Volumen 4: Ser amado Acto 3

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Días atrás tras el despertar de Erse el joven Milfiore se vio en la necesidad de consultar con el Golem sobre su situación...

Iván ya había hecho uso de la habilidad de "Corrupción de almas" lo suficiente como para saber que encontrar dentro del reino cognitivo de las personas, no obstante, aquellas estructuras de hielo capaces de devorar los núcleos del pensamiento eran algo que nunca imagino llegar a ver.

—No sé lo que voy a hacer... —Reclama el joven Milfiore —Faltan algunos meses para que la invasión demoniaca de inicio, cuando estaba solo pensé que tenía una oportunidad, pero con Erse en este estado no poder aplicar poco más de lo que había planeado.

—Maese, no olvide que el reino cognitivo no es más que una representación del alma de las personas, su propiedad todavía posee su valor original.

—¿Siquiera la has visto?, es como una persona totalmente distinta, perdió todos los recuerdos del crisol y de su venganza, ni siquiera recuerda haber sujetado una espada en su vida.

—¿Perder no sería la palabra indicada? —Señala el Golem —Como sabe el reino Cognitivo es una representación simbólica del alma, si la joven Rosengard realmente hubiese perdido sus recuerdos esto sería representado con fuego, pero si lo que vio fue hielo, entonces significa que sus recuerdos están bloqueados mas no perdidos.

—¿hay alguna diferencia? —pregunta Iván.

—Un recuerdo perdido es difícil de recuperar y en algunos casos imposible, pero los recuerdos bloqueados son algo distinto, puesto a que son cosas que la mente desea negar o refutar de su existencia...

—Por lo tanto, si obligamos a su subconsciente a desbloquear esos recuerdos...

—Seremos capaces de recuperar la fuerza de la señorita Rosengard.

Con esas palabras el mismo plan sádico cruzo por las mentes de ambos, siendo eso lo que nos llevaría a donde estamos actualmente.

—"Parece ser que han optado por guardar su distancia, son inteligentes afortunadamente no es nada que no hubiese previsto." —medita el joven Milfiore con respecto a sus perseguidores.

—Joven amo, ¿me estaba escuchando? — reclama la joven.

—Perdón, estaba pensando en algo del trabajo —Espeta ocasionando que la joven baje la mirada.

—Ya veo...

—Erse, ¿hay algo que te moleste? —Pregunta Iván en reacción a su repentino cambio de humor.

—Joven amo, lo que hace... ¿es necesario?

—¿Necesario?

—Yo ya he entendido que esto no es el imperio, todavía no puedo creer totalmente que estamos en la obra del héroe de la fe, pero, independiente a eso, ¿no cree que quizás las cosas que hace... estén mal?

Al espetar esa pregunta Iván no puede evitar poner una expresión reflexiva; desde que llego a este mundo ha tomado una actitud menos pasiva a la que tenía en el imperio, ha matado con sus propias manos y trajo armas que probablemente cobre las vidas de miles en futuras generaciones.

No obstante, todo lo hizo bajo la premisa de que este mundo no es real, que la vida a su alrededor no es más que un espejismo, y aquellas personas que ríen, lloran y temen por sus vidas, no son diferentes a los rostros expresivos en el lienzo de un artista.

—Lo que hago... definitivamente está mal —Clama el joven —Constantemente me cuestiono si lo que hago es correcto o si las premisas que me permiten actuar de esta manera son acertadas, no siento arrepentimiento por todo lo que he hecho, pero si por una gran cantidad de cosas; aun así, no puedo detenerme, y lo hecho ya hecho esta...

—Ya veo... —Espeta la joven bajando la mirada.

—Erse... ¿Crees que lo que hago está mal? — pregunta el joven.

—Yo...no importa...

—Erse, ¿tu me temes? —pregunta ocasionando una ligera reacción en la joven una que el joven no pudo interpretar.

Tras esas palabras el joven Milfiore procedió a terminar de armar la tienda, Erse trato de ayudarlo, pero con un gesto del joven, esta se vio obligada a retroceder, al tiempo que Iván procedió a terminar el campamento el solo.

Iván no pudo evitar sentirse confundido, pensando en la opinión de la joven junto a él, opinión que cambiaría una vez recupere sus recuerdos, y por su lado Erse no pudo evitar notar que algo molestaba a Iván, adjudicándolo a su anterior pregunta.

Erse ya era plenamente consciente de que se encontraba dentro del mundo del héroe de la fe, no obstante, no se sentía dentro de una historia...

A diferencia de Iván quien pensaba estrictamente de forma objetiva, Erse se dio el tiempo de hablar con las personas a su alrededor, los guardias que Iván ponía a su cuidado, así como las personas con las que interactuaba cuando salía a la calle.

Cada hombre, mujer y niño que veía poseía vida, así como emociones, en ese sentido no eran diferentes a los ciudadanos del imperio o de los 3 reinos.

Erse deseaba equivocarse, no solo porque conoce el triste final de esta historia, sino porque de tener razón, su joven amo tendría que lidiar con todas esas muertes en su conciencia.

Así el tiempo paso, durante su día de campo los jóvenes hablaron, Erse conto algunas historias de los 3 reinos que su madre le había contado de niña, mientras el joven Milfiore le mencionaba datos curiosos de las historias que contaba, como datos científicos o políticos.

Con cada comentario de Iván Erse perdía el hilo de su historia, no obstante, no podía evitar reírse al respecto, una escena que solo llevaba a que Iván la interrumpiese de forma ocurrente al presentarse la oportunidad.

Cuando el medio día paso y las señales de la media tarde se hicieron visibles, el joven Milfiore se puso en pie.

—Joven amo, ¿va a algún lado? — pregunta Erse.

—Yo..., necesito ir al tocador, no sé si me entiendes... —Clama Iván con un rostro algo apenado.

—¿Tocador?, oh, si entiendo, por favor vaya...

Tras esas palabras el joven Milfiore se adentra dentro del bosque manifestando un círculo de runas entre sus manos, al tiempo que una expresión sombría se dibuja en su rostro.

Así el tiempo paso, desde unos cuantos minutos hasta cumplirse los 3 cuartos de hora, y en ese tiempo el joven Milfiore no hizo acto de presencia, algo que preocupo a la joven pensando que la comida le había hecho daño.

Cuando se cumplió una hora, una expresión de ansiedad y preocupación empezó a notarse en Erse, por muy mal que se sienta su joven amo ausentarse una hora completa ya era demasiado extraño, por lo que temía que este se hubiese perdido o hubiese sido atacado por algún animal.

La joven no titubeo, y con una expresión decidida esta procede a caminar en la misma dirección de su joven amo, no obstante, antes de poder adentrarse entre los árboles, una silueta emergería de estos.

Una joven de tez oscura y cabellos rojizos, por su vestimenta y armamento ligero fácilmente se podía asumir que se trataba de una aventurera que pasaba por la zona.

Dentro de la historia del héroe de la fe, los Aventureros son personas con un dominio básico del aura, siendo muy raros los casos donde poseen el talento suficiente para ser invocadores, siendo estos los encargados de tareas menores como vigilancia o cacería.

—¿Estas bien?, estas muy lejos de la ciudad — pregunta la aventurera.

—Estoy bien, vine con alguien —responde la joven.

—Pues no veo a nadie...

—El... esta algo ocupado — responde para no decir irrespetuosamente que su joven amo está en el baño.

—Ya veo, parece que tienen un lindo día de campo, ¿no es así? —Clama la aventurera con un tono que incomoda a la joven —Oye, no es necesario que alces la guardia, solo estoy de paso, sabes, hay una cascada bastante bella no muy lejos en esa dirección, quizás deberías ir ahí con tu amigo cuando vuelva.

—Si..., lo considerare...

Tras esas palabras un silencio incomodo se genera entre ambas, Erse no puede evitar sentirse tensa pues en su interior había una parte que por instinto le indicaba que esa mujer era peligrosa, aun así, esta era incapaz de escucharla.

—Oye...

—Yo, creo que debo irme... —Espeta Erse tomando distancia de la aventurera.

—Pero...

—Parece muy amable señorita, pero... quisiera ir a buscar a mi compañero... —Clama el joven justo cuando un poderoso escalofrió pasa por su espalda.

—Si, nosotros también —Clama la voz de un hombre parado a las espaldas de la joven.

Un fuerte grito se escucha en el horizonte, al mismo tiempo que aquel hombre sujeta a la joven Rosengard de sus cabellos lastimándola mucho en el proceso.

—"A este ritmo nunca encontraremos a ese maldito" —Clama aquel hombre en la lengua de los gitanos una lengua que Erse es incapaz de entender.

—"Nuestro objetivo no es esta chica es el hombre que la acompaña" — responde la aventurera.

—"¿Y eso que importa?, tienes idea de cuanto pagarían nuestros hermanos por una hembra como esta..." —Reclama antes de que la joven aventurera apunte una espada a su garganta

—"Sera mejor que te controles Vier, no dejare que le hagas daño a inocentes sin sentido..."

—"Como sea, al menos si le hago gritar lo suficiente tal vez ese bastardo aparezca." —Señala el hombre.

—"Supongo, que tienes razón..., solo, no hagas nada demasiado imprudente."

—"Eres demasiado aburrida, pero eres la hija del jefe así que supongo que no tengo opción" —Exclama el hombre —"¡Oigan ustedes dos, vengan aquí un momento"

Con esas palabras dos hombres aparecen de entre los árboles los dos fuertemente armados vistiendo ropas desgarradas de aventureros.

El miedo empezó a inundar a la joven Rosengard al tiempo que esta empezaba a gritar de forma frenética...

—¡Joven amo!, ¡Joven amo! —Grito con un rostro lleno de miedo y lágrimas en los ojos.

Al verla en ese estado la joven que acompañaba a los agresores no pudo evitar desviar la mirada, sabiendo que lo que le iban a hacer no seri algo agradable a la vista.

—¡Joven amo...! — Grita antes de recibir una patada en el vientre.

—"Cierra la boca" —Exclama Vier con un rostro lleno de malicia —"Ustedes dos, sujétenla de sus brazos, no quiero que se mueva ni un poco."

Tras esas palabras los dos atacantes obligan a Erse a arrodillarse al tiempo que la inmovilizan de sus brazos, una escena sumamente aterradora, seguida de la imagen de aquel hombre desenvainado su espada con lujuria.

—Tranquila, esto no va a doler solo un momento... —Clama al tiempo que con la punta de su espada rompe parte del escote de la joven.

Con extrema precisión el hombre dirige la punta de su arma a un punto en el pecho de Erse, para posteriormente enterrarla en su piel a una profundidad suficiente para hacerla gritar y llorar.

No muy lejos de ahí, atento a la escena se encontraba el joven Milfiore, oculto con la habilidad de "manto de depravación", Como ya el Golem lo había dicho, las memorias de Erse están bloqueadas y es necesario que ella misma sea quien las libere.

Por lo que el joven Milfiore aprovecho sus conocimientos de la obra original para llevar a cabo este encuentro.

—¡Joven amo! — Grita la joven, antes de que Vier atrape sus mejillas entre sus manos...

—"Grita más fuerte, ¿acaso quieres morir?, llama a tu amigo..." —Exclama el hombre al tiempo que lo que parecen garras empiezan a enterrarse en la piel del rostro de Erse.

Durante los últimos meses el joven Milfiore había notado la presencia de un pequeño grupo de vigilias a su alrededor, grupo que empezaba a ganar tamaño y fuerza conforme el tiempo pasaba, no obstante, estos nunca atacaron.

—"No atacaron, no porque no pudiesen, sino porque no podían permitírselo..." —Medita el joven —"Así es como es la naturaleza de los Drakonskin..."

Ante los ojos de la aterrada joven el cuerpo de su agresor empezó a crecer, al tiempo que su piel se cubre de escamas rojas y gruesas.

Para los Drakonskin la fuerza y el honor lo es todo, por lo que estos nunca podrían efectuar un ataque sorpresa, ni recurrir a dañar civiles sin sentido alguno, es por eso que Iván sabe que ellos no la mataran, no obstante, es probable que le hagan cosas peores para atraerlo.

—¡Joven amo!!! —Grita nuevamente, al tiempo que el Drakonskin empieza a tallar la primera letra de su nombre en el pecho de la joven.

—Idiotas, les dije que no se moviese...

—¡Joven amo!!

—Maldita sea, tendré que empezar de nuevo...

—¡Joven amo...!, ¡Maestro Iván!!!

Al escuchar los gritos de Erse un dolor punzante y desgarrador empieza a perforar su pecho, aun así, este sabía que no podía salir a ayudarla, por un lado, aquella era una trampa obvia, y en segundo lugar, perdería la oportunidad de recuperar a la antigua Erse...

—¡Joven amo...!

**

[Has activado la habilidad "manto de depravación" ...]

**

Con un ligero movimiento de sus manos, el joven Milfiore dejo de escuchar la voz de Erse, así como podía suprimir su presencia y volverse virtualmente invisible para los demás, este también poseía la capacidad de alterar sus propios sentidos.

—Joven... amo... —Clama incapaz de seguir gritando.

—Parece que finalmente se quedó sin voz —Señala uno de los barbaros —¿Qué hacemos ahora?

—Esto, es muy lamentable... —Clama Vier Arrodillándose al nivel de Erse —Claramente hiciste lo que pudiste para llamar a tu maestro, si el no respondió, probablemente es porque no le importas, dejarte así sería un desperdicio, dime ¿No te gustaría venir conmigo?, te puedo asegurar que si te vuelves mi mujer nunca te abandonare como lo hizo ese maldito.

Al escuchar esas palabras la joven por un segundo bajo la mirada, parecía que lo estaba considerando, pero en cambio esta solo le escupe en la cara, no podía hablar, pero claramente lo había rechazado.

—Tu lo quisiste así Perra —Reclama Vier levantando su espada.

Al ver el filo del arma una expresión de calma se dibujó en el rostro de la joven, quien sin oponerse solo cerro los ojos, mientras sentía la sangre manchar su cuerpo, no obstante, aquella no era su sangre.

En cosa de un parpadeo, la mitad superior del pecho del Drakonskin había desaparecido y ahora estaba en el suelo, dejando sin palabras a todos los presentes.

—Me preocupe cuando dejaste de gritar... —Clama el joven Milfiore —Lamento la tardanza, me extravié de regreso.

En su mente el joven Milfiore no sabía lo que estaba haciendo, aun pese a saber que era necesario, en el instante en que levanto su habilidad sobre sí mismo y dejo de escuchar los gritos de Erse, este instintivamente se movió como si estuviese poseído.

La expresión de los barbaros de un momento al otro palideció, dentro del mundo del héroe de la fe, no había material más resistente que las escamas de Drakonskin, a tal grado que las armaduras portadas por los inquisidores sagrados de más alto grado estaban hechas de este material.

Siendo eso en parte la razón por la que el joven Milfiore, solicito explícitamente que le crearan armas con este material.

En las manos de Iván se podían precian una espada y una daga, de un color negro intenso, con algunos detalles plateados y rojos, y la firma de Mordejái sobre estos.

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[Testament rango (Heroico)]

[Descripción: "Una de las máximas obras maestras del herrero Mordejái Afton diseñada a pedido por un profeta de un mundo extraño, esta daga pese a parecer de corto alcance en las manos de su portador predilecto puede ser el arma blanca más devastadora de este mundo"]

[Efectos: "La Durabilidad, daño, peso y velocidad del arma incrementaran proporcionalmente a partir de la sangre recibida", "Al imbuir aura en el arma esta puede contraerse", "Al arrojar esta arma existe una posibilidad de aumentar la aceleración potencial un 250%"]

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[Revenant rango (Heroico)]

[Descripción: "Una de las máximas obras maestras del herrero Mordejái Afton, esta espada inspirada en los modelos de un mundo diferente es el arma perfecta para cualquier practicante de artes marciales, pero solo aquellos que siguen el camino del demonio del cielo podrán sacar su máximo potencial"]

[Efectos: "La Durabilidad, daño, peso y velocidad del arma incrementaran proporcionalmente a partir de la sangre recibida", "Todas las estadísticas incrementan 3% por cada golpe critico a la armadura del oponente (este efecto es acumulable)", "Al emplear técnicas del demonio celestial se activará el 'Modo explosivo', todas las estadísticas incrementan 10% por cada efecto acumulado durante 3 segundos"]

**

Con un movimiento rápido el joven Milfiore corta las cabezas de los dos Drakonskin quien al último segundo apenas pudieron manifestar sus armaduras, pero igualmente sería inútil.

—"La piel de los Drakonskin es insufriblemente dura, no obstante, con estas armas cortarla cuesta trabajo, pero no es imposible" —Medita el joven —Erse Corre hacia el árbol y no te separes de él...

Al ver sus armas la joven Drakonskin no pudo evitar mostrar una mirada cargada de hostilidad, pues podía ver las escamas y la sangre de sus hermanos decorar su filo.

—Claramente... mereces tener una muerte horrible; no me equivoque al tomar tantas medidas. —Señala la Drakonskin, al tiempo que libera un potente silbido.

Con una señal suya, alrededor de 40 Barbaros se hacen presentes de entre los árboles, todos y cada uno superando el nivel 90 y con estadísticas que circundan los miles.

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