Capítulo 19.- Nuevo plan

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Editado: 04/ 03/ 2021

Nuevo plan.

Las semanas habían pasado y los cuatro reinos se veían reuniéndose en el centro del bosque con una mesa de madera entre ellos, en la cual se extendía un enorme tratado. Los presentes se miran con los puntos acordados ya explicados, y solo sonríen entre si, el primer reino en avanzar es el Uchiha que toma la pluma manchándola con tinta para formar, el ataque le sigue y el Haruno viene después.

—La firma de nosotros será pospuesta por el momento —anuncia la rubia —solo mientras mi padre decide a quien dejar el cargo, al parecer sus planes de cederme el trono han cambiado.

Los hombres asienten sin problemas, pero es la Haruno la que la sujeta por el hombro —Me hubiera gustado tenerte al centro con nosotros.

—Bueno, no todo se puede —sonríe tranquila —en especial cuando se trata de reyes y reinas.

— ¿Y... —cuestiona el Uchiha —quien sospechas que será el elegido?

—Gaara —Dice con seguridad y calma.

—No me sorprende demasiado, es decir —se acerca con el tratado en manos —ideo el plan en segundo y nos puso en marcha sin opción a nada, parece un buen líder, los movimientos en batalla también fueron dirigidos por él, y mis hombres estaban a gusto con ello, es de confianza.

—Aunque corporalmente parezca un chico algo débil, su mente es muy hábil, es por completo su fortaleza —confiesa el Uchiha —y vaya que es valiente.

—Y vaya que lo es. —sonríe convencida recibiendo el tratado.

—Antes de que nos retiremos a nuestros reinos —añade el Uchiha —quisiera cuestionar sobre el reino que no ha metido las manos en esta lucha.

Todos se miraron entre si, y sin palabras volvieron a tomar asiento mientras buscaban las palabras correctas para iniciar la siguiente platica.

En el reino Subaku una batalla se encontraba en marcha, dos jóvenes se encontraban en la sala de descanso jugando damas mientras los músicos del reino entonaban tranquilas melodías para su disfrute, extendiendo su sonrisa el pelirrojo hacia su movimiento para luego encontrarse con los ojos negros delante suyo.

—Te tengo. —expresa feliz.

Con una sonrisa se mantiene mirando los ojos delante suyo —Muy bien, me tienes... de verdad me tienes, —coquetea con la mirada —he perdido contra mi príncipe —agacha la cabeza mostrando respeto.

Entre una leve risa el pelirrojo se mantiene sobre aquellos ojos carbón que le miran con intensidad, elevando la mano hacia detener la música y de pronto se giraba hacia ellos con una leve sonrisa.

— ¿Podrían salir? —mencionaba tranquilamente.

Los jóvenes asienten entre su sonrojo por la bella sonrisa que se les dirigía, y tomando sus instrumentos comenzaron a salir en silencio de la sala; arreglando su voz Gaara se puso de pie hasta llegar frente a su caballero y ponerse de rodillas ante él, entre su vergüenza Lee acepto los brazos que rodeaban su cuello y recibió gustoso los labios que buscaban los suyos, las manos del azabache no querían quedarse atrás y suavemente tomaban al pelirrojo por la cintura causando la sonrisa complacida de aquel chico.

—Ahora que podemos estar juntos no me gusta pasar ni un segundo lejos de ti —se acerca a los labios de su pareja.

Gaara siempre había sido obligado a utilizar cosas hermosas que resaltaran su belleza, y entre esas cosas hermosas había mas que nada vestidos (Yukatas/Kimonos) y claro, los hermosos broches que adornaban sus rojos cabellos largos que por fin eran perfectos para la ocasión. Tomando asiento en el regazo de su pareja, ambos comenzaban a fundirse en un ardiente beso que rápidamente subía de tono entre profundos respiros, comenzando desde sus pantorrillas Lee comenzaba a subir poco a poco por las piernas de su pareja elevando el fino vestido mientras acariciaba la piel de porcelana con profundidad, Lee dejo escapar un jadeo y finalmente metió las manos con dirección al trasero del pelirrojo apretándolo.

— ¡Mngh! —suspiraba con profundidad entre su excité.

Poco a poco Gaara comenzó a levantar sus caderas de aquel regazo dejando el camino libre para que las manos de su azabache palparan mas profundamente aquel lugar, el de ojos carbón se mantenía disfrutando del musical que emanaba de aquellos labios durazno con dirección a su oído; el pelirrojo suspiraba con profundidad estremeciéndose cada que aquellas manos presionaban y jugaban con su trasero mientras Lee descubría aquel hombro dejando un suave camino de beso y algunas mordidas, en el éxtasis de sensaciones el pelirrojo cubría su boca.

—Pero mira que tenemos aquí —Decía con molestia un castaño que abría la puerta con brusquedad.

Las manos de Lee se apartaron de par en par al instante de escuchar la voz de aquel chico, Gaara se aparto de aquel cuerpo mientras intentaba rápidamente cubrir su cuerpo y erección. Exhalando un suspiro Kankuro tomo asiento al lado de ambos tallando su rostro con su mano entre un exhalar algo inquieto, ambos chicos dejaron su vergüenza y calentura de lado para acomodarse con seriedad al lado del mayor en la mesa, Gaara sujeta el hombro de su hermano preocupado de su actitud.

— ¿Hay algo mal hermano?

Descubriendo su rostro el castaño lo inspeccionaba para luego exhalar aun mas fuertemente un suspiro —Solo... aparte de que me cuesta verte con pareja, —sujeta la mano de su hermano —me preocupa tu salud, y la próxima decisión de nuestro padre, es decir... cuando ustedes —cuestiona avergonzado —Tienen sexo —afirma — ¿No se les presentan problemas con tú corazón? —ambos jóvenes se mantienen sonrojados desviando la mirada —Tú corazón es débil Gaara, solo me preocupa que durante el...

— ¡No los tenemos! —Dice completamente apenado cubriendo su boca —No los tenemos...

Entre su vergüenza el azabache ríe dando palmadas en la espalda de su cuñado —No deberías de preocuparte por eso, si yo... —menciona con seriedad —llegara a notar que Gaara comienza a agitarse o tiene algún problema... te lo aseguro, me detendría enseguida y buscaría algún medicamento, iría a buscarlos a ustedes.

Mas tranquilo ante la sinceridad del azabache, Kankuro sonríe con levedad estrechando la mano del joven a su lado, pero su mirada nuevamente baja con algo de preocupación.

—Creo que Temari también lo sabe, nuestro padre te elegirá para dirigir el nuevo reino —explica —las cosas están avanzando muy rápido ante las conexiones de los Hatake y la excelente calidad de las negociaciones de las Haruno, —menciona con seriedad —se que ahora mismo ella es la que esta presenciando la firma del tratado, pero ha decir verdad ambos sabemos que quién tomara el control de todo a partir de ahora serás tú.

—Ha... por eso, —menciona algo incómodo —no es que no me sienta agradecido con tal puesto de importancia... —baja la mirada, dudoso y con culpa —pero es que... yo preferiría —sonríe por lo bajo —vivir con tranquilidad al lado de Lee.

El azabache se sonroja ante tal confesión y solo le dedica una sonrisa animada a su pareja, Kankuro sonríe algo aliviado y levemente ríe.

—Te entiendo, es mucho peso el que hay en nuestros hombros, pero desde que nacimos en esta familia... bueno, ya sabíamos como iba a ser Gaara.

—Bueno, —ríe divertido —había una posibilidad de que me dejaran fuera de la familia.

Con una sonrisa divertida pasa la mano por los cabellos de su hermano —Sabes que tanto Mamá, Temari, el tío Yashamaru y yo... ninguno dejaría que te sacaran de la familia.

Las sonrisas en sus rostros disminuyen casi al instante mientras piensan con seriedad sobre el futuro y sus grandes cambios, el no poder vivir en paz era su principal preocupación, emperadores, príncipes y reyes, ellos siempre serían el principal blanco para muchas personas, si antes no podían confiar ni en su propia gente... ¿Cómo lo harían con tantos desconocidos?

—Gobernar con ellos... —mencionaba pensativo —puedo decir con facilidad que sería una locura, no conozco nada de sus reinos ni los movimientos que hacen en ellos, Temari fue la que habló directamente con ellos todo el tiempo, la verdad... ni siquiera los he visto correctamente, —observa a su hermano — ¿Crees si quiera que estoy listo? Todos los estudios sobre las direcciones del reinado se le dieron a Temari, papá siempre hablo con ella de todo eso.

—Se que suena a locura Gaara, ella tampoco estaba muy convencida de la idea que ha tenido nuestro padre, pero ha decir verdad se siente feliz por ti, ambos sabíamos que podías dar mucho Gaara —sonríe con sinceridad —eres muy bueno con la espada y el arco, no solo usas la fuerza corporal, utilizas tu cabeza —toca su frente con orgullo —y piensas en que más utilizar si la fuerza no es suficiente o necesaria, hiciste todo esto —extiende los brazos —no solo motivaste un movimiento necesario hermano, uniste los tres reinos y creaste la idea de un verdadero imperio donde todos nosotros nos uniéramos... —sujeta su mano con cariño —Yo confío en ti, y sabes que daría mi vida por protegerte su llegarás a estar en el trono.

Con una sonrisa agradecida, el pelirrojo se acerca abrazando a su hermano con cariño, y al separarse solo asiente a su palabra.

—Gracias Kankuro, pero quisiera hablar de esto con nuestro padre antes de... cualquier decisión.

—Mm —asiente —te entiendo, —levantándose les dirige una sonrisa a ambos —pueden seguir en lo suyo, pero... —sujeta la puerta —les recomiendo cerrar las puertas para que no los interrumpan de nuevo, Temari debe estar por volver y no queremos que ella vea... eso —los señala con gracia —o en algo mucho más íntimo.

Las mejillas de ambos se tiñen con prisa mientras las puertas se cierran y las fuertes carcajadas de su hermano se alejan de la sala, acalorados por la vergüenza, ambos apartan la mirada de su pareja, y con el exhalar de un suspiro Gaara vuelve la mirada hacia el azabache que ríe levemente.

—Que bueno que Kankuro no te dijo nada —sonríe por lo bajo —pensé que te llamaría la atención o trataría de meterte miedo —pasa la mano entre sus cabellos con algo de inquietud — ¿Y si vamos a mi habitación?

Tragando saliva le dedica una sonrisa —Me... —ríe avergonzado —me encantaría.

Tomando la mano de su pareja ambos salen de la habitación con un sonrojo sobre sus mejillas mientras toman camino hacia la habitación del príncipe, entre leves risas toman la mano de su pareja mientras se acercan al otro entre juego, pero al girar por el pasillo ambos se topan con la madre del pelirrojo quien entre una sonrisa se apresura para abrazar a Lee y enseguida hace lo mismo con su hijo.

— ¿Van de salida? —cuestiona animada —hoy te ves muy guapo Gaara, y... —sujeta el brazo del azabache —jamás te había visto sin la armadura Lee, tu keikoge (ropa de entrenamiento) te hace ver muy guapo —acerca sus manos al pecho del chico hasta llegar a sus fuertes hombros con una sonrisa —muestra perfectamente la fuerza de tú cuerpo, de verdad debes ser muy fuerte —ríe amablemente.

Entre aquel acercamiento que pone algo nervioso a su pareja, Gaara intenta acercarse obteniendo una mirada de su madre junto a una sonrisa que le hace comprender que ella necesita un momento con aquel chico, aun entre sus dudas el pelirrojo avanza por el pasillo haciendo señas a su pareja sobre que todo estaría bien; tragando grueso, Lee se fía de las palabras de su pareja y le dedica una sonrisa a la amable mujer.

—Yo... estaba pensando —menciona mas relajada —que quizá sería buena idea que vinieras a vivir con Gaara en el palacio, además... ¿Cuándo es que piensan hacer oficial su relación? —cuestiona con emoción —Gaara parece realmente enamorado y yo quiero verlo feliz en todos los sentidos. —sujeta la mano del chico con delicadeza —Puedo ver que eres un hombre fuerte y sincero, veo en tus ojos cuanto lo amas —confiesa encantada en la dulzura de aquellos chicos —y lo comprobé cuando lo trajiste a toda prisa durante aquella lucha, aun con aquellas graves heridas en tu cuerpo trajiste a mi hijo, le diste su medicamento y te aseguraste de quedarte a su lado... —pasa la mano sobre la ropa, en el lugar donde la herida debería estar —si tú vivieras con él, y aún mejor, si decidieran casarse —expresa animada — ¡Yo estaría feliz de darles mi bendición! ¡De verlos cada día en la mesa al lado del otro! —acariciando la mejilla del chico sonríe —Te acepto como mi familia y quiero que tomes nuestro apellido cuanto antes... o que él tome el tuyo, como ustedes prefieran.

—Aunque agradezco su confianza —borra levemente su sonrisa con pena —debo decir que Gaara jamás me ha mencionado nada sobre una unión formal, es por eso que no he tomado la iniciativa de pedir su mano —confiesa nervioso —y, a decir verdad, Gaara... bueno él dijo que quería ir a vivir conmigo en mi hogar, no sé si usted...

La sorpresa pinta aquel rostro siempre sereno, y con prisa la mujer se aferra a la mano del chico frente suyo — ¿En... en tú casa? —trata de mantener su sonrisa con dificultad —Pe... pero... ¿Cómo podría ser posible eso? Es... es decir... lo criamos con una cuchara de plata en la boca... ¿Cómo podría?

Entre una leve risa sujeta los hombros de la amable mujer —No se preocupe por favor, yo sé que la vida de Gaara es muy diferente a la mía —baja la mirada —es por eso que... por un tiempo quiero seguir solo saliendo con él sin ninguna unión formal, es que yo no puedo simplemente... de un día a otro vivir en este lugar y recibir todo de ustedes, yo me sentiría muy mal de hacer eso, y... —da una reverencia —me disculpo, pero esta vida definitivamente no es algo que encaje conmigo...

Aterrada se aferra al brazo del chico — ¡Por favor dime que no lo dejarás! ¡Mi niño es inmensamente feliz a tú lado! No puedes simplemente...

Algo inquieto el pelirrojo volvía por el pasillo notando la inquieta voz de su madre, apenas su mirada jade se posa sobre su madre aferrándose desesperadamente al brazo de su novio, Gaara se apresura a avanzar por el pasillo mientras Lee intenta calmar a la mujer que entraba en pánico.

—Mamá... ¿ocurre algo?

La mujer niega tratando de lucir una sonrisa tranquila —No, para nada bebé, —comienza a reír apenada —es que... ha...

—Tu madre solo está preocupada por ti —interrumpe con tranquilidad —Me estaba pidiendo que por favor trate de mantenerte quieto.

—Oh —apenado cubre su cara —mamá... eso no es algo que debas pedirle a Lee —se acerca abrazándola —solo debes decirme y yo atenderé cuanto antes a tú pedido, sabes que no quiero preocuparte.

La mujer da un asentimiento entre su mirada dudosa dirigida hacia el azabache, pero sin mas la mujer sonríe despidiéndose de ambos para tomar dirección a la sala de descanso. Al por fin llegar a la habitación, el pelirrojo toma asiento en su cama mientras Lee se acerca a la ventana algo inquieto por la conversación de antes, ver a esa mujer tan seria preocuparse de tal forma...

— ¿De qué hablo realmente mi madre?

Algo inquieto baja la mirada — ¿Quieres casarte Gaara?

— ¿Qué? —su mirada sorprendida se dirige al azabache — ¿Si quiera es posible? —cuestiona con una leve sonrisa —jamás lo han hecho, en todo caso pensé que solo... podríamos ser amantes —confiesa avergonzado.

—La verdad también desconozco si podamos tener una boda con todas las formalidades, pero si ese fuera el caso, que si se pudiera... tú... —poniéndose de pie avanza hasta él — ¿Querrías casarte conmigo?

El sonrojo pinta mas que la vergüenza, el chico sonríe —Si, claro que lo haría.

Lee sonríe contento, pero su alegría comienza a desvanecerse poco a poco preocupando a su pareja, poniéndose de pie Gaara se levanta sujetando las manos de su amado.

— ¿Qué ocurre? —sujeta sus mejillas buscando ver su rostro.

El mayor suspira y entre su pesar toma asiento en la cama mientras se abraza al cuerpo de su pareja que se mantiene acariciando su cabello, inclinándose besa los cabellos ébano de su amado.

— ¿Es por algo que dijo mamá? Mamá jamás intentaría ponerte nervioso o inquieto... ¿Qué te dijo?

—No es nada muy importante, me invitó a vivir con ustedes aquí —menciona tranquilo entre su separar y el mostrar de una nueva sonrisa.

—Lee, no es necesario que lo hagas si no lo quieres —toma asiento en su regazo recostando su cabeza sobre el hombro del azabache —se muy bien que lo tuyo no es vivir encadenado por las reglas y comportamientos, —sonríe —te gusta ser libre y viajar —enderezándose lo mira con seriedad —no te pediré que abandones tu vida por mí... si algún día sientes que mi familia te absorbe demasiado, simplemente termina conmigo... —expresa con tristeza.

Con una sonrisa conmovida por las palabras dichas y ese rostro lleno de tristeza que lucia su pareja, Lee lo tomó por las mejillas al chico y le regalo un dulce beso lleno de necesidad por el otro.

—Nunca te dejaría así tenga que abandonar mi vida de diversión.

—No, nunca te permitía hacer eso —sonríe acariciando el rostro de su pareja —Me gusta bastante el tú animado y libre, pero... no te puedo permitir irte de mi lado, realmente me sentiría triste de dejarte ir.

—Muy bien —sonríe travieso deslizando sus manos por debajo de la Yukata de su pareja hasta palpar su pierna —No me iré y seguiré siendo el mismo yo.

Con una risa divertida el pelirrojo sube a horcajadas sobre el regazo de su pareja que sonríe recibiéndolo con un apasionado beso mientras sus manos viajan nuevamente por las piernas de su pareja haciéndolo suspirar.

— ¡Mngh! —se contrae al sentir su trasero ser apretado —Lee...

En la sala de descanso una mujer se encuentra algo decaída tomando té con nadie más que su sirvienta escuchando sus suspiros, la mujer miraba dudosa esa actitud que su emperatriz había tomado desde hace un rato y solo bajaba la mirada manteniéndose al margen.

—Hola, —Dice con tranquilidad entrando en la sala —madre, he regresado de la junta con los reinos vecinos —avanza sonriente —y me alegra decir que todo parece ir bien, aunque... —toma asiento a su lado —el emperador Shisui nos ha... —observa dudosa la actitud decaída de su madre.

Entre su sorpresa por esa actitud, la princesa dirige la mirada hacia la mujer que le hace compañía a su madre, la chica suspira con inquietud en el rostro y solo se encoge de hombros para levantarse y despedirse con una reverencia de la realeza. Temari suspira apenas la mujer sale.

— ¿Ha ocurrido una nueva pelea con mi padre?

Posando la mirada sobre su hija niega tranquilamente —No, no es eso en absoluto, tu padre ha estado tan cariñoso últimamente —informa encantada —el problema es... Gaara.

Entre su incredulidad ríe — ¿Gaara? ¿Nuestro pequeño ángel Gaara? ¿El pequeño niño adorable de cabello rojo? ¿El que siempre te abraza sin que se lo pidas y a todo momento? ¿Gaara? ¿Nuestro Gaara siendo un problema?

Su madre ríe levemente divertida por la actitud de su hija, Temari por su parte toma asiento de una forma mas relajada mientras espera la explicación de su madre.

—Es que... —sonríe un poco menos —lo has notado, ¿No es así? Qué tú hermano está perdidamente enamorado del joven guerrero Rock Lee.

Sorprendida asiente — ¿Padre ha decidido oponerse a su unión?

—Temari —suspira mirándola con severidad —aunque tu padre haya cambiado por un tiempo, él no es una mala persona, la verdad tu padre apoya muy bien la relación de tu hermano, el problema no es Rasa.

—Muy bien, muy bien. —pide calma ante la incomodidad del tema —Bueno... es difícil no notarlo, —sonríe por lo bajo —Gaara es muy feliz a su lado, le confía por completo su vida y ese chico la recibe con mucho aprecio y completa preocupación, —sonríe acomodándose mas cerca suyo —Sakura y una compañera del reino de las mujeres me contaron sobre la herida de Lee, me dijeron como él cargaba a Gaara con sumo cuidado mientras lo defendía con su cuerpo, así que... definitivamente es un hombre digno de obtener a mi hermano menor.

—Gaara piensa marcharse a la casa de Rock Lee —informa sin tapujos.

— ¿¡Qué!?

Grita con disgusto un castaño en la puerta de la sala, ambas mujeres vuelven la mirada al chico que se adentra furioso en la habitación tomando asiento al lado de ambas y mostrándose completamente inconforme con la idea.

— ¿Irse a vivir con él? —expresa incrédulo — ¿En una casa normal donde hay que hacer limpieza por su cuenta y comida con sus manos?

Dejando caer un golpe en la cabeza de su hermano, la rubia se recargaba de la mesa para verlo —Estoy segura de que Gaara es capaz de hacer esas cosas, pero... —se gira hacia su madre — ¿Quién te dijo eso? ¿Te lo dijo Gaara?

—Me lo dijo Lee, —confiesa preocupada —además son personas muy distintas, Gaara puede permanecer en este ambiente que nos limita un poco, pero Lee... parece no poder estar aquí, dice que esta vida no encaja con él, no le parece bien venir y solo comenzar a recibir todo de nosotros.

— ¡Ese maldito! —golpea la mesa con enfado.

—Cálmate un poco, —sujeta su brazo con molestia —no vayas como tonto a querer hacer algo, ni siquiera sabes de qué manera lo dijo.

—No creo que lo haya dicho en mal sentido, —menciona pensativa la mujer mayor —pero... ¿No creen que con esas diferencias quizá ellos terminen su relación en algún punto? —cuestiona preocupada.

Las tres personas bajaron la vista mientras pensaban en aquella cuestión, con un suspiro se miraron entre sí, y el varón de la mesa paso la mano entre sus cabellos castaños con completa inquietud.

—Eso destruiría a Gaara, odio admitirlo, pero ese tonto es muy importante para él... —exhala un suspiro dirigiendo su mirada a su hermana — ¿Qué tal si vas?

— ¿Enserio Kankuro? —eleva la ceja negando —pensé que por esta vez tomarías la iniciativa... —se levanta suspirando —se supone que estas platicas son de hombres.

—Vamos Temari, sabes muy bien que tu relación con él es mucho más cercana.

—Si, si, —entorna la mirada con negación —Solo no quieres oírlo decir que esta perdidamente enamorado de Lee, entonces —se detiene en la puerta —vuelvo en breve madre.

Sin más la joven sale dejando entre una charla a su madre y hermano, al llegar a su habitación ella suspira preparándose para entrar, preparada abre la puerta con una enorme sonrisa.

— ¡Ga...! —sus ojos se agrandan y el sonrojo se hace de su rostro.

— ¡Temari! —jala con prisa una sábana sobre su cuerpo.

— ¡Lo... lo siento! —cierra con prisa la puerta.

Completamente apenados, ambos se encogen cubriendo sus rostros en el cuerpo contrario; Lee es el primero en elevar la mirada notando la vergüenza en el rostro de su pareja mientras él se levanta comenzando a salir del cuerpo del pelirrojo, y con un soplido, trata de tranquilizar su cuerpo mientras toma su ropa colocándosela para guardar a su amiguito dentro de sus pantalones, entre una leve risa llena de vergüenza su mirada de color carbón se dirige al pelirrojo que se aferra a las mantas con vergüenza.

—Vamos, —sonríe más tranquilo tendiéndole un pañuelo —Limpia un poco allá abajo, hoy no fue nuestro día... —ríe levemente mientras se acerca a besar su frente —Bueno, —se levanta sonriente —iré a mi entrenamiento así que puedes hablar tranquilamente con tu hermana, ¿Esta bien?

Entre un suspiro el pelirrojo asiente sin tantas ganas mirándolo partir; al salir el azabache le muestra una sonrisa a Temari quien solo puede bajar la mirada con completa vergüenza de lo visto. Con paso tranquilo el pelirrojo se dirige a la puerta abriendo con calma.

—Ya está, puedes pasar hermana, —la mira asentir y seguirlo —lamento lo que viste, olvide cerrar la puerta... de nuevo... —musita arrepentido.

—No, no, —menciona nerviosa —es normal. —toma asiento en la mesa de la terraza —Es decir, todos lo hacemos a nuestro tiempo... —sonrojada baja la mirada —pero... sacude su cabeza con nerviosismo —no, nada...

Entre una risa nerviosa Gaara solo puede ponerse incomodo desviando la mirada de su hermana que se encontraba muy sonrojada.

— ¿Ocurre algo? —cuestiona suspirando.

—Ha... yo quería hacerte una pregunta, —toma seriedad —sobre ti y Lee, amm... no quiero molestarte, y se que no te gustara lo que te diré, a nadie le gusta que se metan tanto en su vida, pero Kankuro y mamá están tan preocupados como yo.

La sorpresa se hace del pelirrojo que sube la mirada totalmente intrigado — ¿Te ha dicho algo mamá? Recientemente actuó muy raro y quiso hablar a solas con Lee, cuando regrese ella parecía muy alterada y él no quiso decirme nada sobre esa charla.

Sonriendo por lo bajo se cruza de piernas —Gaara... ¿Acaso tú... piensas casarte con Lee?

—Entonces realmente pregunto eso, —pensativo cubre su boca —bueno, te diré lo mismo que le dije a él, si es posible yo me casaría sin dudar.

— ¿Y te irías a vivir con él? —cuestiona con total desanimo.

—No quiero que Lee cambie por esto, me enamoré de él por ser como es, —confiesa con placer —me gusta el Lee que conoce el mundo fuera de estos muros, que explora sin miedo y sonríe sin importar el problema, el Lee que me guía a intentar cosas.... Y si ese Lee desaparece —baja la mirada desanimado —yo no sería capaz de vivir con eso, porque sé que sería mi culpa por hacerlo venir a mi lado, no me importa si tengo que aprender a cocinar y hacer la limpieza si con eso puedo verlo sonreír, además —sonríe tranquilo hacia su hermana — ¿No es bueno que él no este interesado en el dinero? Yo jamás quise casarme forzosamente con alguien a quien solo le interesará el dinero, odiaría estar en una relación de ese tipo, sin amor. Yo de verdad lo amo.

—Lo sé, —sonríe —Mamá comprenderá si decides irte con tal de no verte triste.

—Lo menos que quiero es ponerlos tristes, pero... no puedo estar siempre a su lado, y Lee...

—Es tu nueva vida, —asiente comprensiva —nosotros ya tuvimos nuestro tiempo contigo así que ahora llega la hora de dejarte ir con la persona que amas.

Ambos se sonríen y con cariño sujetan la mano del otro sobre la mesa, entre su calma la rubia comienza a reír mientras un sonrojo aparece sobre sus mejillas.

—Pero dime, —ríe cubriendo sus labios — ¿Realmente su... —señala con la mirada la entrepierna —es tan grande? ¿No te lastima al entrar?

— ¡Temari! —Dice completamente avergonzado.

Entre risas la mayor lo empuja levemente — ¡Vamos, solo me da mucha curiosidad! ¡ES GIGANTE! —comienza a limpiar sus lagrimas —Es que... es que... —ríe sin control.

El príncipe cubre su rostro escuchando la fuerterisa de su hermana que dejaba la vergüenza de lado para comenzar a bromear aunmas pidiendo detalles sobre la pareja de jóvenes.

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