Capitulo 4

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Me tomare el atrevimiento de adelantar un poco más el tiempo hasta el dia en que encontró la división...

En uno de sus recorridos, el conejito morado, queriendo observar todo diviso a lo lejos una linea muy extraña, esta dividía el suelo y pasándola podía ver su antiguo mundo.

Hacia bastante que no lo visitaba y eso lo aliviaba pero la curiosidad le gano y se adentro en aquella oscura atmósfera, a su mente venían aquellas pesadillas pero eran eclipsadas por sus nuevos recuerdos, junto valor con cada paso que daba ya que revivir malos momentos cuesta. Hasta que un llanto en la lejanía provoco que detuviera su andar.
Le sorprendió encontrar a alguien mas.

En el pasado no había visto a nadie, bueno tampoco era que recorriera el lugar a sus anchas. Cada ves que llegaba se quedaba sentado en un lugar deprimido pero aun así nunca había escuchado nada.

Pasaron unos segundo y decidió ver de quien provenía aquel suave sollozo, avanzo unos metros hasta que dio con una cueva en su interior había alguien arrodillado tapándose la cara con las manos, sus lágrimas caían sin detenerse dejando a su paso unas lineas negras.

Este nuevo ser tenia el cabello de un color celeste oscuro el cual era adornado con unas orejas de conejo de tela grises, su ropa por lo poco que veía estaban media rotas y tenia una manga en el brazo esta era rayada con gris y negro. El verlo lo conmovió le recordó a él antiguamente, asi que se animo a hablarle.

-hola ¿quíen eres?

-no lo se ¿tu si?- le respondió el otro toscamente al notar que alguien lo observaba, no es que este ser quisiera ser hostil con aquella nueva figura que se le aparecía pero toda rabia que guardaba debía salir de alguna forma ademas sus colores le recordaban vagamente lo que antes fue.

Aquella respuesta tan fría heló por un instante el ambiente, pero no le importo a Bonnie, el podía entender un poco lo que le sucedía, por esta razón le continuo hablando.

- yo no se como me llamo ni quien eres tu pero... te gustaría acompañarme a pasear un rato- le sonrió.

El contrario no sabia si aceptar o no.

¿qué mal le aria salir de su escondite?

No podía sentirse peor de lo que ya lo hacia. Medito un poco y termino asintiendo con la cabeza, se levanto y se sacudió la ropa, para poder seguir a aquel colorido conejo pero no dejo de mostrarse deprimido y distante.

Para crear tema de conversación el pelimorado le pregunto porque lloraba pero el otro no respondio y el silencio los rodeo por unos momentos.

No hacian mucho, solo caminaban por el aterrador paisaje hasta que llegaron a la división y el oji rubi le invito a pasar.

Al ver nuevamente aquel mundo las lagrimas en Bon reaparecieron, el añoraba aquellos tiempos en que no se sentia asi, en los cuales el estar con sus amigas era suficiente para hacerlo feliz, pero ya no era asi.

Sentía que algo le faltaba y sus dudas lo atormentaban, nunca se habia percatado de lo cobarde que era y eso era talves una de las cosas que mas le dolia, el saber que no tenia el valor de ser honesto con respecto a quien amaba simplemente por sentir miedo.

Las gotas oscuras caian y caian sobre el pasto de galleta, no lo podia evitar, el sentir aquella tristeza y amargura hasta que un abrazo lo saco de si.

Se trataba de su acompañante al notar que comenzaba nuevamente a llorar penso la mejor manera de animarlo sin necesidad de hablarle y recordo que esto siempre le funcionaba a el.

Pasaron unos segundos, luego fueron minutos, hasta que temino por convertirse en horas. Todo ese tiempo lo pasaron así, Bonnie lo abrazaba y le acariciaba el cabello intentanto consolarlo mientras que Bon se aferraba a él llorando.

Talves se pregunten ¿cómo paso? ya que aparentemente no se conocian pero lo raro de esta vida es que en ocaciones uno se puede abrir mas ante personas desconocindas, la razon de esto no la tengo muy clara, talves se deba a que ante alguien que no conocemos no es nesesario el estar fingiendo como con los demas, no hace falta llevar aquella mascara.

Este fue uno de varios de los encuentros que tuvieron este par de conejos, mientras mas avanzaban de apoco ivan entablando una amistad, se comenzaron a contar cosas que nadie conocia de ellos; como la ocacion cuando Bon tenia seis años le habia sacado a escondidas los chocolates a su mamá y después de comerlos estuvo con dolor de estomago por una semana o lo mucho que extrañaba a su madre. Por el lado del oji rubi el le confeso lo solo que se sentia en el pasado debido a las burlas y los golpes que le daban en el colegio o tambien que le gusta el karaoque aunque no cante muy bien.

En cuanto a la tristeza del oji esmeralda tambien de apoco le fue diciendo a su amigo los motivos de esta, al estar en el mundo de los sueños no lo recordaba todo exactamente de su vida fuera de este, pero si lo que para el consideraba importante.

Regresando con la actualidad (cuando hable de Bonnie todo fue en el pasado) , seguia la noche presente y este par de conejos se encontraba jugando entre los arbustos de merengue, o almenos esa era la idea.

Bonnie queria animr a su no tan desconocido amigo y le propuso un juego de esondidas, el otro medio deprimido acepto pero era malisimo para esconderce.

Al comienzo él no le ponía muchas ganas al juego pero al notar que su contrario se comenzaba a entristezer un poquito, se sintio mal, no como en las ocaciones anteriores si no que no queria que el otro cambiara su actitud debido a el, asi que opino cambiar los papeles. Ahora era el oji esmeralda el que buscaba lo cual no era del todo facil, le llevo un tiempo encontrar las mas bajo pero lo consiguio al distinguir ente el canto de los pajaros su cararteristica risa.

Se acerco sigilosamente para sorprenderlo pero cuando estaba cerca y grito "¡sorpresa, te encontre!", no habia nadie.

Hasta que sintio que algo le cayo de arriba y lo tejo medio atontado en el suelo, era el pelimorado que muy feliz le decia "¡GANE!".

Bon no podia resistir la gracia que le daba ver al otro poniendo tal mueca de alegria, lo cual consiguio que se riera por primera ves desde que se habia vuelto un ghost. El otro al escucharlo mas feliz se sentia, porque su amigo se estaba riendo.

Se levanto del piso y le extendio su mano al mas alto pronunciando estas palabras.

_¿te ayudo?

El peliturquesa acepto con gusto y sujeto la mano que le ofrecian, logrando de esta forma sellar un pacto que ambos desconocian, pero su servidora sabia de que se trataba.

A lo lejos se distinuia un sonido de alarma, se trataba del despertador que anunciaba que debian levantarse.

Como dictaba la costumbre se despidieron y cada cual se fue por caminos diferentes, para asi despertar en sus respectibas habitaciones.

¿Se preguntar como estos sueños los afectaban en el mundo lucido? Bueno dejenme comentarles que por el lado del conejito morado el no habia cambiado mucho solo se volvio mas ovserbador , ahora se daba cuenta cuando su maestro actuaba raro.

En cuanto al Toy seguia con sus dudas y sus penas pero se volvia un poco mas abierto y eso lo ayuda a fortaleser la relacion que teia con el animatronico. Este al notar cuando estaba mal le preguntaba y él aunque le costaba le decia alguna cosa pero evadiendo la principal razon.

Comenzaron a verse un poco más y no solo para ensayar con su guitarra si no para otras actividades como ver la nueva pelicula de terror, idea de Bonnie se daran cuenta.

Tanto en el mundo de los sueños como en la realidad se volvían un poco más unidos.

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