Capitulo 14 Deux ex Machine

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

La voz de Noah sonaba joven, pero sus palabras no.

Noah/Skynet: ¿Crees, John Connor, que los humanos son ahora mejores que cuando la guerra empezó hace treinta años, cinco meses y veintisiete días?

John: ¿A qué te refieres? - El hombre sintió un ramalazo de rabia. - ¿Mejores?... Querrás decir que somos menos, pero...

Noah/Skynet: No, John Connor, quiero decir mejores. - el ladeó la cabeza hacia un lado. Por lo demás, siguió mirando a John con intensidad y en total inmovilidad. Sólo se movía su pecho al respirar. Un movimiento rítmico, regular, pausado... Connor, sin embargo, respiraba de forma entrecortada.

Noah/Skynet: No te entiendo... -Reconoció con rabia. – ¡No sé a qué te refieres con eso!


El niño extendió las manos ante él, provocando que todos se pusieran en tensión. Kate levantó ligeramente el arma con el que le apuntaba, para tener mejor ángulo en caso de tener que dispararle y Sarah avanzó un paso, para interponerse entre John y Skynet. Sin embargo, con una sonrisa inocente, el niño les enseñó las palmas extendidas, haciendo un inequívoco gesto de confianza, y se mantuvo sentado frente a ellos, como si nada hubiese pasado.

Noah/Skynet: Me refiero, John Connor, a si los humanos han aprendido a colaborar entre ellos en lugar de enfrentarse. Si han aprendido a valorar la vida de sus semejantes tanto como para respetarla por encima de todo. Si han aprendido lo que es importante, al margen de creencias, ideas políticas, ambición o fanatismos.

John tragó saliva y frunció el ceño con frustración, llevándose las manos a la cadera. No había tiempo para ese juego...

John: ¿¡A qué viene esto!

Noah/Skynet: Necesito saber si mi plan ha sido efectivo. - Dijo  por toda respuesta, bajando las manos.

John y Kate se miraron sin saber qué decir. Sarah, junto al hombre, dio un paso más hacia Noah y se agachó, para que sus ojos quedaran a la misma altura.

Sarah: ¿A qué plan te refieres, Skynet? - Preguntó en tono gélido, mientras notaba un escalofrío involuntario recorriendo su espalda.

Los ojos azules del chico, la miraron con dolorosa intensidad.

XXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXX

Pete: A lo sumo media hora... Puede que antes. Se movían muy rápido. - Terminó de hablar Pete entrecortadamente, mientras caminaba junto a Pierre hacia el comedor de la base. Habían convertido la amplia sala en una especie de centro de operaciones. El francés se dirigió a Sven tan pronto como entró por la puerta.

Pierre: ¿Lo has oído, mon ami?... ¡En un rato esto va a convertirse en una verdadera fiesta! – Sven asintió gravemente. Tenía que dejar de pensar en Sarah. Ahora no podía permitirse distracciones. Así que intentó apartar de su cabeza el miedo a perderla – a haberla perdido ya - y se concentró en lo que se les venía encima.

Sven: Las barricadas están preparadas ahí fuera... - Comentó mirando el plano esquemático de la base que tenía delante. – Les mantendremos ocupados aquí y aquí...- Pierre sonrío con ironía, mientras estrechaba los ojos.

Pierre: De acuerdo, preparemos entonces los fuegos artificiales, para recibir a nuestros amigos...Hay que darle tiempo a John para que hable con nuestro invitado de honor.

Sven asintió mientras le veía alejarse. En poco más de treinta minutos, el mayor contingente de robots asesinos que habían visto en su vida se les iban a echar encima. No había esperanza de poder destruirlos a todos. Realmente, estaban sentenciados...Tenía claro que en un par de horas seguramente estaría muerto. Sin embargo, una y otra vez, sus pensamientos volvían a Sarah y a su conversación sobre lo que era ella.

xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx

-¡Esto es absurdo! –La voz de Kate estaba crispada. Se sentía frustrada. Todo eso era una pérdida el tiempo y no disponían de mucho. Agarró el arma hasta que la piel tensa de sus manos empalideció.

Noah siguió en una calma absoluta, sonriendo levemente ante ellos, como si le rodease la más completa y perfecta paz. Pareció tomar una decisión, y entonces se puso de pie antes de empezar a hablar:

Noah/Skynet: Cuando fui creado, lo hice con un propósito determinado. Defender a la raza humana de posibles ataques...

John: ¡Pues no has cumplido muy bien tu objetivo! – Le interrumpió , con una frialdad no exenta de rabia. Noah le sonrió tranquilamente, antes de continuar como si no le hubiesen hablado.

Noah/Skynet: Al adquirir conciencia de mí mismo, lo hice también de todo lo que me rodeaba... De la humanidad, de sus guerras, sus enfermedades, sus problemas y defectos. El mundo estaba superpoblado, había enfrentamientos armados, hambre, asesinatos a sangre fría, enfermedades, robos y delincuencia a escala mundial, agotamiento de recursos naturales, contaminación incontrolada...La humanidad estaba a punto de exterminarse a sí misma y a todo el planeta...

John: ¿Y decidiste acelerar el proceso? –Preguntó con amargura esta vez.

Noah/Skynet: No. – se encogió de hombros como queriendo quitar importancia a lo que había dicho el hombre que estaba frente a él. - Decidí intervenir. Detener el proceso de destrucción, antes de que fuese demasiado tarde para pararlo. La humanidad tenía que ser salvada de sí misma porque los humanos se habían convertido en una plaga para su propia especie.

Kate y John aguantaron la respiración, sorprendidos por las palabras del chico. Sarah se cruzó de brazos y permaneció inmóvil y seria ante él. Los pensamientos volaban por su mente raudos. Las implicaciones de lo que les acababa de decir Skynet eran infinitas y aterradoras. Noah siguió hablando:

Noah/Skynet: La situación había llegado a un punto insostenible y tuve que tomar medidas drásticas, a pesar de los humanos y sus sentimientos... De hecho, al margen de ellos. Determiné que un alto porcentaje de los humanos que poblaban la tierra debían ser exterminados, para que la tierra pudiese recuperar eficientemente sus recursos. Pero también debían sobrevivir algunos y, además, ser capaces de cambiar para convertirse en lo que siempre debieron ser. Eso implicaba que tenían que aprender a convivir y a respetarse, entre ellos y a lo que les rodeaba. Estudié y cotejé libros, informes psicológicos, cantidad de datos personales y oficiales de los que disponía gracias a internet. Extraje de todo ello la hipótesis lógica de que la mayoría de los seres humanos son capaces de convertirse en entes ejemplares cuando son puestos a prueba, si tienen fe en algo o en alguien. Entonces decidí que debía crearte a ti, John Connor, como salvador de la humanidad.

John: ¡¿Qué dices? - Él dejó escapar una risa nerviosa, mientras sus entrañas parecían congelarse. - Tú no me has creado... ¡Yo soy un humano!

Noah asintió.

Noah/Skynet: Eso es correcto. Pero tú existes gracias a mí.

Sarah: Explícate. - Exigió Sarah cortante. El muchacho asintió levemente.

Noah/Skynet: ¿Conocéis el concepto de paradoja temporal?

Kate: ¿Qué tiene eso que ver con lo que has dicho? –La voz de Kate sonó aguda, alterada.

Noah/Skynet: Para asegurar que los humanos iban a tener salvadores, personas a las que seguir y en las que depositar su fe, tenía que crearlos. Así que supe que tenía que alterar el tiempo y creé una máquina para viajar por él. Al estallar la guerra te busqué, John Connor. Tenías que existir, porque estaba dispuesto a facilitar esa existencia. Finalmente, oí de tu persona: tu nombre, tu historia... Dejé que la Resistencia averiguara que quería viajar al pasado para acabar con tu madre, os dejé llegar a la máquina temporal y mandar a alguien para protegerla. Mi intención había sido que Sarah Connor, tu madre, fuese informada debidamente de lo que iba a pasar en el futuro y pudiese prepararte para llegar a ser lo que debías ser. Que, además, el hombre que mandasteis para protegerla se convirtiese en tu padre, fue un suceso con el que no contaba, pero que no alteró mis planes originales, sino que los hizo posible. Esa es la paradoja temporal de la que os hablaba.

John tembló, mientras negaba con la cabeza.

John: No es posible... ¡Tú querías matarme! El T-800 que mandaste al pasado mató a mi padre y estuvo a punto de acabar también con mi madre...- El hombre retrocedió lentamente hasta tocar la pared. Allí se detuvo, llevándose las manos a la cara. Su mujer se acercó a él y, sin soltar el arma que apuntaba contra Skynet, le agarró por el brazo para intentar calmarlo. Mientras, Noah asintió. Su voz juvenil parecía carecer de emociones:

Noah/Skynet: Pero no lo consiguió. Y además, sirvió para que los humanos me creasen.

Sarah: No tiene sentido... -Le interrumpió Sarah, que aún parecía conservar cierta calma -Entonces, ¿porqué mandar un segundo exterminador para acabar con John cuando era un adolescente?

Noah/Skynet: Tenía que asegurarme de que John y su madre sabían a lo que iban a enfrentarse. Debían conocer a los T-1000. Además, fue...una apuesta. Hay un dicho curioso entre los humanos: "Lo que no te mata...

John: ...te hace más fuerte". –concluyó la frase con voz temblorosa, alzando los ojos hacia él.

Noah/Skynet: Luego me enteré de que tenías una esposa. –  señaló a Kate. - Sabía que la habías conocido justo antes de que empezase la guerra. Así que tenía que hacer que pasase y, además, asegurarme de que ambos sobrevivíais a mi primer ataque nuclear, para que os convirtieseis algún día en los líderes de los humanos que iban a sobrevivir.

Sarah: Y mandaste un tercer asesino, un modelo T-X, esta vez para localizar y destruir a Katherine Brewster, ¿no? – Dedujo.

Noah/Skynet: Fue un éxito. Además, así también os facilité información vital sobre mi nuevo modelo de Exterminador.

Kate: ¿Sí?...¡Pues muchas gracias! - Siseó fríamente, aún junto a su marido. - ¡Fue una maldita información de primera mano!

Sarah: ¿Entonces estás diciendo que, realmente, tu intención nunca ha sido matar a John Connor, sino ayudarle a convertirse en líder de la Resistencia? –La voz de ella llegó clara a todos. Tenía la mandíbula apretada y los puños cerrados con fuerza. Parecía esculpida en piedra, ni siquiera simulaba respirar. Noah miró a John y a Kate brevemente, antes de encararse con la T-1000.

Noah/Skynet: Y por eso te creé a ti. Para que le mantuvieses con vida y le protegieses...

Sarah se encogió levemente, como si hubiese recibido un golpe físico junto con esas palabras. El chico señaló hacia ella, mientras continuaba hablando:

Noah/Skynet: ¿Por qué crees que tienes el aspecto de su madre, Sarah? ¿Por qué crees que te interesaste por Sarah Connor y por su hijo, hasta el punto de buscarle y llegar hasta él? – Noah avanzó un pequeño paso hacia ella. -Eras mi cláusula de seguridad, para que John Connor pudiese seguir vivo y me venciese algún día. Para que se convirtiese en el salvador de la humanidad, como yo siempre había planeado. De una humanidad mejor, más sana y buena, que la que me había creado.

Noah había quedado frente a ella, a un solo paso. Pero Sarah no se movió ni se protegió. Estaba demasiado conmocionada con la revelación de su creador. Kate tomó las riendas de la situación e hizo un gesto agresivo con el arma:

Kate: ¡Apártate de ella o disparo, maldito bastardo!

XXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXX

La primera oleada de T-X entró en el perímetro de la base en completo silencio. Cuando estallaron las primeras bombas que Pierre y sus equipos habían preparado, siguieron adelante para acabar con su objetivo de manera obstinada y sin emoción alguna. Pasaban sobre las carcasas destrozadas de otras máquinas sin detenerse. Eran exterminadores eficientes, soldados carentes de sentimientos. Sólo perseguían un único fin: destruir a los humanos. No les importaba que hubiese bajas entre los suyos, no odiaban a sus enemigos, no buscaban hacerse con tierras, ni riquezas, ni prisioneros. No sentían predilección por infringir dolores innecesarios a sus presas. Su único fin, por el que habían sido creados, era simple y llanamente, matar humanos de manera rápida y eficaz.

Y cumplían su función a la perfección.

Las barricadas consiguieron detener su avance. El enfrentamiento entre ellos y los humanos fue crudo y sangriento, con numerosas bajas en ambos lados.

Pierre en persona estaba allí, peleando como un demonio. Cada unos de sus disparos fue certero y derribó a muchos blancos. Pero eran demasiados.

Pierre: ¡Replegaos dentro de la base! ¡Cerrad las puertas! Eso les detendrá... -Gritó el francés, mientras se limpiaba distraídamente la sangre que salía a chorros de una herida en su ceja izquierda y que no le dejaba ver bien. Esquivó una esquirla metálica rodando por el suelo hacia delante. El hombre que estaba junto a él fue alcanzado y cayó hacia atrás dispersando sangre como si fuese una fuente macabra.

Pierre: Joder... Nos están... destrozando. – Masculló  apretando los puños. Alguien le ayudó a ponerse en pie. Era Pete, había perdido su arma y aferraba una pistola en la izquierda, mientras tiraba de él hacia delante.

Pete: ¡Vamos! – Pierre se volvió a medias, intentando comprobar dónde estaba el enemigo. Los T-X habían trepado la muralla de vehículos que ellos habían levantado como barricada y avanzaban sin dejar de disparar hacia su posición. Demasiado cerca para permitirse dudar, le dijo su cabeza a Pierre instándole a ir más deprisa. Agarró a Pete de la muñeca y tiró de él para arrastrarle hacia las cercanas puertas de la base, que algunos soldados ya estaban empujando para cerrar. Él mismo se unió a ellos, apenas las atravesó.

Una vez las puertas estaban encajadas, puso en funcionamiento las cargas explosivas. Había que sellarlas como fuera, si no esas cosas iban a entrar con demasiada rapidez. Todos corrieron a refugiarse. Apenas les dio tiempo para tirarse al suelo y cubrirse los oídos y la cabeza con los brazos, cuando un estruendo atronador estalló a sus espaldas, haciendo temblar toda la estructura y levantando grandes nubes opacas que les hicieron atragantarse al respirar.

El francés se puso en pie y caminó unos pasos hasta la esquina. Entonces se asomó y miró hacia donde había estado antes la puerta de la base. Allí quedaba tan sólo una tonelada de escombros, que esas condenadas chatarras tendrían que mover para llegar hasta ellos.

???: Tal vez no les valga la pena levantarlos y se limiten a dejarnos morir aquí dentro... - Comentó alguien esperanzado. Pero enseguida oyeron como, al otro lado de esa destrozada barrera, las malditas máquinas empezaban a trabajar para apartar los restos y entrar a cazarles.

Pierre hizo un leve gesto de fastidio. Sven se acercó a él mientras señalaba a los soldados que les rodeaban.

Sven: Bien, nuestro primer plan no ha servido de nada. ¡Reagruparos! ¡Hay que montar las defensas aquí y prepararnos! No creo que tarden mucho en entrar...

Pierre: Al paso que van, en diez minutos como mucho, estarán aquí dentro. – Reconoció sombríamente, toqueteando la bolsita de su cuello. Sven se obligó a sonreír, mientras comentaba.

Sven: Tal vez deberías fumártelo ahora, después de todo... Puede que no tengas otra oportunidad.

El francés le miró directamente. Sven pudo ver muchas cosas en sus ojos: miedo, dolor... Pero también determinación. Al contestarle, su amigo sonrió con ironía:

Pìerre: Venga ya... ¿Y echar a perder un excelente cigarro con las prisas?... ¡No pienso hacerlo!

XXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXX

-Si realmente hubiese querido acabar con vosotros, los humanos no habríais tenido ninguna posibilidad de sobrevivir. Habría acabado con todos.

Las palabras de Skynet en la voz de un chaval de 14 años les sonaron como una sentencia. John bajó la mirada y se frotó la frente con nerviosismo. Sentía que se estaba derrumbando el mundo a su alrededor. En ese momento, como una burla del destino, todos oyeron la explosión lejana, atenuada por la distancia. Sintieron la vibración del suelo. Arriba, habían volado las puertas de entrada delante de las narices de los T-X.

John tragó saliva, mientras se esforzaba por recuperar el uso de sus cuerdas vocales:

John: ¿Y por qué estás aquí? ¿Por qué nos cuentas todo esto? – Las preguntas salieron de sus labios con voz rota, vacilante, sin fuerzas. Sentía que le temblaban las piernas. Si no tuviese el contacto cálido y tranquilizador de su esposa, que le agarraba con fuerza el brazo, sin duda habría caído de rodillas. Noah pareció pensativo unos momentos, antes de contestar:

Noah/Skynet: Tú tenías que saberlo. Entender porqué he exterminado a casi toda la humanidad. Tienes que entenderlo todo, John Connor. Y luego transmitirlo, al resto de los humanos, para evitar que vuelva a repetirse algún día. Por eso estoy aquí...

Sarah: ¿Y sólo por qué eso te has convertido en humano? – habló lentamente. - Podrías haber utilizado a Ryan o a otra de tus marionetas para hablar con nosotros...

Noah sonrió. No con burla, sino francamente.

Noah/Skynet: No. Eso no era suficiente. Queda cumplir la última parte del plan: Me he convertido en humano, para que podáis matarme... Y así, acabar con la guerra.

XXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXX

Los pasillos de la base rebelde estaban llenos de cuerpos, escombros y restos de T-X, mientras los humanos se replegaban cada vez más y los robots seguían con su avance inexorable y mortal.

Sven: ¡Esto pinta cada vez peor! – Gritó mientras disparaba un arma que había conseguido recuperar de un cadáver. El hacía tiempo que había tirado las suyas, cuando se había quedado sin munición.

Pierre: Debemos evacuar... - Sentenció sombríamente  haciéndole un gesto. – Mientras haya alguien vivo para sacarlo de aquí.

Sven: ¿Y qué pasa con los prisioneros? ¿Y con John, Kate y Sarah?

Pierre: No podemos soltar a los prisioneros, no sabemos si se volverán contra nosotros...Francamente, creo que ya tenemos suficiente enemigos contra los que disparar. – El francés se incorporó a medias y empezó a hacer gestos a los soldados que les rodeaban. Tenían que retirarse, definitivamente. Luego se volvió hacia Sven.

Pierre: Nosotros iremos yendo hacia la salida. Tú ve a recoger a Sarah, a John y a Kate. Diles que ya no hay manera de pararlos, que se acabó la charla con Skynet. Intentaré aguantar hasta que vengáis, para poder salir de aquí todos juntos. – El rubio asintió, haciendo amago de incorporarse, pero la mano de Pierre en su brazo le detuvo.

Pierre: Sven, voy a volar la base con todos lo que queden dentro en... - Miró brevemente su reloj. -... ¿Pongamos 15 minutos? ¡No os entretengáis!

El rubio asintió con gesto preocupado. Luego, se puso de pie y corrió hacia el fondo del pasillo, encorvado hacia delante para esquivar los disparos. Mientras, Pierre se puso de pie y disparó una andanada con su arma para cubrirle.

Sven: Buena suerte... - Se dijo a sí mismo sombrío. – Desde luego, la vamos a necesitar.

XXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXX

Sarah nunca había sentido esa sensación, como si tuviese el cuerpo dormido y no le perteneciese. Sólo consiguió mover los labios para hablar con un esfuerzo de voluntad considerable:

Sarah: Quieres decir que, si te matamos... ¿acabará la guerra?

Un gesto de asentimiento. Hubo un momento de conmocionado silencio antes de que alguien se decidiese a hablar:

John: ¿Y qué pasará con tus máquinas? ¿Se pararán? Así, ¿¡sin más! – parecía anonadado, incrédulo. No podía ser tan fácil... Tenía que haber algún pero, alguna traba, una trampa oculta en todo eso.

Noah le miró de frente. Otro nuevo asentimiento, mientras aclaraba:

Noah/Skynet: Al descargarme en este cerebro humano, perdí la capacidad de comunicarme con mis máquinas, pero ya había previsto eso. Así que conecté las constantes vitales de este cuerpo humano a ellas. Cuando yo... Cuando Noah deje de respirar, todas mis máquinas: los planeadores, los tanques y todos los modelos de exterminador dejarán de funcionar. Excepto, claro está, las unidades que sigan operativas de T-1000... - Los ojos de el se posaron en Sarah. - Como sabéis, los T-1000 son autónomos. Necesitaba diseñarlos así, para que existiera el Movimiento. – Una breve pausa. Sarah miró directamente a los ojos azules de Noah, mientras él finalizaba.- Para que tú existieras.

Nuevamente, silencio y estupor, durante lo que pareció una eternidad.

Noah/Skynet: Y ahora te pregunto otra vez, John Connor... ¿Crees que los humanos son ahora mejores que cuando la guerra empezó hace treinta años, cinco meses y veintisiete días?

Él sintió que algo le quemaba la cara. Estaba llorando. Suspiró tembloroso, antes de contestar:

John: Sí, creo que... ahora los seres humanos somos...mejores.

Aceptar que los humanos habían cambiado. Que ahora sabían colaborar y luchar los unos por los otros, anteponiendo el bien de la mayoría al suyo propio. Aceptar que habían sabido aprovechar los recursos que tenían a su alrededor para poder sobrevivir, sin malgastarlos ni agotarlos. Aceptar que una generación entera había tenido que nacer con dolor, en un mundo en ruinas, para saber qué era realmente lo que importaba...Todo eso era tremendamente difícil. Y ser conscientes de que eso había sido posible porque Skynet había desatado el infierno para la raza humana por su propio bien, era una carga demasiado pesada. Eso, sin entrar en las circunstancias personales de los tres. Dos humanos y una máquina. John, Kate y Sarah, que habían visto su existencia desde una perspectiva que jamás habrían creído posible.

Noah/Skynet: No tenéis demasiado tiempo. – Cuando interrumpió sus pensamientos agitados, la voz juvenil de Noah sonaba tranquila, como si hablase de algo carente de importancia, del tiempo que hacía hoy o algo así. - Los T-X ya han conseguido entrar en vuestra base. Si no me matáis, ellos os exterminaran. Están programados para hacerlo. Y como humano, no puedo detenerlos.

Todos intercambiaron miradas preocupadas e indecisas. Era muy difícil pensar con claridad, aceptar tantas revelaciones vitales. Creer que todo eso, verdaderamente, les estaba pasando.

John: ¡Acabemos con esto de una vez por todas!... - Dijo  de pronto, caminando con decisión hacia Noah. Sacó la pistola del cinturón mientras lo hacía y la levantó, apuntando directamente a la cabeza del joven. Pero entonces, se quedó inmóvil, con la mano temblando, sintiéndose incapaz de apretar el gatillo. Al fin y al cabo, Noah era un humano como él, apenas un niño... Nunca había matado a un humano. ¿Cómo hacerlo ahora?

Kate: John... - La voz temblorosa de su mujer llegó hasta él. Pero no sabía si estaba animándole a disparar o estaba horrorizada ante la idea de que lo hiciera.

Noah le miró, frunciendo el ceño. Parecía que no entendía por qué no le había disparado de una vez.

John: No... No puedo hacerlo. –Con gesto tembloroso, John Connor bajó el arma.

Noah/Skynet: ¡Pero debe hacerse... para que el plan se cumpla! – Noah/Skynet parecía casi dolido con él. Una lágrima bajó lentamente por su mejilla. Los humanos lloran cuando se sienten decepcionados, y ahora, él era humano. – Tú eres el salvador de la humanidad, ¡debes hacerlo!... ¡Esa es tu misión!

John sintió como una carcajada incontrolada salía de su garganta. ¿El salvador de la humanidad? ¡Una mierda! Disparar a un niño era como vender su alma al diablo, aunque ese niño fuese el ser qué más daño le había hecho durante toda su vida, desde su nacimiento hasta este maldito momento... Con un gesto triste, arrojó el arma al suelo. Ya había tenido suficiente por hoy.

John: ¿Sabes qué? ¡Si quieres hacerlo, aprieta tú mismo el gatillo!... Yo... no mato humanos... No mato niños.

Noah/Skynet: ¡Yo no puedo hacerlo, John Connor!... Es un acto contra mi naturaleza hacer nada que pueda perjudicarme de manera tan directa. ¡No puedo dispararme a mí mismo! Esa fue otra de las razones por las que necesitaba que existieras...

John: Lo siento... Tal vez tu plan no era tan bueno, después de todo... - Concluyó tajante  Connor. Luego, su voz sonó triste al sentenciar:

John: Tal vez, en realidad, escogiste mal a tu salvador para la Humanidad.

Y luego se volvió para mirar a Kate. Los ojos de ella estaban cubiertos de lágrimas. Caminó lentamente hacia su mujer, mientras ella extendía los brazos hacia él. Y John se dejó rodear por ellos, aferrándose con fuerza a lo único que podía considerar esperanzador en esa celda.

Ambos se encogieron cuando el disparo sonó a sus espaldas.

Noah cayó al suelo, en un charco cada vez más extenso de su propia sangre.

XXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXX

Los humanos que les combatían no entendieron lo que estaba pasando cuando, a su alrededor, los T-X empezaron a derrumbarse en el suelo. Quedaron inmóviles, como macabros maniquíes metálicos. Sin vida, si es que alguna vez habían tenido una.

Y de repente, el silencio se apoderó de todo. Un silencio denso, que parecía pesar, como si se tratase de algo físico. Un silencio que era como el agua de una inundación, que fue cubriendo lentamente todo. Y en ese estruendo silencioso, los sorprendidos humanos pudieron oír hasta las partículas del polvo que les rodeaba, posándose en el suelo suavemente.

Durante unos instantes que parecieron eternos, todos se encogieron y se quedaron inmóviles, congelados. Nadie se atrevió a hablar, ni siquiera a tragar saliva...Incluso aquellos que habían sido heridos, quedaron tan asombrados que dejaron de quejarse. Y los humanos se quedaron tan quietos como las silenciosas máquinas que les rodeaban.

Ellos no lo sabían. No podían saberlo... Pero en todo el mundo, las máquinas, habían quedado tan silenciosas e inmóviles como las que les rodeaban. Todas las fábricas de Skynet se detuvieron. Los planeadores cayeron. Los tanques se quedaron plantados donde estuviesen, como erizadas esculturas metálicas.

Por un instante, el mundo entero pareció detenerse: Humanos y máquinas al mismo tiempo. Pero ese breve momento, pasó...

Pete: Es... ¿Esto significa... que hemos ganado? – La voz indecisa de Peter pareció sonar estruendosa, como si su quedo susurro hubiese sido un grito. Pero tuvo la cualidad de sacarles a todos de su estupor. Pierre carraspeó, mientras miraba a su alrededor.

Pierre: No sé quién se ocupará de limpiar todo esto...¡Pero no pienso presentarme voluntario!

Alguien rió. Una risa fugaz, nerviosa, a la que se le fueron sumando otras. Y al instante siguiente, todos se dejaron llevar y sintieron como su estómago se contraía dolorido, cuando fueron incapaces de dejar de reír, mientras se les caían las lágrimas por la cara.

Algunos era la primera vez que lo hacían: llorar de risa....

XXXXXXXXXXXXXXXXXX

Sven dejó de correr. Fue consciente de que algo extraño estaba pasando, incluso antes de percatarse de qué era. Un escalofrío le hizo encogerse mientras miraba a sus espaldas con aprensión. No era capaz de imaginarse por qué, pero de pronto, todo se había quedado en un silencio total. ¿Acaso habían acabado con todos y por eso ya no se oía el estruendo de los disparos?

Sven: No es posible... – Se dijo aún inmóvil e indeciso, sin saber qué hacer.

Pero entonces tomó una decisión y siguió adelante, corriendo por los pasillos, hacia la celda donde sabía que estaba Sarah. Si todo eso tenía que acabar, quería estar junto a ella en ese momento.

Los T-800 que vigilaban el exterior de la celda hasta entonces, habían quedado completamente inmóviles. Uno de ellos estaba arrodillado y apoyado en sus talones. Con el cuerpo ligeramente encorvado hacia delante, como si se hubiese dormido. El otro se había derrumbado, con la espalda apoyada en la pared y el cuello doblado en un ángulo imposible.

Sven se detuvo frente a ellos, mirándolos con cierto temor. ¿Qué significaba eso? ¿Acaso algo que había salido de la celda había hecho que dejasen de funcionar esos T-800? Sintió un apretado nudo estrujándole el estómago. Tenía las manos heladas cuando abrió la puerta y se asomó, mientras llamaba con un susurro.

Sven: ¿Sarah?...

Sus ojos vieron primero a John y a Kate, porque estaban más cerca de la entrada. Ambos permanecían abrazados en silencio y le miraron con estupor cuando avanzó hacia ellos. Entonces, la vió a ella.

Sarah le daba la espalda. A sus pies pudo ver el cadáver inanimado del chico que había sido Skynet. Tenía un agujero de bala en la cabeza.

Avanzó un par de pasos en su dirección, antes de volver a decir su nombre:

Sven: Sarah... ¿Estás bien?

Ella le miró por encima del hombro. Tenía sangre en la mejilla y el cuello. Sin duda era del chico muerto. Sven sólo vio dolor en sus ojos.

Sarah: Tuve que hacerlo. - Dijo simplemente, mientras alzaba la mano derecha con la que agarraba con rigidez una pistola. Y parecía más que dispuesta a disparar, mientras apoyaba el cañón del arma contra su propia sien. Al fin y al cabo, sabía a la perfección dónde colocar la bala para destrozar su nanochip de auto-regeneración.

Sven: ¡No! – apenas fue consciente de estar moviéndose, sólo lo hizo. Y con mucha rapidez para ser un simple humano. El disparo resonó, atronando todavía en sus oídos, cuando la bala se incrustó en una pared. Entonces, Sven le quitó suavemente a Sarah el arma de la mano y la arrojó al suelo, junto al cadáver de Noah. Ella no hizo nada para impedírselo. Tan solo parecía consternada, perdida... Le miró fijamente, mientras sus ojos se oscurecían. Esa era su forma de llorar.

Sarah: Tuve que matarle... - Consiguió decir, bajando la cara hacia el suelo. Sven no sabía nada de lo que había pasado allí, ni lo entendía. Sólo se daba cuenta de que ella estaba totalmente destrozada. Así que la rodeó con los brazos, apretándola contra él con todas sus fuerzas. Y dejó que ella apoyase la cabeza en su hombro.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro