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Muchas gracias a las personas que deciden seguir leyendo, votando y comentando en esta historia, estoy muy agradecida por todo y solo espero que os guste el capítulo de hoy, el cual es un poco más largo de lo normal. ❤

[•••]

Kenma abrió los ojos en cuanto la alarma sonó. Su tan repentino despertar se debía al inminente ataque de pánico que se avecinaba. Sus manos temblaron a la hora de retirar la sábana de su cuerpo y ponerse en pie.

No sabía qué hacer, era cómo si ningún pensamiento cruzara por su mente, cómo si todos sus movimientos fueran automáticos e inconscientes. Caminó hasta el armario, sacó una sudadera y unos pantalones negros, varias tallas más grandes de lo que normalmente usaba y, sin ganas, se vistió. Pasó en frente del espejo que llevaba cubierto con una manta desde hacía ya unas cuantas semanas atrás.

Su mirada perdida recayó sobre su móvil, el cuál había comenzado a vibrar. Tragó duro al no saber de quién se podría tratar. Su ahora no vacía mente, se llenó de distintos escenarios, cada uno peor que el anterior conforme los segundos pasaban. Tomó el teléfono ente sus manos y lo encendió, abrió el chat en el que habían nuevos mensajes sin leer.

[•••]

Hiro Nivav

Kenma?
Estás despierto?
7.36am

[•••]

Kenma se bloqueó, no sabía qué debía hacer. Su debate interno se vio interrumpido al ver cómo Nivav estaba escribiendo de nuevo.

[•••]

Hiro Nivav

Lo siento mucho, Kenma
Tube un mal día y no quería gritar, pero lo que hiciste me hizo explotar.
Solo quería a alguien que me escuchara, siento haberte molestado con mis estupideces
7.37am

No no, no me estabas molestando
7.37am

Hiro Nivav

Kenma se te veía en la cara, estabas deseando que tu móvil sonase para poder irte
Yo solo quería tener a un amigo a mi lado, pero claramente tu tenías mejores cosas que hacer. Cuando volví a casa no dejé de llorar, sabes?
7.39am

Lo siento mucho, Nivav
No quería hacerte daño
7.40am


Hiro Nivav

Claro
Es obvio que simplemente quieres dejarme, ya te has cansado de mi amistad.
O aún mejor, solo querías alguien a tu lado para que te ayude cuando estás mal...
Pero claro, en cuánto esa persona necesita ayuda, tu te marchas...
Yo necesitaba tu ayuda y ni siquiera escuchaste. Estuve todo el dia pensando en qué pude haber hecho para que no te importe lo más mínimo
O también
7.40am

Es mi culpa
Siempre lo ha sido
No hiciste nada malo
Yo también he pensado en ello y es mi culpa, todo lo es.
Lo siento mucho, no quise hacerte daño, Nivav
Por favor perdóname
7.41am

Hiro Nivav

No sé, Kenma
Seguro que hoy no querías venir al instituto, solo para poder evitarme y dejarme solo, cierto?
7.43am

Que?
Nivav, no iba a hacer eso
7.43am

Hiro Nivav

Seguro
Ya llegas tarde, yo voy a entrar a clase
Así te puedo dejar más tranquilo, verdad?
Se nota que te estoy molestando, no te preocupes, no hablaré más.
7.44am

Nivav, no me molestabas
Por favor
7.44am

[•••]

Kenma suspiró al ver cómo Nivav se desconectaba. Probablemente ya estaba entrando al aula para comenzar con la primera clase, el armador no tenía las ganas o energía de siquiera abrir la puerta de su casa. Lo meditó durante unos cuántos minutos, llegó a la conclusión de que la mejor opción a tomar era ir a clase en el primer recreo, quería quedarse en casa y no salir nunca más, pero entonces sus compañeros del club de volleyball no tardarían en avisar a Kuroo, y no quería eso.

Bajó las escaleras de su hogar para ir a la cocina, debía de hacer tiempo hasta que fuera la hora del descanso. Pasó por la entrada e inconscientemente se quiso mirar en el espejo.

-Cierto...Este también está cubierto...-.Murmuró ante la oscura tela que tapaba la superficie en la que se suponía que debía verse reflejado. Dio un largo suspiro y procedio a ir a la cocina.

Todo estaba tan callado como siempre, solo se podía escuchar a sí mismo caminar descalzo sobre el frío suelo. Se detuvo frente a la nevera y la abrió.

-Nada...Cierto, no puedo comer...-.Se dijo a si mismo, tan pronto cómo abrió la nevera procedió a cerrarla.

Estaba aburrido, no sabía qué hacer para entretenerse, así que simplemente siguió caminando hasta detenerse en el salón.

-¿Dónde están mis juegos...?-. Preguntó confundido al aire. No había nada, ni rastro de ningún tipo de juego o consola.

No pudo encontrar nada. Se dejó caer sobre el sofá y miró al techo, todo seguía tan tranquilo cómo antes. Hasta que esuchó sonar el timbre de una casa, su corazón se aceleró y un cosquilleo recorrió sus extremidades.

-¿Kuro...?-. Preguntó con una pequeña sonrisa. Pero ,cuándo quiso ponerse en pie para abrir la puerta, escuchó como se abría la puerta de la casa de sus vecinos.- Estúpido...Kuro ya no está aquí...-. Se reprendió a sí mismo.

Dejó caer su cabeza hacia la izquierda, dónde divisó su sudadera favorita sobre una silla. Esa sudadera que su mejor amigo le dejó quedarse, esa que se ponía cuándo necesitaba sentirse seguro...

Esa sudadera que no podía usar en estos momentos. Estaba sucia, llena de barro.

-¿Por qué? Yo siempre había cuidado bien de ella...-. Pensó el armador. Se detuvo a pensar y entonces cayó en cuenta. Fue en aquel día en el cual tenía que guardar una cosa en su mochila durante el camino a casa después de un día de lluvia. Iba junto a Nivav, le pidió que aguantase la sudadera por él, por la dejó caer sobre la acera encharcada. No podía quejarse ahora, era su sudadera, no la de Nivav, debió haberla aguantado él en vez de hacer a alguien más cargar con ella, no era un niño pequeño.

Se levantó y la tomó entre sus manos. La llevó hasta la cocina para poder meterla en la lavadora y lavarla. No se movió del sitio hasta que estaba completamente limpia y seca después de haberla metido en la secadora. Fue con ella hasta su habitación y la guardó en su armario.

-Si ni siquiera puedo cuidar con ella entonces no debería llevarla...-. Murmuró antes de cerrar la puerta.

Y entre tanta espera llegó la hora de marcharse. Cogió su mochila y salió de su casa, con la mirada, cabeza y ánimos por los suelos mientras caminaba solo al instituto.

[•••]

Entró por la puerta principal del instituto Nekoma, la campana que anunciaba el comienzo del recreo acababa de sonar. Él entró al edificio para evitar el gran barullo de alumnos fuera. Lo que no se esperaba era ver al director de la escuela caminando hacia él.

-Kozume...Ya he sido notificado sobre lo que ha pasado...Yo y todo el personal del instituto nos disculpamos por no haber podido frenar esto antes, pero no te preocupes, ya hemos hablado con él, será expulsado por dos semanas del centro mientras se tramita el traslado a otro instituto...¿Estás bien?-. Dijo el director después de haberle dado un corto abrazo al joven.

-¿Qué...?-. Preguntó Kenma.

-¡Si, claro! Tu amigo...¿Cómo se llamaba? Creo que Lev...Bueno el caso es que tu amigo vino a mi oficina ayer a contarme lo que pasó, estuvimos revisando las cámaras y no necesitábamos más pruebas ni alargar la espera. Hiro Nivav ya está recogiendo las cosas de este instituto para irse, así que no te preocupes. Ahora ve al recreo a descansar un poco antes de la siguiente clase, chico.-. Dijo el director para después despedirse del armador del instituto y marcharse.

-No...No, no, no, no, no...Se supone que nadie se debía enterar, él dijo que no podía decirle a nadie...-. Repitió angustiado, su respiración y latir acelerado, acompañados de su desorientada mirada le hicieron correr de nuevo fuera del edificio.

Lo primero que se le ocurrió fue ir al gimnasio, los integrantes del club the volley seguramente estarían ahí juntos, por lo tanto sería más difícil que le pasara algo con ellos. Pero no contó con la mano que cubrió su boca y lo arrastró de vuelta dentro de los edificios y no se detuvo hasta llevarlo a los baños.

-¿Qué te dije ayer, Kenma?-. Dijo Hiro Nivav mientras cerraba la puerta del aseo. Se giró y caminó hacia él.

-N-no fui yo...Por favor...Yo no he sido...-. Respondió Kenma con la voz entre cortada, intentó ponerse de pie pero el impacto de un puño sobre su rostro lo mandó de nuevo al suelo.

-¿¡Qué te dije ayer, Kenma!?-. Esta vez gritaba. Se agachó para poder mirarlo a los ojos.

-Q-que... que no le dijera a nadie...-. Trató de decir, pero el golpe le había dejado atontado.

-¿Y qué es lo que hiciste, Kenma? ¡Vamos, dime qué hiciste!-.

-N-no he hecho nada...Nivav...No estoy mintiendo...-. Sollozó el pequeño armador.-Por favor...Créeme.-.

-¿¡Y ahora encima te pones a llorar!? Joder...-. Nivav se levantó y caminó un par de veces en círculos, pasando una mano por su rostro enfadado. Dejó de caminar y se giró para mirar a Kenma, no se contuvo al asestar una patada al estómago del chico.-¡Deja de llorar de una puta vez!-.

Kenma se intentó impulsar para salir corriendo hacia la puerta, pero cuando estaba a punto de correr, Nivav lo empujó contra el suelo al pisar su espalda con fuerza para mantenerlo en el sitio.

-Kenma, tu no eres un amigo...Con razón siempre estás solo...Nadie te soporta, Kenma. Yo estuve aquí para ayudarte, yo te hice compañía, yo te hice cambiar a mejor y tu me lo pagas así...-.

-N-nivav...-. Intentó decir, pero su respiración era cada vez peor al ser presionado contra el suelo.

-¡Cállate, trozo de mierda!-.Apretó con más fuerza, subiendo su pie cada vez más cerca de su cabeza, hasta que lo detuvo completamente sobre ella.

Sintió la presión aumentar, intentó luchar, ponerse en pie, pero cuándo Nivav vio lo que intentaba hacer apoyó su rodilla en su espalda baja, dejándolo inmovilizado.

-Lo siento, lo siento, lo siento, lo siento...-. Repetía entre sollozos el armador, pero se vio interrumpido por el hablar de dos personas fuera de los baños, estás comentaban que entrarían a esto, causando que Nivav se levantara y tirase de la camiseta de Kenma para ponerlo a su lado, frente a uno de los espejos de los lavabos.

Los dos alumnos entraron y ellos se mantuvieron inmóviles, Kenma sintiendo el cuerpo del contrario contra el suyo sin dejarle ir.

-Hay algo muy importante que debes aprender, Kenma...Aprende a fingir, ¿comprendes? Pretender ser algo que no eres muchad veces te puede ayudar...Pero tu jamás aprendes Kenma, incluso después de aquel día en el cuarto del club de volley, me dejaste acercarme a ti de nuevo. Doy gracias a no haber hecho mucho aquel dia y que me dejarán seguir en este instituto, los otros dos no corrieron con esta misma suerte...-. Nivav susurró cerca de su oreja, procurando que los otros dos alumnos no le escucharan.

-¿Q-qué?-. Sus ojos se agrandaron llenos de terror. Miró a su reflejo en el espejo, hacía tanto tiempo que no se veía a sí mismo...Tanto tiempo que no veía a Kenma.

-Tan ocupado estabas gritando y llorando que ya ni siquiera me recuerdas....-.

Nivav dejó de hablar cuando las puertas de los cubículos se abrieron, dejando salir a los dos alumnos que caminaron hacia los lavabos. Uno comenzó a lavar sus manos y el otro se detuvo al lado de los dos chicos.

-Perdonad, ¿os podéis apartar del lavabo, por favor?-. Preguntó el chico.

Nivav asintió y retrocedio unos pasos, tirando ligeramente de Kenma hacia él. Kenma no quería estar ahí, quería volver a casa, quería ir con sus amigos a jugar a volley, quería salir con Shoyo a comer pastel de manzana, quedarse en casa para jugar el nuevo juego que acababa de salir, quería correr a ver a Kuro y decirle lo mucho que significaba para él... Pero nada de eso sucedería si se quedaba ahí.

Mientras Nivav tiraba de él, levantó su brazo y golpeó con su codo el estómago del mayor, este soltó su agarre en él y Kenma aprovechó para correr lejos de ahí, lo más rápido posible, sin mirar atrás.

Llegó hasta su casa, le faltaba el aire pero consiguió recuperarlo pasados unos largos minutos. Escuchó el timbre de la puerta sonar y se acercó con prisa para saber de quién se trataba. Dio un largo suspiro y abrió la puerta.

-Kuro...-.

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"Sé que tengo a gente a mi lado para ayudarme, pero he de ser yo quien ponga un final definitivo a esto. He de ser quién ponga un final a esta historia y no permita que una nueva comience. Por fin, ya veo a Kenma y no pienso volver a perderlo de vista."


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