El bendito poder de gemelos, que puedo decir, no está comprobado y aunque muchos lo digan de broma es verdad para mi desgracia.

Muchos dicen que esto se debe a los vínculos que comparten los gemelos, adjuntando el hecho de que suelen pasar la mayor parte del tiempo juntos, pero con mi hermana de no ser por los golpes y para molestarme no suele estar conmigo todo el tiempo.

Uno de mis poderes como gemelos que realmente odio son los días rojos... si evidentemente yo no tengo menstruación pero al parecer el destino me dió lo emocional y a mi hermana el enojo.

Así es, si mi papá se había salvado en tener dos hijas se había fregado teniéndome a mi chillando por todos lados y a mi hermana gritándome por chillar, sin agregar los cólicos que bueno al menos esos si le tocaban a ella aunque solía dolerme el estómago.

Y después estaban las pesadillas, así es podíamos sentir el miedo el uno del otro y era regla que si alguno de los dos tenía miedo el otro debía ir a calmarlo.

Desperté con el brazo de mi hermana en cara y su pierna sobre mi trasero.

—¿De quien fue la pesadilla? —preguntó papá entrando con un vaso de leche y la medicina nueva.

—No estoy muy seguro —gruñi quitándomela de encima, era sábado por lo que nos dejaba dormir hasta tarde.

Pero no, mi medicina tenía otra idea que era fregarme la mañana.

Me acomodé para tomar la pastilla junto con el vaso de leche.

—Venga toda para que no te duela el estómago—ánimo mi papá.

Me mintió porque claro que me dolió, me quedé recostado por las náuseas y el dolor de estómago, lo peor de todo es que así iba ser por un par de meses hasta que me acostumbrara.

—Déjenme dormir —gruñó la rubia a mi lado.

—Tienes partido —le recordó papá.

No dijo más para levantarse de la cama de un brinco, me miró para besar mi mejilla e irse corriendo.

—Creo que fui yo el de la pesadilla —mencione.

Papá negó divertido para besar mi frente.

—Descansa un poco antes de irnos al partido —sonrió.

Mi papá empaco mis bocadillos y mi almuerzo, pues se nos hacía tarde, llegamos para buscar un lugar con sombra aún así me hizo ponerme gorra y mis lentes.

Mientras el partido empezaba y yo me comía mi emparedado lo miraba como escribía mensajes y sonreía.

—Es Meredith —supuse— vamos envíale un emoticón de corazón.

Mi papá negó riendo, no me causaba gracia el hombre era viejo tenía que apurarse.

Con mi brazo hábil me metí para mandárselo.

—Jack —regañó papá— cálmate hijo, vamos lento.

—A este paso me casaré yo primero con Rav que tú con Meredith —gruñi.

Papá negó divertido guardando su teléfono.

—Invítala a comer a la casa —sugerí acabándome mi emparedado.

—Jack entiendo que te guste que salgas con Mer pero también piensa en tus hermanos —pidió abriendo mi jugo para dármelo.

—Por mi ya puedes llegar a tercera base con ella —bufó mi hermano llegando, con sus dos hamburguesas y refresco jumbo.

—James apenas son las diez de la mañana —regañó— en cuanto a tu hermana...

—Voto de gemelos a favor —añadí— no te queda de otra invítala.

—Jack —me miró serio.

Miré a mi hermano para indicar que era hora del plan, el chico asintió.

—No me siento bien —señalé tocándome el estómago.

—Tranquilo debe ser la medicina —agregó dejando su teléfono a un lado— ¿Quieres que te acompañe al baño?

—No lo sé... yo...

—Listo, cena a las siete —sonrió mi hermano.

Mi padre nos miró a los dos molesto.

—Están castigados —señaló viendo su teléfono.

—Puede ser después de la cena a las siete —sonreí torpe.

Mi papá me miró, no le hacía gracia pero el que no arriesga no gana.

El partido terminó, mi hermana ganó como siempre y nos fuimos a la casa, pasamos hacer las compras para la cena de paso comprando mi lego que me había prometido... bueno no le quedó de otra cuando ya lo había marcado la señorita de la caja.

—Me ayudarás con la cena James —señaló.

—Quisiera pero tengo que ir a lo de la asociación —nos recordó— y se me hace tarde.

Papá lo dejo ir sin más, estaba por huir cuando me atrapo.

—Tienes tarea que hacer —me recordó— no se hará sola.

—Cinco minutos de tele —pedí.

—Si te apresuras tal vez —accedió— ahora ve por tus cosas y te ayudo.

—Pues ya que —me quejé.

Lo malo de faltar tantos días era tener que terminar los deberes.

Tener un gemelo hombre es genial... cuando no es irritante, es una copia de mi pero con un pene, un compañero de vida pero a la vez una independencia grande al no tener que compartirlo todo con él... para su desgracia le robaba la mayoría de su ropa.

Los poderes de gemelos deberían ser divertidos pero para nada lo son, tener que soportarme a mi no era suficiente también soportarlo a él en mis días.

Sus pesadillas constantes no eran mis favoritas... y mucho peor un poder que tenía solo yo que no le había dicho nunca.

Podía sentir sus auras, un mal sabor de boca o un olor pero siempre las sentía, siempre que las tenía trataba de llegar a él para ayudarle pero siempre era tarde y es que verlo en sus crisis era la cosa que más odiaba.

—Olvidé la pasta así que iré a comprarla —dijo papá entrando a mi habitación— te puedo dejar a Jack o me lo llevo.

—Cuidar del bebé no gracias —bufé tirándome en la cama.

—Me tardo diez minutos —dijo entrando para besar mi frente— está haciendo tarea, si pasa algo.

—Te llamó, papá yo cuido bien de mi hermano tu tranquilo —lo calmé.

—Oye estas bien con que Meredith venga a cenar —se preocupo como siempre.

—Necesitas pareja —señale— ahora ve y enamórala con tu deliciosa cena.

Papá besó mi mejilla para irse, no pasaron más de un minuto cuando escuché la tele prenderse, con este niño no se podía.

—¡Solo cinco minutos! —le grité.

—Gracias —me gritó de vuelta.

Negué divertida para hablar con Lisa, Jack no era el único con novia en esta casa.

Mientras mensajeaba con ella sentí ese sabor amargo en la boca, me tomó unos segundos procesarlo.

—¡Jack! —exclamé.

Pero el ruido del golpe me decía que ya era tarde, baje corriendo para verle.

Estaba teniendo una crisis, presione mi reloj para que empezara a contar el tiempo, coloque la almohada bajo su cabeza mientras lo ponía de lado.

Siempre recordando los pasos:
1.-Asegurar que no se lastime con nada a su alrededor, quitar de ser posible los objetos que le aprieten.
2.-Colocar algo suave bajo su cabeza.
3.- Colocarlo de lado, nunca tratar de detenerlo ni mucho menos introducir objetos a su boca.
4.-Contar el tiempo, si es mayor a cinco minutos o no responde llamar a emergencias.

Y mi padre decía que tenía que tomar el curso, puf ya era experta.

—Tranquilo Jaky, tranquilo —dije mientras sobaba su espalda.

Siempre que tenía una sentía ese nudo en mi garganta, para mi suerte solo duro dos minutos.

Bese su frente en lo que se recuperaba.

—¿Cómo te sientes? —pregunté acariciando su cabello

—Cansado —mencionó cuando por fin se recuperó.

—Vamos en el sofá estarás más cómodo —lo ayude.

Mi hermano se recargó en mi para que lo ayudara, lo cargué recostándolo en el sillón, era mi bebé después de todo era más pequeño que yo.

Mientras me miraba con sus ojitos azules por fin me percaté de su cara.

—Te traeré hielo —sonreí para revolver su cabello.

Saqué la bolsa del refri para envolverlo en una toalla y llevársela.

—Papá me va a matar —mencionó mientras ponía el hielo en su cara.

—No te preocupes —lo calme quitándole los tenis.

Tomé la cobija que estaba en el sillón para taparlo, se había golpeado cerca del ojo y se le estaba poniendo rojo lo que seguro le dejaría un moretón.

—Gracias Jud —sonrió medio adormilado— te amo.

—Yo también pero no te pongas de sentimental ahora —bufé.

Asintió quedándose dormido, mi papá llegó abriendo la puerta de un golpe.

—Perdón nena un estupido se estacionó en doble fila y no me dejaba salir —se disculpó llegando a nosotros.

—Está bien papa, dos minutos, despertó pero ya se durmió —señale— aunque se pegó en la cara.

Mi papá asintió para examinar el golpe, besó su frente para despertarle.

—Estoy bien papa —le calmo.

—Llamaré al doc para que venga a verte si —le menciono.

Mi hermanito asintió para volverse a dormir, mi papá besó mi frente para cargar a Jack y llevárselo a su habitación.

—Hiciste un buen trabajo —sonrió.

Subí para acostarme a lado de mi hermano en lo que venía su doctor.

Si... poderes de gemelos inútiles.

Mientras el doctor examinaba a Jack, James llegó con una cara que nunca le había visto... probablemente porque no le ponía mucha atención.

—Y ahora tu, parece que viste un fantasma —me burlé.

—Tenemos que hablar —aseguró.

Nada bueno.

Desperté después de mi larga siesta, el doctor dijo que me dejaría un feo moretón pero nada más y es que eso si era mi culpa... no debí estar saltando en el sillón, pero solo se vive una vez.

Me quedé en mi cama acostado por un largo momento, hasta que me di cuenta que me estaba muriendo de hambre.

Me levanté cansado, cuando estaba por bajar vi a mi hermanos pegados en la computadora, hablando en susurro.

—¿Qué hacen? —pregunté curioso.

Mis hermano se miraron serios para apagar la computadora.

—Nada, ¿Cómo te sientes? —preguntó mi hermano.

—Bien —contesté arqueando la ceja—¿Qué me están ocultando?

—Nada Jack —aseguró mi hermana.

Suspire cansado, para cruzarme de brazos.

—Siempre hacen lo mismo, no me incluyen en nada —gruñi— también soy su hermano.

Ambos se miraron inseguros.

—Prometes no decirle a papá —señalo mi hermano.

Asentí para acercarme a ellos.

—Palabra de gemelos —dijo mi hermano haciendo promesa de meñique.

Cumplí el trato presionando nuestros meñiques.

Mi hermana me abrazó por la espalda para recargar su cabeza en mi hombro.

—Ya dile —asintió.

Mi hermano suspiró para verme.

—Vi a mamá —confesó.

Me quedé un minuto en silencio sin saber que decir.

—¿Cuándo? —pregunté por fin.

—Esta tarde, estábamos apoyando al entrenador en la clase de Americano, cuando empezaron a recoger a los niños la vi llevándose a uno de ellos, ella me vió Jack y solo se fue.

Le miré asintiendo, procesando lo que me decía.

—Tal vez no te vió...

—Lo hizo —afirmó— y hay más.

—¿Más? —pregunté confundido.

—La buscamos en las redes Jack —explicó mi hermana.

—Eso ya lo habíamos hecho, nunca la encontramos —les recordé.

—Es por que ahora tiene otro apellido, el del niño —explicó mi hermano.

Prendieron la computadora para enseñarme, efectivamente era ella.

—El es Liam, es hijo de su nuevo esposo —me mostró— y ellos...

Mi hermana no lo pudo decir pero no hacía falta al ver la siguiente imagen.

—Tiene gemelos —susurre viéndola, una niña y un niño como nosotros.

Mi hermano puso su mano en mi hombro, nos había remplazado...

—Vive a media hora de nosotros solamente —contó mi hermana.

Una lágrima brotó la cual sequé de inmediato.

—Hey...

—No, no le lloraré —asegure apartándome de ellos.

—¿A dónde vas? —preguntó mi hermana.

—A la cocina, tengo hambre —susurre.

Baje para ver a mi papá en el comedor, trabajando por lo visto.

Llegue con él para abrazarle, mi papá me abrazó para besar mi frente.

—¿Cómo estás campeón? —preguntó papá.

—Hambriento —sonreí— supongo que no habrá cena con Mer.

—Decidimos cambiarla, creí que dormirás más —aseguró— venga te preparo un emparedado.

Me senté para ver su computadora, muchos números.

El timbre de la puerta sonó por lo que fui abrir esperando mi tío me trajera otro lego.

—Meredith —sonreí más feliz.

—Hola cariño —saludo besando mi mejilla.

Miró mi golpe que ya estaba color morado.

—Te traje una hamburguesa —sonrió— y algo de helado especial para ese golpe.

Sonreí para abrazarla.

—También traje pizza para los mayores —sonrió ella.

—No tenías que —murmuró papá.

—Quería —sonrió— me ayudas con las pizzas Jack.

Asentí para ayudarla a bajar la comida, cenamos mientras platicábamos de cualquier cosa, era buena sacando platica y contaba chistes muy buenos.

Después de cenar mi papá nos dejó ver una película, me senté a lado de Mer y mi papá, cuando el sueño me estaba ganado me recargue en ella.

Meredith me sonrió para pasara su mano por mis hombros abrazándome, si mamá podía continuar con su vida nosotros también y de verdad lo quería...

Aquí les dejo un poco de mi trabajo escolar 🙌🏻 el fin de esta historia también es informar un poquito más, también para demostrarle que soy la morra de los words 🥴😂 y prepárense que se viene un Elmo en llamas 🔥😏