Seguimos avanzando, aparecieron otras dos rondas de robots centinelas, pero en esas ocasiones fue un poco más sencillo evitarlos. Al final logramos llegar hasta la enorme habitación que servía para guardar toda aquella comida no perecedera, nos quedamos algunos instantes justo en la puerta, sólo mirando.

—Esto es todo un tesoro Leo, es increíble —exclamé entusiasmado.

Pero no bien di dos pasos dentro un fuerte golpe en el rostro me lanzó contra la pared. El dolor estalló y me arrancó toda la energía del cuerpo. Afortunadamente las tibias manos de Leo me detuvieron, evitando que me golpeara de nuevo ahora en el suelo.

Por algunos momentos no supe lo que ocurría, no sabía lo que estaba pasando. Mi vista se vio nublada por un millón de pequeñas luces de colores y podía sentir el sabor metálico de mi propia sangre.

Mi cuerpo estaba por completo adormecido y sin el menor rastro de fuerza, Leo se había arrodillado a mi lado de manera que terminé con sus brazos rodeándome y mi cabeza sobre sus piernas. Desde esa posición pude ver las dos figuras antropoides que se acercaban a nosotros.

—Vaya, así que dos pequeños humanos han caído en nuestra trampa, pobres de ustedes.

En un inicio pensé que se trataba de otra persona, pero su manera de hablar no tenía sentido; una vez que se acercó un poco pude notar las líneas en su rostro que lo delataban como un androide, además de que tenía los mismos ojos con brillos azulados que Leo.

Se acuclilló cerca de nosotros como si nos estuviera analizando, podía sentir a Leo tenso a mi lado pero no se movió, como si no quisiera soltarme y agradecí que lo hiciera, si me movía en lo más mínimo terminaría vomitando.

—Un momento... ¿Tú eres...?

—¿Qué ocurre Hongbin? —Sonó una voz detrás de él, me parecía que la voz de ambos sonaba más metálica que humana.

—No me lo vas a creer, ven a ver.

Volvió a levantarse, y se acercó a la segunda figura que había aparecido. Me tardé un poco en enfocar pero me sorprendí cuando logré hacerlo ¡Era JaeHwan!

¿Qué ocurriría con Leo? Quería voltear a verlo para ver cómo estaba pero no podía moverme, necesita concentrarme para evitar desmayarme. Aún así Leo no me soltó ni se movió en lo más mínimo, ni siquiera cuando los dos androides se acercaron a nosotros.

—¿TaekWoon?

—Eso parece, sí.

—Pensé que nos habíamos deshecho de él luego de los resultados fallidos.

—No lo hicimos tal cual, lo dejamos desconectado en el antiguo laboratorio.

No podía creer lo que estaba escuchando, ¿Cómo podían hablar así de Leo? Quise replicarles algo, evitar que lo hicieran sentir mal, sin embargo en cuanto hice el primer intento de moverme volví a marearme furiosamente e incluso mi vista terminó por volverse negra durante algunos instantes.

Cuando me recuperé un poco JaeHwan se había acercado a nosotros y miraba a Leo con aparente ternura.

—Eres bello TaekWoon, siempre lo has sido, pero saliste muy defectuoso... aunque ahora que tengo toda la tecnología y el equipamiento necesarios puedo arreglarte, solo necesitas venir conmigo. Mata a ese humanos y regresa con tu especie.

Logré girar un poco la cabeza para verlo, sus ojos estaban clavados en mí y supuse que estaba considerando las palabras del androide.

Pero tenía sentido, una cosa era decidir entre robots desconocidos y otra muy diferente el tener a tu antiguo amante enfrente; y era muy obvio que Leo aún sentía algo por él, ¿por qué, si no, resguardaba de aquella manera su fotografía?

Respire profundo, estaba llegando a mí límite. Una parte de mí se alegraba de que Leo volviera con aquella persona, o más bien cosa, que lo hacía feliz, además él había dicho que podría arreglarlo. Quería pedirle solamente que no dañaran a N ni a Hyuk pero era imposible, todo volvía a volverse negro, dejé de sentir sus brazos rodeándome y lo último que percibí fueron sus ojos con un azul aún más intenso que en las ocasiones anteriores.

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Un capítulo más corto de lo usual, todo sea por mantener la intriga muajajaja

¿Qué creen que haya pasado?