Capitulo 12.- Imperio Hatake.

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Editado: 31/ 01/ 2021

Imperio Hatake.

En un poblado tranquilo donde la música viajaba suavemente desde las cuerdas de los instrumentos hasta mezclarse con las amenas platicas, se podía ver en un negocio de cerca, a un grupo de hombres que jugaban juegos de mesa, entre ellos destacaba un hombre peliplata que no mostraba mas que sus ojos y una pequeña cicatriz bajo su ojo izquierdo; entre saludos a los caballeros y Damicellas que pasaban el hombre se vio interrumpido de su juego por dos caballeros de porte firme, y altura considerable, cubiertos por sus relucientes armaduras blancas.

—Mi emperador —se inclina junto a su compañero.

—Ya les he dicho que no me gusta que me llamen así —Decía sin ánimos —Kakashi, ese es mi nombre —exhala un suspiro mirándolos brevemente —si me llaman de otra forma al final olvidare mi nombre.

Con la duda en la mirada, los caballeros se cuestionaban entre sí, pero finalmente volvieron la mirada al hombre frente a ellos que se ponía de pie con una absoluta tranquilidad para mirarlos de frente.

—Emperador Kakashi, han llegado dos grupos del imperio Subaku, tienen cuerpos con ellos —Informaba con seriedad —cuerpos del imperio Uchiha, ellos piden... hablar con usted, y me parece que es la primer princesa del reino la que lo ha pedido.

Pensativo froto sus manos entre sí, y simplemente se disculpó dejando el juego sobre la mesa para tomar camino a paso rápido con dirección a la entrada principal de reino, a su lado se unían los dos caballeros que habían ido a informarle y su consejero personal. Al llegar a la entrada el emperador solo pudo elevar las cejas sorprendido por la cantidad de cuerpos Uchiha; mientras por su parte la princesa Temari de Subaku se quitaba partes de su armadura y hacia señas a sus caballeros para que dejaran un par de cuerpos sobre el suelo, la joven avanzo con seguridad y se detuvo ante el monarca del reino dando una leve reverencia, el peliplata le contesto de igual forma en señal de respeto mutuo.

—Entonces... —arregla su voz — ¿A qué debo su visita princesa Temari? —inclina la cabeza entre el entrecerrar de sus ojos. (Ta' sonriendo)

La joven apunto a los cuerpos que se encontraban detrás suyo —Los Uchiha nos han estado espiando todo este tiempo —informa con seguridad —dos escuadrones vigilan tus movimientos y lo de tú reino desde hace mucho tiempo... —la mirada dudosa del hombre se dirigía hacia sus hombres quienes por igual esperaban más información —y ha pasado por igual con nuestro reino, y con... las Haruno. —su semblante se frunció entre el nerviosismo y enfado mientras su dentadura se apretaba bajo la máscara —A la larga los Uchiha pensaban atacarnos uno por uno para hacernos bajar la cabeza, entonces... aquel acuerdo que firmamos hace tiempo, ha sido roto por Ellos desde el inicio.

—Sera mejor que hablemos dentro de mi palacio —hizo un ademan a sus caballeros para que se hicieran cargo de los cuerpos.

—Lo comprendo.

Con un gesto rápido pidió por la presencia de uno solo de sus caballeros que les seguía a paso veloz mientras que el consejero real del reino se desviaba en su andar yendo en busca de los que regían aquel imperio al lado de su emperador para avisarles de una reunión urgente. Una vez dentro del salón de juntas, el emperador Hatake exhalo un suspiro llevando su mano entre sus cabellos para luego dirigir la mirada con completa seriedad hacia la joven que esperaba pacientemente frente a él por el momento adecuado para hablar.

—El palacio Haruno, ¿Cómo se encuentra? —cuestionaba impaciente — ¿Desde cuándo estamos siendo vigilados? ¿Ellas...?

—Lo máximo que sabemos —Decía con prisa deteniéndolo —es que luego de firmado el tratado, ellos comenzaron a moverse, principalmente sobre el imperio de mujeres... —informa bajando levemente la mirada con pesar —la anterior emperatriz ha sido capturada y encarcelada en el reino Uchiha así que la actual princesa está siendo vigilada, y posiblemente controlada —sube la mirada ante los ojos preocupados frente a ella —el reino Haruno ya esta bajo el control Uchiha, y nadie se había percatado de ello hasta ahora —confesaba con pesar.

La mirada del emperador de dirigió al suelo con completa preocupación y desespero, al final sus ojos viajaron a los de la chica delante suyo, esa niña lo miraba con compasión, pero antes de poder decir nada mas las personas del consejo real comenzaron a entrar en la sala deteniéndose de sus susurros para tomar asiento en sus lugares correspondientes; todos podían notar la mirada algo perdida y dubitativa de su emperador, mientras que la primer princesa hacia viajar su mirada hacia su pareja que solo asentía levemente informando que todo estaba bien. Con un suspiro el emperador subió la mirada hacia todo su consejo, y con porte firme se cruzó se brazos mirándolos con completa seriedad.

—El imperio Uchiha nos ha estado observando —declaró, causando los susurros de su corte —han... —bajando la voz volvían la mirada hacia su emperador con suma atención —roto un acuerdo que nos ha mantenido en paz durante ya mucho tiempo, y... —trago grueso cerrando los ojos, suspirando tomo una pose firme y con molestia en la mirada los vio a todos —tienen sometido al imperio Haruno que tantas veces nos ha ayudado.

— ¿Es por eso qué han roto su trato con nosotros? —pronunciaba con duda y preocupación —Las damas Haruno siempre habían hablado con placer con todo nuestro reino, ¿Es por eso qué ahora ya no hemos tenido visitas por su parte, y en cambio ellas nos han pedido alejarnos de su reino? —cuestionaba preocupado el hombre de edad adulta.

El emperador dirigió la mirada a la mujer a su lado cediéndole la palabra, y simplemente se giró dándoles la espalda a todos. Temari dio un paso al frente de la mesa rectangular, completamente dispuesta a hablar.

—El príncipe Uchiha nos ha visitado recientemente, su imperio nos esta declarando la guerra a menos que mi hermano menor se desposara con su príncipe, los recibimos como nuestra última elección para evitar mas guerra —expresa con molestia.

—Es verdad que... comparados con el imperio Uchiha todos somos muchos menos—pronunciaba con algo de preocupación un hombre de apariencia muy tranquila —y desde el acuerdo cada vez crecen más.

—Eso es verdad —le da la razón con calma —pero, paso algo interesante en aquella visita —avanzaba un paso adelante el acompañante de la princesa —El príncipe Sasuke Uchiha decidió romper el compromiso... por su cuenta. —los susurros se hicieron en la sala causando un leve caos —Nos indicó... —todos vuelven la mirada —La ubicación de la gente de su reino que nos vigilaba, la gente de cada imperio unido por la alianza esta siendo vigilada... quitando los vigías de nuestro camino decidimos iniciar una guerra.

— ¿¡Una nueva guerra!? —se levantaba preocupado con el tema.

Los susurros y quejas comenzaron mientras la princesa solo bajaba la mirada molesta con la situación y su consejero se acercaba a ella intentando calmarla; el emperador apretaba los puños y la mirada cansado de aquella ruidosa discusión, pero antes de poder regresar la mirada y poner un alto a tanta discusión, la puerta principal se abrió de par en par llamando la atención de todos en la habitación; frente a ellos se mostraba un hombre de yukata verde, con cejas frondosas y un cabello tan obscuro como el carbón, sus enormes ojos se abrieron entusiastas.

—Bueno... —sujeta su cinturón dedicándoles una sonrisa —Ellos rompieron primero el trato, y con nosotros unidos, sin dejar pistas del ataque que se avecina... podríamos ser capaces de derrotarlos —afirmaba convencido con su enorme sonrisa llena de entusiasmo.

— ¿Gu... Guy?

Pronunciaba más que sorprendida admirando incrédula a aquel hombre; todos se miraron y aun entre sus dudas solo dieron un asentimiento, sabían que el hombre que hablaba era un excelente guerrero que había dejado su reino atrás para apoyarlos en momentos difíciles, su palabra era importante, en especial por ser un muy buen amigo del emperador.

— ¿Piensa atacar? —Cuestionaba con respeto, poniéndose de pie —siempre nos ha pedido nuestra opinión, pero a final de cuentas todo esto fue creado por su familia, y... creo que esta vez es un tema importante para usted, ¿No es así? mi emperador.

El hombre dudo entre el sujetar de su barbilla —Vayan a la sala de estrategias, —hace frente a la princesa —necesito hablar con usted princesa Temari, ¿Puede su consejero hacerse cargo junto a mis hombres? Darle mas información a mi gente y elaborar un plan de acción.

La chica asintió y mando a su pareja a la sala vecina junto aquellos hombres, ahora en aquella solitaria sala solo se encontraba un antiguo desertor y el emperador del reino que visitaba.

Una vez el sol ilumino los campos, los dos príncipes se vieron llegando al imperio Uchiha, sus miradas trastornadas y dudosas se transformaron en la mismísima paz de un lago fluyendo sin preocupación de su destino final, y ambos se miraron de frente.

—Tratare de no ser muy brusco, tú solos finge que no te agrado... como en un principio.

Con un suspiro saliendo de sus labios rosas, el pelirrojo asintió soltando la mano de su caballero que era el único que se agachaba a la altura del suelo de la carroza. Un leve golpe en el transporte hizo avisar al príncipe azabache que ya estaban en la entrada del lugar; con su habitual fría y seria mirada, el joven se asomó por la ventana del carruaje ordenando con el simple movimiento de su mano que la puerta principal se abriera. Una vez llegando al recinto del emperador, los pasajeros del interior se miraban con total seriedad mientras los caballeros que conducían bajaban para abrir la puerta y tender la mano en ayuda para la realeza, ambos príncipes se pusieron de pie, Sasuke fue el primero en salir y Gaara salió después admirando levemente a su caballero que se mantenía oculto. Al bajar el príncipe Uchiha tendió la mano al pelirrojo que se sujetó a su brazo con desagrado, ambos se miraron con odio en sus sonrisas, y sin más tomaron camino al interior del palacio siendo seguidos por sus dos escoltas. La joven azabache bajó del carruaje cerrando la puerta y se dirigió al sitio del conductor para guiar a los caballos hacia los establos mientras dos caballeros le seguían para ayudarla. Tragando saliva, Gaara dio una última mirada al carruaje para apretar con temor el brazo del azabache que le miraba fríamente manteniéndose en su papel.

—Si esto es una trampa —susurraba con amenaza.

—No lo es... —susurro por igual —Deseo liberarme de esto, y solo hay una forma de hacerlo —Decía con seriedad y una mirada de dolor.

Apenas se adentraron un poco por los pasillos se encontraron rápidamente con el emperador, el príncipe pelirrojo se inclinó levemente observando esa mirada de superioridad que los analizaba para luego permitirles el paso.

—Si han venido antes de tiempo, ¿Significa problemas? ¿O es que te enamoraste sin mas de mi hijo? —pronunciaba con una sonrisa algo animada.

—Aunque ahora me encuentro tomado de su brazo, creó que me inclino por lo primero... —dirige la mirada al hombre con frialdad —simplemente no nos encontramos contentos con esta unión forzada (Refiriéndose al reino Subaku) en especial por el tema de hacerme vivir en su reino.

—Vaya... —sujeta su barbilla con gracia —me sorprende que te comportes de tal modo... pensé que infundiría más miedo sobre ti —ríe animado — ¿No te doy el suficiente miedo? —cuestionaba divertido, con una sonrisa de lado.

— ¿Qué gano con tenerle miedo? —pronunciaba tranquilo sin mirar al hombre a su lado —si usted me hiciera algo, mi padre se armaría y alistaría a nuestros guerreros para atacar.

—Que lo intente, mis caballeros están listos para el ataque.

Sin más que decir siguieron su camino hasta una habitación grande donde había una cama matrimonial, los caballeros detrás de los príncipes suspiraron por lo bajo ante la burla del emperador que extendía las manos mostrando con orgullo la habitación.

—Aquí dormirás con mi hijo... —observa a su hijo —quieras o no hijo, además —observa al pelirrojo —te estoy ahorrando la muerte de tus padres y hermanos, les estoy dando una buena solución —caminaba alrededor revisando cada detalle —no comprendo el disgusto de ambos.

—Debo decir que usted es increíble, todos habíamos puesto nuestro sello en aquel pergamino de paz, jurando que no habría más guerra, y claro, sobre todo que no cruzaríamos con intensión de guerra hacia otro reino.

—Pero dime —Decía sin ponerle atención mientras tomaba asiento en la cama de la habitación — ¿Qué problema puedes tener con mi hijo? Él es muy apuesto, miles de personas quieren salir con él, ni hablar del casarse.

El joven pelirrojo suspiro uniendo sus manos y apretándolas entre sí para contener su disgusto, mientras el azabache de menor edad pedía a sus guardias de ir por unas bebidas mientras tomaba asiento mirándolos atentamente. En los establos dos jóvenes ya se encontraban distrayendo a los guardias principales y demás compañeros del lugar, mientras la joven pelinegra le colocaba una capucha al infiltrado de los Subaku ayudándolo a colarse entre la gente, entre miradas atrás ambos siguieron avanzando con pasos rápidos y el cuerpo casi al ras del suelo.

— ¿Esta segura que con esto —sacude la capa —estaré bien? —susurraba inseguro con la idea.

Con una sonrisa la joven se colocó por igual una capucha de color obscuro respondiendo a la pregunta con completa seguridad, al salir de los establos la joven comenzó a guiarlo entre leves golpes en su espalda y algunos ánimos sobre convertirse en caballero mientras el hombre trataba de seguirle el juego entre asentimientos.

Entre un respiro profundo el emperador Hatake cubría su boca entre su pensar lleno de dudas y remordimientos. Con un exhalar pesado la joven se aproximó a tomar la mano de aquel hombre peliplata para darle algo de apoyo.

—No se preocupe, mi compañero le explicará a su gente más a fondo en lo que nos estamos enfrascando, esto no es solo una lucha inútil al beneficio de mi reino, creo firmemente que esto nos puede unir a todos... —suspirando comenzó a buscar en una bolsa de cuero amarrado a su costado —Mi hermano menor y el joven Uchiha fueron los que planearon esto, el joven Uchiha desea... la extinción de casi toda su gente —tiende una lista que el emperador toma —Esa gente nos esperara en un lugar no detectado por los demás Uchihas a la hora del ataque... mi hermano está deseando una unión total para poder derrotar a esos desalmados, luego de esto ya no existirán más reinos y pequeños pueblos, habrá solo un gran imperio... un país dirigido por quien nosotros, los emperadores de cada reino, elijan sea el mejor para gobernar, claro que cada antiguo gobernador debería formar parte del consejo real si así lo quiere.

El hombre dudo y le dirigió la mirada —Es una lucha peligrosa, hace mucho que los Uchiha han comenzado a crecer al punto de volverse casi un imperio, su gente es demasiada, aun cuando seamos tres reinos y la gente de esta lista —le regresa el papel —este descartada, ellos son luchadores excepcionales.

— ¡Como su gente! —se acerca lleno de motivación.

—Son hombres sangrientos —declara con firmeza —que no dudaran en atacar a quien no sea de su reino.

—Por eso mismo mi consejero real está trazando un plan meticuloso para tener las menores bajas posibles.

Cerrando los ojos aprieta el tronco de su nariz — ¿Y Sakura? Se que... —sube la mirada —si han venido y han matado a los ojos extras del reino Uchiha es porque están seguros, pero... ¿Y si es algún tipo de trampa? Si el imperio Haruno, lleno de mujeres, ¿está siendo más amenazado de lo que creemos? ¿Si hay más guardias de los marcados? ¿Si...?

—Kakashi —pronuncio una voz gruesa y firme que avanzo desde la entrada al lado del nombrado hasta tocar su hombro —Ya han arriesgado mucho, pero bueno... —suspira cruzándose de brazos —digamos que todo es una trampa, bien, ciertamente cabe la posibilidad, pero también cabe la posibilidad de hacer frente a ellos, además, ataques o no la emperatriz Sakura sigue en peligro así decidas atacar o no ella seguirá estando en peligro, ¿Qué harás si no atacas? ¿Solo bajaras la cabeza frente a los Uchiha? Pedirles... rogarles, que dejen a Sakura venir a tú lado... porque sabes muy bien que ellos se negaran, la terminaran utilizando para manipularte, así como utilizan a la fundadora del reino de mujeres para manipularla a ella.

El hombre tomo una respiración profunda y se acercó al enorme mapa pegado a la pared, admiro su reino pasando los dedos sobre cada palacio marcado, sobre el reino de mujeres mientras recordaba aquella sonrisa que hacía bastante tiempo no veía.

—Una gran ciudad... con todos unidos, eso suena... muy bien —se gira mirando a la rubia que se acerca llena de esperanza — ¿Cuál es el plan con las Haruno?

—Las rescataremos, —Sonríe con confianza —y usted deberá convencerlas de atacar cuanto antes a los Uchiha, mi gente está en proceso de rescatar a la fundadora del reino de mujeres, ellos están dentro en este momento, el plan es sacarla cuanto antes, pero si cualquier cosa llegará a ocurrir o retrasar su llegada, ellos necesitaran una distracción para salir a salvo de ahí, y además de una distracción podría ser nuestro ataque final.

El hombre asintió estrechando la mano de la princesa para después guiarla a la sala contigua para alistarlo todo, y a todos, sobre el ataque que planeaban llevar a cabo en las próximas horas.

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