo somos nosotros. Hay...otros."

Ella entrecerró los ojos. "¿Otros, Lancito?"

"Otros seres con magia," el le dijo. "Uno de ellos me dio este cristal, y me ayudo a conectar con el, a usar mi magia."

"Aquellos...Otros," dijo, "¿Son buenos? ¿Tienen magia buena? ¿O...es brujería?"

"Nuestra magia es buena," Lance le aseguró, aunque siendo honestos el no estaba totalmente seguro de que fuese la verdad. "Quien me dio el cristal, ella tiene magia buena también, al igual que quien me enseño acerca de mi magia."

"¿Pero...?"

"No hay brujas aquí, Ma," dijo Lance. "No te preocupes por eso."

Ella lo miraba ceñuda, pero tras un momento el se percató que era reflexión, no desaprobación. "Tu abuela...ella y su mamá, y su mamá antes que ella, y siguiendo, hacían lo que algunos llamaban hechicería. No brujería...sino otra clase de magia, entre la religión. Aquellos que no la practicaban le decían Santería. El camino de los santos. Pero no era sobre santos para nada – era un...un velo, una fachada, para algo más antiguo que los santos. Tu abuela le decía Lucumi. Sus orígenes son nuestros orígenes, siempre me decía."

"¿Eran africanos?" pregunto Lance. "Aquellos orígenes."

"Sí, sí, eran antiguos, de la tribu Yoruba. Tu abuela me contaba seguido, sobre el Lucumi –sobre Olodumare, el único dios, y de cómo los orishas Olodumare solían hablar con humanos."

"¿Orishas?"

"Espíritus," murmuro, con visita distante. "Creo que es la palabra más cercana. Había muchos, muchos de ellos, pero cada seguidor del Lucumi tenía uno como su guardián. El orisha los elegía, basándose en... su energía, su alma. El orisha de tu abuela se llamaba Yemayá."

"¿Qué clase de orisha era Yemayá?"

"'Era de los mares y lagos, la madre de todos,'" recito su madre. "Es una orisha poderosa. Tu abuela estaba muy orgullosa de haber sido escogida por ella." Sonrió ligeramente, nostálgica. "Yo no entendía el Lucumi, sabes que tu abuelo me crio católica, pero tu abuela era sacerdotisa del Lucumi, Lancito. Muy respetada. Bastante poderosa, de una manera en que nunca podría serlo bajo la Iglesia Católica. El Lucumi le dio a ella y otras mujeres tanto poder como los hombres, si no es que más – tu abuela me conto cuando era muy pequeña acerca del poder del aje, la fuerza vital femenina, y como Olodumare dio a las mujeres, y solo las mujeres, el secreto de la creación."

"¿Pero el Abuelo no coincidía?"

Su madre sacudió la cabeza. "Su familia tenia diferentes orígenes a los nuestros. El no comprendía, pero no la detuvo." Retorció la boca. "No habría sido capaz de detenerla."

"¿Ella te dijo algo mas?" presiono Lance. "¿Sobre el Lucumi, o los orígenes de nuestra familia?"

Su mamá reflexiono por un momento. Entonces su expresión se ensombreció. "Si. Me advirtió."

"¿sobre qué?"

"Los orishas del Lucumi son complicados, ninguno completamente bueno o malo, pero eran seguros. Magia blanca, no negra. Pero aquella magia negra existe. Palo Mayombe, se llama. El hermano oscuro del Lucumi. Tu abuela me advirtió que me mantuviera alejada de aquella magia, y mas importante, apartarme de aquellos espíritus. A veces hablaba de esos espíritus como si los hubiese visto...y hablaba de un lugar, un reino, donde eran reales."

"Altea," dijo Lance.

Los ojos de su madre se abrieron. "Sí, mijo. Dijo que nuestra familia era de Altea antes que fuésemos de los Yoruba y Cuba. ¿Cómo sabes eso?"

"Hay un Alteano aquí," Lance Le dijo. "Dos, en realidad – ellos me contaron sobre ese reino."

"¿Y los espíritus?" pregunto su madre insegura.

"Son reales, Ma," le dijo. "Ellos...están aquí, también. Y no son espíritus."

"Ay, caramba... bueno, ¿Estas a salvo de ellos? ¿Te mantienes alejado de ellos?"

El frunció el ceño. "No todos son malos, Ma. Los malos – me mantengo alejado de aquellos."

"Pero todos ellos son malos, Lancito, eso es lo que tu abuela siempre dijo, ¡No dejes que te engañen!"

"No lo hacen, Ma," le prometió, suavemente y sincero. "Ellos son quienes mantienen a los malos lejos de mi."

Lo estudió con sus ojos gris azulados llenos de preocupación. "Lancito," dijo. "¿Qué son? ¿Si no son espíritus?"

"Vampiros," dijo Lance, tras una larga pausa. "Son vampiros."

Extrañamente, ella no parecía tan sorprendida. Simplemente suspiro, recargándose en el sofá y frotando sus ojos. "Por Dios. Y creía que tu abuela estaba loca por decirlo. Espíritus malignos, vampiros, fantasmas, brujas... ¿todos son reales?"

"Todos," suspiro Lance. "Creo que sí. No he visto ningún espíritu malvado, fantasmas ni brujas aún."

"Mantente alejado de ellos, Lancito," le advirtió. "¿Me entiendes?"

"Te entiendo," dijo. "Pero –"

"Pero dices que hay vampiros buenos," termino, elevando una ceja. "Suena como...una contradicción, un oxímoron. Imposible."

"Lo es," dijo Lance, sus palmas sudaban. "Somos...amigos."

"Amigos," repitió, secamente. "¿Amigos íntimos?" Lance se estremeció y estaba por balbucear alguna respuesta tonta cuando ella comenzó a sonreír pícaramente y dijo, "¿Cómo Crepúsculo?"

"Oh por dios," dijo Lance, estampando una mano en su cara, "¡No tu también!"

"Eh, que, conozco Crepúsculo, Stella estuvo obsesionada hace un año, estaba tan enojada de que la llamáramos Stella en vez de Bella. Absurdo. Lo niega ahora, finge que nunca me hizo comprarle aquella sabana de 'Edward Cullen'. ¿Te acuerdas?"

"Lo recuerdo," Lance dijo, murmuro contra la palma de su mano.

"Entonces, ¿es como Crepúsculo?" pregunto su mamá. "¿Vampiros buenos?"

"Eso creo," Lance dijo.

"¿Vampiros buenos de los que estas enamorado?"

"¡Ma!"

"Responde a la pregunta, Lancito."

Se mordió el labio y aparto la mirada. Ella cruzo los brazos. "Lance, estas haciendo esa cara de nuevo. ¿Algo está mal?"

"Acabo de darte una gran noticia, no se si sea buena idea darte otra," Lance murmuró.

"Oye," dijo su mamá, suavizando su tono. "Dímelo. Porfa."

"No te enfades," dijo, desesperadamente. Su ceño se profundizó. "Yo como que...sabes que me gustan las chicas. Un montón. Pero. Este verano me di cuenta de que también me gustan los chicos. Mucho. Equitativamente. Soy bisexual, sí."

Su mamá guardo silencio, con expresión estática. El cachorro se retorció por el sofá. Lance olvido como respirar.

"¿Ma?" susurro.

"Bueno," dijo. "Es gracioso que esto me sorprenda más que eso de vampiros, ¿no crees?"

El parpadeo en su dirección, inseguro.

"Oh, mijo," le dijo. "Desearía tanto poder abrazarte ahora. Te quiero, siempre y para siempre. Nada cambiara eso nunca."

"También te quiero," dijo Lance, con un nudo en la garganta. "Hasta el cielo, y más."

"Gracias por decírmelo," ella dijo. "Sé que no estará molesto, pero decirle o no a tu papá es elección tuya."

"No todavía," dijo Lance, tragando. "Cuando...Cuando vuelva a casa, yo le diré. Y a Stella y Ricky."

"¿Y me dejaras darte el abrazo mas enorme?"

"Si," dijo Lance, logrando sonreír, con ojos ligeramente húmedos. "Por supuesto, Ma."

Le arrojo un beso y el pretendió atraparlo. Rieron juntos por unos segundos, y Lance se olvidó de todas las cosas raras de su vida, hasta que ella dijo, "Entonces... ¿El vampiro es un chico vampiro?"

"Um," Lance dijo. "Vampiros. Plural. Son dos. Y si, ambos son chicos."

"Hmmm," dijo, alargando la 'm' por unos largos diez segundos.

"Ya se," Lance murmuró, "No es...convencional."

"¿Son tus novios?" le pregunto, probando la palabra 'novios' lentamente, luciendo como si sonara rara en su boca.

"Si," dijo Lance. Su ojo tembló. Como era la expresión para 'está en problemas, señor,' pero era bastante leve. Encontró consuelo en ello.

"¿Y...eres feliz?" pregunto. El "Por ahora," estaba profundamente implícito, pero Lance lo esperaba. Antes de este verano, no habría creído que tres personas podrían estar tan enamoradas y felices. Pero...con Keith y Shiro, simplemente. Funcionaba. Realmente, realmente bien.

"Lo soy," le dijo. "Ellos me hacen realmente feliz, Ma."

Ella sonrió ante eso. "¿Cuáles son sus nombres?"

"Keith y Shiro," dijo Lance.

"Shiro," repitió, luciendo intrigada. "¿japonés?"

"Sip. Y Keith es mitad coreano."

"¿Todos los vampiros son asiáticos?"

Lance resoplo. "No, Ma. Aunque hay bastantes en Rusia."

"Lo supuse," dijo. "No hay sol." Sus ojos centellaban. "Igual que Crepúsculo."

"Por favor no vayas a decirme Bella como hace Pidge," dijo Lance.

"¿Pidge y Hunk saben también?"

"Si."

Ella lo miro. "¿Desde cuándo?"

"Um," dijo Lance. "Como... ¿Un par de meses?"

Leandro!"

"Lo siento, lo siento," Lance exclamó. "¡Pero no tenia idea de como contarte!"

"Es mucho," concordó. "Tienes dos novios vampiro que te protegen a ti y la magia Alteana de tu familia contra los vampiros. ¿Es eso todo?"

"Lo tienes," dijo Lance.

"No," dijo, el temblor del ojo incremento. "Yo creo que hay más."

"Ma."

"¿Estas teniendo sexo con ellos?"

"¡Ma!" Lance maniobro con su teléfono. "¡Finalizare esta llamada de Skype en cinco segundos!"

Su mamá entrecerró los ojos. "No te atrevas."

"Si, me estoy acostando con ellos, oh por dios. Me voy a morir –"

"Ellos serán quienes morirán," le dijo pretensiosamente. "¿Tengo que conducir hasta allá, Lance?"

"No, noooo –"

"¿Estas siendo cuidadoso? ¿Usan protección?"

"Los vampiros no contraen ETS," Lance dijo entrecortado.

"¿Ah, eso es lo que te dijeron?"

"Finalizare la llamada," dijo Lance. "Ahora."

Ella rodo los ojos y agito su dedo hacia el. "Vampiros o no, diles que si lastiman a mi Lancito hare que se arrepientan demasiado."

"Entendido," Lance chillo. "Hunk y Pidge ya están de tu parte con eso."

"Son buenos amigos," le dijo, complacida. "Incluso si mantuvieron esto en secreto. Hmph."

"Por favor, no le cuentes a todos que tengo novios vampiro, Ma," Lance rogo.

"Aw," dijo. "¡Pero quería decirle a Stella que encontraste dos Edwards! Edwards asiáticos. Es broma, es broma. Pero quiero conocerlos." Retorció los labios. "Hablaremos por Skype más tarde hoy, para que pueda conocerlos. ¿Si?"

No era una pregunta. "Bien," murmuro Lance. "Bien, lo hare si me dejas terminar esta llamada ahora para que pueda hacerme bolita y morir de vergüenza."

Ella no lucia demasiado divertida. "Prométeme."

"¡Lo prometo, lo prometo!" Lance exclamo.

Ella chasqueo la lengua. "También te diría que te alejaras de los problemas, pero ya los metiste a la cama."

"Aughhh, ¡para!"

"Eres un adulto," le respondió. "Pero también eres mi hijo."

"Sí, ya lo sé," Lance suspiro. "Dije perdón."

Ella suspiro también. "No es fácil, sabes. Tenerte tan lejos de casa todos estos meses...se que no es tanto, pero parece serlo. Me preocupe por ti, cariño. Y ahora me dices que tenia razón en preocuparme...solo hace que me preocupe mas."

"Volveré a casa pronto," dijo Lance, con el pecho oprimido.

"¿Y qué hay de tus Keith y Shiro?"

Rompió en una pequeña sonrisa triste. "No nos quedan suficientes minutos en Skype para hablar de eso, Ma."

Ella pauso con eso, relajando el ceño. "Bien," le dijo. "Puedes terminar la llamada tras responder esta última pregunta. ¿Los amas?"

"Si," Lance dijo, sin dudarlo.

Ella asintió, y sonrió, bastante complacida con eso. "Adiós, pues. Hasta más tarde, no te olvides."

"No lo hare," dijo Lance. "Adiós, Ma. Y...Gracias. Por...por ser mi mamá."

"Gracias por ser mi hijo," respondió. "Incluso si eres un alborotador."

"Pero soy tu alborotador. Te amo, Ma."

Ella levanto a un cachorro para él. Intento lamer la pantalla, y Lance escucho a su mamá riendo justo antes de oprimir el botón de 'Finalizar llamada'.

Tan pronto lo hizo, Lance se hundió en el sofá, dejándose caer en su costado y tomando un prologado trago de aire. "Mierda," jadeo. "¿Por qué siento como si hubiese burlado la muerte?"

Hunk camino en la sala, frotando su rostro y bostezando. "Buenos días...uh. ¿Lance? ¿Estas bien?"

Lance tenía un brazo colgando del borde del sofá y una mano sobre su pecho para asegurarse de que su corazón continuase latiendo. "Acabo de contarle a mi mamá," susurró, el terror que sentía se reflejó en los ojos de Hunk.

"Que le dijiste," Hunk susurro de vuelta urgentemente.

"Todo," Lance gimoteo. "Soy tan tonto."

"Normalmente negaría eso, pero si, lo eres un poco, hermano. ¿Tu mamá conducirá hasta acá en busca de venganza?"

"No lo creo," Lance balbuceo. "Pero quiere conocerlos."

"Aguarda, ¿En serio?" dijo Hunk. "Huh. Eso no es tan malo."

"Uh-huh, claro, pero cuando digo todo, me refiero a todo."

Hunk palideció. "Realmente no le dijiste acerca de..."

"Sep," dijo Lance miserablemente, escondiendo el rostro en sus manos. "Mi madre sabe que follo vampiros."

*

"Oh, vaya," dijo Shiro cuando Lance les conto aquella tarde en el salón. "Eso es...desafortunado."

"Al menos no estaba enojada, ¿cierto?" dijo Keith inseguro. "No te gritó."

"primero, la voz de mi madre es bastante fuerte normalmente; segundo, no necesita gritarme para que sepa que está molesta. Y esta algo molesta." Lance agito la cabeza y encorvo los hombros. "El verano casi acaba, no puedo creer que lo mantuve en secreto por tanto sólo para soltarlo ahora."

"Hey, no te culpes por eso," Keith dijo, recargando su cabeza en el hombro de Lance. "Esta bien."

"Además, Lance, si realmente deseas continuar esto, sobre quedarte con nosotros y todo lo que puede implicar...es mejor que le dijeras lo antes posible," Shiro señaló. "Al menos ahora tendrá una explicación si su hijo repentinamente deja de envejecer y se vuelve nocturno."

"Uh, si, sobre eso," dijo Lance. "No mencione todo sobre la transformación. Hay muy pocas grandes revelaciones que puedo hacer en una conversación, ¿Saben?"

"Podría preguntarnos de eso," Keith dijo. "¿Qué deberíamos decirle?"

"La verdad," dijo Lance. "Que estoy considerándolo seriamente porque no quiero dejarlos. Pero, como les dije, Allura sugirió que esperara...asi que quizás no deberíamos asustar demasiado a mi mamá."

"Allura tiene razón," dijo Shiro. "Esta no es una decisión que deba ser hecha apresuradamente, no cuando tienes otras opciones para tu vida, Lance."

"Pero solo una opción por la que verdaderamente me inclino actualmente..."

"Énfasis en 'actualmente,'" Shiro dijo gentilmente. "Tu opinión podría cambiar, Lance. Y eso está bien –"

"Oh, no, uh-uh, no me des el sermón 'Si amas algo déjalo ir', Shiro. No haremos eso."

"Casi lo estamos," Keith dijo. "Vas a regresar a casa en una semana. Nosotros nos quedamos."

"¿Cómo pasare de verlos casi cada día a no verlos en absoluto?" Lance pregunto.

"Sobrevivirás," Shiro murmuró. "Al igual que nosotros. Incluso si es difícil, será sano tomarnos un descanso. Tiempo para reflexionar."

"No le digas 'un descanso,'" dijo Lance. "Hace que suene como si estuviésemos rompiendo." Se congelo y miro hacia Shiro. "¿Estas...estamos rompiendo?"

"Sabes que no es a lo que me refería," Shiro le aseguro, acunando la mejilla de Lance y besando su frente. "Incluso si estas a miles de kilómetros, seguirás siendo nuestro, como nosotros seremos tuyos."

"Mhm," Keith asintió, acariciando el cuello de Lance. "Estas estresado. No te estreses."

"Gracias, Keith, repentinamente toda mi ansiedad desapareció."

Keith mordió su clavícula levemente. "No es necesario el sarcasmo. No sé porque eres tú el ansioso – tu madre estará interrogándonos a mí y Shiro, no a ti."

Lance tomo un respiro. "Eso no me hace sentir mejor."

"No, lo que te hará sentir mejor sería que dejaras de estancarte y si terminamos ya con esto," Shiro respondió. "Llámala, Lance."

"Pero yo –"

Shiro le arrojo una mirada que no dejo lugar a negación. Refunfuñando, Lance la llamo.

Respondió mas rápido que aquella mañana. Genial. Había estado esperando.

"Bien, bien que te acordaras –" paro de hablar, mirando con la boca abierta en una pequeña y sorprendida 'o.' "Mijo, ¿esos son tus novios?"

"Sí, buenas tardes, Señorita Espinosa," dijo Shiro. "Me llamo Shiro, y éste es Keith. ¿Cómo está?"

La mamá de Lance' parecía incapaz de cerrar la boca. "Cierto, uh, Shiro sabe idiomas," Lance murmuró. "Me...olvide de mencionarlo. Oops." Shiro lo codeo sutilmente.

"Necesito un momento," balbuceo su mamá.

"Por supuesto," dijo Shiro, siendo el reflejo de inocencia e impecable educación, y si, bien, Lance podía verlo totalmente como un aristócrata del siglo XIX. Tal vez no debió haberse preocupado tanto; Shiro claramente tenía la situación controlada.

"Son vampiros," dijo su mamá tras una larga pausa. "¿No?"

"Si," dijo Shiro. Keith asistió tensamente.

"¿Tienen dientes? ¿Colmillos?"

"Si," dijo Shiro, y abrió su boca. También lo hizo Keith. Sus ojos relucieron amarillo.

La mamá de Lance jadeo y cubrió su boca. "Al igual que mi mamá me dijo..." Sacudió la cabeza con lentitud, dio un largo suspiro, y se recompuso. "Lance dice que están enamorados y que lo hacen feliz. Si no fuese el caso quisiera que supieran que ya lo habría regresado a casa y me aseguraría de que ninguno de ustedes jamás llegase ni a respirar en su dirección nuevamente. Continúo considerándolo. ¿Está claro?"

"Si, Señorita –"

"Y basta de esos halagos, hmph, Señora Espinosa está bien, no creas que puedes distraerme." Entrecerró los ojos, ligeramente sonrojada. "Aunque sea un tremendo mangón y simpático."

Shiro parpadeo confundido con 'tremendo mangón.' Lance intento mantener una cara seria. Explicaría que 'mangón' significaba que su madre creía que Shiro era atractivo después...pensándolo mejor, nope, jamás quería tener esa conversación.

"Perdón, señora," dijo Shiro sinceramente, ladeando su cabeza y haciendo el sonrojo en el rostro de su madre oscurecerse. "No quise faltarle el respeto. Gracias por permitirnos llamarle."

Ella resoplo y señalo a Keith. Él se encogió contra los cojines. "¿Ese no habla? Keith, ¿No? ¿Estás mudo?"

"N-no," Keith tartamudeo. Sus uñas se estaban clavando en el brazo de Lance. "Si hablo. Um. hola, ¿Es un gusto conocerla?"

Ella resoplo, relajándose levemente. "Eres el tímido, entonces. Bien. Balancea a Lancito y Shiro."

Nuevamente, Lance lucho por no hacer una mueca. Keith realmente no era el tímido. En la mayoría de aspectos de su relación, al menos.

"Eso creo," Keith murmuro, mirándola por entre sus pestañas con enormes y estúpidos ojos de ciervo. "Yo...lamento que le hayamos estado ocultando esto, Sra. Espinosa. Espero pueda perdonarnos."

Lance le echo una mirada. Cielos, realmente estaban siendo encantadores, era ridículo. La expresión de su madre ya estaba suavizándose. Tímido, mi culo, Lance pensó.

"Bueno, gracias por la disculpa," le dijo. "Pero no se si puedo aceptarla aún. Lancito, quiero hablar a tus novios vampiros en privado."

Se estremeció y de mala gana comenzó a levantarse. "Sé amable con ellos. ¿Porfa?"

"Solo si son amables contigo," respondió. "Vete, ¡fuera!"

"¡Bien, bien!" Lance le tendió el teléfono a Shiro quien lo sostuvo como si fuese a explotar en cualquier segundo. "Perdón, chicos, me está echando...están por su cuenta."

"Está bien," dijo Shiro, luciendo calmado excepto por la momentánea contracción nerviosa de sus dedos. "Puedes hacer tu cena mientras esperas, hay comida en la nevera."

"Fuimos de compras ayer," Keith añadió. "Conseguimos todas las cosas de la lista que nos dejaste, y más."

"Gracias, chicos," dijo Lance, y espero que su madre viera el reluciente y genuino cariño de sus ojos. Lance definitivamente lo veía. "Adiós, ¡griten cuando terminen con el interrogatorio!" dejo el salón y rezo fervientemente por que continuaran pensando que amarlo valía la pena cuando su madre terminara con ellos.

*

Sin duda se tomó su tiempo cociéndolos en el fuego de burbujeante ira maternal, porque Lance había terminado de hacer y casi de comer sus macarrones con queso (con la pasta de dinosaurio) para cuando Keith se asomó por la esquina y dijo, "Sobrevivimos. Puedes entrar ahora."

"¿Fue una masacre?" Lance susurro mientras tomaba su tazón y tenedor, caminando de vuelta al salón con él.

Keith mordió su labio. "Es buena madre," fue todo lo que dijo antes de que volvieran al cuarto. Shiro estaba conversando con la mamá de Lance acerca del cachorro en su regazo (Cocoa, esta vez) bastante cortésmente, asi que Lance rezo que fuese buena señal y se sentó a su lado tímidamente. La expresión de su madre era ambigua, pero sonrió en cuanto lo vio.

"Entonces, Ma, ¿Cuál es el veredicto?" pregunto Lance.

"No están llorando, ¿o si?" le respondió.

Shiro río. "Fue más gentil de lo que merecíamos."

"Me agradan," declaro su madre, y Lance soltó el suspiro de alivio más grande de su vida. "Pero siguen siendo vampiros, y me dijeron que te mordieron, pero también dijeron que tú les pediste que lo hicieran – ¿Es verdad esto?"

"Si," dijo Lance. Por favor, solo dejémoslo asi. "Si quieres culpar a alguien de eso, cúlpame. No querían morderme en absoluto al principio, y jamás me lastimarían."

"Si, lo sé," cedió su madre. "Bastante bien, lo sé. Y quizás sea lo único que necesite saber, realmente." Suspiro. "Respóndeme una última pregunta, mijo. ¿Es verdad que deseas quedarte con Shiro y Keith...para siempre?"

"Estoy...estoy pensándolo," Lance le dijo. "¿Estas molesta de que quiera quedarme?"

Frunció el ceño. "Molesta, no. Triste, sí. Eres un chico del sol, mijo. Te mereces más que la oscuridad." Inclino la cabeza, relajando el ceño ligeramente. "Pero también mereces amor, y aunque dudaba hacerlo, veo tanto amor entre ustedes tres." Se rio algo entrecortada. "Sabes, tu abuela siempre decía que mi primer hijo encontraría problemas. No lo creí, por supuesto. Pero aparentemente debí haber creído cada locura que decía."

"¿En serio?" Lance sonrió. "¿Dijo que clase de problemas?"

"Dijo que serias 'Perseguido por sombras y tentado por demonios,'" refunfuño su madre. "Como la realidad, ¿sí?" observo hacia Shiro y Keith. "Sin ofender."

"No la hay," Shiro dijo suavemente. "Nos han dicho peor."

"Son demonios buenos, míralo asi," sugirió Lance.

"¿Demonios buenos?" repitió su madre incrédulamente. "Ay, mi papá está retorciéndose en su consagrada tumba."

"Lo siento, abuelo," Lance dijo hacia el techo.

Su madre resoplo a su propio pesar. "Quiere estar tan molesta contigo, Lancito, no tienes ni idea."

"Definitivamente tengo una idea," dijo Lance. "Pensé que esto sería peor que el fiasco del invierno del 2013."

"Nada puede ser peor que aquello," dijo ella sombríamente. Luego miro a los vampiros sentados a cada lado de su hijo y reiteró, "Al menos, eso pensé, pero acabas de probarme lo contrario, ¿huh?"

"Sabes que no planeábamos que sucediera nada de esto," Lance repuso. "Simplemente...paso."

Su madre cruzo los brazos. "Sí, lo sé. No hay como huir del destino, como diría tu abuela. Aunque...no parece un destino tan malo, Lancito. He tenido peores amantes...seguro, ninguno de ellos era un inmortal que bebiera sangre de animales, pero siempre tienen trampa."

"Gracias por ser tan amable, Señora Espinosa," dijo Shiro. "Su hijo nos es muy importante y esperamos poder seguir haciéndolo feliz por un mucho tiempo."

"Eso espero, también," dijo ella tras un largo silencio. "Porque no quiero tener que lastimar a ninguno de ustedes." Entrecerró los ojos. "Y no crean que porque son vampiros no encontrare el modo. ¿Me escucharon?"

"Fuerte y claro," dijo Shiro. Keith asintió seriamente.

"Bueno," declaro. "Estoy complacida, supongo. Te veré en seis días, Lancito, no más. Podremos hablar de esto entonces, pero por ahora ..." Miro con dureza a Shiro y Keith. "Recuerden sobre lo que hablamos."

"No creo que podamos olvidarlo, señora," dijo Keith.

"Hmph. No tan tímido después de todo, verdad. Bueno, adiós a todos...y mijo, espero mensajes diarios. Llamadas cada noche en la cena igual."

"Entendido, Ma. Adiós, y buenas noches. ¿Saludas a los gemelos por mi?"

"Lo haré, mijo. Buenas noches para ti también. Y para Keith y Shiro...incluso si no duermen."

"A veces lo hacemos," dijo Shiro. "Solo para hacerle compañía a Lance."

"Ay, Lancito, ya no tienes permitido decir que tu Papá y yo somos cursis," murmuró su mamá. "Tú y tus novios vampiros son ridículos. Como cada día es el día de los enamorados."

Lance le sonrió. "¿Eso es algo malo?"

Ella rodo los ojos. "Ridículos," repitió, antes de lanzar un beso y terminar la llamada.

Hubo un silencio entre los tres. Entonces Shiro se encorvo, puso la cabeza entre sus manos, y susurro con sentimiento, "Mierda, finalmente ha acabado."

Keith palmeo su espalda empáticamente. "Ya, ya."

"¿Shiro? ¿Estas bien?" Lance pregunto. "¡Creí que eres el único de nosotros bajo control!"

"Estaba muriendo internamente," respondió Shiro con una risa ahogada, enderezándose de nuevo y sacudiendo la cabeza. "Cristo, Lance, tu madre es una fuerza a la que apreciar."

"¿Qué les dijo chicos?" pregunto Lance temerosamente.

"Me alegró no comprender el otro idioma, pongámoslo así," Keith dijo.

"Oh, vaya," Lance gruño. "¿Amenazo con cortarles el pene o algo?"

"Fue una de las muchas amenazas," dijo Shiro. "Eso seria algo de clemencia comparada a algunas de las cosas que dijo cuándo renuentemente le dijimos que te hemos mordido."

"Esas estuvieron parcialmente en Ingles," añadió Keith. "Creo que dijo que nos encerraría en un cuarto sin techo y paredes altas y esperaría a que el sol nos asara vivos. ¿Era esa la idea, Shiro?"

"Olvidaste los picos y las abejas," dijo Shiro.

"Cierto. Sol, picos, y abejas. Aunque, nunca alzo la voz." Keith parecía amargamente impresionado. "Fue aterrador."

"Lo siento," dijo Lance. "No debí haberle siquiera mencionado lo nuestro, lo –"

"No te disculpes," Shiro le dijo. "¿Recuerdas lo que hablamos antes? Era una conversación inevitable; al menos ya paso. Y dijo que le agradamos, al final."

"Probablemente porque no le contamos sobre Lotor," señaló Keith.

"Oh, dios," Lance dijo. "Se habría puesto loca si lo hubieran hecho, mierda."

"Por eso, omitimos cualquier mención de el o los Galra," Shiro le aseguro. "No tiene que saber sobre eso, porque no serán un problema por más tiempo."

"Tú y Allura están bastante confiados en este próximo ataque, ¿huh?" Lance mordió su labio. "No se, pero yo no cantaría victoria aun si fuera ustedes."

"Lance, no te preocupes," dijo Keith. "Es un buen plan, y va a funcionar. Kolivan es un excelente estratega, y con la magia de Luxia y Florona como también Thace, Ulaz, y el conocimiento de Shiro sobre los Galra, nosotros –"

"Whoa, whoa, espera," Lance interrumpió. "¿Nosotros? ¡Ustedes dos no se van a acercar a Lotor o su cuartel!"

Shiro y Keith intercambiaron miradas culpables. "Lance, ya acordamos formar parte en –"

"¡No me importa!" exclamo Lance, silenciándolos por el asombro. "¡No irán! Sé exactamente lo que va a suceder si entran – nunca volverán a salir. ¿Realmente creen que Lotor les dejará irse, sabiendo cuanto significan para mí? Si entran ahí, prácticamente estarán dándole las monedas de intercambio que necesita para llegar a mí."

Shiro palideció. "¿De intercambio? Lance, Keith y yo no somos dignos a que cedas a Lotor –"

"Pero lo son," Lance dijo. "Lo son. Yo cedería a...a tanto para mantenerlos a salvo, y Lotor lo sabe. No crean que no."

"Puede que no," replico Shiro. "Sabe que te defenderíamos, pero hasta donde sabe solo estas teniendo una aventura con nosotros –"

"Él sabe," Lance exclamo. "Cuando los Galra me capturaron, me ofreció un trato. Haggar me dijo que, si aceptaba ser su esclavo y le permitía marcarme, Lotor liberaría a Keith y lo dejaría volver a casa."

"Pero dijiste que no," Keith susurro, con ojos enormes. "Tu...no ibas a aceptar ese trato... ¿o si?"

"Si Shiro no nos hubiese rescatado, lo habría hecho," dijo Lance, y Keith se estremeció como si Lance lo hubiese golpeado. Shiro separo los labios conmocionado. "Si los Galra nos capturasen ahora, los capturasen a ambos ahora, tras todo lo que hemos pasado– si, aceptaría el maldito trato."

"No," dijo Shiro. "No, no velemos – tu vida y tu libertad no merece –"

"No puedes decidir eso, Takashi," respondió Lance. "No puedes decidir cuánto tú y Keith son para mí, yo sí. Y lo decidí hace mucho tiempo. Créeme, Lotor sabe. No puedo dejarles ir con la Espada. No puedo."

"Bien," Keith murmuro, tras un momento. "Bien, no iremos. Nosotros...nos quedaremos aquí. Contigo."

Shiro lo miro, relajando el ceño. "Keith...Lance, yo..."

"Si Kolivan necesita tu información, dale tu apoyo," dijo Lance. "Pero juro por dios, Shiro, si intentas luchar con ellos y Lotor te captura, no dejare que te ponga un dedo encima, y si eso significa enviarme a mi mismo hasta su puerta, lo hare."

"Es peligroso encariñarse tanto," Shiro susurro. "Especialmente a cosas como nosotros."

"No son cosas," Lance respondió susurrando. "Es muy tarde, de todos modos. Ya estoy enamorado. No les temo a ti ni a Keith, pero le temo a lo que los Galra vayan a hacerles para llegar a mi. Deberían temer eso también. A veces es mas seguro temer solo un poco. ¿Recuerdas?"

Shiro trago. "Lo recuerdo," dijo. Suspiro, pasando una mano por su cabello y perdiéndose en la distancia. "Bien," dijo. "Nos quedaremos aquí. Pero tengo que decirle a Kolivan hoy para que la Espada tenga tiempo de ajustar sus planes adecuadamente."

"Sera una gran charla," Murmuró Lance. "Estoy seguro que amara escuchar como tu humano rompe hogares te convenció de faltar a esto."

Aquello, al menos, hizo Shiro a resoplar. "Lance, eres muchas cosas, pero un rompe hogares no es una de ellas."

"¿Kolivan coincide?"

"Lance, si alguien te llama rompe hogares, los golpearas en la cara, con mi bendición," Shiro dijo.

"¿Puedo golpearlos también?" pregunto Keith.

"No, Keith."

*

Al final, nadie golpeo a nadie cuando Kolivan llego a su casa aquella noche con Thace y Antok flanqueándolo. De hecho, cuando Shiro le dio las noticias a Kolivan, el no movió ni una pestaña. Solo giro hacia Thace y dijo, "Tenías razón."

"¿Realmente estas sorprendido?" preguntó Thace. "Sabes que Ulaz y yo somos iguales."

"Si, si," Kolivan suspiro, y giro de vuelta hacia ellos tres. "Gracias a la predicción de Thace, no hay necesidad de preocuparse. Tú y Keith tenían asignados papeles menores en la operación, papeles que cualquier otro miembro de la Espada podría remplazar fácilmente. Era buena idea que Lance estuviera bajo protección, de cualquier modo."

Lance sintió hacia Thace. "Gracias," dijo.

"Eh, ni lo menciones," dijo Thace. "Aprendí mi lección hace tiempo, cuando Ulaz me encerró forzosamente en un sótano para evitar que me enlistara en la Gran guerra. Eres tan terco como lo es el, supongo."

Una lechuza ululo fuertemente desde uno de los arboles cercanos. Thace dijo, "Sabes que es verdad." La lechuza agito sus plumas y ululo nuevamente, mas suave.

"Muy bien, creo que acabamos aquí," dijo Kolivan. "Shiro, tú y Keith estarán aquí para cuidar a Lance. Rolo y Nyma estarán de guardia en casa de tu amiga, Lance, solo para asegurarnos de que no haya...daños colaterales."

Lance frunció el ceño. "¿Rolo y Nyma no atacaran el cuartel con el resto de ustedes? ¿Por qué?"

Kolivan frunció el ceño también, mirando fríamente a Lance. "Rolo y Nyma técnicamente no son parte de la espada."

"Tampoco Allura y Coran, pero ellos irán con ustedes," Lance señaló.

"Allura y Coran tienen habilidades invaluables. Rolo y Nyma simplemente están llenos de ira hacia los Galra. Semejante ira tiene un sitio – pero no en una misión delicada como esta. Su sed de venganza sólo estorbara. Asi que permanecerán donde puedan hacer mayor bien – protegiendo a tus amigos. ¿Tienes alguna objeción a esto?"

Lance recordó lo que Hunk había dicho. "¿Confías en ellos?" pregunto.

Kolivan parpadeo, desconcertado por la pregunta. "No tanto como me gustaría," le dijo. "Pero no son asesinos insensibles, si aquella es tu preocupación. Tus amigos no corren peligro por ellos."

"Bien," Lance dijo. "Si estás seguro."

Kolivan inclino la cabeza. "Buenas noches," dijo hacia Lance, y luego hacia Keith y Shiro, "Cacen bien."

"Gracias," dijo Shiro. "Buena suerte, Kolivan."

"Si queremos destruir el cuartel de Lotor, necesitaremos más que suerte," Kolivan dijo sombríamente.

*

Shiro y Keith estaban indispuestos a dejar a Lance sólo en la casa, pero tenían que cazar. Lance asalto la nevera cuando se fueron, tarareando alguna gastada canción de la radio para sí y Googleando algunas recetas para postres que no requirieran el nivel culinario de Hunk (que Lance definitivamente no tenía). Refunfuñaba acerca de la débil señal de WiFi en la casa de Keith y Shiro, mensajeando a Hunk y Pidge sobre las buenas noticias de Mamá cuando un repentino golpeteo en la puerta lo saco de sus pensamientos. Se congeló; lentamente bajo la taza de café que había estado bebiendo, y tomo uno de los cuchillos de cocina.

Era demasiado pronto para que Keith y Shiro hubiesen vuelto, habían partido hace apenas veinte minutos y sabía que las cazas tomaban una hora, al menos. Los dedos de Lance se cerraron en el mango de caucho del cuchillo y este hizo un suave rechinido, ssshhhnick mientras lo sacaba del bloque.

El golpeteo se repitió. Lance no iba a ser uno de aquellos idiotas de las películas de terror que preguntaban quien estaba ahí. Hizo un esfuerzo por mantener sus pisadas ligeras y contuvo el aliento mientras llagaba a la puerta y se asomaba por la mirilla.

Su aliento escapo de golpe. Era Nyma.

"¿Hola?" llamo Nyma, ladeando la cabeza, inflando la nariz. Olfateando. Escuchando también. No había caso en intentar ocultarse de un vampiro. "¿Lance?"

Lance trago, apretando su agarre del cuchillo. "Que," contesto, sus entrañas se revolvían con malestar y el cristal parpadeaba inseguramente.

Ella cruzo los brazos, tirando su largo cabello rubio sobre su hombro. "¿No vas a abrir la puerta?"

"No," dijo Lance. "¿Por qué debería? No te conozco. Extraño peligroso."

"No vine a lastimarte. Sólo deseaba hablar."

"Pues habla."

Nyma torció la boca. "Bien. No culpes al mensajero, solo hare unas cuantas preguntas de parte de Luxia y Florona. Han estado notando cambios en tu aura últimamente. Querían saber si tu magia ha estado cambiando también."

Lance observo por la mirilla. "¿Por qué debería decirles eso? Es personal."

"Como dije," Nyma murmuro, "no culpes al mensajero. No se qué pasa por sus cabezas mágicas. Pero lo hicieron parecer importante para la operación de la espada, de algún modo. Escucha, no quiero estar aquí mas de lo que tu deseas que me quede. Asi que ¿podrías simplemente decírmelo para que pueda irme y ellas me dejen en paz?"

Lance resoplo. "Si, bien, mi magia cambio," le dijo. "¿Feliz?"

"¿Es más fuerte?" Nyma pregunto.

"Supongo," dijo Lance. "No sé, no descifro como usarla completamente todavía."

"¿Pero atacaste a Lotor?" Nyma presiono.

Lance entrecerró los ojos. "¿Cómo sabias eso?"

"Luxia y Florona tienen ojos en todos lados," Nyma respondió con un pequeño encogimiento. "Aterrador, lo sé. Pero como sea – ¿Cómo atacaste a Lotor si no sabes usarla?"

"Es difícil de manejar," dijo Lance. "Es, uh...caprichosa, supongo que podrías ponerlo asi. Solo despertó porque Lotor uso su poder conmigo."

"¿Qué si no hubiese usado su poder?"

"No lo sé, quizás mis poderes no habrían despertado. ¿Ya terminaste?"

"Si, gracias," dijo Nyma tras un momento. "Creo que encontraran esta información...Bastante útil."

Lance parpadeo. "¿Útil? De que – ugh."

Nyma se transformó en un destello, bajando las escaleras frontales como un pálido zorro y desapareciendo en la noche. Lance tembló, regresando a la cocina y devolviendo el cuchillo. No sabía que acaban de suceder, pero tenía un mal presentimiento de ello.

*

Keith y Shiro volvieron justo una hora después, y Lance estaba preparado para sus gruñidos y toques, pero no estaba listo para la ropa chorreando sangre.

"Mierda," suspiro mientras Shiro presionaba en su espalda y Keith frente a él, esparciendo sangre sobre su piel y mojando a través de la tela de su camiseta. "Tienen suerte de que no ame este atuendo, porque esto no va a salir."

"Agua fría y peroxido," soltó Shiro contra su oreja.

"O ustedes simplemente podrían cazar desnudos, ahórrense la molestia de lavar ropa," Lance sugirió, inclinando la cabeza atrás en el hombro de Shiro para que Keith pusiera la boca en su cuello.

"Seguiríamos cubiertos de sangre," Keith murmuró, sus filosas garras viajando sobre el estómago de Lance bajo la camiseta. "'Pero no pareces oponerte a eso."

"Mm. Si esta es su reacción a beber sangre de ciervo, no puedo esperar a ver sus reacciones a beber toda mi sangre," dijo Lance, sin pensar.

Ambos quedaron estáticos. Totalmente, inhumanamente, quietos, estatuas excepto por el calor irradiando de su piel.

"¿Me adelante?" Lance susurro.

"Ducha," dijo Shiro toscamente, tomando la muñeca de Lance y la cintura de Keith, arrastrando a ambos hacia el baño. "Antes que destruyamos la cocina."

Keith pico sus dientes en el cuello de Lance y Lance gimoteo, abriendo los ojos. "Tienes alguna idea," Keith siseo, y no pudo terminar, perdiendo el resto contra la piel de Lance.

Terminaron en la ducha, las prendas sangrientas tiradas en una oscura pila sobre las baldosas blancas, el agua caía sobre ellos y corría por sus cuerpos en cascadas rojas. Keith presiono a Lance a la pared, y Lance luchaba por apartar el agua de sus ojos, con el agudo y metálico sabor de la sangre sobre su lengua, esparciéndose en sus labios por sus ardientes besos.

Apenas podía respirar, había entrado agua en su garganta y Keith continúo besándolo como si muriese por ello, pero estaba bien, porque la mano de Shiro estaba firme en su cintura y Keith estaba enganchando las piernas de Lance alrededor de su cadera y Lance se arqueo contra la punta de su miembro, y Keith presiono más, mas, casi –

"Keith," advirtió Shiro, más como gruñido que una palabra, y la cabeza de Lance golpeo contra la pared con frustración, deseando Keith simplemente lo empujara y tomara como la bestia que parecía justo entonces, mostrándole los dientes y ensangrentado, con pupilas ensanchadas y oscuras, encerradas por el dorado brillo de sus irises.

Pero en su lugar el dedo de Shiro se deslizo dentro, y Lance salto porque sus garras continuaban ahí, Lance podía sentir la fría y lisa curva, el mínimo roce de la filosa punta de la extremadamente afilada garra mientras Shiro lo preparaba. Era cuidadoso, pero joder, Lance estaba volviéndose loco solo de pensarlo, y cuando las garras de Shiro volvieron a ser uñas y empujo sus dedos profundamente y fuertemente, Lance grito, casi anticipando la punzada de dolor y un chorro de sangre, recibiendo más que crudo y sorpresivo placer en su lugar.

Oh, esto estaba tan jodido. Él estaba tan jodido, ellos estaban tan jodido, mordiéndolo con dientes como agujas y acariciándolo con garras como cuchillos; con la esencia de sangre espesa y empalagosa en el aire, pero Lance la deseaba, nunca había querido algo mas, y cuando los dedos de Shiro fueron remplazados por el miembro de Keith, Lance vio estrellas.

Vio también a Shiro, mordiendo el hombro de Keith salvajemente desde atrás, mezclando sangre oscura con roja, viendo el rostro de Keith contorsionarse cuando el pene de Shiro lo abrió, viendo más sangre goteando por las piernas de Keith, pero Shiro no paro y Keith no quería que lo hiciera. Lance gimió hacia el techo mientras Keith lo empujaba con suficiente fuerza para hacer su espalda chocar contra la pared e iban a haber moretones, sería mejor que hubiese moretones donde fuese que lo tacaran.

Lance estaba llorando y apenas lo notaba porque la ducha seguía encendida, pero Shiro y Keith podían oler la sal y Keith lamio las mejillas de Lance, haciendo un sonido que no era animal ni humano, imitado por Shiro mientras se corria dentro de Keith y enviándolos a los tres desplomándose inevitablemente al suelo, cayendo en cámara lenta. No cabían en el pequeño cubículo y las extremidades de Lance estaban todas torcidas y Keith continuaba dentro de él, alzándose por encima, presionado sus muñecas contra las baldosas húmedas. Shiro se cernía tras el, con labios entreabriendo, cabello blanco manchado de rojo, tirando su sombra sobre ambos.

La magia saturaba el aire tan pesadamente como la sangre. Lance vio al cristal reluciendo bajo la pila de su ropa, como una prisionera luciérnaga azul. Sus ojos estaban brillando también, lo sabía, luciérnagas presas por su parte, y algo dentro de el cedió, un ultimo cerrojo abriéndose mientras ambos vampiros lo envolvían con todo lo que tenían, todo lo que eran.

"Por favor," jadeo, y no sabía, ni siquiera sabía por qué rogaba, pero lo hicieron, y sus bocas cayeron sobre su cuello y los colmillos rompieron la piel y Lance sangro.

Y sangro, y sangro, hasta que sus ojos rodaron en su cabeza y perdió las fuerzas.

*

Lance despertó con luz solar y colchas suaves.

Y una enorme jaqueca, que era menos placentera. "Ugh," gruño mientras se enderezaba lentamente, tallando su sien y estirándose cautelosamente. Adolorido. Pero había otro malestar, uno mas agudo, y toco su cuello cuidadosamente, respirando hondo cuando sus dedos chocaron con la gaza. "Cierto," susurro, "eso paso."

Entonces recordó la noche anterior más claramente, y sus ojos se abrieron. Sintiéndose algo tonto, Lance atoro un dedo inspectoramente dentro de su boca y toco sus dientes. Normales. Humanos. Suspiro, ya fuese por alivio o decepción, no lo supo.

Algo relució desde el rabillo del ojo de Lance y cuando giro vio al cristal tirado sobre la mesita de noche, oscuro de frio azul. De alguna forma, parecía tan cansado como Lance se sentía.

Había un leve murmullo de voces fuera del cuarto, y Lance giro hacia la puerta, estirando su cuello para escuchar.

"...estuvo demasiado cerca...Peligroso..."

"Él quería...no, ya se, Shiro, pero..."

"...necesitamos ser más cuidadosos...más tiempo..."

"Pero que tal...Si...está despierto."

Abrieron la puerta.

"Hey," dijo Lance. "¿Teniendo una charla seria acerca de desangrarme?"

Eran todo un par– ambos con círculos oscuros bajo los ojos, cabello revuelto, y expresiones culpables, usando camisetas sueltas y pantalones deportivos que los hacían lucir como adolescentes somnolientos. Keith llevaba una bandeja de comida que olía increíble, con humo escapando de una pila de pancakes, tiras de tocino, y un montón de huevos revueltos. Shiro cargaba un vaso de licuado naranja y un pequeño bote rojo que decía Procrit.

"Nosotros, afortunadamente, no te desangramos," dijo Shiro suavemente, acercándose a la cama y dejando el vaso junto al cristal. Se sentó a orillas de la cama y tomo un empaque arrugado de papel de su bolsillo, y cuando lo abrió una jeringa cayo en su mano. "Pero si tomamos más de lo que debimos. Dame tu brazo."

Lance obedeció, observando mientras el ensamblaba la jeringa y perforaba la tapa del bote con la aguja, llenando la jeringa de líquido transparente antes de presionar cuidadosamente en la vena. Lance aparto la vista, y se alegró de que terminara rápidamente, una única gota de sangre chorreo. Shiro la limpio con una pequeña gaza y puso un curita sobre el piquete. La curita tenía un pequeño Darth Vader.

"¿Star Wars?" pregunto Lance, entretenido. "¿En serio?" Shiro no rio.

"Lance," dijo Keith, sentándose al otro lado de la cama. La sonrisa de Lance se borró. "¿Estas bien?"

"Creo que yo debería estar preguntándote eso," Lance replico. "No toda la sangre era mía y del ciervo."

Keith suspiro y miro hacia Shiro, quien miraba al suelo fijamente, sonrojado. "Los vampiros sanan más rápido que los humanos. Y Alteanos también. Estoy bien. Pero te pregunte primero."

Lance encogió los hombros. "Estoy cansado. No te preocupes, no es de cerca tan malo como...como la primera vez que me mordiste. Esa fue una causa de alarma. Pero esto está bien. Estoy bien. También muero de hambre y quiero mi desayuno en la cama, andando, chico murciélago."

Keith se relajó, sacudiendo la cabeza con incredulidad afectuosa mientras le entregaba la bandeja a Lance. Shiro se relajó también, la dura expresión en su boca se suavizo, y toco la rodilla de Lance donde se asomaba entre las sabanas. "Lo lamento," Shiro murmuró. "Es difícil saber dónde están tus límites cuando se trata de...tomar sangre. Nosotros...nos preocupamos. Te desmayaste."

Lance resoplo. "Parece justo. Ustedes son demasiado, estaba abrumado. A demás realmente no podía respirar; había mucha agua."

Los ojos de ellos se abrieron.

"¡No se alarmen! ¡Dije que estoy bien!"

Keith, bizarramente, comenzó a reírse. Se cubrió el rostro con las manos. "Mierda. ¿Cómo nos olvidamos de respirar, Shiro? Oops."

"Quizás porque te pone mucho la asfixia, Keith," dijo Lance. Keith chillo.

Shiro rio. Era probablemente el sonido más encantador que Lance hubiese oído jamás. "Lo hace," Shiro balbuceo, "realmente lo hace."

"Te odio," dijo Keith, pero estaba sonriendo.

"El sentimiento es mutuo, chico murciélago," Lance le aseguro, pinchando sus pancakes. "Espera, cambie de opinión. ¿Tú hiciste esto? Son increíbles."

"Graci –"

"Considerando que fueron hechos por alguien sin papilas gustativas."

"¡Oye!" Keith tiro a Lance y le hizo cosquillas despiadadamente en venganza, Lance termino con huevo en su cabello y el rostro de Shiro quedó cubierto de jarabe cuando intento intervenir, pero valio la pena cuando la habitación se lleno con el sonido de sus risas.

Y significaba que tenían que tomar otra ducha.

*

Hunk llamo a Lance cerca del atardecer pidiendo prestada a Azula ese día.

"Ooohh, mis sentidos arácnidos están activándose," Lance chillo, "¿Alguien tiene una Citaaaa?"

Keith y Shiro estaban quedándose dormidos, pero Keith abrió un ojo curiosamente. "¿Con quién?"

"Es Shaaaay, ¿verdad?" presiono Lance.

"¿Les estas contando a Keith y Shiro? Aw, por favor, hermano," Hunk murmuró. "No lo hagas gran cosa."

"Pero ya lo es," Lance le dijo. "Ve, Hunk Garrett, y enorgulléceme."

"¿Puedo llevarme Azula o no?"

"Depende," Lance bromeó. "¿Qué harás en mi auto con Shaaaay?"

"¡Lance! Augh, no todos tiene sexo en todas partes todo el tiempo. De hecho, la mayoría no tiene, y honestamente me preocupas. ¿Shiro y Keith te infectaron con alguna manía sexual?"

Keith bostezo. "Claramente," murmuró. "Maldición, Lance, Hunk descubrió nuestro secreto."

"Puedo oírte, Keith. Vuelve a dormir."

Keith bostezo más. "Bueno," acordó con facilidad, y cerró los ojos, acurrucándose nuevamente contra Shiro.

"Para tu información, no, no vamos...solo llevare a Azula a Redding, ¿Bien? Shay quería llevarme al parque ahí, quizás ver una película, ir a cenar algo..."

"Awww," dijo Lance, más silencioso ahora que ambos estaban durmiendo otra vez. "Ustedes son adorables. Claro que te presto a Azula, compañero. Buena suerte, se tu mismo, etcétera. Ya te ama, no te preocupes."

"Gracias, Lance." Hubo una pausa. "Pero, uh... ¿Qué tal si me enseña alguna cosa extraña de psíquica interdimensional?"

"Oh, como, ¿Si crea un portal a las Bahamas o algo?"

Hunk chillo. "¡¿Puede hacer eso?!"

"No se, hermano, ¡pregunta!" Lance rio. "Escucha, no te asustes. créeme – hay todo un mundo ahí afuera, Hunk, y ella es parte de el, justo como Shiro y Keith lo son. Pero no es aterrador. Es bastante asombroso, en realidad."

"Estoy algo asustado, Lance."

"Hey." Lance suavizo su tono. "Te gusta aprender cosas nuevas, ¿Verdad?"

"Si..."

"Bueno, sólo míralo así," Lance lo motivo. "Ella podría enseñarte, o al menos mostrarte, su extraño mundo de psíquica interdimensional si lo pides. ¿Te asusta aprender cosas?"

"Supongo que no."

"Entonces no te asustes por ir a una cita con Shay. Ella es uno de los buenos. Y, sin ofender, pero mis novios son mucho mas aterradores que ella."

"No se, ¿has visto a Shay enojándose?"

Lance parpadeo. "Um...no, ¿tú sí?"

"No todavía."

"Hunk. Compañero. Cálmate. Seamos honestos, si Shay se enoja seria para protegerte o algo. eres un precioso rayo de sol, ¿Bien? Eres un chico bueno, un chico increíble, y ella tiene suerte de haberte encontrado."

"Gracias, Lance," dijo Hunk, sonando ligeramente ahogado. "Espero tengas razón."

"Siempre tengo razón," declaro Lance, pensando inmediatamente en las varias ocasiones en que se había equivocado. "Ve por ella, tigre."

"Yay, Hunk," Keith murmuró contra la almohada.

*

Lance permaneció en cama mayor parte del día, y esa noche todo lo que hicieron fue abrazarse y besarse tras hacer la cena juntos. Shiro prácticamente tenía casi una librería de recetarios de su antiguo (antiguo, antiguo, antiguo) chef, asi que habían terminado haciendo un quiche y ensalada Nizarda que era tanto elegante como mas sabrosa de lo que Lance imagino. El chef de Shiro había sabido lo que estaba haciendo...era muy malo que su jefe no pudieses comer nada de aquello.

Shiro había sugerido darle los recetarios a Hunk en algún momento. Lance podía imaginarse la expresión de completa alegría en su rostro – algunos de ellos eran de 1800s. Y el chef había sido muy, muy francés.

Lance uso los recetarios de nuevo la mañana siguiente, haciendo crepas para si mientras pasaba por los mensajes que Hunk le había enviado aquella noche sobre la cita. Acortando, había sido un tremendo éxito, Hunk estaba enamorado, Shay no había hecho nada raro, e irían a otra cita aquella noche.

Lance frunció el ceño ante eso.

Le respondió, Hunk no creo que dbas salr de la casa hoy.

Hunk respondió mientras Lance estaba lavando su plato. Qué?? Porq no??? :(

La espada hará la misión hoy.

Si....y...??

no dejes la casa, Hunk. No dejes sola a Pidge. Seguridad en grupos, verdad? Podrias preguntarle a Shay si puede quedarse c/ Uds. También

Hunk lo llamo.

"Lance, ¿Qué sucede?" demandó. "¿Por qué no quieres que deje sola a Pidge? ¿Crees que los Galra van a atacarnos?"

"No lo sé," admitió Lance. "Pero Kolivan dejo a Rolo y Nyma para cuidar la casa de Pidge y –"

"Whoa, ¿Qué?" exclamo Hunk. "¡No quiero a esos dos cerca de nosotros! Aun creo que hay algo confuso sobre ellos."

"Y estoy de acuerdo, amigo, que es por lo que digo que quizás tú y Shay deberían estar ahí. Por si acaso."

"¿Por qué no solo nos vamos?" Hunk murmuró. "Solo dejamos la casa y nos alejamos mientras los vampiros hacen lo suyo."

Lance mordió su labio. "Yo...es decir, si podrían, supongo."

"Aguarda, Lance, ¿Dónde estarás?"

"Me quedo con Shiro y Keith," le dijo. "No lucharan con los otros. No los dejaría."

"Estarás demasiado cerca de la pelea," dijo Hunk. "Solo ven con nosotros mejor, podemos descansar en la ciudad esta noche, conseguir un cuarto de hotel o algo –"

"No, está bien. La casa tiene algunas buenas barreras y magia y demás, estaremos bien. Lotor tendrá problemas más grandes en que concentrarse, de todos modos."

"Lance, esto me da un mal presentimiento," dijo Hunk.

"Igual a mí," Lance suspiro. "Pueden irse si quieren."

"Me quedare si tú lo haces," Hunk respondió. "Pero, voy a invitar a Shay."

"Asegúrate de darle un aviso primero. '¡Hey, cariño, los vampiros tendrán una pelea esta noche, pero me preguntaba si querrías venir! Oh, por cierto, la casa esta como a veinte kilómetros o menos de la guerra de vampiros. ¡Pero podemos abrazarnos en el sofá!'"

"El cuartel de Lotor esta mas lejos que eso," dijo Hunk inseguramente.

"No sabría, me noquearon," dijo Lance. "No estaba exactamente contando cada kilometro."

"No dejes que te capturen nuevamente," Hunk murmuró. "O...o peor."

"No te preocupes," dijo Lance. "Te escribiré cada cinco minutos o asi. Más te vale escribirme también. Mantenme informado."

"Lo hare," Hunk prometió. "Pidge dice que igual ayudará. Vigilaremos a esos aterradores gemelos vampiro como halcones."

"Si que lo harán."

"Pero, en serio – cuídate, Lance."

Lance toco los vendajes sobre su cuello. "Entendido. Igual tú, Hunk."

"Soy el amigo mas cuidadoso que tienes. Adiós, Lance."

"Adiós, compañero."

*

El malestar de Lance no desapareció cuando la noche cayo. Empeoro, de hecho.

El cristal continuaba parpadeando, y estaba poniéndolo nervioso. "Hay un montón de magia activa en el bosque hoy," Shiro le comentó. "Eso altera el aura natural del lugar."

"¿Qué tan lejos está el cuartel de Lotor?" Lance pregunto, retorciendo la cadena plateada, enredándola y desenredándola en sus dedos.

"Hm," Shiro medito la pregunta, girándose nuevamente a su piano en consideración. "Yo diría que alrededor de cincuenta kilómetros o algo. ¿Por qué?"

"Está... ¿Eso es cerca?"

"La cercanía es relativa," dijo Shiro. "Para los humanos, no tanto. Para los vampiros, si, algo cerca."

"Reconfortante," Lance murmuró.

"Lance, para de moverte," dijo Keith, rascando el lápiz en el papel mientras dibujaba.

Lance le sacó la lengua. Keith parpadeo. "Eso es lindo," dijo. "Mantén esa pose."

Lance lo observo. "Toma una foto, te duran más."

Shiro continúo tocando el piano, una dulce canción lenta probablemente supuesta para calmarlos a ambos. Realmente no funciono. Keith le arrojo un borrador y comenzó un nuevo dibujo, esta vez de Shiro. Lance le escribió a Hunk.

todo sigue bien por ahí?

Sep. Tu?

estupendamente

Lance suspiro. La música del piano era muy tranquilizante. Incluso el rasgueo del lápiz de Keith era justamente familiar para que Lance se sintiera algo más seguro. Tomo un largo respiro, y exhalo lentamente, natural. Probablemente estaba preocupándose sin razón. No todo tenía que salir mal, ¿Verdad? Como esto, como ellos tres – aquello había salido bien. Mejor que bien. Lance sonrió, y Keith levanto la vista, como si sintiera el cambio en su humor.

"¿Te sientes mejor?"

"Eso creo," Lance respondió. "Lamento haberme desquitado contigo. Solo estoy...realmente al límite. Algo parece raro."

"Espero que solo sea la magia," Shiro dijo sobre su hombro. "El exceso de energía en el aire puede ser estresante para aquellos sensibles a ella. La sensación pasara, corazón."

"Eso espero, bebé."

Keith añadió un enorme corazón descuidado al dibujo de Shiro y escribió dentro "bebé" con cursivas.

Lance sonrió, encantado...y paro cuando su teléfono se encendió nuevamente. Pidge, esta vez.

lance. Lance wtf

¿¿Que?? respondeme

Pidge respondió instantáneamente. Rolo y nyma se estn yendo, dos segundos después, esstn corriendo. Hacia el bosque

Lance respiro bruscamente. Shiro dejo de tocar y Keith paro de dibujar. "Rolo y Nyma acaban de abandonar su puesto en casa de Pidge," dijo.

Shiro giro completamente. "¿Qué? ¿Por qué harían eso?"

Keith miro de Lance a Shiro y de vuelta nuevamente, temeroso. "tal vez... ¿Sus órdenes cambiaron? Quizás el ataque... ¿fallo, de algún modo?"

lance stn corriendo hacia e bosque no me gusta e sto

Hunk llamo a Lance cuando él estaba por llamar a Pidge.

"¡Lance! Hermano, hermano, esto es malo, Shay está asustada y diciendo cosas sobre el velo siendo delgado y magia oscura y traidores –"

"Espera, ¿Dijiste traidores? Hunk, ¿Puedo hablar con ella? ¿Está siendo coherente?"

"Yo – puedo intentar, pero..." El teléfono rompió con estática mientras Hunk lo entregaba, y luego Lance escucho a Shay.

"Lance – oh, Lance, lo lamento tanto," sollozo, con sonidos irregulares, cortándose como si no pudieses sostenerlo en su oído apropiadamente. "No sabía – no vi las señales, pero debí hacerlo, y ahora... ¡Ahora ellos van por ti!"

Lance se congeló. Puso el teléfono en alta voz. "Shay," dijo, luchando por mantener su voz calmada, "¿Qué dices, 'ellos van por ti,' quienes son ellos?"

Shiro y Keith miraron el teléfono, luego a Lance, horrorizados con desconcierto.

"No puedes correr, ya no hay a donde huir, oh, Lance, ella viene por ti. Lo lamento tanto, lo lamento, lo lamento –"

La línea murió. La pantalla del teléfono de Lance se oscureció. "Que mierda," dijo, golpeándolo contra el sofá inútilmente. "Mi batería estaba en setenta y cinco, como –"

"No," Shiro jadeo, la banca del piano fue derribada mientras se ponía de pie, y Lance jamás lo había visto tan asustado. Keith observo a su sire temeroso. Shiro tomo su mano, luego la de Lance, y tiro de ellos hacia si. Pero no estaba preparándose para una pelea. Estaba temblando.

"¿Takashi?" dijo Keith con voz queda, ciñéndose a su costado. "¿Qué sucede?"

"Ellos está aquí," dijo Shiro, su voz temblaba tanto como él. "Atravesaron las barreras."

"¿Ellos?" Lance se paralizo. "Rolo y Nyma. Ellos...saben como pasar las barreras, deben haber –"

"No son Rolo y Nyma," Shiro susurró. "Es –"

Varias cosas sucedieron a la vez.

Primero, el cristal de Lance se encendió.

Segundo, la puerta estalló.

Tercero, Haggar y todos sus Druidas entraron en la habitación.

"Hola," Haggar dijo fríamente, magia purpura revoloteaba por sus brazos y sus ojos. "Ha pasado mucho, Campeón."

Shiro retrocedió, llevando a Keith y Lance con él, acercándolos al círculo de sus brazos. "Retrocede," escupió, con voz aun conmocionada. "Salgan de nuestra casa o voy a –"

"¿Vas a que," Haggar se burló, "luchar conmigo? Por favor, campeón. Nosotros te creamos. ¿No crees que tengamos nuestros modos de controlarte?"

Las garras de Shiro cortaron sus brazos mientras su agarre se intensificaba. Los Druidas se acercaron ante el olor de la sangre de Lance, sus ojos violetas relucieron más intensamente. El cristal de Lance parpadeo en azul, imitando el frenético patrón de sus latidos.

A su lado, Keith gruño. "Les arrancare la garganta si lo intentan," advirtió. "Mantente alejada de su mente."

Haggar lo miro como si lo considerara. "Muy bien," dijo ella, "entonces no te opondrás a que entremos a la tuya."

Aquella fue la única advertencia que recibieron antes de que Keith gritar a y cayera sobre sus rodillas, sosteniendo su cabeza desesperadamente y gimiendo agónicamente, doblando su cuerpo enfermizamente sobre su costado.

"¡Basta!" Shiro exclamó, abalanzándose hacia el, para protegerlo de algún modo, pero en su lugar cayo también, y sonidos incluso peores se abrieron camino por su garganta, un sollozo desgarrador. "Ba– basta," Shiro jadeo, encorvando la espalda y arañando la alfombra, "no, no –" sus palabras se perdieron en las mismas incomprensibles y angustiantes súplicas que escapaban por los labios de Keith. Eran como niños, llorando por los monstruos que habían visto en la oscuridad, aterrorizados tras la lógica. De un modo, lo eran, Lance noto. Los Druidas estaban mostrándoles sus monstruos.

Lance dio un paso atrás. Ahora él estaba temblando también, el nudo en su garganta crecía mientras los gritos aumentaban su volumen. "No," dijo, "No los lastimes, No – haré lo que quieras, yo –"

"No, Lance," dijo Haggar. "Me temo que es demasiado tarde para hacer tratos. Te ofrecí uno, ¿Recuerdas? Lo rechazaste." Sus labios se enroscaron. "Y desde entonces, has sido muy desagradecido e indigno de nuestra generosidad." Ella miro a Keith y Shiro, retorciéndose en el suelo con dolor ahogado, como si fuesen insectos para ser pisoteados. "Tu y tu penosa pequeña manada no han sido más que problemas. Hemos tolerado al campeón y su compañero por tiempo suficiente. Pero una espina puede permanecer atorada por un tiempo antes de que se infecte. Y cuando eso sucede, lo único que queda...es arrancarla."

"¡No!" Lance grito, avanzando. "No, no puedes, ¡No te dejaré!"

Ella lo miro, sus ojos quemaban con odio puro. "No eres nada," dijo. "Eres un parpadeo y nosotros somos eternidad. Eres débil, egoísta, y estúpido, aprenderás, a tiempo, que eres afortunado de haber sido elegido por el Príncipe Lotor."

"No pueden hacer esto," Lance susurro, sacudiendo la cabeza desesperadamente, de pie frente a Keith y Shiro como si fuese a ayudar en algo, como si pudiera verdaderamente hacer algo para salvarlos.

"Si podemos," dijo Haggar. "Y eso haremos. Observaras mientras matamos a tus amantes, luego te llevaremos a tu nuevo hogar, y olvidadas que siquiera existieron. Será más fácil así."

"No puedes," Lance repitió, su voz se quebró. "No."

"Despídete," le dijo Haggar, y levantó su mano.


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