Capítulo 7 – Qué triste mi realidad

Narrador

En una casa lejos de la ciudad, un peli azul con muchos golpes en su cuerpo, abría sus ojos lentamente, tenía ojeras debajo de sus ojos, las pesadillas lo azotaron toda la noche.  Una de sus manos y sus piernas estaban atadas. En eso abrieron la puerta de la habitación y una sombra apareció en el marco de la puerta.

Nagisa PO

Vi una sombra en la puerta, me asuste pensé que era uno de esos hombres, pero su presencia era distinta, quién era? Se acerco a mí una señora.

Realmente quede muy sorprendido, que hacía esa persona ahí, la mujer me explico que ella era la dueña de la casa junto con su nieto Marino y que Takaoka y sus hombres invadieron su propiedad y los amenazaron con matarlos.

La Sra. Yumi, me ayudo a alimentarme, me dijo que me iba a soltar pero que esos hombres tenían a su nieto en la sala y que si intentaba algo ellos lo violarían y lo matarían.

Me preparo el baño con agua fría, me dijo que era para el dolor y me trajo ropa limpia, con mucha dificultad logre bañarme y cambiarme de ropa, cuando regrese a la cama, me pidió disculpas y volvió a amarrarme, ya llevaba aproximadamente 2 días encerrado .

Finalmente conocí a Marino, era un chico delgado, de cabellos negros y ojos verdes como las esmeraldas, no debía tener más de 16 años, él me trajo el almuerzo, me dijo que su abuela me lo mandaba, él me ayudo a comer ya que yo seguía esposado.

Me encontraba hablando con él, hasta que me pregunto si existía alguien en mi vida, yo le conté que estaba enamorada de mi mejor amigo que su nombre es "Karma Akabane", pero que después de esto, ya no tenía nada que ofrecerle a Karma, mi cuerpo había sido ultrajado, ya no era digno del amor de nadie.

Marino puso una expresión triste cuando le hable de Karma, porque será?

En eso abrieron de golpe la puerta, esos hombres aparecieron y corrieron a Marino, se burlaron de mí, llamándome princesa, me dijeron que era la hora de gozar, que ya sabía lo que tenía que hacer, abrir las piernas como la puta que era.

Asco, y más asco sentía, ya no valía la pena resistirme, que podía hacer encerrado y amarado, me acosté quieto y deje que gozarán con mi cuerpo, me volvieron a violar, lagrimas caían de mis ojos.

¿Cuánto más tenía que aguantar esta tortura? Karma, donde estás porque no vienes por mí, ya no resisto más, no queda nada de mí.

Marino entro, agacho la cabeza, note que tenía ganas de llorar, pero no me dijo nada, solo me ayudo a limpiarme y me miraba con mucha tristeza, se disculpaba por no poder hacer más para ayudarme. Yo únicamente guarde silencio y empecé a llorar. En eso Marino me abrazo. Quede mudo por la sorpresa.

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Necesitaba unos extras, sino Nagisa se me muere de hambre y sed.

Marino, parece que le gusto nuestro peli azul. Es correcto se convertirá en una piedra en el zapato para Karma.

Tranquilos es Karma & Nagisa