El Mirador

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Al terminar la cena, nos reunimos todos en la sala, tirados en cojines muy cómodos. Hailey toma el mando del TV y le da play a una película de esas de las que a ella le encanta.

—¿Qué veremos hoy? —pregunta papá .

—Agua y fuego papá —responde Hailey —me la recomendó una compañera, me dijo que es una muy buena historia.

—Para ti todas esas películas románticas son buenas —añado en tono gracioso.

—Hermano —gruñe Hailey.

Todos nos quedamos en silencio mientras disfrutamos de la película.

«Agua y fuego es una historia de drama y romance. Es la historia de Hasmet y Yagmur, dos jóvenes de clases sociales muy distintas, que comienza un romance lleno de muchos o obstáculos. Se conoce un avión donde Yagmur termina lastimándole la mano a Hasmet con sus uñas, cuando apenas el vuelo despegaba.

Aquel hombre terminó encantado por aquella chica.

La vida termina regalándoles un segundo encuentro donde ambos terminarían enamorados el uno del otro.

Por negocios y situaciones familiares Hasmet debía volver a Estambul, dejando a Yagmur embarazada (aunque él no lo sabía)

Hasmet fue obligado a casarse con la hija del hombre al cual él había asesinado, solo así podrían resolver el conflicto que había entre ellos y continuar sus negocios en sana paz, Pero él aún seguía en la búsqueda de Yagmur, hasta que logró encontrarla y descubrió que aquel niño que esa chica tenía llevaba su sangre.

Aquel hombre no le importó más nada y luchó para poner a su familia a salvo, aunque esto terminó costándole la vida»

El final es Muy conmovedor Y puedo sentir como mis ojos se humedecen, al voltear veo a Sofía secarse las lágrimas mientras me sonríe, Hailey también hacía lo mismo.

—Y ahora me dices que no estuvo buena y casi lloraste —dice Hailey mientras me sonríe.

—Si hermanita, no voy a negar que estuvo genial —respondo levantándome del suelo

Siento cuando Sofía me toma del brazo.

—¿Me llevas? —pregunta

—Claro que sí cariño —respondí dejando un beso en su cabellera —deja que suba a buscar mi documentación y las llaves del auto a mi habitación.

—Vale —asiente —así me das tiempo para despedirme del señor Howard y de Hailey —añadió

Cojo rumbo a mi habitación, pero no puedo evitar quedarme a mitad de las escaleras para observar la forma como conversan tan cómodos y a gusto papá y Hailey con Sofía, verlo sonreír a los tres me llena de mucha paz y tranquilidad.

  Poco a poco la vida nos va devolviendo eso que hace 10 años no sentíamos, y es la felicidad.

Bajo de mi habitación, me vestí un poco más cómodo, ya que llevaría a Sofía y vuelvo nuevamente a casa.

Aunque realmente deseo que se queda a dormir a mi lado, pero aún es muy pronto y tampoco quiero que se vaya a sentir incómodo, todo lo que suceda parte por parte.

—Vamos —le digo parándome a un lado de ella.

—Si, vamos —respondió mientras me tomaba del brazo.

—hasta luego Hailey, sigue adelante y verás que todos tus sueños poco a poco estarán hechos realidad —le dice a Hailey regalándole una hermosa sonrisa.

—Gracias por venir y compartir con nosotros, vuelve pronto —responde Hailey mientras se acerca para darle un abrazo y me guiña un ojo —fue un grandioso placer conocerte Sofía —añadió.

—Siempre que me invites aquí estaré —respondió Sofía

—Siempre serás bienvenida —interrumpe papá —es un gusto compartir con usted señorita Sofía, y ver a mi hijo sonreír es lo mejor de todo, eso no tiene precio —dice y ambos voltean sonriendo a verme y siento como mi mejillas se calientan.

—El gusto Siempre será mío señor Howard —responde ella —y gracias por recibirme en su hogar. Ya sé a quién salió Ethan tan educado y caballeroso —añadió a Sofía mientras le regala un abrazo a papá —nos veremos luego, que tengan muy buenas noches.

—Ya vuelvo —digo y Hailey suelta una carcajada como si hubiera hecho un chiste.

Salimos al estacionamiento y nos montamos en el auto, me abrochó el cinturón mientras Sofía hace lo mismo y se acerca para darme un beso.

Pongo el motor en marcha y siento cuando ella comienza a acariciar mi mano, volteé a verla y le regalé una sonrisa dulce

—Gracias por traerme a conocer a tu familia —me dijo mientras continuaba acariciando mi mano y me devolvió la sonrisa.

Continúo manejando camino a su casa mientras ella me acariciaba la mano que llevaba puesta sobre la palanca del auto.

—Detente un momento aquí —me pide mientras íbamos pasando por una especie de mirador o eso parecía.

Nos detuvimos en una zona alta de la ciudad, donde la vista era completamente perfecta, habían varios árboles, aunque era un poco oscuro parecía un lugar seguro y tranquilo.

—¿Sucede algo? —le pregunté mientras terminaba de estacionar.

—Solo quiero estar un poco más a tu lado —respondió mientras me sonreía.

—Quería agradecerte realmente por haberme dado la oportunidad de conocer a tu familia —dice —fue un día muy agradable para mí.

—Tenerte a ti en un momento tan importante de mi familia es lo grandioso —respondí —de verdad gracias a ti por aceptar mi invitación y acompañarnos en este día tan importante.

Poco a poco nuestra distancia se fue acortando y de un momento dulce pasamos a uno lujurioso en segundos.

No fundimos en un beso, mientras ambos luchamos desesperados por el deseo para poder soltar nuestros cinturones.

Pase una de mis manos detrás de su cuello para acercarla un poco más hacia mí, mientras que con la otra acariciaba su muslo.

Las manos de ella que estaban posadas en mi cuello poco a poco fueron descendiendo hasta llegar al borde de mi camiseta, con sus manos poco a poco fue levantándolo mientras me besaba y dejaba pequeños mordiscos en mis labios de manera excitante.

Ya comenzaba a sentir como mi entrepierna empezaba a cobrar vida.

  «esto se saldrá de control» —pensé

Ella terminó por sacarme la camiseta y empezó a dejar besos húmedos en mi pecho.

Me separé un poco mientras me incorporaba nuevamente mi asiento y tomaba aire

—¿Por qué te detienes? —preguntó un poco sorprendida al darse cuenta que mi mano había abandonado la actividad en su muslo

—Es que —quise decir algo cuando me interrumpió —No te detengas, por favor —dijo mientras se subía a mis piernas

Sus movimientos excitantes sobre mi parte masculina me tenían al borde del descontrol, tomo de mis cabello ya ha vuelto un desastre y me acerco a sus pechos

Con una de mis manos deslicé hacia abajo el cierre en la parte trasera de su vestido y con la otra bajé las tiras del vestido para dejar al descubierto sus pechos, eran tan perfectos que parecía que llevaba sujetador con el vestido puesto y no era así, quedé sorprendido

Comencé a darle atención a sus pechos desnudos con mi boca, mientras que mis manos masajeaban su trasero y ella dejaba escapar sus gemidos de placer al aire

—Por favor, no pares —susurró

—¿Estás segura? —pregunte nuevamente

—Si Ethan —gime mientras tira de mis cabellos para acercarme más a ella —hazme tuya, completamente tuya.

Con una de mis manos empecé a jugar con uno de sus pezones mientras que al otro le brindaba atención con mi boca y mi otra mano apretaba su trasero.

Sus gemidos llenos de lujuria aumentaban cada vez más y mi dureza ya estaba envuelta de humedad

Se apartó un poco de mí y su mirada tomó un brillo lleno de lujuria, comenzó a deslizarse por mi pecho dejando en cada centímetro pequeños mordiscos sobre besos húmedos.

Se detuvo justo en mi área abdominal, fijando su mirada en el bulto que de manera obvia se podía apreciar en el medio de mi entrepierna, levantó su mirada para verme a los ojos y me concedió una sonrisa de complicidad, podía notar el deseo que sus ojos emanaban.

Nuevamente comenzó con los besos, pero esta vez a la altura de las gomas de mi short deportivo, haciendo que mi espalda se arquee y mi cuerpo es talle de placer. Introdujo una de sus manos por el interior de la pierna del short hasta llegar a mi parte masculina, nuevamente me arqueo de placer y ella esboza una sonrisa con malicia que termina por excitarme aún más.

—Esto también requiere de mi atención —dice mientras échale mi asiento hacia atrás para agacharse entre mis piernas

Tira de las ligas de mí short hasta dejarme en bóxer

Se ubica en el asiento del copiloto, ya lo observo detenidamente mientras Ella termina de sacarse el vestido, quedando solo en lencería del mismo color de su atuendo

Se ubica nuevamente encima de mis piernas y esta vez el que gime soy yo, comienza a moverse con suavidad sobre mi masculinidad y en simultáneo merece el cuello y tira de mis cabellos hacia atrás.

—Qué bien se siente Ethan —susurra con malicia en mi oído

—Me encanta Sofía —digo entre gemidos

Marcó un camino de beso húmedos nuevamente de mi cuello hacia abajo, pero esta vez sin detenerse. Sacó mi dureza del bóxer y empezó a jugar con ella, dándole movimiento con su mano, haciéndome gemir.

Abrí los ojos con un gemido muy fuerte al sentir aquello tibio y húmedo atrapar mi erección, era su boca, lo estaba haciendo, estaba dándome placer con su boca.

Tome su cabello para así darle un poco más de movimiento

—Claro que me encanta —deje escapar entre gemidos.

Entre arqueadas y gemidos la tomé por un brazo para ubicarla de forma inclinada en el asiento de al lado, mientras buscaba en la guantera del auto un condón

—Hasta responsable eres —dijo con una sonrisa pícara

—Antibebes cariño, mientras tanto toca —dije mientras colocaba el condón en su lugar

Volví a mirarle directo a los ojos

— ¿Estás segura? —pregunté

Mis intenciones tampoco eran detenerme, Solo que, solo quería saber si ella estaba segura de lo que haríamos.

—Solo no te detengas Ethan —fue su respuesta.

Poco a poco me fui introduciendo en ella, provocando que cada vez sus gemidos fuesen más fuertes y se mordiera la comisura de sus labios

Mis movimientos fueron incrementando la frecuencia y el ritmo, y sus gemidos inundaban el interior del auto. Sus uñas cada vez se hundían más en mi espalda, mientras que mis azotes la hacían gemir muy fuerte. El ambiente siempre no es sudor, placer y besos.

Mis gemidos fueron superando los de ella, Y ambos estallamos en un grito agudo lleno de placer.

Aparte de ella para retirar el condón y ubicarme en mi asiento a descansar un poco, tenía la respiración agitada y el corazón que se me salía por la boca

«vaya que esta chica Me fascina, es decente cuando se necesita y muy atrevida cuando ella lo desea» —me afirmé en los pensamientos.

Ella se ubica a mi lado y me abraza. Se veía tan dulce recostada en mi pecho

—Me encantó —dice entre susurros mientras me daba besos en el pecho

—A mi mucho más —le respondo con un beso en su cabellera.

Y estuvimos así varios minutos, juntos descansando.

—¿Qué hora es? —se ubica rápidamente en el asiento.

—10:15 —le respondo

—Ay por Dios —grita sorprendida y comenzó a ponerse el vestido apresurada

—¿Qué te sucede? —le pregunto asustado

—van a ser las 11 de la noche —responde nerviosamente

—Ethan por favor llévame a casa, mamá y papá me matarán —añade preocupada.

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