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Enero, el frío era constante, la nieve cubría las calles, aun permanecían los adornos de las fiestas navideñas que pronto serían intercambiados por los de febrero.

Habían transcurrido dos meses desde la última vez que fue visto Nakahara, la búsqueda se detuvo debido a los conflictos armados de la mafia con organizaciones extranjeras, grupos armados a los que Dostoievski convenció de atacar Yokohama, solo haciendo arder la ciudad el libro aparecería.

Pero ni así Dazai se detenía.

La base del ruso se trasladó un par de veces, un hotel al que pocos tenían acceso era el lugar donde ocultaba al pelirrojo, quien siempre lo esperaba en el mismo lugar, sentado, sin decir nada, como si fuera parte de la decoración del cuarto, un adorno más dentro de esa habitación, lo había convertido en un trofeo al que solo él tenía el control.

El de orbes celestes se había resignado en recuperar sus memorias, solo así el dolor se detuvo.

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Dentro de aquellas cuatro paredes un ambiente de lujuria se había formado, los gemidos del pelirrojo hacían eco tras cada embestida sobre su prostata, ambos estaban cerca de su límite siendo el de menor altura el primero en llegar al tan exquisito orgasmo, presionando su interior llevando al ruso a liberar su semilla.

- ahhh... Fyodor - lo llamó en un susurro intentando recuperar el aire en sus pulmones, después de largas horas de sexo su cuerpo se sentía débil, estaba exhausto.

- lo hiciste muy bien mi ángel- salió de su interior poniéndose de pie para buscar su ropa - mi hermoso petirrojo - el azabache se acercó sosteniendolo por la barbilla acariciando su cadera con las yemas de sus dedos - debo irme pero me llevaré tu recuerdo hoy

- esta bien- se reincorporo acercandose a su rostro y volver a besarlo, a esas alturas lo necesitaba porque era su único contacto con el exterior

- cuando vuelva quiero que estés listo, Nikolai te traerá tu ropa saldrás conmigo al amanecer tengo un trabajo para ti - una sonrisa maliciosa se formó en su rostro, finalmente era el momento de reunirlo con el castaño

- si Fyodor lo haré - cubrió su cuerpo y se recosto para dormir un par de horas antes de cumplir con el trabajo que su pareja le encomendaria

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