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[Bon]

Miré a través del espejo retrovisor a las chicas, Toddy miraba aburrida por la ventana del auto mientras que Mangle y Joy hablaban animadamente. A mi derecha, como copiloto, estaba Springtrap, aunque lo único que hacía era usar el celular. 

Estábamos por una carretera en medio del bosque, cada vez a menos kilómetros de la ansiada playa, aunque seguía siendo una gran distancia. 

Para nosotros esta era una gran aventura, apenas iniciando enero el calor era casi insoportable y todos, deseando un poco de paz y diversión, decidimos tomarnos unos días en una cabaña en la playa. Springtrap, Mangle y yo por dos semanas no debíamos trabajar, y como Joy y Toddy todavía vivían con sus padres no tenían inconvenientes. 

—¡Oh, vamos! ¡Ya casi ganaba! 

Me sobresalté ante el grito que dio Springtrap, le miré de reojo y Mangle me quitó las palabras al preguntarle que le sucedía. 

—Me quedé sin señal en medio de una partida— bufó guardando el celular y todos nosotros reímos. 

—Tranquilo, podrás volver a jugar cuando lleguemos a la playa— medio consoló Joy, pero su risa delataba lo mucho que le divertía la situación. 

—¿Falta demasiado para llegar? Tengo muchas ganas de ponerme mi nuevo bikini— comentó Toddy, y las chicas comenzaron a hablar sobre sus trajes de baño, algo que ni a Springtrap ni a mi nos interesaba en lo más mínimo. 

 De repente el auto comenzó a hacer movimientos extraños, el tanque de gasolina estaba lleno y en las últimas dos horas había estado funcionando normal. 

—Maldición— murmuré cuando finalmente el auto se había detenido, intenté encenderlo nuevamente pero, a pesar de intentarlo varias veces, no pude. 

Ignorando las preguntas de mis acompañantes salí del vehículo yendo directamente al frente donde abrí el capó, el humo comenzó a salir causándome toz y lo intenté disipar con mi mano. 

Al parecer todos me siguieron ya que estaban a mi lado intentando adivinar qué sucedía, al igual que yo, pero ninguno tenía el conocimiento básico de un mecánico. 

—¿Alguien sabe qué ocurre?— preguntó Joy asomándose cuando el humo ya era menor, el auto era de ella y por eso entendía su preocupación. 

Nosotros negamos y pronto se escuchó un grito femenino, las chicas y yo, asustados, corrimos a escondernos tras Springtrap que estiró sus musculosos brazos para protegernos. 

—¡Joy! ¡Prima! 

Miramos en dirección de los gritos, en realidad provenían de un chico algo desarreglado. Era de tez clara, pelo rubio y ojos grises. Vestía una remera de un rosa palo junto a una bermuda café, sus zapatos que parecían ser blancos estaban llenos de tierra y sus piernas tenían muchos raspones. 

—¡Primito! 

Mangle, que estaba a mi izquierda, y yo nos miramos confundidos. Nuestra amiga rubia había corrido hasta el desconocido para abrazarle y parecía muy encariñada con su supuesto primo. 

—¡Chicos! ¡Es Golden! ¿Lo recuerdan?— gritó ella arrastrando al chico hacia nosotros, ¿acaso había huido de su casa como en la adolescencia? 

—Todo el gusto del mundo, pero ¿qué hace él a mitad del bosque?— preguntó Springtrap la duda que nos carcomía, seguramente, a todos. 

—¡Es cierto! ¿Qué haces aquí? ¿Y porqué luces así?— cuestionó Joy sonriente acercándose hacia nosotros aún más. 

—Hace dos días yo y mis amigos nos quedamos varados en nuestro vehículo— se explicó con una mueca. 

—Que coincidencia, nosotros también— comentó Springtrap con una sonrisa singular y acercándosele al chico, ¿estaba intentando coquetear? 

—Y...¿qué planean hacer? 

—No tenemos idea— le contesté, y era verdad, hace unos 10 minutos estábamos disfrutando del viaje y ahora a mitad de la nada. 

—¡Vengan conmigo! A los chicos no les molestará, estoy segurísimo. 

Mangle y yo volvimos a compartir miradas, teníamos dos opciones y ninguno sabía cual sería la mejor. 

¿Quedarnos aquí y planear qué hacer? 

¿O arriesgarnos e ir con él? 

Al parecer Joy vio nuestra duda pues se cruzó de brazos y enarcó una ceja, cosa que hacía cuando se molestaba. 

—Iremos contigo Golden, ¿verdad Mangle?— dijo mirando fijamente a la nombrada, ella simplemente se encogió en su lugar y refunfuñó. 

—Lo tomaré como un sí, primito, ¡guíanos! 

—¿No crees que esto es arriesgarnos demasiado?— me preguntó Toddy cuando habíamos comenzado a caminar tras los primos, divagué levemente y me adentré hacia el bosque mirándola. 

—¿Prefieres quedarte aquí sola? 

—Créeme que no. 

—Entonces no tienes opción. 

Estuvimos bastante tiempo caminando entre los árboles, más de un millón de mosquitos se habían posado en mis brazos y piernas y yo ya estaba perdiendo la paciencia. 

—Y hemos llegado, ¡los chicos estarán tan felices de verlos! 

Me adelanté hasta estar junto a mis amigos y miré los alrededores. Habían tres carpas de camping bastante grandes, estaban ubicadas en círculo y la "puerta" apuntaba hacia el centro donde había una fogata apagada. Un poco más allá había una chica rubia con el pelo por la mitad de la espalda. Estaba de perfil colgando ropa en una cuerda que iba de un árbol hasta otro, vestía una remera blanca metida en unos shorts de tiro alto de mezclilla y calzaba unas zapatillas rosadas. 

—¡Chica! ¡Ven!— gritó Golden. 

La nombrada colgó la última prenda que le quedaba, una camiseta roja, y se acercó a nosotros notablemente confundida. 

—Chicos, ella era nuestra bajista, Chica Gelb —presentó— Chica, ellos son Mangle, mi prima Joy, Springtrap, Bon y Toddy. 

—¡¿Los Toy's?!— preguntó bastante eufórica, nosotros asentimos y ella dio algunos saltitos en su lugar. 

—No puedo creerlo, ¿qué hacen aquí? 

Luego de esa pregunta Mangle decidió explicar, hasta que se vio interrumpida por un gran ruido. Fue el sonido de un disparo, seguido de nuestros gritos de sorpresa y un gran "¡Oh, sí! " que provino del bosque. 

—¡Oh my God! ¿Qué fue eso?— preguntó Toddy bastante alterada mientras se aferraba a mi brazo, y aunque ella ya tuviera 18 años seguía siendo toda una diva asustadiza. Aunque bueno, no la culpo, ¿quién no se asustaría al escuchar un disparo en el medio del bosque? 

—Tranquilos, seguramente son los chicos— dijo Chica frotando el hombro de Golden, quién había comenzado a hiperventilar levemente. 

—¿Los chicos? ¿Quiénes?— cuestionó Springtrap, una duda que yo también tenía. 

Enseguida se escucharon unas risas acompañado de pasos, todos miramos en esa dirección donde entraron tres chicos en fila. El primero tenía el pelo castaño húmedo, con piel bronceada y de unos ojos celestes que brillaban con el sol. Vestía una camiseta a rayas horizontales blancas y azules junto a un bañador gris y como calzado unas sandalias café, a demás traía consigo una mochila.

El segundo era alto y muy musculoso, pelirrojo, ojos ámbar y tez clara. Solo traía puesto un bóxer gris y su calzado, unos tenis Reebok negros. Estaba completamente mojado, sus brazos estaban llenos de tatuajes y, para sorpresa de todos nosotros, tenía un ciervo muerto en su hombro. 

El tercero era el más bajo, su pelo morado estaba peinado en dos rodetes y dejaba suelto su flequillo, sus ojos eran carmesí y su tez demasiado pálida. Al igual que los otros dos estaba mojado, vestía una musculosa negra que le quedaba grande pero aún así dejaba a la vista su bóxer azul. Tenía tatuajes en las piernas y traía un arma. 

¿Acaso es...

—Ellos son Freddy, Foxy y Bonnie— presentó Golden. 

Los chicos cuando nos vieron se pusieron alerta, Freddy había sacado una cuchilla de su mochila y Bonnie nos apuntaba con el arma. 

—¿Quiénes son ustedes? 

La voz de Foxy era grave y logró intimidarnos, o al menos a mi si lo hizo. 

—¡Tranquilos! ¡Son amigos! ¡Tu hermana, Mangle!— gritó Chica, y los tres chicos se acercaron, aunque todavía estaban un poco a la defensiva. 

—Son Los Toy's, Mangle, Springtrap, Bon, Toddy y Joy— finalizó la rubia. 

Foxy se acercó aún más levemente incrédulo hasta Mangle y Springtrap para enseguida abrazarlos, yo simplemente me limité a mirar como los demás. Aunque yo me sentía observado por lo que inspeccioné a mi alrededor, pero enseguida me arrepentí. 

Quien me miraba era Bonnie, aunque ya no me apuntaba con el arma me sentía intimidado. Pero a pesar de eso lucía afligido, sus ojos estaban tristes y apretaba los labios. 

Cuando se dio cuenta que yo le había visto desvió la mirada y eso me hizo sentir aun más incómodo. 

Miré a Toddy que se me había acercado de brazos cruzados y parecía muy disgustada. 

—¿Puedes creerlo? ¡Nos tendremos que quedar aquí!— me comentó demasiado indignada. 

Suspiré y busqué la mirada de Bonnie, pero me arrepentí casi al instante. Él hablaba con Foxy, el chico había tomado sus dos manos y acariciaba el dorso con sus pulgares. 

¿Tanto duele ver a tu antiguo primer amor? 




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