Capitulo 7 Status Quo

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William Leeds siempre había soñado con ser el mejor programador del mundo.

De hecho, siendo aún un niño (sin duda, superdotado), se había convertido en uno de los diseñadores de juegos más jóvenes cuando, con poco más de 10 años y pidiendo permiso a sus padres, había sido contratado a tiempo parcial por una de las empresas más punteras e importantes de Norte América.

Pero claro, todo eso fue hace una eternidad. Antes de que la guerra arrasase sueños y vidas por igual...

Ahora ya había dejado de ser un brillante jovencito, para convertirse en un hombre maduro de más de 40 años. Y posiblemente fuese uno de los mejores programadores que militaban en las filas de la resistencia humana contra Skynet. Al fin y al cabo, el sueño de su infancia, se había cumplido. Claro, que ser uno de los mejores en ese campo, cuando vivías en una tierra dominada por máquinas, tenía ciertas desventajas: Sus datos y su cara estaban en las bases de datos robóticas y se había convertido en uno de los máximos objetivos para toda una horda de asesinos cibernéticos. Era un dudoso honor, sin duda. Pero para Will, era un honor después de todo...

Por supuesto, la pieza más valiosa era John Connor, pero seguramente William formaba una trinidad importante junto con Kate Connor y Alexandre Maurice Ross en las bases de datos de los más buscados por cualquier máquina activa del mundo.

De cualquier forma, en el día a día, William no pensaba demasiado en su cuello... Tenía demasiados proyectos en mente como para preocuparse de algo tan banal. Por ejemplo, él y Ross habían conseguido (por supuesto con la inestimable ayuda de Sarah) devolverle a Jorge la mano que había perdido salvando de un TX a la futura madre de su hijo.

Jorge: Esto está muy bien... ¡Me siento fenomenal! - dijo el joven español mientras les saludaba con un gesto, usando la mano nueva.

Will y Ross le miraron haciendo un gesto de triunfo. Luego se volvieron a Sarah. Ella asintió con un gesto que bien podía significar alegría y reconocimiento.

Leeds: Buen trabajo en equipo, chicos... -c omentó, quitando importancia.

Jorge miró fascinado como se movían los dedos. Era como si hubiese recuperado su mano otra vez, un milagro... Y claro, los milagros en el infierno, no son demasiado habituales.

Su nueva mano no difería de la anterior, ni en el funcionamiento ni en el aspecto. Will, Ross y Sarah habían hecho para él una extremidad basándose en los conocimientos que tenían de Skynet y sus T800. "Aprender del enemigo", era una gran máxima prioridad para poder prosperar en la guerra.

Leeds: De acuerdo, entonces lo que quieres de mí es que diseñe un programa para "distraer" a Skynet... Un señuelo para atraer la atención.

Sarah asintió mirando a Will a los ojos.

Sarah: Sí, y así, alejarla de mí...

Él sintió un nudo en la garganta. Engañar al más súper poderoso ordenador del mundo. ¡No sería tarea fácil!... Todo un reto, para cualquier programador. Will carraspeó.

Sarah:  Lo haremos juntos...- dijo después - Y también te necesitaré cuando esté dentro, porque no sé lo que me encontraré allí...

Will asintió. Sin duda necesitaría ayuda, aunque Sarah era experta en máquinas... Sonrió para sí ante esta idea. Ella se volvió hacia la pantalla del ordenador de Will.

Leeds: De acuerdo, ¿A qué esperamos? - susurró él, más para sí que para Sarah - Hay un programa que diseñar...

Tenía otro reto por delante y a Will, desde su más tierna infancia, le había encantado superar sus limitaciones. No en vano, durante los cinco años anteriores a la guerra había sido el diseñador de juegos más joven del planeta...

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Liberty estaba en pie de nuevo y por nada en el mundo habría consentido que le apartasen de la misión. Tenía cuentas pendientes, consigo misma y con sus compañeros. Un nuevo día con vida era algo que había que aprovechar para luchar, no sólo por tener otro día más después de ese, sino para que todos los que te quedaran hasta tu última respiración en este mundo, fueran tuyos, y no de Skynet y sus máquinas.

"Lucha por ser libre, y para que tus hijos y sus hijos lo sean..." Esa era la frase que se repetía cada día cuando abría los ojos.

Era consciente de que casi todos los supervivientes de la base, John Connor incluido, tenían ese mismo pensamiento... Era su razón para seguir adelante por muy mal que estuviesen las cosas, la de todos los humanos que sobrevivían día a día en un mundo condenado.

Kyle miró a Lib con una mezcla de aprensión y orgullo. No quería perderla y al mismo tiempo, admiraba su valor, casi suicida. Por muchas veces que cayera, volvería a levantarse para seguir luchando. Igual que él. Igual que todos.

No tenemos nada que perder. Si paramos de luchar estamos muertos. Si luchamos, probablemente, también... Pero esa es la única esperanza de tener otro día más... ¡Y quizá de tener muchos días más!

¡Quizá de tenerlos todos!...

¡Ser libres!

Libres de Skynet, de sus máquinas, del terror de no saber si tú, tus seres amados, los que te rodeaban cada hora, estarían allí al día siguiente...

Las palabras parecían rebotar en su cabeza. Kyle apretó con fuerza su arma, cerró los ojos y dejó escapar lentamente el aire de sus pulmones. Sintió que alguien apoyaba con suavidad la mano en su hombro. Cuando abrió los ojos se encontró con los de Lib. Ella sonrió y le hizo un gesto pícaro. Era su manera de darle ánimos y desearle suerte. Una vez más, estaban embarcados en una especie de pesadilla, camino de otra nueva misión... Sintió que se le encogía el estómago, tragó saliva y luego se sorprendió, cuando entre tanto horror, se coló en su mente un pensamiento cálido: Tuvo la certeza de que, algún día, sus hijos serían libres...

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Esta vez Sven se había sumado a la misión. Sarah y él estaban en la cabina de la camioneta que les iba alejando de la seguridad de la base. Ella miraba fijamente hacia delante, atenta a cualquier aviso de peligro. Pierre iba al volante, mordisqueando un cigarro apagado. El francés también estaba en tensión, preparado para reaccionar lo más rápidamente posible ante cualquier amenaza. Desde que habían llegado a la base rebelde, no habían estado juntos los tres.

Piette: ¿Sabéis? - comentó como de forma casual - Si no fuera porque sé que soy el mejor conductor para esta misión - Sarah le lanzó una sonrisa torcida - me iría atrás con los chicos, para dejaros intimidad...

Sven rebulló en su asiento y miró hacia fuera. Sarah carraspeó ligeramente.

Sarah: Te lo agradezco, querido Pierre... - Dijo a continuación ella, sonriendo ampliamente - Pero estamos en medio de terreno enemigo y no creo que sea el mejor momento para... intimar. ¡Atento!... Nos estamos acercando a una zona poco segura y podría haber minas.

Al cabo de media hora, dejaron la camioneta. Pierre y otro hombre más se quedaron junto a ella, armados y alerta. Era su seguro para escapar de la forma más rápida posible. En un mundo hostil, donde eres una presa fácil, muchas veces, disponer de un vehículo para huir con rapidez, podía suponer la diferencia entre que te cogieran las chatarras o que consiguieras salvar el cuello. El resto (Sarah, Sven, Lib, Kyle, Will y dos personas más) continuaron caminando con sigilo, armas en mano, hasta tener a la vista llegar al lugar de la cita. No parecía que hubiese vigilantes por la zona. Sarah echó un breve vistazo.

Sarah: No creo que haya venido nadie más... - empezó a decir.

???: ¡Mira otra vez, querida! - dijo alguien, saliendo de entre las ruinas a su izquierda.

Sarah y los demás apuntaron con sus armas mientras se acercaba a ellos una pequeña tropa de seis soldados de la resistencia. Iban vestidos con ropas de camuflaje. Con esos uniformes polvorientos, podían enterrarse entre los escombros que les rodeaban y pasarían casi tan desapercibidos como cualquier T-1000 "disfrazado".

El que les había hablado, se acercó directamente a Kyle y ambos hombres se abrazaron.

???: Eh, chaval, ¡tienes buen aspecto!... ¿Qué tal está tu padre?

Kyle: Bien, Seth... Te manda muchos recuerdos.

Seth: Oye preciosa, - dijo el soldado dirigiéndose después a Lib - ¿Cuando vas a dejar a este crío para salir con un hombre de verdad?

Ella le dirigió una sonrisa cómplice y le tendió la mano.

Liberty: No sabrías que hacer conmigo, soldado...

Seth: Bueno, se me ocurren un par de cosas... - insinuó , sonriendo pícaramente, mientras le devolvía con calidez el apretón. Luego, el soldado se volvió hacia Will y los demás, para saludarles. Finalmente, se acercó a Sarah y a Sven.

Seth: Así que me imagino que tú eres la dama de hierro, ¿eh? - Ella le miró fijamente y luego le sonrió levemente, tendiendo la mano. Seth asintió y aceptó el gesto. - Encantado. Desde luego, el parecido con la foto que tenía John de su madre es asombroso... Cuando me lo contaron, no podía creerlo. Pensé que era una broma de John o algo así...

Kyle: Bueno - dijo  acercándose - Ya sabes que mi padre no suele bromear...

Seth asintió todavía mirando a Sarah. Ella hizo un gesto hacia el hombre rubio que estaba junto a ella.

Sarah: Te presento a Sven...

Seth: Un placer...- dijo , estrechando su mano.

Kyle: El reverendo Seth Green empezó su andadura en la resistencia hace muchos años - explicó - De hecho, mi padre y él fueron uña y carne durante muchos años...

Seth: ¡Puedes asegurarlo! -  continuó sonriendo - Hasta que hará unos cinco años decidí independizarme y formar mi propia colonia de la Resistencia, hacia el norte. Le hemos dado muchos problemas a esas chatarras, ¡claro que sí!... Pero hace unos meses, esas cosas empezaron a coger vivos a los nuestros y a llevárselos para dios sabe qué...

Kyle: Mi padre cree que podremos averiguar algo, sin tener que volver a acercarnos a ese sitio, gracias a Sarah y a Will...

Seth: El condenado programador es muy bueno, sí señor - dijo  dándole un doloroso golpe en el brazo (que pretendía ser cariñoso) a Will.- ¡Y estoy seguro de que la dama de hierro tiene aptitudes especiales para darle a Skynet en sus morros cibernéticos...!

Sarah: Seth, por favor, llámame Sarah... - Dijo esta sonriendo con frialdad - Dejemos lo de "dama de hierro" para los T-X, ¿de acuerdo?

Seth asintió con la boca torcida en una media sonrisa. Le gustaba el estilo de esa... Bueno, llamarla "mujer" no era del todo correcto... ¿O sí?

Seth: Ok, Sarah... ¡Contadme el plan! La rata no me dijo demasiado sobre estrategia. Apenas el lugar de la cita y el motivo...

Las colonias de seres humanos de la Resistencia habían tenido que volver a métodos algo anticuados para mantenerse en contacto entre ellas, evitando que Skynet detectase esas comunicaciones. Al principio de la guerra, habían optado por la radio, pero pronto aprendieron que las máquinas no tenían problema alguno para seguir estas señales hasta la fuente, o bien hasta el receptor. Además, no era un método seguro para evitar que los robots averiguasen el contenido de los mensajes. Así que los humanos empezaron a adoptar otras estrategias, que si bien no eran prodigiosas en cuanto a la técnica, si cumplían a la perfección con los objetivos: Entrenaron ratas y palomas mensajeras. Los exterminadores perseguían humanos y quizá perros, pero no se ocupaban de pájaros y ratas...

Kyle: Entramos, puenteamos la red de Skynet, averiguamos lo que queremos y salimos lo más rápido que podamos... - Dijo a modo de resumen.

???:Dicho así, parece fácil...- Comentó jocoso uno de los hombres que venían con Seth.

Sarah: No lo va a ser- Cortó tajante.- En cuanto entremos en red, esto va a convertirse en un objetivo prioritario de los robots... Es fundamental que salgamos con rapidez, pero no estoy segura de cuanto nos llevará averiguar lo que queremos.

Seth alzó la ceja y carraspeó.

Seth:  Ok, vosotros preocuparos de averiguar lo que queremos saber lo más rápido que podáis. Nosotros cubriremos la salida para que podamos huir todos cuando salgáis.

Tras un breve desplazamiento hacia al norte, enseguida tuvieron la vista una especie de construcción de hormigón, semienterrada. Apenas había un par de centinelas en el búnker, tan sólo era un control de perímetro secundario. Los despacharon con rapidez , mientras Seth y sus hombres, se quedaban fuera con Sven, Lib y Kyle, el resto, con Sarah a la cabeza, entraron dentro. Tras asegurar el interior y cerciorarse de que no habría sorpresas desagradables, dejaron a los dos rebeldes con sus armas preparadas en el pasillo y los dos genios informáticos de la resistencia (un antiguo programador y un T-1000 con conciencia) entraron en la sala de ordenadores de la base de vigilancia de Skynet.

Sarah: Vale, Will, ha llegado el momento de la verdad. ¿Estás preparado?

Por un instante, el programador sintió un escalofrío. Miró a Sarah a los ojos y ella le sonrió.

Sarah: Te necesito...- Dijo simplemente.

Will asintió, mientras tragaba aire lentamente y abrió su mochila para sacar un terminal portátil. Si alguien como Sarah había confiado en él, es que tenía alguna oportunidad de engañar a Skynet, aunque este fuera la mente cibernética más poderosa de la tierra.

Leeds: Uf... Bueno, ¡Allá vamos! - murmuró mientras conectaba su portátil a la consola y empezaba a teclear.

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Al encajar su mano en la ranura de uno de los ordenadores y extender los dedos en zarcillos que se adhirieron a los cables, Sarah cerró los ojos.

Cuando en su mente los volvió abrir, ya estaba dentro. En la red mundial de Skynet.

En su mente, se imaginó sonriendo. Sabía que Will daría su vida por poder ver lo que tenía delante de sus ojos: Los datos informáticos destellaban como antorchas a su alrededor. Por supuesto, eso no era más que una representación mental de lo que su chip de memoria estaba procesando, descargas de energía que representaban enormes cadenas de datos... Datos que a su vez formaban comandos, programas y archivos que estaban cargados en la red de Skynet, dentro de él mismo...

Will y ella se habían introducido en el torrente de datos por lo que se podría definir como una puerta trasera, un terminal de servicio escasamente vigilado. Hasta ahí todo perfecto. Pero para llegar a la información que necesitaban, tendrían que ir más adentro, a una zona más segura y vigilada. Un pensamiento de Sarah bastó para que se abriera una ventana de comunicación en uno de los extremos de la pantalla de Will.

[Estamos dentro]

Aparecieron las letras destellantes en la pantalla.

[Todo OK?]

Tecleó Will, tan rápido que no se veían sus manos sobre el teclado

[OK. Sigamos adelante. Ejecuta Programa Bugs Bunny]

Fue la respuesta de Sarah. Will sonrió al ver escrito el nombre del conejo de la suerte de su juventud. Le dirigió una breve mirada a la T-1000 que permanecía a su lado con los ojos cerrados. Luego presionó el ENTER del teclado para mandar la orden que iniciaba el programa señuelo: Seguir la ruta que Sarah y él había preparado con anterioridad para desviar la atención de las defensas de Skynet. ¡Rumbo al interior de la cabeza del poderoso ordenador que quería exterminar a la humanidad entera!...

Will sintió, en un momento de irrealidad, que era el protagonista de uno de los juegos que había programado cuando era casi un niño. Y sin poder evitarlo, sonrió.

Dos minutos después el cebo pirata de Will fue interceptado por el complejo sistema cortafuegos de Skynet, que le detuvo. Mientras esto sucedía, Sarah conseguía penetrar por una pequeña brecha entre datos, para acceder a unas carpetas clasificadas. Eso era lo que habían estado buscando... Apenas les había llevado un par de minutos y ninguna incidencia, todo un récord. Ya había copiado la información, cuando vio un área de datos clasificada y protegida: Lo que Skynet almacenase ahí debía de ser muy importante. Un instante, que para Will y los que estaban en el mundo exterior ni siquiera existió, le llevó a Sarah decidir que debía desencriptar los datos y acceder a ellos.

[Cambio de plan. Hay algo más. Necesito más tiempo]

Leyó con desesperación Will.

Leeds: ¿Qué coño pasa... - Murmuró volviéndose a Sarah.

Justo en ese instante se escuchó con toda claridad dentro del búnker, una explosión que provenía del exterior. Sven apareció entrando como una tromba por la puerta medio minuto después. Will apenas separó los ojos de la pantalla para mirarle, pero le oyó claramente cuando dijo con voz ligeramente temblorosa:

Sven: ¡Nos han descubierto! Están empezando a llegar aquí como moscas a un cadáver... ¡Debéis daros prisa!... ¡No aguantaremos mucho!

[TX aquí. ¿Qué pasa?]

Tecleó en la ventana de comunicación Will

[¡Necesito ayuda! El sistema está tratando de formatearme]

Si Sarah se lo hubiese dicho de viva voz, habría gritado con desesperación. Al intentar abrir la carpeta, se habían activado las protecciones de esta y la tenían atrapada.

Will abrió los ojos de par en par. Sarah estaba en graves problemas y su Bugs Bunny ya no era de ninguna ayuda, detenido por el cortafuegos como estaba. Suerte que era un chico precavido: Había diseñado y perfeccionado un programa al que llamaba "Rémora". Era algo bastante sencillo: identificaba unos datos específicos en la red y se pegaba a ellos, para que Will pudiese seguirles el rastro. Y además, podía recrearlos y hacer una especie de copia para "confundir" a las defensas.

Will tecleó furiosamente y la rémora creó una copia espejo de parte de Sarah. El cortafuegos que protegía la carpeta reaccionó intentando eliminar a la rémora. Pero esta, por cada bit de datos borrado creaba dos nuevos.

Leeds: Es una especie de Hydra informática, - le había explicado Will a Sarah, cuando se lo mostró antes de la misión. - Ya sabes, ese bicho mitológico al que le crecían dos cabezas por cada una que le cortaba el héroe de turno. 

Sarah: ¿Y funciona?  - preguntó admirada por la creatividad de ese humano en particular. 

Leeds: Bueno, nunca he tenido ocasión para probarlo...

Leeds: Pues ahora amiguito, ¡no me puedes fallar!... -murmuró entre dientes Will, al recordar la conversación que había tenido con la T-1000.

[Rémora ejecutando la Hydra. Todo OK?]

Escribió Will, cruzando los dedos mentalmente.

El cursor permaneció parpadeando, pero no hubo respuesta. Will tecleó una cadena de órdenes para intentar localizar la información que era Sarah dentro de la red, pero no consiguió encontrarla. No apartaba los ojos del parpadeante cursor, deseando que escribiera algo. Sven también miraba a la pantalla y a Sarah, alternativamente, apretando con fuerza su arma. Ambos sintieron como temblaban las paredes del búnker con otra explosión.

Sven: Vamos, Sarah... - Murmuró

Leeds: ¿Dónde estás? -intentó localizarla otra vez. Esta vez lo consiguió. Sarah seguía ahí dentro.

Aunque no había sido consciente de haber aguantado la respiración, Will dejó escapar el aire de golpe, cuando el cursor empezó a escribir la respuesta de Sarah:

[OK. Sal de ahí]

La ventana de comunicación se cerró. Sarah había desconectado la comunicación. Will ejecutó la orden para autodestruir su programa pirata. La Hydra se devoraría a sí misma. No quería dejar más huellas de las necesarias, de su pequeña incursión en los terrenos del lobo... Después desenchufó su terminal de la consola frente a él y lo guardó en la bolsa en un tiempo récord. Se volvió hacia la salida con inquietud. Sarah aún no había vuelto, todavía permanecía con la mano unida a las máquinas parpadeantes y los ojos cerrados. Sven seguía a su lado. Oyeron que alguien se acercaba a ellos corriendo por el pasillo. Era Seth.

Seth: ¿Qué coño estáis esperando, chicos?... ¡Tenemos largarnos antes de que nos maten!...

Will y Sven le miraron encogiéndose de hombros con impotencia:

Sven: Debemos esperar a Sarah- dijo Sven.

Seth miró hacia él, incrédulo.

Seth: ¡No hay tiempo! Van a cerrarnos la retirada... Tendremos que dejarla aquí...

Leeds y Sven: ¡No! - Gritaron al mismo tiempo

Seth iba a replicar algo, cuando Will se lo explicó claramente:

Sven: ¡Ella tiene los datos que hemos venido a buscar! ¡Si no viene con nosotros, nada de esto habrá servido de nada!...

Seth: ¡Mierda! - Gritó  mirando a la inmóvil T-1000 - ¿Y si la arrancamos de ahí y nos la llevamos?...

Leeds: Ella no está ahí, sino en la red de datos... ¡Ya tenía que haber salido! - al decirlo, Will señaló con desesperación hacia el ordenador. Tal vez si sacase su portátil y volviese a entrar, podría sacarla... Sven iba a proponerles que se fueran ellos, que él se quedaría con Sarah, aunque sabía que era una solución desesperada, cuando de pronto ella parpadeó. Separó su brazo de las máquinas mientras volvía a formarse su delgada mano y se volvió hacia los hombres.

Sarah: ¡Vamos! ¡Fuera!...

Ninguno de ellos necesitó más invitación. Corrieron todos hacia el exterior para encontrarse con una situación algo caótica. Podían distinguir por lo menos un tanque y varios TX disparando hacia ellos. Un deslizador que habían conseguido derribar, estaba hecho trizas a la izquierda, todavía ardiendo. Lib se volvió hacia ellos, mientras se refugiaba para esquivar unas esquirlas de metal que habían saltado al estallar unas granadas. Kyle negó con la cabeza, mientras les gritaba que se apartasen. Seth disparó con envidiable puntería hacia uno de TX y le hizo caer, aunque posiblemente no tardaría en levantarse.

Kyle: ¡Tenemos que acabar con ese tanque o no tendremos ninguna oportunidad de salir a campo abierto!

Sarah:  Yo me ocupo - dijo cogiendo un lanza granadas. Calculó la trayectoria en un segundo y disparó. La parte trasera del tanque estalló en pedazos y este volcó hacia atrás, impulsado por la explosión de la granada. Aplastó a uno de los TX que estaba tras él.

Seth abrió los ojos de par en par y silbó admirado:

Sarah: No está nada mal para una chatarra, ¿eh?... - comentó Smientras soltaba el lanza granadas.

No tuvieron tiempo de hacer más comentarios. Con un rugido que apenas se podría identificar como el de un motor a plena potencia, hizo su aparición una furgoneta, esquivando disparos y montañas de escombros. Desde luego, Pierre conducía como un auténtico diablo. Apenas llegó cerca de ellos, los neumáticos chirriaron con fuerza cuando frenó bruscamente, derrapando y lanzando polvo en todas direcciones. La puerta lateral se abrió y todos saltaron hacia dentro, excepto Sarah, que trepó al techo y, utilizando uno de sus brazos convertido en gancho, hizo un boquete en el metal para poder conservar el equilibrio.

Sarah: ¡Arranca! - Le gritó  a Pierre, mientras con el brazo libre apuntaba con un arma y disparaba hacia la cabeza de los TX que estaban aún en pie. No falló ni un tiro. El francés no se hizo de rogar y aceleró hacia delante, mientras los supervivientes se agarraban a duras penas, para evitar ser arrojados hacia los lados en la frenética huida. Si les preguntasen sobre la media hora siguiente a esa loca carrera, seguramente ninguno de ellos, a excepción de Sarah, anclada al techo de la furgoneta, y Pierre, que la conducía, habrían podido decir con demasiada exactitud qué pasó. Una hora después, alcanzaron el territorio controlado por la resistencia y pudieron respirar con algo de tranquilidad. Pierre aminoró la marcha y apenas se inmutó cuando Sarah goteó, literalmente, en el asiento del copiloto, a través de la ventana rota. Cuando la T-1000 había adoptado su forma humana, el francés carraspeó:

Pierre: ¿Sabes? Odio que hagas eso delante de mí... Me pone los pelos de punta.

Sarah le miró de reojo mientras sonreía irónica.

Sarah: Lo recordaré... Por cierto, Pierre, a mí también me pone nerviosa tu forma de conducir, pero no me he quejado...

Pierre apartó un instante los ojos del parabrisas para guiñarle el ojo a Sarah.

Pierre: Touché...

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Will se acercó a Sarah cuando salieron de la furgoneta. Estaba aún algo mareado y había vomitado el desayuno, pero estaba vivo después de todo.

Leeds:¿Qué pasó hay dentro? Tardaste mucho en salir... Estuve a punto de volverme a conectar para tratar de sacarte yo.

Sarah le miró y bajó la voz para contestarle:

Sarah: Tuve que reiniciar el chip varias veces. Creo que parte de mi información fue dañada ahí dentro...

Leeds: ¡¿Pero estás bien?

Will levantó un poco la voz. Sarah le hizo una seña para que no llamase la atención.

Sarah: Escucha, Will... - dijo después mirando de reojo a Pierre y Sven, que caminaban tras ellos, conversando animadamente. - Quiero que me ayudes a hacer una diagnosis del chip. Y... quizá una copia de seguridad de mí misma.

El programador levantó la ceja con incredulidad. Si ella fuese humana, Will pensaría que estaba asustada... Por primera vez, podía decir con seguridad que Sarah tenía miedo a morir.

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Esa noche, en la base, hubo un sentimiento generalizado de celebración, como siempre que alguien volvía con éxito de alguna misión. Seth y John se abrazaron con calidez. El reencuentro con antiguos amigos que hace tiempo que no ves, también era motivo de alegría. Pero cuando los ánimos se calmaron, la plana mayor de la resistencia, junto con Seth, Sarah, Will y Sven se reunieron en las dependencias que ejercían las veces de despacho de John Connor.

Ross: Bueno, Sarah... Tú dirás - dijo Ross mirándola con intensidad.

Ella asintió y luego hizo una seña a Will. Este sacó su terminal portátil. Sarah se conectó a él y descargó los datos, para que todos pudiesen verlos.

Sarah: Skynet quiere trasladar su zona roja a otro lugar más seguro. Va a mover a los prisioneros dentro de cinco días. Podremos llegar hasta ellos y rescatarlos.

Kate: ¿Y conseguiste averiguar para qué los quiere?... - Preguntó , diciendo lo que todos tenían en mente.

Sarah miró la pantalla del ordenador y empezaron a abrirse carpetas y mostrar imágenes y diagramas.

Sarah: Creo que está probando con ellos un nuevo tipo de arma. Tal vez sea algo biológico... Tendremos que estudiar los datos- Kate y Ross asintieron gravemente.

Todos notaron sudores fríos recorriendo su espalda... El nuevo modelo de exterminador de Skynet, tal vez no fuese tan fácil de derrotar. Y seguramente sería igual de mortífero para la humanidad.

Lib: Debemos rescatarles- comentó , pensando en Ryan con un escalofrío.

Sarah: ¡Esperad! También encontré algunos archivos medio destruidos... Eran datos antiguos. Creo que Skynet nos los quiso eliminar o sustituir, pero desde luego, estaban muy bien protegidos... - Se encogió levemente, como si tuviese un escalofrío ante un mal recuerdo, y le dirigió a Will una breve mirada de agradecimiento. Luego se volvió hacia John y Seth - La información no está completa, pero creo que deberíais verla.

Otra imagen apareció en la pantalla. Parecía la toma de una cámara de seguridad de algún tipo de instalación científica. Se veía una especie de cápsula rodeada de cables. En su interior, había una forma que se movía.

Seth: ¿Qué demo...? - empezó a decir Seth. Pero un ruido de la grabación cortó de cuajo sus palabras. Era un sonido agudo, parecía un llanto...

Sarah manipuló la imagen para intentar aclararla y, antes de que se acabara, detuvo la grabación. No tenía demasiada calidad, pero todos los presentes pudieron ver claramente lo que había en el interior de la cápsula: Era un bebé humano.

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