¿cómo te fue? -preguntó mi madre mientras mi padre se sentaba delante de nosotros-

Lo perdimos todo, estamos en la mas grande bancarrota, esta vez no tenemos salvación seremos el hazmerreír de todos -le serví una taza de té y mi padre lo tomó con un rostro de preocupación-

¿cómo llegamos a esto? La gran familia Shiota sumergidos en la miseria pronto en la humillación -mi madre quién estaba mirando su taza rompió en llanto, la abracé consolandola mientras lloraba en mi hombro-

Soy el primogénito de la familia Shiota, para mi desgracia todas las señoritas que se fijaban en mi no eran de buenas familias adineradas por lo que mis padres no las aceptaban.

Para mis padres ellas eran cazadoras de fortuna que querían quitarnos nuestro dinero, sino conseguía que ninguna señorita se casará conmigo pronto terminariamos por vender la casa y nuestros bienes.

Lamentablemente yo nací con un gusto peculiar el cual era que no me gustaban las mujeres sino los hombres y cometi el mas grande pecado de enamorarme de mi mejor amigo de la infancia Akabane Karma.

Pero en ésta vida no es bien visto una relación de dos hombres, mucho menos si es uno de clase alta y otro de clase baja, ya que es pecar contra la voluntad de Dios y nuestro amado clero nos acusaria de herejía.

Por eso mis más grandes sentimientos deben ser secretos hasta para mi propio amado que no creo que sienta los mismos sentimientos por mí.

Pero en estos momentos no puedo pensar solo en mi persona, como único hijo mi deber es sacar a mi familia de la miseria, no permitiría que mis padres fuesen señalados por los demás.

¿no existe una forma en la que yo pueda ayudar padre? -pregunte aun con mi madre en mi pecho-

De hecho hay una forma pero...no estoy de acuerdo con eso -al escuchar eso mi madre miro molesta a mi padre-

Si hay una forma ¿porqué no podemos usarla? -trate de tranquilizarla tomando sus hombros-

¡Porqué eso significaría que Nagisa fuese condenado al más profundo infierno! -ambos nos sorprendimos por la respuesta de mi padre- me encontré esta mañana con Asano Gakuho y su hijo, ellos escucharon de nuestra situación y me ofrecieron un trato, eliminarían todas nuestras deudas y nos darían una gran cantidad de dinero mas tres tierras con muy buena producción si nuestra hija se casaba con su hijo

¿Hija? ¿acaso enloqueció Gakuho-san? Solo tenemos a Nagisa y mi pequeño no es una mujer, ellos lo saben perfectamente Nagisa se crió junto a Gakushū -mi padre me miró seriamente-

Yo se lo expliqué pero Gakushū dijo que lo sabía y que estaba enamorado de Nagisa que daría lo que fuese para casarse con él -yo conozco a Gakushū-san desde pequeños nunca me imagine que sintiese algo por mi-

No lo hará, no dejaré que mi hijo sea preso de la herejía y condenado por el clero por el capricho de Gakushū -mi madre me abrazó mientras yo miraba a mi padre quien seguía serio-

Yo también rechace la oferta, nuestro hijo es mas importante que todo eso, pero ellos tenían una solución para ese problema ¿recuerdas que cuando Nagisa pensamos que era mujer? -mi madre asintió, en mi nacimiento la partera no noto que mis órganos reproductores no se habían desarrollado correctamente hasta los 4 meses después de mi nacimiento pensó que yo era mujer, por esa razón me nombraron Nagisa-

Claro que lo recuerdo 4 meses después el doctor determinó que Nagisa era varón y tuvimos que aclarar el error de esta estúpida partera -lamentablemente al haberse equivocado la partera fue denigrada y expulsada de la ciudad- ¿que tiene eso que ver con nuestro problema?

Gakuho dijo que podíamos hacer que un doctor pagado por el, determine que Nagisa si era mujer y de esa manera sea presentado a la sociedad como tal, para que así el clero determinen que Nagisa si es digno para casarse con Gakushū y ambos no sean declarados herejes ni traidores -mi madre furiosa se levantó de la mesa-

¿quieren que pasemos otra vergüenza y decir que yo mentí? Me niego, mi hijo es varón y no me importa lo que Gakuho quiera pagar por el ¡mi niño no está en venta! -al decir eso salió de la habitación, quedamos mi padre y yo, yo tomé la mano de mi padre dándole mi apoyo-

Lo lamento Nagisa, nunca haría que pasaras por esa humillación, tener que vestir como mujer y actuar como tal, tu no lo mereces siempre fuiste un hijo ejemplar educado y obediente por eso tratare de sacarnos de este problema, lo prometo -me abrazó y salió de la habitación dejándome sólo mirando mesa-

No quiero que mis padres sufran.

¿Y si aceptó el trato de Gakushū-san?

Eso significa que me volvería mujer.