[Cαρíтυℓσ 35]

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Capítulo 35: Conociendo la secundaria.
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-Es simple, si el cascarrabias del profesor pregunta ¿Quién eres? Sólo debes decir que eres la nueva alumna de intercambio ¿Entendido?- indicó, mientras se preparaban para entrar al salón.

-¡Si! No hay problema, Inuyasha- afirma, mostrando una sonrisa llena de emoción y nerviosismo a la vez.

Entonces por fin ambos se dignaron a entrar, los demás estudiantes dejaron lo estaban haciendo hace poco y les regresaron a ver con curiosidad, habían llamado la atención, Kagome no sabía bien si eso era bueno o malo.

-Señorita Kagome, puedes sentarte en mi lugar- intervino el aprendiz de monje, guiando a la mencionada a dicho asiento.- seguramente mi amigo estará complacido de que te sientes cerca suyo.

-Ah gracias, supongo- agradece, tomando asiento.

-¡Ket! Eres un bocón, Miroku- lo fulmina con la mirada.

-Solamente digo la verdad, sería interesante verte desconcentrado en medio de las clases- sonríe con complicidad y luego se va a otro pupitre.

-Etto, Inuyasha, si te incomodo puedo ir a otro asiento- sugirió la chica atrás suyo.

-Tonta, n-no es necesario...- niega, volviendo su vista hacia el frente ¿Distraerse? Bah, tonterías, si había algo que lo caracterizaba en el salón, es su gran concentración en cada clase ¡Si, señor!

Los minutos transcurrieron, el profesor de la primera hora llegó y por suerte, ni cuenta se dio de la presencia de la estudiante nueva. Aunque hubieron varias, pero varias ocasiones donde el hanyou tuvo que explicarle varios detalles a la miko. Pero debía admitir que eso no le molestaba en lo absoluto, mientras le explicaba, se sentía tan cerca de ella y eso le gustaba, con una sola mirada, esa chica ya lograba hacer que su corazón diera un brinco. Era la primera vez que se sentía así a tal grado, después lo ocurrido con Kikyo,  y sin darse cuenta, la clase ya había terminado.

¡Diablos! Al final si se desconcentró un poco.

De un momento a otro, la campa que indicaba el inicio del receso se hizo presente y la mayoría de los alumnos salieron disparados de ahí, antes de que el docente deje una tarea extra.

-¡Oye, Himura!- exclamó un chico de piel morena, cabello negro amarrado en una trenza larga y ojos azules oscuros, con un tatuaje bastante peculiar en su frente.- no olvides que debes participar en ésta partida de vóleibol ¿O no me digas que tienes asma de nuevo?

Ahí estaba otra vez Bankotsu Kinomoto, se ve que aún le guardaba rencor por haberlo dejado en ridículo frente a todo el instituto ese día de la carrera ¡Pero que rencoroso! Se ve que de verdad lo odia ¡Ja! Bien, era hora de sacar provecho a sus extraños poderes sobrenaturales.

-Tranquilo Inuyasha, ve, yo iré a dar un paseo por aquí- le asegura Kagome, pero con sólo verlo a la cara, podía saber que él no estaba muy convencido del todo de dejarla sola.- no haré una tontería, si es lo que te preocupa.

-¡Ket! Bien, bien...- se fue de ahí a toda velocidad, confiaría en ella, si, eso haría. Después de todo, éste lugar es pequeño ¿Qué podría pasar?

-o-

<<Éste lugar es enorme, incluso me atrevería a decir que es del tamaño de toda la aldea de la anciana Kaede ¡Increíble!>> pensó Kagome, recorriendo las instalaciones y observando cada parte maravillada. Llegó a un jardín, habían flores de todo tipo y colores, definitivamente ésto le traía gratos y nostálgicos recuerdos.

-Koga-kun, si alguna vez te sientes solo, ven conmigo ¿De acuerdo?- pide la pequeña niña azabache, de once años de edad en ese entonces, sonriendo ampliamente.- quiero que seamos amigos.

-¿Amigos, eh? Si es lo que deseas, no me opondré, debo admitir que eres una humana bastante peculiar- sonríe y antes de irse, le regaló una bella flor de loto y se la colocó en el cabello, provocando un gran sonrojo en ella.- bueno ¡Nos vemos, Kag!

La miko del sengoku sacudió la cabeza hacia los lados, desde ese sueño que tuvo, esos recuerdos que creyó ya haberlos sepultado hace cuatro años, habían regresado y su corazón dolía. Estuvo tan metida en sus pensamientos, que sin querer chocó con alguien.

-Oh, de verdad lo siento- se disculpa, haciendo una reverencia y la persona frente a ella se volteó por completo e igualmente hizo una reverencia, mostrando una cálida sonrisa en su rostro.

-No, al contrario, yo me disculpo. Estuve algo distraída y no vi por donde iba- ríe levemente y le queda viendo fijamente.- oye ¿No eres la nueva estudiante de intercambio de la que tanto hablan las chicas de arquería?

-Algo así, mi nombre es Kagome... Higurashi, un placer conocerte- extiende su mano amigablemente y la otra colegiala hizo lo mismo.

-Mucho gusto, soy Rin Takeshi- sonríe abiertamente.- te vi en el salón junto a Himura Inuyasha, me alegra que vayamos a ser compañeras y espero que nos llevemos bien. Bueno ¡Adiós, Kagome-chan!

-¡Nos vemos, Rin-chan!- se despidió, no había duda de que existía mucha gente amable en ésta época, se sentía feliz.

De pronto escuchó varias voces provenientes de una cancha sin césped, eso llamó su atención y decidió ir a ver y ahí estaba su amigo peliplateado participando en ese dichoso partido de "vóleibol".

<<Wow, que interesante...>> opinó al respecto, lo más cercano a ese deporte que jugó, fue en su infancia, a patear la pelota, pero sola, ya que los demás niños de su edad se les daba por excluirla a veces, con excepción de sus amigas Eri, Yuka y Ayumi y su amigo Hoyo, los extrañaba.

De repente, vio esa misma pelota acercarse "peligrosamente" hacia el hanyou, o por lo menos así lo vio ella y sin pensarlo dos veces, actuó en su ayuda.

-¡Cuidado, Inuyasha!- advirtió y rápidamente sacó tomó su arco y tomó una flecha de su carcaj, recibiendo las miradas de asombro de los demás presentes y entonces disparó. Curiosamente todo el trayecto de flecha hacia la pobre pelota fue visto en cámara lenta por Inuyasha y con una gotita de sudor bajando por su cien, entonces todo se quedó en silencio.- listo, ya todo está en orden.

<<Pero ¿Qué diablos...?>> piensa el "recién salvado", bueno, adiós al partido y a su oportunidad para darle una lección al presumido de Bankotsu. Antes de que ésta bochornosa escena se convirtiera en un posible suicidio social para la miko, la sacó de ahí a toda velocidad.

-Oye ¿Pero qué fue todo eso?- cuestiona Inuyasha, llegando a la terraza de la escuela de un sólo salto y con ella brazos, ahí por suerte no había nadie más que ellos dos.

-Deberías agradecérmelo, esa cosa iba golpearte- objeta.

-Argh, olvídalo- el adolescente de ojos dorados se percató de que aún continuaba sujetando en sus brazos a la adolescente de ojos chocolates y de forma leve, se sonrojo y de inmediato la bajó.- ¡Ket! A-Aún tienes mucho que aprender, Kagome.

En ese mismo momento, hubo algo que la azabache pudo notar de forma leve en el ambiente, en primera, sentía como si alguien los estuviera observando y en segunda, podía sentir la presencia de un fragmento de Shikon aunque de forma casi imperceptible.

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Kagome continuó con su primer día en la secundaria de Inuyasha y otro recuerdo sobre ese tal Koga, llegó a su mente ¿Sabremos más de él y qué significó para ella?

¿Quién está espiando a Kagome e Inuyasha?

¿Qué pasará ahora?

¿Quién es Rin Takeshi?

Esto y más en "Inuyasha y Kagome: El secreto de nuestras épocas" 😜😜

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