Capítulo XIX

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

El frío golpeaba contra su rostro mientras recorría las oscuras calles de Yokohama hasta la carretera principal, en los mensajes que Kunikida había enviado a su teléfono estaba la ubicación exacta de donde las ratas se ocultaban y en donde posiblemente mantenían cautiva a su pequeña.

La motocicleta esquivaba con agilidad cada auto que se encontraba en su camino, no le preocupaba ocasionar un accidente subiendo la velocidad, hasta que encontró un camino que lo adentraria al espeso bosque

Las ramas y hojas eran destrozadas con su habilidad para así no disminuir la marcha, no el fango o las piedras lo detenían y finalmente los encontró, los autos estacionados junto las pisadas en el lodo, estaban cerca así que debía continuar a pie.

Podía sentir como su corazón latía con terror, no sabía que iba a pasar, si realmente su hija estaba ahí, viva o muerta, tenía tanto miedo pero tenía la firme determinación de salvarla de las garras del demonio

No camino demasiado entre la maleza cuando los encontró, al menos un centenar de hombres que Dazai envió para el rescate de la menor, no podía definir la satisfacción de ver que no estaban solos en este conflicto que envolvió a su ahora familia convirtiéndolo en un conflicto entre grupos armados

- Chuuya ¿que haces aquí? debías quedarte a descansar - el castaño fue el primero en acercarse acariciando con delicadeza su mejilla para poder ver esos hermoso zafiros brillar junto la luz de la luna

- vine por mi hija- se acuno sobre su mano depositando un suave beso en la palma importandole poco que sus compañeros los vieran -¿cual es el plan?

- entraremos, tu y yo iremos en frente hay que llegar donde se oculta Dostoievski, detrás de nosotros Akutagawa y el tigre ...

- Atsushi- interrumpió el pelirrojo para corregirlo mientras contaba a los guardias que vigilaban la entrada

- Akutagawa y Atsushi se harán cargo de los usuarios de habilidad que lo protegen, el resto se dividirá atrás, la mitad de mis hombres quedará aquí afuera para encargarse de ellos - poso su diestra sobre su delgada cadera atrayendolo a su cuerpo -¿no te duele? ¿estas seguro que quieres entrar?

- Dazai estoy bien, cuando acabemos esto hablemos de mi cuerpo - tomó su mano intentando disimular la vergüenza reflejada en su rostro, revisando su arma asegurándose que estuviera cargada y con seguro, todos estaban listos para cuando dieran la orden

- es hora-

Solo bastaron esas palabras del lider de la mafia para que Nakahara con su habilidad se elevará por los cielos siendo iluminado por un aura carmesí, la lluvia de balas lo cubrió pero ninguno daba al objetivo descendiendo nuevamente pero esta vez en medio del campo de guerra inmovilizando así a cada uno de sus enemigos para que mafiosos y detectives pudiesen ingresar.

Después solo siguió a Dazai

Mientras más se adentraban a la mina los subordinados del ruso aparecían, para el pelirrojo sería sencillo acabar con todos pero no podía perder el tiempo, debían de llegar con su hija.

Al final como fue lo planeado solo quedaron ellos dos una vez sus aprendices se detuvieron a enfrentar a dos sujetos de cabellos blancos, usuarios de habilidad considerados los más fuertes después del líder

- aquí es, ¿estas listo Chuuya? - entrelazaron sus dedos confiados de que estando juntos nadie les podría vencer

- hagámoslo - de un movimiento rápido destruyó la gran puerta de metal, tierra cayó de los cimientos dejando ver lo frágil que era la mina, si no tenían cuidado morirían aplastados

- ¡mamá! -

Esa voz, Nakahara se paralizó al ver a la castaña atada de las muñecas siendo sostenida por el azabache, parecía que su corazón podría salirse de pecho al solo percatarse de los rasguños y moretones en su rostro y brazos, quien aún con lágrimas en los ojos intentaba soltarse para acercarse a ambos padres

- Hikaru... ¡sueltala! dejala ir ella es solo una niña - su voz salia entrecortada, jamás se iba a perdonar que permitió le hicieran daño, pudo protegerla y no evitó que se la llevarán, todo era su culpa - ¿que es lo que quieres?

-Chuuya- el mafioso no estaba mejor sin embargo debía mantenerse tranquilo para que el plan no fallara

- no has entendido nada, a quien quiero es a ti mi petirrojo- suavizó el agarre que tenía con la menor sin bajar el arma que descansan sobre su sien- no lo has entendido, eres un fruto prohibido tan unico y adictivo ademas de que con tu poder seré capaz de acabar con todo

- nosotros no somos ni nunca fuimos nada tu solamente... - se detuvo presionando sus puños con fuerza bajando la mirada, no podía decir lo que le hizo, ni como lo humilló y le arrebató todo lo que tenía - no soy tu petirrojo y jamás te hubiera ayudado a destruir esta ciudad

- pero debiste ser mío, volví por ti después de esa noche pero tu novio jamás te dejó salir manteniendote encerrado donde yo nunca pueda acercarme- su expresión molesta cambio a una mas relajada - sin embargo aquí se acaba todo y si no quieres que tu hija salga herida debes asesinar al líder de la mafia Portuaria

-¿que? - Osamu ni siquiera de inmuto pero la duda estaba presente en los orbes celestes del menor, no podía matarlo delante de su hija era su padre pero también estaba dispuesto a sacrificar todo por ella con el único fin de mantenerla segura

- en cuanto dispares la soltare- quito el seguro para presionar el gatillo y acabar con la vida de la niña

-Hikaru... cierra los ojos mi amor - ella solo obedeció y todo ocurrió demasiado rapido, el eco de los disparos resonó dentro de aquel amplio lugar, tres balas dieron a su objetivo, dos en el pecho y una en el cuello antes de que el castaño cayera al frío suelo de concreto

- bien, ahora entregame el arma-

Ni así dejó de apuntar a la castaña pero el pelirrojo sin miedo se acercó para obedecer sus palabras, sus manos temblaban por lo que acababa de hacer pero su hija pronto estaría a salvo

- Hikaru - se tiro de rodillas delante de ella para abrazarla desatando sus manos teniendo cuidado de no lastimarla- quiero que corras lo más rápido que puedas, Atsushi no está muy lejos él te sacará de aquí

- no mamá no quiero, no me dejes mamá - lloraba desconsolada sobre el hombro de su madre por todo lo que ocurrió ante sus ojos - no me dejes mamá

- yo jamás te dejaré lo prometo - depósito un pequeño beso sobre su frente removiendo los mechones de su rostro - yo te alcanzare e iremos a casa

Solo recibió como respuesta un leve movimiento de cabeza antes de salir corriendo al largo túnel, para ese momento el albino ya había escuchado que la niña iba en camino, al tenerla solo tendrían que salir de ahí y esperar a que el plan del castaño funcionará

-mentirle solo para que te obedezca, lastima que de aquí no saldrás - el extranjero apuntó con su arma al detective, deshaciendose de ambos nadie podría detenerlo, conseguiría el libro y cumpliría su objetivo

La detonación del arma fue lo último que se escucho.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro