XXVI Vida o Muerte Pt. 1

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Eran las 6 de la mañana del domingo, los primeros rayos del Sol intentaban salir de la penumbra de la noche, mientras unas personas y monstruos seguían durmiendo, otras personas salían a correr con sus mascotas. Pero un grupo de inadaptados, ignorantes y violentos salieron de su recóndita comunidad con destino a la famosa comunidad monstruo-mewmana, con la agilidad y sagacidad propia de víboras ponzoñosas, se escondieron en puntos estratégicos, ocultos a plena vista por así decirlo, y así permanecerían hasta que la orden final fuese dictaminada.

Como todos los días, Marco Díaz despierta temprano para seguir su misión protectora, solo que esta vez lo haría solo; su mente estaba clara debido a su deber, mientras que su corazón latía solo por su mera función biológica, más sin Star su corazón no tenía razón de ser.

Marco: Mi amor. –viendo la nota que le dejo la rubia explicando su partida- Te extraño tanto, pero te juro que cuando esto acabe, podremos volver a ser felices juntos.

Aun con los ojos un poco húmedos por el recuerdo de su amada, Marco toma un rápido baño y se viste, baja hacia la cocina donde se prepara un tazón con cereal y fruta; mientras que a su fiel Nachos le da un jugoso filete, hoy será un largo día y ambos necesitaran mucha energía. Una vez finalizado el desayuno, monta a su dragoncicleta con el objetivo de salir a buscar a los criminales. Para amenizar el viaje, se coloca sus audífonos para escuchar un poco de música en el camino. A los minutos sobrevuela sobre Nueva Mewni, su corazón le decía que vaya a ver su amada, pero su mente trataba de mantener el control, coincidentemente una canción sonó en su reproductor, que simplemente hizo sucumbir al castaño.

PÓNGALE PLAY A LA CANCIÓN

Mira mis ojos y veras

Que siento por ti.

Explora en tu ser

Me hallaras no buscaras más.

Dime que sientes mi calor

Y que corresponderás mi amor.

Sabes que si

Todo lo que hago, lo hago por ti.

Mira mis ojos y sabrás

Que nada te ocultan

Se acabó tu vez, tómame

Quisiera poder, poderte lograr

Dime que sientes mi calor

Nada quiero más que tu amor.

Sabes que si

Todo lo que hago, lo hago por ti

No hay amor como tu

Y otro que te amé así

No hay lugar si tu no estas

Donde quisiera estar.

Dime que tu sientes mi calor

Nada quiero más que tu amor.

Luchar por ti, sufrir por ti

Morir así, morir por ti.

Sabes que si

Todo lo que hago, lo hago por ti.

Marco: Mi estrella. –soltando una lágrima-

El amor le ganó a la razón. El latino dirigió a Nachos hasta el Templo de Monstruos, supuso que Star iría a su antigua habitación y lo estaba, vio a su amada rubia por la ventana y decidió entrar por allí. Star estaba destapada, su cobija estaba en el suelo y tenía un semblante triste en su rostro, talvez porque tuvo una mala noche o una pesadilla, Marco se quedó apreciando la belleza de su princesa, sus ojos se volvieron cristalinos, entonces vio que temblaba un poco del frío, por lo que decidió quitarse su abrigo rojo característico y lo puso encima de Star, cuyo rostro ahora tenía una sonrisa por el calor de la sudadera y el aroma de Marco, el cual era percibido inconscientemente por Star.

Marco: -Acariciando su frondosa cabellera rubia- Mi amada Star, eres el tesoro más grande de mi universo, mi razón de ser, mi felicidad, lamento haber sido un idiota, pero todo lo que hago, lo hago solo por ti. Aunque me cueste la vida, yo te protegeré. –murmurando en voz baja, mientras deposita un tierno beso en la frente de su amada-

El latino se queda observando unos segundos más a la hermosa chica y sale por la ventana, de vuelta a montar a Nachos y parte a continuar su misión, sin saber que fue observado a lo lejos.

??: Max. –hablando por su radio de largo alcance- El chico está aquí, ¿ejecutamos la orden?

Max: No. Mantengan posiciones, veamos a dónde quiere llegar ese niño imbécil.

??: Entendido. –cerrando la transmisión-

Max: Empieza el juego. –sonriendo maliciosamente-

Marco sobrevolando el cielo busco algún indicio de actividad inusual, pero toda parecía en orden, por lo que voló más bajo para tener mejor visibilidad, pero igual sin ver nada fuera de lo común. De pronto vio que estaba cerca de donde habían sido víctimas de la traicionera emboscada.

Marco: ¡Vamos Nachos! –dirigiendo al gran reptil hacia aquel lugar-

Al descender, los traumáticos recuerdos de ese día volvieron a su mente. Procedió a bajarse de Nachos y caminó hacia la escena.

Marco: ¡Infelices! –viendo en el suelo como aún estaba manchada con la sangre de Tom- No se saldrán con la suya.

A lado de la sangre seca, divisó unas huellas que llamaron su atención, por lo que decidió seguirlas, podría ser algo o nada, sin embargo, siguió su instinto.

Marco: Vamos chica. –señalando a su compañera el camino que debían recorrer-

Se adentraron en la frondosa vegetación del bosque, en el camino se toparon con muchas trampas, las cuales esquivaron fácilmente, nada que unos expertos de la Zona del Jamás no hayan esquivado antes.

Marco: Alguien plantó estas trampas, apuesto que fueron esos malditos. –continuando el camino-

Se adentraron más y más cuando pudo apreciar humo, por lo que decidió investigar su origen. Provenía de una fogata, eran dos mewmanos, asando a un guerricornio.

Marco: Ellos no parecen cazadores, parecen...MEWMANOS. –el castaño se sorprendió al ver que habían mewmanos allí-

Decidió espiar un poco más.

??: ¡Odio la carne de guerricornio, es muy dura! –exclamando­-

??: Lo sé, amigo, pero es el único que alimento que tenemos hasta que volvamos a robar parte de las provisiones de Nueva Mewni.

Marco: (¿Qué? ¿Han estado robando comida de Nueva Mewni? ¿Son más de dos?) –pensó alarmado en sus adentros-

??: Si y después del plan de hoy del cazador y la "loca" de Mina, tendremos muchos alimentos solo para nosotros.

Tal declaración empalideció al latino, no solo se alarmó al conocer que Max Greyson y sus cazadores trabajaban con Mina Loveberry, sino que se llenó de terror al saber que había un plan contra Nueva Mewni que se ejecutaría hoy mismo, el lugar donde estaba el amor de su vida.

Marco: ¡Maldita sea, debo avisar a Rick y a la policía! –sacó su celular para dar la alerta, pero vio que no había señal de red ni de internet- ¡Lo que faltaba!

La desesperación llegó al castaño, buscando que solución sería la adecuada.

Marco: Nachos. –dirigiéndose al gran reptil- Debes ir donde Rick y darle esto.

Como no tenía papel, ni lápiz, Marco escribió en su celular, como un mensaje de texto, la localización del lugar donde se encontraba, de la situación y el inminente ataque a Nueva Mewni. Dejó su celular sin bloquear y lo puso en la pequeña maleta que siempre está en el costado de Nachos.

Marco: Señálale donde está el teléfono. Ahora...

Antes de darle la orden de irse, vio que dos hombres más se acercaban a la fogata, uno parecía cazador, mientras el otro mewmano, traían a un ciclodragón maniatado.

??: ¡Llegamos con la caza de hoy! –sacando pecho de su atroz acto-

Nachos se inquietó al ver a uno de especie en peligro latente.

Marco: Tranquila, chica. –acariciando a su amiga- Tengo una idea.

Cuando los cuatro hombres se reunieron alrededor de la fogata, un rugido hizo que desviaran la mirada.

??: ¿Qué fue eso? –dos hombres se acercaron al origen del sonido-

Marco: ¡Ahora Nachos! –con esa orden, la dragoncicleta lanzó una llamarada de fuego que casi calcina a los hombres-

En la confusión, Marco ataca de los arbustos con golpes certeros de karate.

??: ¡Hey, es el chico! –abalanzándose para atacar al adolescente-

Marco: ¡Hoy no, infeliz! –propinando un golpe que deja noqueado a uno de los mewmanos rebeldes-

Mientras que el ciclodragón capturado salió volando, Nachos golpeo con su cola a otros dos, provocando que se golpearan contra un árbol, provocando que perdieran el conocimiento. Solo quedaba uno, el cazador.

??: ¡Ahora me las pagarás lo del otro día! –sacando un cuchillo de caza sumamente filoso-

Marco: Podría hacer esto todo el día. –invitando con su mano a que lo atacase-

El cazador fue corriendo hacia Marco, el latino esquivo todos los ataques con cuchillo, menos uno que le dejó una cortada seria en su brazo izquierdo; rápidamente con agilidad esquiva otro ataque, patea las rodillas del hombre, le propina una patada en su entrepierna, haciendo que este caiga de rodillas, y lo remata con una patada giratoria en el mentón, dejándolo en el suelo.

Marco: Lo hiciste, Díaz. –tratando de recuperar el aliento de tal demostración de habilidades marciales- ¡Vamos Nachos, debemos ir a avisar a todos!

Cuando Marco se disponía a montar a Nachos, fue interceptado por un disparo traicionero por la espalda.

Marco: ¡AAAAHHHHH! –cayendo al suelo, sintiendo un dolor incalculable-

El cazador, tendido en el suelo, había sacado su arma y la disparó contra el joven latino.

??: ¡Te lo merecías! –sonriendo, tratando de reincorporarse-

Marco se retorcía del dolor, a lo que Nachos fue a verlo, preocupada.

Marco: ¡VETE! ¡LARGO DE AQUÍ! –le gritaba a su compañera, pero esta no quería irse, además de derramar unas lágrimas por su compañero caído- ¡Debes ir con Rick! ¡YA!

Con mucho pesar, Nachos se elevó y se fue del lugar, dejando a su compañero de batallas en precarias condiciones. El cazador al ver esto, disparó su arma contra Nachos, pero por fortuna ningún tiro acertó.

??: ¡Bestia estúpida, escapó! –regresando a ver al castaño tirado en el suelo- ¡Pero tú no lo harás!

El hombre se acercó al cuerpo maltrecho de muchacho y vio que no estaba herido.

??: ¡¿Qué demonios?! –revisando el cuerpo del chico adolorido- ¿Chaleco antibalas? Eres un mocoso astuto.

A pesar de llevar el chaleco antibalas, el impacto del disparo dejó sumamente adolorido a Marco.

??: -Tomando su radio comunicador- Max, tenemos un invitado.

El cazador toma unas sogas del lugar, ata a un Marco malherido y trata de reincorporar a sus compañeros. Al rato, toma al prisionero y lo lleva al campamento rebelde, donde Mina y Max lo estaban esperando. El cazador tira a Marco, cual bolsa de basura a los pies de los "directores de orquesta" de esta sanguinaria operación.

Max: Creo después de todo, -jalando de los pelos al latino y acercándolo a él- los planes cambiaron. –sonriendo sádicamente-

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