₅₉|+18

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Apago la luz del baño e ingreso a la habitación, ataviada ya en uno de mis cómodos vestidos de seda para dormir. Las cortinas se mecen por las ráfagas de viento que se cuelan por las puertas del balcón. Es Taehyung quien al parecer está tomando algo de aire. No dudo en acercarme a abrazarle. Tae se sorprende muy levemente, y aunque no le estoy viendo, de seguro está con una linda sonrisa. Beso su espalda cubierta por un suéter gris de algodón, para luego asomarme por un costado suyo. Me abraza cuando me le pongo de frente. E inspiro su aroma como la viciosa que soy a hacerlo, su voz hablándome al mismo tiempo.

-¿Ya se te pasó la borrachera?

-Sí, ¿y a ti?

-Pero si yo no estaba borracho.- dice riéndose.

-Yah.- chasqueo la lengua.

-Me encanta cuando me abrazas.- confesó y reí alzando la cabeza para verlo a los ojos.

-Y a mí me encanta hacerlo.

Él colocó un mechón de mi pelo tras mi oreja dejando un beso leve en mis comisuras.

-Me divertí hoy.- dije.

-Me alegra, mi amor.

Solté una risita nasal y bajé la mirada.

-Oh, mira.- le enseño mi mano y agito los dedos y las pestañas simultáneamente; el anillo.

-Pareces contenta después de mi propuesta tan cutre.- comentó con gracia.

-¡Fue bonita!

-Pff. No, me dijiste que no y por poco lloro.- mira hacia otra dirección oprimiendo los labios.

-Aw, Tae por favor- canturreé besando su mejilla varias veces en un intento de darle mimos a modo de disculpa por aquello - No te hagas, que te vivo diciendo que sí a todo. Además te veías tan guapo ahí pidiéndomelo de rodillas.

-¿Crees que estoy bromeando? En serio, por poco me desplomo a llorar.- reconoció divertido, a lo que yo solté par de carcajadas.- Menos mal que después cambiaste de opinion, o no sé que hubiera hecho.- dice casi suspirando. Nos ponemos un poco más serios, mi pulgar acariciando su pómulo.- Y ahora te tengo para mí.- se esconde en mi cuello, consiguiendo que mis comisuras se vuelvan a estirar espontáneamente.

-Anja.

-Mía, mía y sólo para mí.- me levanta a volandas dando una pequeña vuelta que hace mi cabello revolotear, y pienso en lo loco que está.

Me termina subiendo a su cintura, yo envuelvo las piernas a su alrededor, disfrutando de la cercanía. Sus ojos en los míos, su respiración en la mía, su aliento y mi aliento juntos.

Enredo los dedos en sus cabellos y le beso lentamente, él me corresponde sin chistar, ofreciéndome la suavidad de sus belfos. Ladeo la cabeza buscando la manera de que encajemos, y cierro un poco más las piernas a su alrrededor. Me siento tan segura aquí arriba, quizás por la facilidad con la que me sostiene, no dudo de esos brazos ejercitados que tiene. Sus manos están en mi trasero, tocándome directamente , el vestido se me ha subido de forma sospechosa. Se muda a mi cuello cuando nos falta el aire, y yo le doy espacio, necesitada.

-Vamos a la cama.- susurró.

Tae se adentra a la habitación sin ponerme de vuelta al suelo. Cierra las puertas del balcón como puede, y no le dejo acomodar bien las cortinas porque le entretengo con besos y se termina rindiendo para prestarme atención. No me suelta hasta que estamos en la cama, el debajo, yo arriba. Tae se tumba por completo sobre las sábanas, y me acomodo más abajo instintivamente. El beso se vuelve succiones fuertes, mordidas, jadeos y gemidos guturales. Dejo de mover las caderas círculo para sentarme derecha y tomar los extremos de mi vestido, quitándomelo y lanzándolo a alguna parte. Tae se saca su suéter también, revelando ese torso que me encanta. Me besa antes de que vuelva a inclinarme sobre él.

Gemí en su lengua.

-No imaginas las ganas que tengo de hacerte mía.- me confiesa en un murmullo con la voz profunda y ronca, con un deso arrollador reflejado en sus pupilas- Joder, es que yo nunca me cansaría de ti, Tn.

Lo miro a los ojos, soltando una risa frustrada. Lo cierto que estoy más mojada a cada segundo, deseando tener su hombría empujando dentro de mí hasta hacerme llorar.- Cógeme, por favor, estoy deseando que me cojas duro ahora.

Se da un segundo para procesarlo antes de hacernos cambiar de posición tirándome a la cama con rudeza. Engancha los pulgares a los lados de mis bragas y tira hacia abajo despojándome de lo único que me hacía no estar completamente desnuda.

No sé si es la excitación u otra cosa, pero el corazón me martillea rápido mientras le veo desnudarse para venir encima mío. Su boca impacta sobre la mía. Separo las piernas cuando siento su mano tanteando entre mis muslos húmedos, la punta de sus dedos serpentea por mi hendidura, pero pronto lo que me frota es la punta de su polla. Joder, siento que me voy a correr.

Suelto un suspiro ahogado que rompe el beso. Busco sus ojos, el me mira también, y tengo que arquear la espalda en cuanto le siento penetrarme de la forma más lenta y placentera.

Subo las piernas a su cintura teniéndolas lo mas abiertas posible para él. Tae no tarda ni un minuto en embestir, y me hago un manojo de gemidos bajo su cuerpo.

Todo su miembro está dentro y no estoy segura de querer que salga por ahora. Poco a poco Tae se va moviendo con más empeño hasta marcar un ritmo rápido y salvaje que me hace llenar la habitación de gemidos. Nuestras pieles suenan al chocar de manera morbosa, la cama se mueve también.

Las manos de Tae aguntan las mías a la altura de mi cabeza, cruzando luego nuestros dedos. Cierro los ojos, y no necesito nada más. Estamos sumergidos en la oscuridad de la habitación, profesándonos de la mejor manera el amor que nos tenemos.

Trato de regular el volumen de mis quejidos, pero Tae no me lo pone fácil.

-N-no pares... p-por favor.- hablo con dificultad soportando con gusto sus estocadas profundas y constantes.

Mis paredes empiezan a contraerse por lo cerca que estoy de correrme, y suelto chillidos que ahogo mordiendo su hombro.

Tae maldice.

Mis gemidos se vuelven lloriqueos, casi sollozos, estoy más que sensible.

-Córrete, nena, vamos, hazlo.- habla entre jadeos, dejando cada palabra sobre mi boca.

Grito, y lo dejo ir. Aprieto las manos de Tae fuertemente. Las estocadas disipan hasta acabar. Tae me aparta el pelo del rostro con cariño, claramente agitado aún. Me da un beso suave en los labios antes de salir de mí. Le miro sin saber que hace. Pero me indica ponerme a cuatro, lo que hago sin muchas fuerzas. Tomo la opción de apoyar la mejilla contra el colchón en vez de poner mis brazos, ya bastante tenía con mis piernas temblando. Empino el trasero como una experta en esta posición, y espero a que me tome de nuevo.

Pero hay algo más suave en mi entrada, y descubro que es su lengua en lugar de su sexo. Sus ademanes me ponen a moverme contra su cara involuntariamente. De repente da una palmada en una de mis nalgas, y eso me saca un gemido más alto de lo normal.

Empuño las sábanas cuando siento su glande entrar, más tarde su miembro completo. A la primera estocada gimo extasiada y me pongo de cara al colchón, rendida ante tanto placer. Pero ese placer del que disfruto se duplica cuando Tae apura los movimientos, gruñendo como un animal mientras destroza mi interior de una manera inexplicablemente buena. Yo termino poniendo las manos en el colchón para sostenerme de mis brazos.

Siento besos por mi espalda, las embestidas se aligeran notablemente,  y  los labios de Tae llegan a mis omóplatos.

-Ven, acércate más a mí.- con eso me hace arrodillarme junto a él.

Pronto retoma las embestidas, ahora menos salvajes pero igual de profundas. Tae toma mi mejilla para besarme, nos quedamos cerca y aproveché para suplicarle que fuese más rápido. Mi petición es una orden que cumple enseguida, nunca tengo que pedírselo dos veces. Nos damos un beso torpe y vuelvo la cabeza al frente. Sus manos no tienen chanche de tocarme los pesones con detención por lo rápido que me penetra. Tae me sostiene de la cintura, mis piernas vuelven a estar débiles, la presión en mi vientre dice de la proximidad de mi segundo orgasmo. Pero no puedo decirlo en voz alta, soy solo gemidos y palabras intraducibles.

-Córrete conmigo, vamos, dámelo, nena.

-Tae... ¡Oh, D-Dios!

Sus dedos encuentran mi clítoris, y me frotan haciéndome alcanzar el clímax en un segundo. Segundos más tarde mis fluidos corren por el interior de mis muslos, pero no soy la única que se corre, Tae me llena a chorros de su escencia casi al mismo tiempo. Esconde el rostro el mi cuello, y puedo jurar que los espasmos fueron más fuertes para él por como susurra profanidades contra mi hombro.

Un minuto después sale de mí, y nos acostamos para recuperar la respiración de la manera más cómoda. Mis párpados me piden cerrarse pero hago un esfuerzo y mantengo los ojos abiertos. Volteo a ver a Tae y él ve en mi dirección también. Me invita a acercarme sin utilizar palabras, y me refugio en el pecho de mi hombre gustosamente, casi rindiéndome ante el cansancio con el beso que me da en la frente.

Lo escucho reír, no sé por qué lo hace pero me contagio y me alejo para mirarlo.

Me vuelve a dar un beso, pero esta vez en los labios.

-Espero que Jin y Lisa estén durmiendo o te van a mirar raro mañana.- dice divertido.

No pude evitar sonreír avergonzada.- No debí hacer tanto ruido.

-Está bien, nena, solo lo estabas disfrutando.

-Y que lo digas.- admito sonrojada.

-Te amo.

-Yo a ti...- digo con voz melosa mientras le abrazaba y cerraba los ojos.

-Hasta mañana.- Tae volvió a besarme la frente.

Hundí la nariz en el hueco de su cuello y me quedé profundamente dormida mientras una mano cariñosa me acariciaba y un par de ojos castaños velaba mis sueños.

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ÚLTIMOS CAPÍTULOS.🥺🙌

Graciasxleer ❤

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