Capitulo 9 Divide et impera(Divide y venceras)

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Noah, un muchacho que apenas tendría catorce años, era el prisionero más joven que la Resistencia había conseguido rescatar de la Zona Roja. En ese momento estaba siendo examinado a conciencia por Ross.

Después de más de una semana y todo tipo de pruebas, ninguno de los rescatados había aportado prueba alguna de la existencia de los pequeños nanobots de Skynet, ni de ninguna alteración que estos hubiesen podido ocasionar en su organismo... Sea lo que sea lo que les hubiesen hecho durante su cautiverio, no quedaba rastro aparente de ello. Ni siquiera en sus recuerdos: Ninguno de los ex-prisioneros pudo dar ni un sólo dato de su cautiverio. Sus recuerdos terminaban cuando fueron capturados y no se reanudaban hasta su rescate.

Ross:De acuerdo, chico... Ya hemos terminado. Puedes bajar de ahí...

Noah: ¿Qué nos pasa, Doc? ¿Estamos enfermos? - Preguntó el chico, mientras se abrochaba la camisa. 

Ross levantó la mirada brevemente hacia él. Los ojos azules de Noah parecían despreocupados, pero tenían un brillo inquieto. El científico carraspeó, antes de contestar con tono tranquilizador.

Ross: No os pasa nada, Noah... Son pruebas rutinarias. Para comprobar vuestro estado general después de haber estado prisioneros durante un tiempo...

Noah: Pero... - el chico permaneció sentado en la camilla, mirando a Ross de manera dubitativa, como si sospechase que algo no encajaba en esa explicación.- entonces... ¿Por qué nos tenéis apartados del resto? Y además, lleváis una mascarilla...

Ross hizo un gesto despreocupado con las manos, queriendo quitar importancia a las palabras del chico:

Ross: Bueno, es lo normal en estos casos... Ya sabes, ¡el procedimiento!

Esperaba haber sonado convincente. El chico aún le miró con suspicacia un segundo más, pero luego se bajó de la camilla y se dirigió a la puerta. Un segundo antes de salir, se volvió hacia él y le sonrió:

Noah: ¡Nos vemos, Doc! - Hizo un gesto de despedida mientras abría la puerta.

Ross: Seguro, Noah... - Respondió a su gesto con otro similar. Pero apenas se cerró la puerta tras él, suspiró con preocupación. Le caía bien el chico y no le gustaba ocultarle información. Sobre todo, cuando la verdad era que no sabía realmente qué le estaba ocultando. Aunque no hubiese pruebas aparentes, sospechaba que Skynet les había hecho algo durante su encierro en la Zona Roja... Pero no sabía lo que era. Ni qué consecuencias tendría para los afectados o para los que estuviesen a su alrededor. La puerta volvió a abrirse a su espalda y entró Kate.

Kate: ¿Ross?...

El hombre suspiró derrotado y se pasó la mano por los ojos con un gesto cansado.

Ross: Nada Kate. ¡No hemos encontrado nada!... Tendría que estar contento de que esos prisioneros no sufriesen ningún daño, ¡pero algo me dice que no puede ser tan fácil!

La mujer movió la cabeza con gravedad. Le entendía a la perfección, porque ella sentía más o menos lo mismo...

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Sarah miró por la ventana hacia el interior del pabellón de cuarentena donde se había alojado a los prisioneros rescatados. La mayoría se habían ido recuperando bastante bien de las heridas que habían recibido durante el accidentado salvamento. 

Ryan ya se había levantado y tan sólo una venda sobre la frente testimoniaba la herida que le había tenido postrado unos días antes. El ex-marine levantó los ojos hacia ella y le dirigió una preocupada mirada que contrarrestaba con la fría sonrisa que apareció en sus labios. Ella asintió con seriedad, antes de dirigirse a la puerta, custodiada por varios modelos modificados de exterminador. Los T-800 no le dirigieron ni una mirada: Sarah, en su condición de máquina sin partes biológicas, tenía carta blanca para entrar en el interior de la sala sin ningún problema.

Se acercó a Ryan.

Ryan: Tenemos que hablar. - Sentenció él simplemente.

Sarah asintió una vez más y le hizo un gesto para que se apartasen del resto de los hombres y mujeres que les rodeaban. Ryan la acompañó hacia el cristal y contempló con recelo el exterior.

Ryan:¿Por qué estamos aislados? - dijo finalmente con tono duro, mirando de reojo a su espalda, para comprobar que no había nadie cerca.

Sarah le respondió mientras seguía mirando hacia el exterior de la sala. Sabía que no había nadie cerca: podía sentirlo.

Sarah: Estáis en cuarentena. Es el procedimiento...

Ryan: No me vengas con eso. ¡A mí no!... -El volumen de la voz del ex marine apenas se había incrementado, pero era como si hubiese gritado a pleno pulmón.

Sarah: ¿Por qué me lo preguntas a mí y no a Kate o a Ross?

Ryan suspiró:

Ryan: Tú no me mentirás "por mi bien"...

Sarah sonrió irónicamente mientras levantaba una ceja. Habló sin mirarle:

Sarah:¿Por qué soy una máquina sin sentimientos?

Ryan bajó los ojos.

Ryan: No. Porque eres una luchadora, como yo...

Sarah se sorprendió, pero no dejó que el otro se lo notara. Suspiró lentamente mientras le miraba sopesando sus palabras. Finalmente, habló con tono neutro:

Sarah: Encontramos unos archivos de Skynet sobre un arma... Un arma biológica. Muy compleja. Creemos que la utilizó de alguna manera en vosotros. Ross y Kate están intentando descubrir en qué consiste y si realmente habéis sido... "infectados".

Ryan siguió mirando al suelo. Parecía que no hubiese escuchado a Sarah, pero cuando habló, su voz temblaba:

Ryan: Por eso nos cogió con vida... Para usarnos como conejillos de indias...

Sarah: O como bombas biológicas.- Le interrumpió. 

Él alzó los ojos con sorpresa y temor. No se había planteado esa posibilidad...Sarah podía ver como multitud de pensamientos le oscurecían la mirada, hasta que hundió los hombros y asintió con pesar.

Ryan: De acuerdo. Ya entiendo lo de la cuarentena... Gracias.

Sarah puso la mano sobre su brazo y le dirigió una mirada de comprensión.

Sarah: Siento decirte algo así...

Ryan: Tranquila. Prefiero saber... aunque no me guste lo que averigüe.

Tragó saliva mientras se alejaba de ella. Estaba pálido pero no dejó que los demás ex prisioneros notaran que algo le pasaba. Se puso a conversar con algunos, como si nada, dirigiendo breves miradas a Sarah.

???:¿Tú eres Sarah, verdad?... ¿Eres un robot? Como esos otros, los que nos tenían prisioneros...

Ella se volvió hacia el muchacho que estaba junto a ella. No le había oído acercarse.

Sarah: Sí, soy Sarah... Pero no soy un robot como los que os apresaron. Esos eran Tex.. T-X.

Noah: Pues tú no pareces un T-800... - Dijo el muchacho guiñando el ojo.- Yo soy Noah.

Tendió hacia ella la mano. Sarah sonrió levemente mientras le miraba. Desde luego, esta estaba siendo una visita llena de sorpresas. Finalmente cogió su mano y la estrechó con suavidad. El muchacho sonrió encantado.

Noah: Eres una T-1000, ¿a que sí?... ¡He oído historias de ese modelo, pero nunca había visto uno!...

Sarah se limitó a asentir. Ese chico era muy joven, cerca de trece o catorce años. No había T-1000 operativos en América desde antes de su nacimiento.

Noah: ¿Por eso no llevas mascarilla? ¿Por qué eres un robot?

Ella asintió, estrechando levemente los ojos. No le gustaba el cariz que estaba tomando la conversación. Sin embargo, el chico sonrió una vez más y pareció cambiar de tema:

Noah: Me encanta haberte conocido, Sarah... Me gustaría que fueses mi amiga. Sería fantástico ser amigo de un robot... - le guiñó el ojo con picardía - ¡De uno de los buenos!

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Tras atravesar el pabellón, Sarah entró en el laboratorio donde encontró a Kate y a Ross sosteniendo una enconada discusión sobre el siguiente paso a dar. Le dirigieron apenas un gesto de bienvenida, sin interrumpir la conversación.

Kate: ¡Ya no sé dónde más podríamos buscar con los medios de que disponemos, Ross!... Estamos como al principio... ¡Peor! ¡Porque no hemos encontrado nada de nada!

Ross: Pero hay algo... ¡Estoy seguro!

Kate: De acuerdo, pero... ¿cómo lo podemos averiguar? No aparece nada en los análisis, ni en las radiografías, ni en los escáneres... ¡Todo parece normal!

Ross soltó un bufido alzando las manos en un gesto que aunaba impaciencia y frustración.

Ross: No podemos arriesgarnos... Tenemos que seguir investigando.

Sarah les interrumpió, dirigiéndose a Kate:

Sarah: ¿Qué opina John de esto?

Kate: Él no cree que todo esté bien. Opina que debemos seguir investigando... ¡Pero ya no sabemos qué más pruebas hacer!

Ross: Empecemos por el principio... - propuso  bajando los ojos - Tal vez se nos pasó algo.

Kate negó exasperada:

Kate: ¡No se nos ha pasado nada! Esos nanobots no están en su organismo... Si es que estuvieron alguna vez, ya no queda rastro de ellos...

Ambos científicos se miraron en silencio. Estaban cansados y se sentían derrotados. Las opciones se les estaban acabando.

Sarah: Se lo he contado todo a Ryan. –Dijo de pronto. Ross y Kate se volvieron hacia ella, con la incredulidad reflejada en sus rostros.

Kate: Creí que habíamos decidido guardar silencio... - Empezó a hablar  con tono de reproche.

Sarah:Él venía de esta base. Sabe que esto no es algo normal. Me preguntó directamente. Creí que lo lógico era decirle la verdad.- Aclaró 

Kate: ¡No tenías derecho a tomar la decisión por tu cuenta! - Espetó  avanzando un par de pasos hacia ella.

Sarah:¿Crees que se sentía mejor sin saber lo qué estaba pasando? - Contraatacó , frunciendo el ceño. Kate y Ross guardaron silencio y se miraron con culpa.

Sarah: Es curioso - comentó  mientras se dirigía a la puerta - Pensé que los humanos gestionarían mejor los sentimientos, después de tener tantos años de entrenamiento para aprender a hacerlo.

Cuando la androide cerró la puerta a sus espaldas, dejó a Ross y a Kate sumidos en un silencio sorprendido.

El Nido

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Eva gritó de dolor al sentir la contracción y apretó con fuerza la mano de Jorge. El bebé se había adelantado un poco. A su alrededor, todos se prepararon para un parto que podía ser complicado. Alice, la médica que estaba al mando del nido, se acercó a ellos sonriendo detrás de la mascarilla.

Alice: Vale preciosa... Espero que estés preparada, porque el bebé está deseando conocerte.

Le guiñó el ojo y después dirigió su atención a Jorge, que agarraba la mano de su mujer con la cara pálida.

Alice: Vas a ser un gran padre... Ahora lo que tienes que hacer es aguantar todo lo que te venga. Y créeme, por muy duro que te parezca, ella se lleva la parte difícil...

Él asintió intentando sonreír sin conseguirlo. Luego miró a Eva. Tenía la frente perlada de sudor, pero sus ojos reflejaban la determinación más absoluta. La quiso más que nunca.

Con la siguiente contracción, Jorge se alegró de que su mano fuese metálica, porque la mujer se aferró a ella hasta que apenas pudo moverla.

Alice: Bien, vamos allá... J – dijo la médica mirando fijamente a Jorge por encima de la mascarilla - ... me gustaría que nos ayudases a traer a tu bebé al mundo, porque andamos algo escasos de personal... ¿Crees que podrás?

Él asintió rápidamente y tragó saliva. En esos momentos, se alegró más que nunca de haber ido al nido con Eva, en lugar de ir a la misión de rescate.
Esto sí que iba a ser una misión complicada de verdad...

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El parto fue una experiencia interminable, al menos para Jorge... No quería ni imaginarse lo difícil que había sido para Eva. Horas de esfuerzo, dolor, nervios, miedo en la boca del estómago... Pero ahí estaba el pequeño fruto de tanto esfuerzo. ¡Y era una niña preciosa!

Eva: Luz... - Murmuró cuando la vió. - Quiero que se llame así... Luz.

Le dirigió los ojos cansados a Jorge y este asintió, con la cara desbordada por las lágrimas. ¿Cómo negárselo? Así que su hija ya tenía nombre. Y ahora dormitaba tranquilamente en una incubadora, mientras le hacían algunas pruebas y análisis.

Alice: No os preocupéis... - Dijo A, quitándose la bata manchada. - La niña está perfectamente. Hemos mandado un mensaje a la base, para que lo sepan. Ahora debéis descansar.

Eva ya se había quedado dormida, después del esfuerzo realizado. Jorge, después de lavarse y cambiarse la camisa, se tumbó a su lado y veló su sueño, hasta que finalmente, él también se durmió.

Base Rebelde

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Pierre: ¡Hemos sido tíos! - Les gritó  mientras alzaba un vaso. Sven y Sarah se acercaron sonrientes, dirigiéndole a Frank un saludo caluroso. Apenas habían visto al joven alemán desde que salieron de la enfermería a su llegada. Había sido destinado al mantenimiento de la base y solía estar bastante atareado. No obstante, parecía que tenía muy buen aspecto.

Kate: Acaba de llegar la noticia - dijo, tendiéndoles el pequeño papel que había traído a la base la paloma mensajera.

Sarah lo leyó brevemente y sonrió. Sven la abrazó emocionado, mientras Pierre servía unos vasos para todos, de lo que quiera que estuviese bebiendo.

Pierre:¡Tenemos que brindar por la noticia! - Dijo alegremente, mientras se los pasaba.

Kate olió el contenido y frunció el ceño, arrugando la nariz:

Kate: Estoy segura de que el alcohol que utilizamos en la enfermería es menos fuerte que esto...

Pierre soltó una carcajada y alzó el vaso:

Pierre: Ya sabes, guapa... Da mala suerte brindar con agua. ¡Por Luz!

Todos:¡Por Luz!...

Chocaron los vasos metálicos con fuerza y bebieron de un trago. Todos, menos Sarah y Pierre, se atragantaron...

Pabellón de cuarentena de los ex prisioneros de la Zona roja

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Ryan se removió en el camastro. Tenía una pesadilla. Otra vez esa sala, ese robot, esa aguja... Finalmente, con un escalofrío involuntario, abrió los ojos. Se levantó en silencio y fue hacia el cristal. Apenas veía en el lateral las siluetas imponentes de los T-800 junto a la puerta. Se dirigió hacia el fondo del pabellón, a las salas médicas donde les habían hecho las pruebas. Allí empezó el fuego y, luego, se fue extendiendo con rapidez hacia el resto de la estancia, llenándolo todo de humo...

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Aunque fuese peligroso, había que sacar a esa gente del pabellón en llamas. Liberty, Kyle y algunos otros siguieron las indicaciones de Kate y fueron sacando a los desmayados, ayudados por los que aún no habían perdido la conciencia. Afortunadamente, gracias a las mascarillas, podían soportar el sofocante humo que lo llenaba todo. Cuando habían conseguido sacar a la gente y controlar el fuego, llegó el momento de hacer un recuento de cómo estaba la situación.

Liberty: Kate... - La voz de Liberty le llegó tensa, amortiguada por el plástico aislante de la mascarilla - ... No encontramos a Ryan por ninguna parte.
Kate: ¿No estará dentro?... - Un escalofrío recorrió su espalda mientras se volvía hacia la chica. Sentía que se le secaba la boca por momentos. Fue su hijo, Kyle le contestó.

Kyle: No, mamá... No está dentro, ni entre los que hemos sacado... ¡Ha desaparecido!

Base Rebelde

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La base estaba en relativa calma. Por la noche la actividad era bastante más escasa y la mayoría de los hombres y mujeres que la habitaban procuraban descansar. Durante situaciones de guerra hay dos cosas que debes aprovechar a hacer cuando puedes: Comer y dormir... Porque nunca se sabe cuándo podrás volver a hacerlo.

Por supuesto, había vigilancia... Pero nadie le vio. Él sabía cómo esquivarlos. Se deslizó en silencio por los pasillos, evitándolos sin problema. Los perros no ladraron, porque conocían su olor.

Había estado en situaciones así, moviéndose por terreno enemigo, desde hace muchos años. Era bueno en eso... Tenía una misión y no fallaría. Golpeó la puerta cuando llegó junto a ella. No se abría desde fuera...

????: Mamá, ¿eres tú?...- La voz somnolienta de Robert Connor le llegó amortiguada desde el otro lado. Espera...

Apenas se abrió una minúscula rendija, el empujó con todas sus fuerzas. El muchacho se vió sorprendido y la puerta metálica le golpeó en la frente, haciéndole derrumbarse hacia atrás.

Cuando John Connor le apuntó con su arma, Ryan ya había agarrado con fuerza al muchacho del cuello y le presionaba la sien con una pistola.

Ryan: John Connor, he venido a matarte a ti. Tu hijo no tiene porqué resultar dañado...

John le contempló con los ojos como platos. Eso era una pesadilla. Ojalá...

John: ¡Ryan! ¿¡Por qué...!

Ryan le miró de frente. Sin duda era él...aunque no tuviese sentido. El ex marine levantó el arma que presionaba contra la cabeza de su hijo, a modo de advertencia.

John: De acuerdo, de acuerdo... ¡pero déjale! - Gritó  desesperado, dejando caer su propia arma y extendiendo los brazos hacia él para demostrarle que estaba desarmado. Ryan apenas le miró un instante y luego, sin soltar a Robert, levantó el arma hacia él y disparó.

El Nido

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Al amanecer, los robots encontraron el nido de los rebeldes.

Como siempre en estos casos, su prioridad principal era destruirlo y exterminar a los humanos que estuviesen dentro

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