Epílogo

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- 8 MESES Y 24 DÍAS DESPUÉS 

Era un 27 de diciembre, Navidad había pasado y fue una celebración inolvidable, ya que sería la última Navidad en que Star y Marco estarían solos, pues el nacimiento de su pequeña hija estaba próximo a ocurrir.

Ese día hacia particularmente frío, los días previos había caído nieve dejando a todo Echo Creek cubierta de un manto blanco, sin embargo, ese día no caía nieve, pero hacía mucho frío por lo que la gente prefería quedarse en sus hogares y mantenerse calientes, aprovechando que algunos tenían vacaciones, como nuestros protagonistas.

Star y Marco se encontraban desayunando a gusto.

Marco: ¿Te gusto tu desayuno, mi amor?

Star: Por supuesto, esposito. –sonriendo- ¿Me podrías dar una ración más de esos deliciosos pancakes?

Marco: Star, es tu cuarta ración de hoy.

Star: Por favor. –haciendo tiernos pucheros-

Marco: Sabes que no me resisto a esa cara jaja. Está bien, debes alimentarte bien, la doctora dice que nuestra pequeña nacerá pronto.

Star: Si, a veces es muy dificultoso cargar a esta princesa. –acariciando su pronunciado abdomen-

Entonces Marco se acerca a la mesa para servir los pancakes a Star y se pone de rodillas frente a la rubia embarazada.

Marco: Sé que talvez sea incómodo para ti, mi vida, pero en pocos días no sentiremos más que amor por nuestra pequeña Danielle Butterfly Díaz. Gracias por darme el mejor regalo de todos. –sobando el vientre de su amada, mientras planta un beso allí-

Star: -Sonriendo con los ojos vidriosos- Mi príncipe no me hagas llorar que sabes cómo están mis hormonas jaja. Te amo mucho.

Marco: -Se levanta para dar un beso en los labios a su esposa- Y yo te amo a ti.

Star: Ahora si me disculpas, es la tercera vez que voy a baño desde que desperté, esta niña cree que mi vejiga es un juguete jaja.

Marco: Jaja está bien, yo lavaré los platos.

El latino se retira para lavar los platos sucios del desayuno, cuando a los pocos segundos escuchó algo que le heló la sangre.

Star: ¡MARCOOOOOO! –gritó alarmada en señal de pedir ayuda-

El castaño instintivamente deja caer los platos, los cuales se rompen, y va corriendo hacia donde se encontraba la rubia.

Marco: ¡¿Qué pasó?! –exclamó asustado-

Star: ¡Mira! –señalando al piso lleno de líquido- ¡¿Qué es eso?

Marco enseguida sabia de lo que se trataba.

Marco: ¡Rompiste la fuente! ¡Debemos ir al hospital!

Star: ¡¿Por qué?! –asustada- ¡¿Le pasó algo a nuestra bebita?! –con voz temblorosa-

Marco: -Abrazando a la rubia- No, mi amor, significa que nuestra hija ya viene en camino. Seremos padres.

Su cara enseguida cambio de un semblante triste a uno de mucha alegría.

Star: ¿Ya viene? –soltando pequeñas lágrimas-

Marco: Si, mi amor, ya viene. –besándola con mucha pasión- Ahora vámonos.

Los jóvenes esposos se visten con ropa abrigadora por el clima frío, Marco toma la maleta que tenían preparada con lo necesario para ese día especial y ayuda a Star a caminar hasta la puerta, es cuando llega una lamentable realización.

Marco: ¡No puede ser! ¡Olvidé que el auto está en el taller! –lleno de pánico-

Star: ¡¿Entonces qué haremos?!

Marco: Hay otra opción que talvez no te guste.

Rápidamente el latino toma sus otras llaves, las de su confiable Nachos, va a la cochera, suavemente ayuda a montarse a Star y luego sube él.

Marco: ¡Vamos amiga!

Enseguida, la dragóncicleta toma impulso y parte con destino al hospital. Vuelan bajo para evitar la neblina y el frío fuerte del cielo. Entonces Marco saca su teléfono y llama a sus padres, suegros y los futuros padrinos de su hija Danielle, sus mejores amigos Tom y Janna.

Marco: Ya los llamé a todos. Van en camino al hospital.

Star: Genial. Ahora, ¡APRESURATE, MALDITA SEA!. –gritaba fúrica-

Marco: Tranquila mi amor, ya llegare...

Star: ¡QUE TE MUEVAS! –claramente enojada-

Marco: (Ni que fuera para tanto)

Star: ¡EY! ¡SIN UTERO, NO OPINES! –leyendo la mente de su amado-

El castaño solo se dedicó a conducir lo más pronto posible.

A los pocos minutos, llegaron al hospital, Star fue ingresada de inmediato a la sala de partos donde Marco la acompañó.

Doctora: Ahora puja.

Marco: Mi amor tu puedes. –sosteniendo la mano de su esposa-

Star: ¡AAAAAHHHH! –gritando del dolor-

De repente aquella sala de maternidad es inundada por el llanto de una pequeña niña.

Doctora: Bienvenida pequeña. –sosteniendo a la recién nacida-

Marco: Ya está aquí, mi amor. Gracias, te amo. –llorando-

Star: Te amo, Marco. –besando a su esposo-

Las enfermeras limpian y arropan a la pequeña Danielle, para pasársela a sus orgullos padres.

Star: Hola mi amor, eres nuestra pe...

Star se quedó sin habla al ver algo que le heló la sangre.

Marco: ¿Estas bien, St..?

El castaño también quedó en shock al ver a su pequeña.

Mientras en la sala de espera estaban Angie, Rafael, Mariposa, River, Moon, Eclipsa, Meteora, Globgore, que por suerte las puertas del hospital eran de gran tamaño para que él entrase, Janna y Tom. Todos estaban expectantes ante noticias de la nueva integrante de aquella amorosa gran familia. Entonces la doctora se acerca a ellos.

Doctora: ¿Familia Butterfly Díaz?

Todos: Si. –mientras se levantan al unísono de sus asientos-

Doctora: Ya pueden ingresar a la habitación. –mostrando ligera preocupación en su cara-

Todos hicieron caso omiso a ello y fueron la habitación de Star, Moon fue la primera en entrar.

Moon: ¿Cómo está mi...?

La peliblanca se queda pasmada ante la imagen allí, Marco tenía la mirada perdida hacia la ventana, lucia pensativo pero triste a la vez. Mientras, Star estaba en la cama con su hija en brazos, la rubia seguía en shock.

Moon: ¿Qué sucedió? –empezando a sentir miedo de que algo pasó a la niña-

Star: Mamá. Yo... -llorando-

Todos empezaron a entrar y rodearon a la nueva madre y su bebé en cama.

Danielle Butterfly Díaz, nacida un 27 de diciembre, parto normal y sin ninguna complicación, tenía un bello pelo color miel, ojos color café oscuros como su padre y en sus mejillas dos marcas de nacimiento, en su mejilla izquierda había un corazón y en su mejilla derecha una media luna, ambas de color blanco.

Moon: Es-esto no es posible.

En aquel cuarto de hospital se respiraba un aire de temor, consternación, duda y amor al mismo tiempo.

Desde otro plano existencial, un hombrecillo azul y ropajes amarillos veía aquella escena con una ligera sonrisa.

Glossaryck: ¿Qué les dije, amigos? Amor, definitivamente la magia más poderosa que existe.

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