Capítulo 20

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            Había pasado siete días. Una semana desde que llegaron al lugar donde Aria habitaba, en aquel lugar boscoso y lleno de vida y magia.

El sol brillaba en lo alto, iluminando el paisaje tranquilo y sereno donde se encontraban los chicos. Habían convertido el jardín de Aria, en un pequeño campo de entrenamiento improvisado, donde se dedicaron a perfeccionar sus habilidades marciales. Se movían con gracia, ejecutando movimientos fluidos y poderosos, mientras el viento agitaba sus cabellos y sus ropas.

Aria, en cambio, se encontraba en el interior de la casa, rodeada de libros y frascos con sustancias desconocidas. Su mirada estaba fija en un antiguo libro, mientras sus manos, se movían con precisión y cuidado al mezclar ingredientes. Su objetivo era encontrar una cura para el veneno que recorría por las venas de Daryl, para poder así, liberarlo de su sufrimiento y poder salvarle la vida.

Cerca de ella, se encontraba Danya, quién sentada en un sofá con un libro entre las piernas, observaba por la ventana con admiración a los chicos en el jardín. Su rostro reflejaba una mezcla de amor y felicidad. Se alegraba mucho de que los hermanos, hubieran arreglado las diferencias entre ellos.

El sonido de los golpeas y las risas llenaban el aire, creando una atmósfera llena de energía. Los chicos, se empujaban mutuamente para intentar superar sus propios límites.

La suave luz de la tarde, se filtraba a través de las cortinas, que se movían con la pequeña brisa del viento.

—Se les ven bien ahora que han hecho las paces, ¿verdad? —le preguntó Aria sin apartar la mirada del libro.

Danya asintió y se giró hacia ella con una sonrisa tonta en sus labios.

—¿Cómo os conocisteis tú y Canrid? —le preguntó curiosa.

—Nos conocimos en una pequeña feria, dónde había puestos con distintas antigüedades, semillas, flores y plantas. Habái ido a comprar suministros para mis pequeñas elaboraciones —dijo señalando todos los brebajes que tenía delante de ella—, y justo tropezamos en el mismo puesto. La chica del puesto, se había ausentado un momento para ir a buscar más material al interior de su camioneta, y en esa pequeña ausencia, nos dio tiempo de hablar lo suficiente para crear un antídoto juntos.

—El Nobúo.

Aria levantó la mirada y asintió. Danya volvió a mirar hacia la ventana, viendo cómo Canrid le golpeaba a Daryl con un palo en la cabeza por algo que había hecho, y eso la hizo soltar una carcajada.

—Y, ¿vosotros? —preguntó Aria divertida.

Danya la observó con atención y recordó el primer encuentro que había tenido con Daryl, haciendo que sus labios se extendieran formando una sonrisa.

—Lo conocí robando en una tienda.

—¿Robando? —preguntó Aria con el ceño fruncido.

Danya asintió divertida.

—Estaba caminando por la calle y justo cuando iba a entrar en la tienda, Daryl salió corriendo y los dueños de la pequeña tienda, detrás de él. Cuando me enteré de que había robado, me enfadé y salí corriendo detrás de él. Odio la gente que hace eso —Aria asiente, entendiendo lo que su compañera le estaba explicando—. Ahora lo recuerdo como una anécdota divertida, pero en su momento, no lo fue.

—¿Te gusta?

—¿Quién? —preguntó alzando una ceja. Aria la observó divertida, sabía de sobra a quién se refería— ¿Daryl?

—¿Quién si no?

—Oh... Pues... —balbuceó volviendo a mirar por la ventana.

El corazón de Danya, comenzó a latir con fuerza, mientras observaba a aquel chico rubio a través de la ventana. Volvió a mirar a Aria, con nerviosismo. Las palabras se le habían atascado en su garganta, pero consiguió sacarlas, tras haber recordado aquel beso que habían tenido aquella noche.

—Sí. Me gusta mucho... —confesó, con voz temblorosa.

Aria sonrió, percibiendo las emociones que Danya estaba experimentando. Con un gesto, se levantó, dejando los libros de lado y se acercó a ella, sentándose a su lado en el sofá. Danya, le dejó un sitio a su lado.

—Danya, puedo sentir lo especial que eres para él. Y creo que él también siente algo por ti. ¿No has notado cómo te mira? Esa chispa en sus ojos cuando están juntos...

Danya, desvió la mirada, sintiendo una mezcla de felicidad y duda. Aria lo notó, y posó sus manos sobre las de ella, haciendo que los ojos de Danya la observaban confundida.

—Yo... No lo tengo tan claro.

—¿Por qué no? —preguntó Aria confusa.

—Porque... Sólo me está ayudando a recuperar a mi hermano. Cuando eso ocurra, dudo mucho que se quede a mi lado.

La mirada triste de Danya se bajó hasta sus manos. Aria le sonrió con ternura y le apretó suavemente la mano a Danya.

—Estos días, he podido observar cómo te miraba cuando pensaba que nadie más lo veía. Ese brillo en sus ojos, esa ternura en su sonrisa cuando te ve... Hay algo especial entre ustedes, y me gustaría invitarte a que experimentaras esos sentimientos con él. ¿Qué podrás perder? —la joven se encoge de hombros sin saber qué decir—. Danya, debes valorarte más. Eres una persona maravillosa y mereces ser feliz —la joven, le mostró una pequeña sonrisa y entonces, Aria pareció acordarse de algo—. ¿Sabes? Tengo una idea —Danya alzó la mirada alzando una ceja con curiosidad— Esta noche es perfecta para que salgas con Daryl. Celebramos la fiesta de la primavera.

Danya, insegura, titubea y baja la mirada. Sabía que aquello podría ser divertido, pero no tenía muy seguro que Daryl pensara lo mismo, y menos, dado su estado.

—No estoy muy segura de que Daryl, tenga ganas de celebrar nada dada la situación...

Aria coloca entonces, una mano sobre el hombro de la joven, infundiendo confianza en ella.

—No te preocupes por eso, yo me encargo. Estoy segura, de que esta noche va a ser muy especial.

Danya le sonríe, sabía que no iba a poder negarse, Aria parecía tan segura de lo que decía, que hacía que las esperanzas de Danya hacia Daryl, crecieran aún más.

Aria, se levanta entonces, caminando hacia el jardín con paso decidido, seguida de cerca por Danya, quien mostraba curiosidad por lo que su amiga tenía en mente. Al llegar donde estaban los chicos, Aria los llamó con un gesto energético.

—¡Chicos! Necesito hablar con vosotros —anunció Aria, captando la atención de los presentes.

Los tres chicos, dejaron de pelear y se acercaron a Aria, con una mezcla de curiosidad en los ojos. Aria los mira a cada uno de ellos, evaluando su expresión y estado de ánimo.

—Esta noche habrá una fiesta de la primavera en el pueblo. Creo que sería una buena oportunidad para que descansemos un poco de nuestros entrenamientos y salgamos a divertirnos juntos. Mañana podemos seguir entrenando con más energía.

Las palabras de Aria, habían sido recibidas con sorpresa y emoción por parte de los chicos. Intercambiaron miradas entre ellos, sopesando la idea propuesta.

Daryl, con una lve sonrisa en su rostro, asintió en acuerdo. Canrid mostró una expresión de aprobación, mientras que Jake apenas podía contener su entusiasmo.

—¡Claro, suena genial! —exclamó Jake, con los ojos brillantes por la emoción—. Habrá comida, ¿verdad?

—¡Jake! —le gritó Canrid con un gesto de desaprobación.

Aria se rio y asintió.

—Sí, Jake, habrá mucha comida, tenlo por seguro.

—Entonces, me apunto.

—De verdad que no entiendo cómo puedes ser mi guarda espaldas —le dijo Canrid poniendo los ojos en blanco.

Danya, observó entonces a los tres chicos, pero sobre todo a Daryl, quién se reía por la conversación que Canrid y Jake estaban teniendo. Adoraba verlo reírse de aquella manera, ele gustaba mucho su sonrisa. Aria la observó entonces de reojo con una sonrisa divertida, ya tenía ganas de que llegase la noche, para ver lo que sucedía.

**************

El sol se ponía lentamente en el horizonte, tiñendo el cielo con tonos cálidos y dorados. La noche estaba por venir, pero los chicos habían decidido acercarse antes de que la noche cayera. Se acercaron a la fiesta de la primavera, de la que Aria les había hablado. A medida que se adentraban en el lugar, quedaron maravillados por la belleza y el ambiente primaveral que los rodeaba. Las luces parpadeantes iluminaron el camino, revelando una decoración encantadora llena de flores de colores vibrantes y linternas brillantes.

La música alegre flotaba en el aire, animando a la gente a bailar y disfrutar de la velada. Los aromas deliciosos de la comida callejera tentadora llegaron a sus narices, haciendo que el estómago de Jake gruña con anticipación. Sin pensarlo dos veces, Jake se abalanzó hacia el puesto de comida, listo para disfrutar de los exquisitos sabores.

Los chicos observaron a Jake con una sonora carcajada, a excepción de Canriod, quién ponía una cara de decepción y vergüenza por la personalidad de su amigo.

Aria, observó a la pareja de reojo y luego se giró hacia Canrid con una sonrisa traviesa y le sugirió en voz baja:

—¿Qué te parece si vamos a otro lugar? Sería bueno dejar a Daryl y Danya a solas por un rato.

Canrid observó a Aria y luego a la pareja que estaba a su lado, observando a Jake con diversión. Desvió la mirada hacia Aria y asintió con una sonrisa.

—Chicos, nosotros nos vamos a separar un momento —dijo de pronto Aria llamando la atención de la pareja—. Quiero hablar un momento a solas con Canrid.

Aria le guiña un ojo a Danya, quién en cuestión de segundos se había puesto como un tomate. Daryl, apenas se había dado cuenta de aquella complicidad entre las chicas, por lo que asintió y le hizo un gesto con la cabeza a su hermano. Quien le sonrió y apoyó una mano sobre su hombro.

—Pasarlo bien —dijo acercándose al oído de su hermano—. Y si necesitas algún preservativo, o un sitio donde intimar, avísame.

Daryl le golpeó el hombro con una molesta sonrisa.

—Eres imbécil.

—¡Pasarlo bien! —gritó Aria, tirando del brazo de Canrid.

La joven pareja, observó a los chicos desaparecer entre el bullicio de la gente.

En aquel instante, se quedaron solos, en medio de aquella animada fiesta. Danya, con una sonrisa curiosa, rompió el silencio y preguntó a Daryl cómo se sentía, preocupándose por el veneno que recorría su cuerpo, y que aún estaba paralizado por lo que Aria le había hecho. Sus ojos se encontraron entonces, y Daryl le respondió con sinceridad.

—Me siento bien, gracias —le sonrió con ternura.

A Daryl, le había gustado la preocupación de la chica hacia él. Aquello le enternecía bastante.

Apartó la mirada de la chica y la centró en el ambiente del lugar.

—Este lugar es precioso, ¿no crees? —comentó Daryl, admirando la atmósfera festiva que los rodeaba.

Danya, asintió emocionada.

—¡Sí, es increíble! Nunca había estado en un sitio tan mágico como este. Me encanta.

Justo en ese momento, una chica de aspecto alegre y enérgico se acercó a ellos. Con movimientos rítmicos y llenos de gracia, colocó una corona de flores en la cabeza de Danya y un collar de flores alrededor del cuello de Daryl. Daryl frunció el ceño, claramente incómodo con los adornos florales, pero antes de que pueda quitárselos, Danya lo detiene.

—No, déjatelos puestos. Lo floral te sienta muy bien, Daryl —le dice con una sonrisa traviesa.

Daryl, sorprendido por la reacción de Danya, la mira durante un instante y luego se encoge de hombros, decidiendo seguir su consejo. Deja que el collar de flores adorne su cuello, mientras la luz de las linternas ilumina su rostro y los pétalos de colores vibrantes contrastan con su rostro.

Ambos continuaron caminando juntos por la fiesta, disfrutando de la música, los colores y la alegría que impregnaba el ambiente. Los ojos de Daryl, se posaron en Danya, observándola con atención mientras ella admiraba el entorno festivo con asombro y deleite. En medio de la música y las risas, surgió una conexión especial entre ellos, como si el mundo entero desapareciese y solo quedaran ellos dos.

De pronto, Daryl tuvo una idea.

—¿Te apetece comer algo?

Danya lo observó de pronto, y sus tripas rugieron con intensidad.

—La verdad es que algo de hambre sí que tengo.

—Pues elige el sitio, yo te invito.

Danya alzó una ceja divertida.

—¿Tú? —Daryl asintió—. ¿Con qué dinero? —preguntó divertida y soltando una carcajada.

Daryl la observó indiferente y se encogió de hombros.

—Pues ahora por lista, te quedas sola.

Daryl comenzó a caminar dejando a Danya con la palabra en la boca.

—¿Me lo dices en serio? —preguntó ella un tanto aturdida.

Daryl siguió caminando y le hizo un gesto con la mano en forma de adiós, lo que hizo molestar a Danya.

—¡Daryl!

Al ver que el chico no le hacía caso, salió corriendo detrás de él.

Mientras tanto, Canrid y Aria, se encontraban sentados en un banco, alejados del bullicio de la fiesta. Desde donde estaban, podían observan a Daryl y Danya discutiendo por algo mientras caminaban a algún lugar de la fiesta.

—¿No crees que hacen una linda pareja? —comenta Aria, sonriendo con complicidad.

Canrid asintió, mostrando una leve sonrisa.

—Sí, definitivamente parecen conectados. Me alegra ver a Daryl disfrutando así.

En ese momento, Aria cambia el tono de la conversación.

—He encontrado la solución al problema de tu hermano.

Canrid, la observa asombrado. Su pecho se llenó entonces de esperanza y alzó las cejas mostrando interés por saber cuál era la solución que había descubierto

—¿Encontraste alguna manera de curarlo? —pregunta Canrid emocionado.

Aria asiente con seriedad.

—Mientras estabais entrenando, he ojeado algunos libros mientras hacía algunso brebajes y encontré algo en el mismo libro al pasar la página. Lo leí con atención, mientras Danya estaba despistada observándoos por la ventana.

—¿Y qué ponía?

—Tu hermano tiene inyectado un veneno de otro planeta. Algo, que está fuera de mi alcance como curandera. La única solución que he podido encontrar, ha sido acudir al Lago de los Deseos.

Canrid, frunció el ceño, sin entender muy bien de qué se trataba.

—¿El Lago de los Deseos? ¿Qué es eso? —inquiere Canrid.

Aria suspira.

—Se trata de un lago especial, pero también prohibido. La gente suele acudir a él cuando están realmente desesperados por encontrar una solución a su problema. Como su nombre bien indica, es un lago para pedir deseos, pero en ese lugar, para pedir un deseo, se debe sacrificar algo a cambio.

Canrid se llena de confusión y preocupación, sin comprender por qué tendrían que recurrir a algo tan extremo.

—Pero tiene que haber otra solución, ¿no? No puedes simplemente sacrificarte de esa manera —protesta Canrid, negándose a aceptar esa opción.

Aria lo mira con tristeza y se acurruca contra él, posando una mano sobre su pecho.

—Canrid, entiende que solo una persona con un poder tan fuerte hacia la naturaleza como yo podría hacerlo. Además, ¿quién más con mi misma naturaleza, se sacrificaría por Daryl?

Canrid mira a Aria, con los ojos llenos de determinación y preocupación.

—No puedo permitir que te hagas daño por esto. Tiene que haber otra solución. Buscaremos otra opción, Aria.

Canrid, se negaba rotundamente a aceptar la idea de que Aria se sacrificara en el Lago de los Deseos, por su hermano. Con determinación en sus ojos, le insistía en que debía de haber otra solución.

—También he descubierto como derrotar a Atami, pero el veneno que afecta a Daryl está modificado Canrid, y no puedo curarle a menos que recurramos al Lago de los Deseos.

Aria se queda en silencio, esperando la respuesta de Canrid. De repente, este la toma de la mano y la atrae hacia sí, abrazándola con fuerza. Su mano derecha la apoyó sobre su barriga, y acarició con suavidad aquel vientre en el cuál estaban esperando un hijo. Apoyó su mentón sobre la cabeza de la chica y observó pensativo el lugar.

Desde su posición, podían ver a Daryl y Danya divirtiéndose, riendo por cosas triviales como por el helado que se ha manchado en la nariz de Daryl.

El abrazo de Canrid transmitía apoyo y afecto hacia la chica, mientras ambos contemplabann la escena con preocupación.

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