El violinista: Indicios hirientes.

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— Imperdonable señores —informo el patriarca de la familia D—. Es imperdonable este absurdo sistema. ¿No hay mejores cosas que ver en el mundo? ¿Hambre, racismo, paz? ¿La misma segunda guerra mundial?

— Pero Dragon-sama, sólo pocos pensamos de esta forma.

— Necesitamos urgentemente una revolución.

— Deberíamos dejar de juzgar y encasillar a las personas y hacer la paz. ¡Por favor, dejad en paz al vecino! —Irritado, dio a conocer su punto de vista Dragon—. Supongo que deberían saber el por qué de esta revolución.

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Deberías saber que hay cosas más importantes, en las cuales debéis de poner toda vuestra atención. ¿Por qué seguir enfrascados en querer limitar a las demás personas? Parecéis más entretenidos entre el cotilleo y la quejumbre que en vuestra propia familia. Debéis pensar más en poned un mejor ejemplo.

El tipo con lentes y de traje rosa, que constantemente era llamado "Joven amo" apretó el gatillo, dejando salir una bala del revólver y dando directamente al corazón de su amada.

— Fufufufufu Dragon, parece que has perdido a tu amada —con la sarcástica y sádica sonrisa jugueteaba con el arma.

— ¡Eres un infeliz!

— ¿Ah sí? ¿Y? ¿Vas a denunciarme? Fufufufufufufu —tomando por los azabaches cabellos, lo empotró contra la pared—. Entiende cuál es tu lugar.

— ¿Por qué lo has hecho?

— Diversión.

— Desgraciado. Juro que derrocaré este estúpido sistema y tú. Tú lo pagarás caro —con rabia y cólera dejo caer una promesa—. Lo prometo. DonQuixote Doflamingo llorarás lágrimas de sangre.

El más alto camino en dirección a dónde yacía el cuerpo de la difunta señora Monkey. A su lado estaba una carriola y dentro de ella un pequeño niño, con la misma cara de su madre.

— Fufufufufufu que lindo bebé.

— Deja en paz a mi hijo condenado.

— Oh, el inquebrantable Dragon teme por la vida de un ser que no es él —tomó a el bebé y con una pequeña navaja rasgo la piel bajo su ojo izquierdo, pronto los quejidos y berridos del chiquillo comenzaron con una hemorragia—. Fufufufufufu que divertido. A puesto a que es más sí lo llevo conmigo y nunca lo vuelves a ver.

Se dio el alcance al hombre fornido y le arrebato al crío de los brazos, para pronto tratar de detener el sangrado con un paño blanco.

— Lo recordarás, infeliz. Haré que este perversosistema caiga junto contigo. Arderás en las llamas de tu agonía y dolorDonQuixote Doflamingo.     

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CONTINUARÁ...

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