Nota 22

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Sábado 28 - 20XX

M: Por fin llegó el día. El torneo de artes marciales de la ciudad. La sede del evento sería el Gimnasio Minerva, que se encuentra frente al parque del mismo nombre. Un enorme edificio que ha albergado torneos de diversos deportes, eventos culturales y exposiciones. El sensei nos dijo que nos reuniríamos en la estatua de Minerva en el parque a las 7 am. Cuando llegué ya estaban esperando todos y eso que faltaban 10 minutos para la cita.

Sensei: Ya estamos todos. Los registros empiezan a las 7:30 y el torneo a las 8:30. Quiero que se concentren pero sobre todo los quiero tranquilos. Sé que está vez pondremos en alto el nombre de nuestra escuela. ¿Listos?

Todos: ¡Sí!

Acto seguido, fuimos al gimnasio. En la puerta de entrada, estaba la única persona que no esperaba que se apareciera en este lugar precisamente hoy.

Jackie: Hola, Marco.

Cuando me llamó, le dije al sensei que los alcanzaría en un momento.

Marco: Ehm... Hola, Jackie. ¿Que... te trae por aquí?

Su presencia me extrañó mucho. Se veía... nerviosa... y tenía el rostro enrojecido, quizá por el frío que se sentía en ese momento.

Jackie: Hoy es un día importante para ti, así que vine a apoyarte. Ah, toma. Te traje esto, espero que te sea útil.

Tomó una bolsa de papel que estaba en el suelo. Cuando me la entregó revisé que había: Una botella estilo deportivo de color rojo llena de agua y un par de toallas con una letra M roja bordada en una esquina. Me pareció un gran detalle de su parte.

Marco: Gracias, Jackie. Aprecio mucho el detalle. ¿Vienes sola?

Jackie: Vendrán algunos del club pero más tarde. No te detengo más, la mejor de las suertes, Marco.

Marco: Garcías, Jackie. Nos vemos después.

M: (Que extraño. Su actitud ha cambiado mucho desde el asalto. Ahora es más... amable. Supongo que está bien.)

El registro pasó sin contratiempos. Mientras esperaba a que llegara el momento de comenzar el torneo, se acercó a mí Oskar.

Oskar: Hey, Díaz.

Marco: Ah, eres tú Oskar.

Nos saludamos con un buen apretón de manos. A pesar de todo, no le guardo rencor, fue un gran combate el del año pasado.

Oskar: Te ves mejor que el año pasado. Espero poder encontrarte en la final nuevamente.

Marco: Yo también, Oskar.

Oskar: Solo te haré una advertencia: hay un par de tipos que vi en otro torneo y que participarán en este. Son muy buenos. Pero no los verás sino hasta mañana en los combates por equipos. Uno de ellos se apellida Grady, cuídate sobre todo de el.

Marco: ¿Tu no participarás?

Oskar: Mi equipo no se pudo completar. Aún así estaré para ver los combates.

Marco: Que mal. Pero bueno, hoy te veré en la final.

Oskar: Así va a ser, Díaz.

Dicho esto se fue a reunir con otras personas.

S: Mis amigos y yo acordamos que nos veríamos en el gimnasio a las 8 am. Cuando llegué, Tom ya estaba en la puerta.

Star: Hola, Tom. Llegaste temprano.

Tom: Hola, Star. ¿Kelly no viene contigo?

Star: Me dijo que llegaría para el inicio del torneo. ¿Y Janna?

Tom: Fue por un café a la tienda que está a la vuelta. Oye, Star...

Tom puso cara seria, una expresión que no estoy acostumbrada a ver en su rostro. Me llenó de extrañeza.

Star: Dime.

Tom: Quiero que seas honesta conmigo: ¿Qué piensas de Marco?

Al escuchar esa pregunta me preocupé

Star: ¿Porque lo preguntas, Tom?

Tom: El es mi mejor amigo y lo aprecio muchísimo. No quiero que lo lastimen de cualquier forma. Así que dime qué piensas sobre el.

Star: Pues... Yo...

Tom: ¿Tienes frío Star? Te pusiste roja... ¿O estás enferma?

Star: Estoy bien. Y sobre Marco... Le tengo mucho cariño, además... es mi héroe. Cuando estoy con el me siento muy contenta...

T: Cuando escuché esas palabras salir de la boca de Star, pude ver que sus ojos tenían un brillo muy particular. La forma en que se expresó fue clara y sin nervios.

Tom: Te creo, Star. Y disculpa mi pregunta, no quise molestarte.

A lo lejos se veía venir a Janna, acompañada por Kelly. Ambas traían café para todos.

Kelly: Ya estamos aquí. Tomen uno, está recién preparado.

Tom: Gracias, chicas. Con este frío, me vendrá de maravilla este café.

Janna: ¿Estás bien, Star? Tienes las mejillas rojas. Toma, bebé un poco para que entres en calor.

10 minutos después ya había mucha gente esperando para entrar, ya que la entrada era gratis. Terminamos el café sin prisa y justo a tiempo. Abrieron las puertas y entramos entre algunos empujones.

Janna: Oye Tom. ¿Ya aclaraste tu duda con Star?

Tom: Más que eso Janna. Ahora se que podemos confiar en ella plenamente. Además...

Janna: ¿Además?

Tom: Luego te enterarás.

S: Marco pelearía en la plataforma 5, así que fuimos a acomodarnos en la tribuna cercana al lugar.

Rafael: ¡Tom, por acá muchacho! Trae a tus amigas

Tom: Son los señores Díaz, vamos para allá.

Star: ¿Quienes?

Janna: Los padres de Marco.

Seguimos a Tom y nos encontramos con los papás de Marco. Tom nos presentó con ellos, aunque me puse un poco nerviosa.

Angie: Vamos a apoyarlos con todo desde el principio.

Todos: Si, señora.

Star: Ahí vienen. ¡Marco, acá estamos!

Marco se aproximó a saludarnos.

Marco: Hola a todos. Ya vamos a empezar, los veo más tarde.

Star: Espera, Marco. Toma.

Le entregué una bolsita de color amarillo.

Star: Es para que te de buena suerte.

M: La abrí y había una banda, de esas que los japoneses usan en la cabeza. Era de color rojo y con una M en cada orilla. De inmediato me la puse sin dudarlo.

Marco: Gracias, Star.

Cuando le agradecí, ella estaba completamente sonrojada.

Star: ¡Tu puedes, Marco!

M: Hice la señal de la victoria, me dí la vuelta y fui a mi lugar. El torneo había comenzado.

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