IDIOTA

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Idiota... la palabra le quedaba corto.

Ahí estaba yo y él frente a todos mirándonos, no era un buen día para él si había decidido ponerme los nervios de punta... un idiota.

—Lo aprendimos de ti seguramente —gruñi.

Todo el bullicio explotó, Trevor me miró... estaba por explotar.

—¿Qué dijiste cabron? —gruñó acercándose.

Aparté a mi amigo pues no quería que se metiera en esto.

—Lo que todos ya sabemos —mencioné.

El chico me tomó de la sudadera para jalarme hacía él.

—Suéltame o intentarás besarme como esa vez —susurré serio.

El chico me miró sorprendido sin saber que decir, simplemente me soltó.

—Mantén la boca cerrada chispitas, o te la cerrare —amenazó.

Pero estaba cansado... cansado de tener que callarme por que eso era correcto, cansado de su miedo de que contara que hace un par de años me robó un beso, cansado de que esté tan aterrado de ser quien es que prefiere lastimarme para callarme.

—Espero no de la forma que quieres —susurré burlón.

—¡Cállate! —me gritó.

—Así como tú lo hiciste con mi padre —reproche— no sé cómo mierda te enteraste pero fuiste directo a él y eso fue demasiado hasta para ti.

Se quedó serio para golpearme justo en la clavícula uno de sus famosos golpes.

—¡Basta! —dijo Raven poniéndose entre los dos— pueden dejar de pelear.

—De todas manera yo gano —gruñi sobándome.

—No se nota chispitas —sonrió divertido.

—Al final del día yo sé quien soy, no me oculto —asentí— deja de tener miedo y aléjate de mi.

Se quedó serio, mirándome con tremendo odio...

Nos fuimos de ahí para llegar al salón, el hombro y pecho ya me dolía horrores.

Eliot llegó con Hannah molestos.

—Tranquiló Jack ya estamos haciendo nuestro plan maestro —aseguró Hannah.

—Así es, no me iré de aquí sin antes partirle la madre —apoyó Eliot.

—Me apuntó —susurré sobando mi clavicular.

—O podrían hacer las pases —intervino Raven.

Todos le miramos serios.

—Eres muy buena para esta humanidad —la abracé— pero no funcionará con nosotros.

—Tenía que intentarlo —aseguró abrazándome para besar mi mejilla.

El profesor entró para darnos un sermón sobre las peleas, si señor Black ya entendimos sus indirectas obvias.

Después de su clase tan aburrida por fin era tiempo libre, nos sentamos para disfrutar el desayuno con las tonterías de Eliot y Hannah, hacían un buen dúo no mejor que el de ambos claro está.

Saqué mi billete orgulloso para ir por esas deliciosas papas que me encantaban.

—Uh ya te quitaron el castigo —miró Eli feliz más porque se las iba a comer.

—Oh si —sonreí.

—¿Por qué te castigaron? —preguntó Raven riendo.

Me quedé pensando... había tantas razones.

—Creo fue por saltar en el sofá —mencioné inseguro.

Ella negó para besar mi mejilla, si, me gustaba eso.

—Bueno voy antes de que se acaben —asentí.

Fui feliz por un par de segundos hasta que mi pie chocó contra algo haciéndome caer.

—Ups lo siento —dijo la voz de Trevor.

Traté de levantarme pero no pude... negro fue lo último que vi.

Eliot

Las tres cosa que más odio en este mundo son las películas de terror, si... no son lo mío, la segunda es el brócoli, llámame básico pero así es, son asquerosos, la tercera y la más importante era ver a mi mejor amigo convulsionar.

Verle así me rompía el corazón, era cierta impotencia que te rodeaba.

Cuando vi a Jack caer me levanté para partirle la madre al imbecil en ese momento, pero en un par de segundos todo se puso feo.

Corrí hasta mi amigo que empezaba a tener una crisis, sin antes meterle tremendo golpe en la cara al imbecil.

—¡Esto no se acabado imbecil! —le grité mientras ponía en la posición segura a Jack.

—Fue un accidente —mencionó por primera vez nervioso.

—Accidente el que fuiste al nacer maldito —dijo mi chica siendo detenida por Rav.

—Ve por el profesor y su hermana de acuerdo después te peleas —ordenó.

Raven le hizo señas a Trevor para que se fuera, gracias a Dios deje de ver su horrible cara.

Coloque mi suéter bajo su cabeza pues se estaba lastimado un poco, sujete su mano para que supiera que estaba ahí, en sus palabras le ayudaba.

En un par de segundos su hermana, la enfermera y el profesor estaban ahí, había sacado a todos los alumnos de la cafetería.

—Vamos Jack —susurré mirando mi reloj.

Ocho minutos y él seguía, su crisis no paraba.

—Vas a estar bien, vas a estar bien —dijo Jud palmeando su espalda para que expulsara la saliva que se atoraba en su garganta.

Las cosas no iban bien, peor aún no había llegado su padre.

Las crisis de Jack siempre eran difíciles de ver, sus ojos poniéndose en blanco, su cuerpo arquearse en cada contracción, el aire chocar en su garganta que solía parecer que se ahogaba, sus movimientos podían cambiar, a veces podían ser bruscos y otras veces un poco más leves... hoy era una de sus crisis fuertes.

Poco a poco la crisis se fue calamando, y con ellas por fin sentí que mi corazón latía de nuevo.

—Eso, lo estás haciendo bien Jack —anime, aún sosteniendo su mano.

—Si hermanito, papá no tarda en llegar —agregó Jud.

Hablamos demasiado pronto... porque en menos de un minuto comenzó a convulsionar de nuevo.

—¿Qué... qué pasa? —preguntó Raven junto a Hannah preocupadas.

Jud y yo nos miramos, sabíamos que podía ser... el terror de la epilepsia, no queríamos decirlo para que no se hiciera realidad pero dos minutos después no paraba.

—Eli... —me llamó Jud, suspiré para verla.

—Debemos llamar a emergencias —asentí.

La enfermera lo hizo por mi gracias a dios porque sentía que si hablaba me derrumbaba.

—Jack —llamó su padre llegando por fin, relevando a su hija— ¿Cómo está?

—La primera duro ocho minutos papá —dijo Jud para verle— volvió a convulsionar sin recobrar la consciencia.

John suspiró para asentir y susurrarle a mi amigo que ya estaba ahí, los paramédicos llegaron un par de segundos después, tomé la mano de Jud la cual apretó con fuerza.

Le colocaron un medicamento que detuvo su crisis, también suministrándole oxígeno pues se había puesto algo azul.

—Lo llevaremos al hospital de acuerdo —dijo el paramédico tranquilo.

Su padre asintió tomando a su niño de la mano.

—Papá yo voy contigo —dijo Jud, sabía que se estaba haciendo la fuerte pero no tardaría en derrumbarse.

—Yo igual —me pegué a Jud.

Su padre asintió, seguimos a los paramédicos a la ambulancia.

—Los chicos no —mencionó uno.

—Son mis hijos también —aseguró John viéndonos.

Aceptaron para dejarnos ir, un poco apretados pero no estábamos muy lejos por suerte.

Me quedé viendo a mi amigo en esa camilla conectado a varios cables que monitoreaban su pulso, le habían metido ya una aguja en el brazo, y el oxígeno lo estaba ayudando... pero esto se podía poner peor.

Estatus epilepticus, se le llamaba así a un periodo prolongado de una crisis que puede ser mayor a treinta minutos o crisis repetidas sin recobrar la consciencia, una emergencia neurológica con un gran riesgo de daño cerebral.

Apenas llegamos mi amigo... mi hermano comenzó a tener otra crisis, no tardaron más de unos segundos en llevárselo.

—Papá —susurró Jud— ¿Se pondrá bien verdad?

Él le miró para abrazarla con un brazo y con el otro a mi.

—Se pondrá bien —trató de convencerse.

Nos quedamos en la sala de espera, no nos decían nada, tampoco nos dejaban verlo, Hannah y Raven llegaron para traernos nuestras cosas y se quedaron para esperar.

James llegó para sentarse con su hermana y su padre mientras me quedaba con las chicas quienes trataron de animarme.

Seis horas... seis horas hasta que el doctor por fin salió, seis horas en la que mi amigo estuvo solo, probablemente grave.

No nos dejaron escuchar que le decían a su padre, Mer mi futura tía se acercó para abrazar a su sobrina.

—¿Cómo está? —preguntó Raven.

Un par de lágrimas ya se habían derramado, ella le sonrió para acariciar su mejilla.

—Por favor, ¿Cómo está? —pregunté nervioso.

—Ya controlaron sus crisis por fin, sin embargo su cerebro está inflamado, así que lo inducieron a un coma para que la inflamación baje, está estable pero tenemos que esperar a ver cómo evoluciona —explicó— los dejarán verlo en un momento.

Asentí, Jack era fuerte y sabía que podía salir de esto.

Mer no mentía cerca de media hora lo habían llevado a una habitación, ahora solo el tiempo diría.

Me detuve en la puerta antes de entrar, no quería verle así, no podía ver a mi mejor amigo tan enfermo, con un tubo en la garganta tan pálido como nunca, lleno de cables.

—Tranquilo —dijo Mer poniendo su mano en mi hombro.

La abracé con fuerza a lo que respondió de la misma manera.

—Ahora necesita todo nuestro apoyo si Eli, estoy segura que necesita oír tu voz —aseguró.

Negué para limpiar la lágrima que había salido.

—Odia mi voz, dice que es irritante como la de un pato —confesé.

—Entonces tendra que despertar para callarte —asintió presionando mi mejilla.

Suspiré para asentir, ya estaba sus padre a su lado tomando su mano.

Me acerqué temeroso pero una vez a su lado el miedo se quitó, me senté en el borde de la cama para acompañarle, esperando mejorará pronto..

—Es hora de irnos chicas —dijo la madre de Raven quien había llegado.

Hannah asintió para acercarse y besar su frente.

—Será mejor que no me dejes con estos dos —bufo ella.

Mi chica se acercó para besar mi mejilla también.

—Recupérate pronto Jack —se despidió Raven para besar su frente y darle un último apretón de mano.

—Cuídalo por mi —susurró Raven para abrazarme, las chicas se fueron pues ya se estaba haciendo tarde.

Tan pronto como se fueron llegaron mis padres, mientras ellos hablaban me acerqué más a Jack para poder hablar con él a solas ya que sus hermanos no estaban pues habían ido a comer.

—Escúchame bien Jacki más vale que salgas de esto pronto porque sabes que la paciencia no es lo mío —asegure.

Me quedé mirándole esperando unos segundos pero no, el cabron me haría sufrir.

Suspiré para tomar su mano, se veía tranquilo apesar de todo, le habían puesto varios cables en la cabeza para monitorearlo.

—No me dejes si —susurré— eres lo único decente en mi vida hermano.

Una lágrima corrió por mi mejilla la cual seque cansado.

—Por favor Jacki —rogué acomodándome a su lado.

Estaba por quedarme dormido cuando me llamaron.

—Vamos Eli es hora de irnos —dijo mi mamá revolviendo mi cabello.

—No, yo me quedó —aseguré acomodándome.

—Eliot déjalos estar en familia si —señaló mi papá.

—Él es mi familia —les recordé— no me iré cuando me necesita.

Mi mamá miró apenada a Jonh quien ya había tomado su posición a lado de Jack.

—Se puede quedar Gabriela no hay ningún problema—la calmó.

—No Jon, no tienes cabeza para cuidar de un niño más —aseguró ella tomando mi mano la cual solté.

—No me voy —aclaré.

Mi madre suspiró para asentir, no se iba a poner a pelear conmigo.

—Estaremos afuera si necesitas algo —aceptó.

Asentí feliz, me volví acomodar a lado de Jack.

Las enfermeras entraban y salían a cada rato monitoreándolo, poniéndole medicamentos y aunque mi amigo ya no estaba teniendo crisis si tenía espasmos.

Salí de su cuarto cerca de las dos de la mañana por algo de comer a petición de mi madre, me quedé afuera con ellos mientras terminaba mis galletas y leche.

Me recosté en mi mamá quien me cubrió con el suéter de papá quien recargó mis piernas sobre las suyas.

—Descansa un rato de acuerdo —dijo mamá acariciando mi cabello.

—Si pasa algo o se pone mal me...

—Te avisamos, si Eli tu descansa —aseguró papá.

No sabía que tan cansado estaba que me quedé dormido en segundos.

Por la mañana mi amigo seguía igual pero a mi me habían obligado a ir a casa.

—Te veré al rato y más vale que estes mejor —gruñi al chico quien aún no tenía cambios— te quiero hermano.

Le di un abrazo fugaz para darle otro a Jonh.

—Descansa un rato Eli —me sonrió con evidente tristeza.

—Se pondrá bien ya lo verás —asegure.

El asintió para revolver mi cabello, me subí al auto para ir a casa.

—¿Quieres algo de desayunar? —pregunto papá.

Habían llegado juntos como casi nunca.

—Quiero ir a casa —contesté cansado .

Me quedé un momento en silencio hasta tomar fuerza para atreverme a soltarlo.

—¿Ustedes me aman? —pregunté inseguro.

—Claro que si Eliot —aseguró mamá.

—Y harían todo por mi —supuse.

—Así es —mencionó papá confundido.

—Entonces quedémonos —lo solté.

—Cariño sabes que no, ya conseguimos un nuevo trabajo —mencionó mamá.

—Te encantará California Eli, hace calor, las playas son hermosas y...

—Pero ahí no está mi mejor amigo —mencioné— no quiero irme cuando más me necesita.

—Aún tienes varios meses para estar con él —me aseguró papá.

—¿Y crees que unos meses son suficientes? —pregunté molesto— cuando el despierte... si despierta hay posibilidades de que él... él... me necesita y yo a él.

Mamá suspiró para verme y negar.

—Lo siento Eli pero tomamos una decisión —aseguró mamá.

Suspiré frustrado.

—Saben siempre trataron su divorcio como si fuera una cosa de ustedes —murmuré— pero yo también soy parte de esto.

—Eli...

—No papá, los últimos años es lo mismo, peleas y más peleas, siempre decidiendo lo mejor para ustedes pero se han preguntado qué es lo mejor para mi —los afronté por fin— pues no es alejarme de toda mi vida, mis abuelos, mi amigos... mi hermano.

—Es un nuevo inicio para todos...

—Pues yo no lo quiero y si me aman sabrán lo que es mejor para mi —aseguré— y es quedarme.

Silencio... nada definido, tenía que luchar por mi... por él.

🥲🥲🥲🥲🥲🥲

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro