Capitulo 5.- Chocolate a cambio.

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng


—Por fin despertaste —me dice mi madre mientras entraba a la cocina.

—Es sábado mamá —le digo sentándome—. Buenos días.

—Buenos días —dijeron Lisa y James.

Mi madre me sirvió el desayuno, mientras trataba de ignorar la mirada de James. Lisa estaba en su teléfono mientras mi madre limpiaba algo en la cocina.

—Audrey —me llama mi madre—. Quiero que acompañes a comprar a James. Nosotras hoy vamos a salir.

—Bueno —no la mire y menos al chico.

Al terminar lave mi plato mientras mi madre le pasaba las llaves a James de la casa, ya que según ella yo podía incendiar la casa, no sé cómo, pero sabe que puedo hacer algo. Ellas se empezaron a despedir de James y de mí.

—Adiós mi bebita —me da besos y me piñizca la cara.

—Ya, ya, ya mamiii... —me quejo mientras ella se iba riendo.

Sentí la risa masculina de James.

—Adiós Audrey —me dice Lisa—. Pórtense Bien

—Adiós Lisa —le respondo.

Cerraron la puerta y mirada de James se clavó en mí, la puede sentir. Me giro y él esta tranquilo mirándome.

—Iré en busca del dinero —me dice.

Deja los platos para lavar y se va hacia arriba, aprovecho lavarlo antes que mi madre con Lisa lleguen y nos regañen a los dos por la culpa de él. Sentí sus pasos unos segundos después.

—Se supone que yo iba a lavar mis platos —me dice de tras mío, haciendo que me asustara y dando un pequeño grito.

—Mierda —él sonrió.

—¿A caso dices eso cada vez que estoy a tu lado? —me pregunta y sentí como me derretía por mirarlos los ojos, es hermoso.

—No, quizás o no sé —es lo único que atino a decir mientras me caia la baba internamente.

Él sonrió coqueto y sentí mis mejillas arder.

—Vamos —me dice.

Él se giró y yo lo seguí. Fuimos hasta la cochera, que yo sepa no tenemos auto o quizás Lisa sí. Al entrar vi un auto negro, no era un último modelo, pero era un auto negro y bonito, quizás era de él. ¿Su padre era millonario? ¿O quizás Lisa se esforzó mucho para tenerlo para él? Bah, me rindo.

James me había abierto la puerta como caballero y me quede mirándolo, hasta que el sonrió de nuevo y atine. Cerró la puerta y se dio vuelta, agito el cabello como lo hacía Kieran. Oh mierda los estoy empezando a comparar. Se sentó en piloto para prender el auto y al salir de la cochera ya abierta, esperamos unos segundos para que después se cerrara.

Al llegar al supermercado, James estaciono y pudimos salir rápidamente. En el camino James me tomo de la mano y me sonrió.

—¿Podrías dejar mi mano suelta? —le digo pesada.

—¿Podrías dejar de ser tan arisca? No te comeré —me dice sonriendo y guiña el ojo.

—La gente normal no le da las manos a personas desconocidas —le digo.

—Tú no eres desconocida —sonríe aún más—. Además eres menor de edad y eso te hace pequeña, lo cual tengo que cuidarte.

Otra vez, ahí está su tono pícaron. Sentí como el calor se subía a mi cara.

—Estas roja —me dice.

—No, cállate —le digo bruscamente y escucho su risa.

Me soltó la mano cuando tomo un carro para las compras. Seguimos la lista que nos habían pasado nuestras madres. Mientras el carro se llenaba, él y yo no intercambiamos palabras, hasta que él tomo una caja de chocolate que me llamo la atención.

—¿Te gusta el chocolate? —me pregunta.

—Claro ¿A quién no le gustaría? —le digo mirando el chocolate.

James mira el chocolate, me mira a mí y sonríe.

—Dame un beso y te lo compro —me dice y yo lo miro pasmada.

—¿Qué?—lo miro extraña y haciéndome hacia atrás.

—Te lo compro —me dice y yo lo miro raro.

—Ehhhh... no —le digo y él se encoge los hombros.

—Bueno, entonces es para mí —di vuelta mis ojos.

Unos minutos de silencio mientras seguíamos de compra. Al ver a James no puede evitar pensar en Kieran, hace tiempo que no intercambiamos miradas de varios segundos, como lo hacía el año antes pasado, pero bueno, será ni yo sé por qué me acuerdo de esas cosas , suspiro en mi mente.

Estábamos en caja, ya que James y yo estábamos envolviendo las compras y colocándonos en un carro. Menos mal que habían pocas personas, o si no, hubiéramos llegado mañana. James compro un diario antes de salir del supermercado, pensé ir a comprar una gaseosa pero del otro lado venían los idiotas caminando, abrí mis ojos como dos pepas y me volví hacia atrás.

Kieran, Chad, Dylan, Devon y Tom.

No podían estar acá, de hecho sí, pero no ahora. Me puse entre el diario y James.... él me miro extraño.

—Estaba leyendo el diario —espeta mirándome y frunciendo el ceño.

—Hablando del chocolate, si lo quiero —le digo sonriendo lo más normal que podía.

Él entrecierra los ojos.

—Mi beso —me dice.

—Mierda.

Estiro mis manos hasta sus mejillas y me estiro de puntas para besarlo. Pero en cambio recibí una mascada en mi labio inferior que me hizo gemir levemente y lo separe.

—Oye... —me queje.

—Me gusta dejar marcado lo que quiero —me dice bajando el diario.

Di vuelta mi cabeza y me di cuenta que ellos ya estaban bastante lejos.

Subimos las cosas al auto y nos fuimos. En el auto James me conto varios chistes, que sí lograron hacerme reír, a lo menos tiene un punto a favor en contar buenos chiste, a
Sonrió. Al llegar ordenamos la despensa mientras comíamos chocolate.

El timbre sonó para que yo fuera abrir y apareciera Valeria.

—¡Hola! —chillo al verme—. ¿Qué te paso en la cara?

—Chocolate —le digo, ella sonríe—. ¿Quieres?

—Bueno —se encoge los hombros, antes de pasar me pregunta—. ¿Está el bombón del otro día?

Asiento con una sonrisa.

—¿Bonita por qué te demoras? —entra James al salón parándose al lado mío, mientras su cara estaba llena de chocolate.

—Los presento. James ella es mi mejor amiga Valeria, Valeria ya sabes quién es James.

—Un gusto en conocerte —le dice—. Te saludaría con un beso en la mejilla o con la mano, pero la dos está llena de chocolate.

Valeria ríe.

—No te preocupes, el gusto mío —le sonríe amable y pasa para cerrar la puerta.

Pasamos una tarde muy divertida, lo que más me gusto es que Valeria compartió conmigo y tuve una tarde tranquila, hasta que ella se fue y nuestras madres no volvían de su salida.

—Iré al baño para quitarme el chocolate —le dije mientras él seguía con el chocolate y Valeria ya se había ido.

Entre al baño, me enjabonarme la cara y vi parado a James en marco. Entro y tomo jabón para enjabonarse su cara. De pronto estábamos jugando con agua y tirándonos el jabón. Entre nuestras risas James me toma de la cintura, haciéndome topar con la pared. Trague en seco, mire sus labios y lo mire a los ojos.

—Recién nos conocemos —le digo.

Él suspira.

—No me importa —me da un beso de lengua.

Sentí como mi corazón empezó a latir de una manera demasiado rápida y sentía que me iba morir de amor improvisto. Yo no le quiero, no me gusta, hace una semana atrás ni siquiera sabía que existía, pero tuve que admitir que derretí en sus brazos.

Sentimos los gritos de nuestras madres llegando, haciendo que nos separamos. Estábamos acalorados y con los labios hinchados, salí primero ocultándome en habitación.

Esto no podía ser, sentía como mi corazón latía muy fuerte por él.

James, dios mío, éstas volviéndome loca.

Sus labios y lengua eran tan suaves, inconscientemente me lleve la mano a los labios, su sabor, era tan exquisito.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro