Another Years Has Gone

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng


Verónica

- Mi papá dice que se quedará un tiempo más en casa.

- Genial, eso significa que no haré aparecer mi cara por esos lugares en un rato.

- No puedes evitar a mi familia por siempre Dyli.

- Claro que puedo ¡Mírame hacerlo!

- De hecho estaba pensando en algo.

Lo escucho suspirar cansado al otro lado de la llamada.

- ¿Tiene que ver conmigo y tú papá no?

Sonrío como un angelito aunque se que no puede verme

- Puedes venir a la cena de Noche Buena hoy - digo muy emocionada.

- ¿Y que tú papá llame a la maldita policía para sacarme? No gracias, mejor prefiero llamarla por mi mismo.

- De hecho fue idea de mi papá invitarte a la cena, dice que quiere conocerte mejor.

- ¿Porque diablos después de tantos años quiere hablar conmigo? - estoy casi segura que hundió sus cejas negras como siempre hace cuando está confundido.

- Bueno... Estos días que he pasado tiempo con él estuvimos hablando y le dije... ya sabes.. que habíamos avanzado en nuestra amistad - mordí mi labio inferior cuando me puse nerviosa al decir eso último.

Aunque Dylan y yo nos habíamos besado no tenía del todo claro que se suponía que éramos ahora. Él no ha usado la palabra "novia" pero ya tampoco usa el término "mejor amiga".

Era un poco confuso.

- Mamá no estará para las fiestas así que será más fácil hablar con mi papá sin tanto drama - trato de convencerlo cuando se queda callado - ¿Qué dices?

Escucho como suelta un bufido largo entre desespero y pesar, se toma unos pocos segundos para pensar.

- Estaré ahí a las 8.

No puedo evitar sonreír cuando dice eso, doy un gritito feliz ansiando que la noche llegué ya.
Está Navidad será perfecta.

- Te prometo que se llevarán bien.

- Si, si, si ya veremos dijo el ciego - bromea - ¿Ya terminaste de ser Santa?

- Aún no, solo falta una parada y termino.

- Bueno te dejo, debo prepararme psicológicamente desde ahora para ir a tu casa. BAAAIII.

- Bye.

Ambos colgamos.

Ahora con Dyli en casa tenía que darme prisa, le había prometido a Nini ayudarle con la cena de Navidad este año así que tenía que apurarme a hacer mis entregas de regalos.

Todos los años tengo la misma tradición, el 24 de Diciembre voy a la casa de todos mis amigos para darles un obsequio. Siempre me he considerado una persona que le gusta más dar que recibir.

Primero fui con mis amigas porristas: Val y Nat, les prometí que este año pasaría más tiempo con ellas porque últimamente estaba ocupada, luego fui a la casa de Lui y Maya, estaban muy agradecidos que ambos me invitaron a comer a sus casas pero tuve que decir que no ya que tenía que ir a la casa de Dallas, también le di un regalo a Austin, después de todo es uno de mis más viejos amigos.

En old garden deje regalos para todos los residentes y cuidadores que pasarían su noche ahí, pero me aseguré de dejarles algo más especial a Julie y a Jacobo.

En mi última parada estaba Sam.

Ahora mismo estaba tocando la puerta de su casa que no tenía afuera ni un solo adorno navideño, cuando abrió la puerta tampoco había decoraciones dentro, olor de comida, un árbol con obsequios, ni siquiera estaba su familia. Me dió una punzada de tristeza inmediata.

- ¡Feliz Navidad! - extiendo mis brazos para darle un cálido abrazo.

- Ahora sí es una feliz navidad - dice cuando nos separamos.

- Santa estaba muy ocupado este año que me pidió ayuda, así que ... - le paso el gran regalo envuelto con un lindo moño rojo arriba - Espero que te guste.

Sus profundos ojos azules se iluminan como bengalas para darle paso a una inmensa así como también hermosa sonrisa en su rostro, sostiene el regalo entre sus manos sin poder creerlo.

- Verónica... no puedo aceptarlo ¡Es enorme!

- No te fijes en eso.

- ¡Debió costarte una fortuna! - trata de dármelo de vuelta pero niego.

- Es tuyo.

- Ahora mi regalo es basura comparado con el tuyo - dice apenado con la vista baja.

- ¿Me compraste algo?

- ¡Porsupuesto que si! Que clase de idiota sería si no te compraría algo.... pero no es mucho - vuelve a bajar su cabeza.

- Lo que sea que me des estoy segura que me encantará - digo tomando el atrevimiento de poner una mano en su barbilla para levantar su mirada.

Sus ojos vuelven a brillar con mayor intensidad, pone en el suelo la enorme caja con cuidado y mete la mano en su bolsillo para darme una pequeña bolsa de terciopelo roja.
Sonrió cuando una cadenita con un dige de trébol se encuentra dentro de la bolsita.

- Soy un poco supersticioso - sonríe nervioso - Quería que tuvieras algo que siempre te traiga buena suerte en la vida.

Su explicación me mato de ternura, sin pensarlo dos veces me lanzó sobre él para darle un abrazo.

Antes el año era un completo asco y gracias a Sam pude sobrellevar los obstáculos, estuvo para mí siempre apoyándome sin juzgarme, por eso es que nunca tendré las gracias suficientes para agradecerle todo lo que ha hecho por mi.

Sam fue mi cuerda de seguridad cuando caía en mi propio pozo de locura, en cierta parte aveces sentía que él me salvó.

Después de mi última entrega ya estaba preparada para volver a casa y ayudar terminar la cena de Navidad.
Entre corriendo a la cocina de mi casa poniéndome con un mandil verde limón a toda prisa.

- Ya estoy aquí - sonrió cuando Nini me da una mala mirada.

- Llegas tarde - usa su tono regañon que usualmente utilizaba las veces que me portaba mal.

- Perdona, pensé que tardaría menos tiempo en entregar los regalos.

Nini se aleja de un sartén para limpiar sus manos en su mandil - Ya todo está hecho, solo falta decorar el pastel - señala con la cabeza un enorme pastel de vainilla que se encuentra en la barra.

Vuelvo a sonreír un poco avergonzada dirigiendome a la barra de la cocina.

- ¿Dónde está papá? - pregunto mientras lleno de betún el pastel - No lo he visto desde la mañana.

- Dijo que saldría, tenía que recoger uno de tus regalos.

- Y tú sabés...

- No - me corta Nini - No me comentó que era.

Suspiro agotada, los regalos de papá no siempre eran.... buenos.
Sé que se esforzaba por darme lo mejor pero aveces eran demasiados extravagantes.
No necesitaba regalos de miles de dólares sin sentimientos, con algo pequeño pero significativo bastaba y sobraba.

De igual manera sea cual sea el regalo que me dé no podrá arruinar mi dicha de pasar toda la noche de Navidad con Dyli.

Me moría de ganas de abrazarlo.

Cómo la boba enamorada que soy solté un largo suspiro cuando recuerdo cómo me dijo todo lo que sentía por mi en el techo de su casa. Yo estaba a nada de desmayarme en ese momento.

- Si me preguntas a mi creo que es mala idea que vayas a traer a ese muchacho a la cena - Nini me mira fijamente mientras yo estaba perdida en mi recuerdos de Dylan. - Estás haciendo todo este esfuerzo en vano.

- ¿En vano? - trataba de no molestarme pero era claro que su comentario me retorció el estómago.

- Estás haciendo todo lo posible para que tu papá y él se lleven bien pero a qué costo - desvía su mirada al estofado que está en la estufa - Quizás la próxima semana lo que hay entre tu amigo y tú se acabé.

Nini me había criado desde que nací, era como una mamá para mí, aunque realmente nunca me demostró si quiera una pizca de cariño yo si le tenía afecto a ella, pero lo que dijo ahora... Había arrebasado un límite.

- Lo que nosotros tenemos no terminará con facilidad - respondo tirando las chispas de chocolate al pastel con enojo.

- Dices eso porque eres joven, cuando eres joven todo parece eterno y mucho más el amor, pero lo que no saben es que mientras más tratas de alcanzar el amor más rápido se desvanece ante tus ojos, por eso no dura.

Me volví a sentir esa niña pequeña de 10 años que recibía los sermones de su Nana del porque no podía seguir pasando tiempo con su amigo Dylan.
Pero lo que no sabía Nini en ese entonces es que el amor que le tenía a Dyli era más fuerte que seguir una tonta regla de mis papás para dejar de verlo y lo que no sabe ahora es que ese mismo amor que le sigo teniendo es capaz de hacer muchas cosas, como hacer una cena de Navidad por ejemplo.

- Amo a Dylan - digo con la cabeza en alto - Y si hago todo esto es porque sé que él vale la pena, no es un amor pasajero de adolescentes y se los demostraré a ti y a mi papá.

Sintiendome con poder salgo de la cocina dejando a Nini con la palabra en la boca. Se sintió de maravilla hacerle frente por primera vez, siempre me guardada mis opiniones para no crear díscordias pero lo que dijo sobre mi relación con Dylan era algo imperdonable.

Subo a mi habitación a darme una ducha rápida, me cepillo el cabello, me maquillo sutil y me pongo uno de mis suéteres navideños favoritos. Para cuándo ya terminó de arreglarme recibo un mensaje de Dylan.

- Llegué :)

Sonrió a la pantalla con las mariposas de mi estómago revoloteando a toda velocidad.
Bajo las escaleras de dos en dos brincando en una burbuja de felicidad.

Cuando abro la puerta me encuentro con los ojos más preciosos del mundo que ponen mi vida de cabeza.

- Feliz noche buena Roni - me sonrie y estoy segura que arriba de mi cabeza flotan corazones.

- Hola - suspiré como boba admirandolo.

Da una pequeña risa cuando nota que estoy en otro planeta.

- Se que la tradición dice que no te dé regalos hasta el 25 de Diciembre pero prefiero darte este ahora antes de que me corran de tu casa.

- No te van a correr - le aseguro.

- Como sea - rueda los ojos - Ambos sabemos que tus papás no están mucho en casa y que casi siempre estás sola.

- Ajá.

- Bueno...- Dylan trata de no sonreír pero no lo logra - Se que no te gusta sentirte sola en esta mansión y aunque la cena salga bien con tu papá y me deje visitarte, no quiero que te sigas sintiendo sola así que te traje un compañero.

De su chaqueta saca a un pequeño perrito lleno de una esponjada melena blanca con gris, era tan diminuto que cabía por completo en la mano de Dylan.

Derritió mi corazón por completo.

Me lo entrego y lo tome con suma delicadeza para no despertarlo, ¡No podía creerlo! era la cosa más tierna que alguna vez había visto en mi vida. Era simplemente hermoso.

- ¿Dónde lo conseguiste?

- De la vecina de enfrente, su perrita estaba embarazada, entonces me acordé de tí y como dijiste que siempre quisiste un perro, le dije a la Señora Chester que en cuanto nacieran los cachorros me diera uno a mi - se encoge de hombros - No es gran cosa.

¡CLARO QUE ERA LA GRAN COSA!
¡ERA LA MEJOR COSA DEL MUNDO!

- ¡Muchas gracias Dylan! - exclamó emocionada llevando al pequeño perrito a mi mejilla.

- Le puse "Ingeniero" - suelta en una risa.

- ¿Que? ¿Porque?

- Es un chiste local - me explica - Cuando llegues ...yo que sé, de la escuela, del entrenamiento de porristas o del asilo podrás llegar a casa y preguntarle a Nini: "¿Ya comió el ingeniero? " - empieza a reír más fuerte - Será muy jodido porque a tu Nana le molestará y tú amarás eso.

Ambos empezamos a reír a carcajadas imaginando un escenario así.

Le doy un beso en agradecimiento y tomo su mano para entrar a casa.

Le enseño el perrito a Nini y ella solo niega con la cabeza, pero no le tomo importancia, llevo a mi nuevo "Ingeniero" a la sala con Dylan para ver unas típicas películas navideñas mientras esperamos a la hora de la cena.

Todo se sentía extremadamente perfecto.

Yo con Dylan en mi casa viendo una película acurrucados en el sillón con un hermoso perrito acostado durmiendo en mis piernas.
Estaba tan feliz que mi corazón saltaba de vez en cuando por la plenitud que sentía este día.

Pero debí saber que la perfección completa no existe y lo comprobé cuando mi papá llegó a casa con una sonrisa en el rostro.

Había traído mi regalo de Navidad.

Había traído a Mamá.

¡Que arda Troya!



Dylan


Todo estaba yendo extrañamente de maravilla, a Roni le había encantado el regalo, entre a su casa y hasta ahora no me habían sacado.

Sentía una rara y muy agradable sensación cuando estábamos acostados en su sillón viendo la película más sobreexplotada de esta época: El maldito Grinch.
Ella tenía la cabeza sobre mi hombro y yo rodeaba su cintura con mis brazos, luego estaba el "Ingeniero" durmiendo en sus piernas, parecíamos una familia, era lindo pensar en eso, también me daba curiosidad en pensar si en un futuro lograriamos tener una.

En ese momento consideraba que no había sido una idea muy mierda venir a pasar la Navidad con la familia de Roni ... o bueno... eso era hasta que la verdadera tormenta llegó.

-¿¡Qué hace ÉL en mi casa!?

Su mamá gritó ofendida en cuanto cruzó la puerta y me vio en su sala.

Roni se levantó de un brinco con el perrito en la manos, todo el color de su rostro se desvaneció dejándola demásiado pálida, empezó a tartamudear cuando los nervios le empezaron a ganar.

- Vine a la cena - le dije con una sonrisa - Feliz Navidad.

Su mamá me asesina de miles de formas diferentes con los mismos ojos azules de su hija, está roja de la rabia y apuesto a lo que sea que si digo otra cosa está señora loca llamará a la policía como amenazó hacerlo cuando tenía 9 años.

Que tiempos...

- Desde cuando somos un comedor comunitario - da una carcajada amarga - Aquí no damos comida a pordioseros así que lárgate de mi casa ¡YA!

- Pero mamá ..

- ¡Cállate! - su mamá avanza hacia Roni para gritarle en la cara - ¡Te lo advertí pero me desobedeciste!

Roni se hizo tan pequeña e insegura en su lugar cuando su mamá empezó a regañarla.
Me empecé a enojar porque sabía lo mucho que le afectaba a Roni que su mamá estuviera enojada con ella.

La señora Hart era alta y con los tacones que traía puestos lucía demásiado enorme para alguien tan pequeña como su hija.

- ¡Todo lo que he hecho por ti y así me lo pagas! Estando con gente como él - me apunto como si no significara nada - ¡Te traerá demásiados problemas Verónica!

- Sigo aquí señora - digo mordiendome la lengua para no gritarle todo lo que quiero.

- TÚ PORQUE SIGUES AQUÍ - se voltea a mi rabiosa - ¡NO FUI CLARA, LÁRGATE!

- Mamá, Dylan no ha hecho nada malo.

- ¡Que te calles! - le volvió a gritar a su hija - ¡Me has decepcionado por completo!

Al oír esas palabras el dolor en el rostro de Roni era más que evidente, agachó la cabeza con la respiración agitada y tenía miedo de que fuera romperse en cualquier momento. Tome su mano para que supiera que todo está bien.

- Charlotte - la voz demandante de su papá sonó en cada rincón de la habitación - Yo invite al muchacho.

La señora Hart giro hacia su esposo con la boca abierta por esa fuerte revelación que para ella parecía la peor traición del mundo.

- ¿Porque?

Su papá avanzo dando grandes pasos muy intimidante, el señor era gigante, tenía un rostro atractivo pero de pocos amigos y era tan músculoso que un golpe suyo te mandaría al hospital.

JODER que si daba miedo.

- El chico es importante para nuestra hija por lo que también debe ser importante para nosotros - dice poniéndose a lado de Roni.

- ¿Pero es que acaso ya te olvidaste de la vez que vino a la casa a los 9 años?

- Exacto - exclama su papá - El chico solo tenía 9 años, lo juzgamos mal, lo tratamos de alejar de Verónica porque creímos que sería una mala influencia para ella pero míralos - nos apunta a ambos - Ya casi son adultos y yo los veo bien.

Río para mis adentros.

"En su cara vieja loca"

Con más confianza tomo con fuerza la mano de Roni mirando desafiante a su mamá.

La señora Hart está más que indignada, pasa la vista hacia nosotros 3 con real asco como si no pudiera creer lo que está pasando.

- Pues yo no voy a pasar mi navidad con él - me mira como si fuera todo los males de sus problemas cosa que puede ser cierto y se va con la cabeza en alto hacia las escaleras.

Su papá suspira pellizcandose el puente de la nariz con real frustración.

- Perdón - susurra Roni aún dolida con las palabras de su mamá.

- No - niega él - No tienes porqué disculparte, sabes que tu mamá es un poco... complicada - se voltea para vernos a ambos - Lamento que hayan tenido que presenciar eso - me mira solo a mi - En especial tu Dylan.

Carajo es la primera vez que dice mi nombre.

- Quiero que sepan que cualquier cosa que pase entre ustedes ... yo los apoyo, solo quiero ver a mi niña feliz - extiende su mano hacia mí.

Reaccionó tarde cuando le devuelvo el saludo.

¡Esto se siente como saludar al presidente! ¡MIERDA me siento importante!

- Gracias señor

- Dime Mark - dice sonríendo - Ahora sí me disculpan tengo que contener a una fiera - besa la frente de Roni - Será mejor que festejen sin nosotros.

Su hija asiente con la mirada triste y le da un beso en la mejilla a su papá antes de que desaparezca por el mismo lugar que lo hizo su esposa.

- Wow - me quedo quieto - Siento como si me acabará de bendecir el Padrino.

Le saco una sonrisa a Roni.

- Enserio lamento lo que pasó - se sienta en el sofá muy apagada.

- De hecho en mis pensamientos creí que sería mucho peor - me siento a su lado tratando de subirle el ánimo - Ahora nos toca festejar a nosotros.

- Si creo que sí - suspira triste pero después da un brinco abriendo sus enormes ojos - ¿QUE HORA ES?

- 12 : 07 p.m

Ella sonríe olvidandose de todo lo que pasó hace unos minutos.

- ¿No sabes que día es hoy?

Me hago el estúpido - Navidad.

- ¡Es tu cumpleaños! - grita emocionada lanzandose sobre mi en un abrazo.

- Te he dicho muchas veces que odio celebrar mi cumpleaños, no hay nada más jodido que cumplir en días festivos.

- Y yo te he dicho que me vale y seguiré festejando por ti.

Antes de que pueda protestar como en cada año, toma mi mano y junto con el ingeniero me lleva arrastras a la cocina donde me pone enfrente de un enorme pastel decorado de betún con chispas de chocolate.

- Felicidades por vivir otros 365 días Dyli.

- ¡Eyyy, esa es mi frase!

- No me importa - rápido va por una vela y la prende con cuidado encima del pastel - Pide un deseo.

Aúnque no me gustaban los festejos simplemente no podía evitar no sonreír por este detalle suyo. Me inclinó para soplar la vela con el deseo perfecto en la cabeza.

- Listo.

Cuando volteó hacia ella está con un regalo en la mano y esa hermosa sonrisa que me vuelve loco.

- Espero que te guste.

Es una pequeña caja que está en la palma de su mano, me la entrega y rápido lo abro para ver un brazalete rojo con un dige de un corazón a la mitad.

- Se que puede ser un poco bobo o cursi pero me pareció buena idea que cada quien tuviera la mitad de un corazón - dice alzando su muñeca donde ella ya lleva puesto el otro brazalete.

¿DIOS HAY ALGO MEJOR QUE ESTO?

Responderé por ustedes... No.. No hay nada mejor.

Me acerco para atraparla en un abrazo, junto mi frente con la de ella dónde nuestras miradas inician fuegos artificiales.

- ¿Sabes que deseo pedí? - pregunto y ella niega - Que todo funcione y que sea contigo.

- ¿Porque me lo dijiste? - está horrorizada - ¡Ahora no se hará realidad!

- Shhhh - pongo un dedo en sus labios para silenciarla - No soy supersticioso Roni, no ocupo ayuda de un deseo para saber que lo nuestro va a durar.

- ¿Enserio lo crees? - sus ojos se iluminan.

- Estoy seguro.

Me besa enviando los fuegos artificiales de nuestros ojos a mi pecho para que exploten en miles de sensaciones.

- Feliz Navidad Dyli.

- Feliz Navidad Roni.











Solo puedo decir...

¡FELIZ CUMPLEAÑOS A DYLAN!

Ya era hora que pusieran a la mamá de Verónica en su lugar no creen?

Los próximos capitulos no se los pierdas ya que son muy importantes.

p.d. Creo que ya arregle el problema del Booktrailer así que ya lo pueden ver en el prólogo.

Ayuda a votar y recomendar esta historia para que crezca.

Muchísimas gracias.

XOXO

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro