No me queda más

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng


Dylan

- Jaque mate.

- Que mierdaaa - exclamó - No es justo me distrajiste cuando me pediste tus pastillas.

- Wua Wua aprende a perder llorón.

Era sábado lo que significaba que hoy era día de servicio comunitario en el asilo, aunque la verdad ya no se sentía como una obligación de la escuela si no algo más de mi vida cotidiana.

Quien diría que al final de cuentas Roni iba a tener razón y si me gustará venir aquí.

Pero claro que no lo admitiría en voz alta, solo le aumentaría el ego al viejo con el que jugaba ajedrez.

Dejaba que Jacobo pensara que era un martirio ir todos los sábados en la mañana a darle sus medicamentos pero creo ambos sabíamos que no tenía nada mejor que hacer.

- Si fueras 67 años más joven te patearia el culo - dije acomodando de nuevo las piezas de ajedrez.

- Si fuera ahora mismo 67 años más joven créeme que no estaría en un triste asilo jugando ajedrez con un patético niño que cree que sabe todas las respuestas del universo excepto cuando una chica se le declara.

- Enserio que eres insoportable.

- Es un don - sonríe peinando la punta de su espeso bigote con malicia.

- ¿Qué debería hacer Jacobo?

- No lo sé dímelo tú.

Después de que Ross me había dicho que quería estar conmigo y me preguntó si yo también lo quería, estuve dentro de un nuevo campo de batalla absolutamente desconocido para mí.

Me quedé mudo mucho tiempo en el teléfono esa noche.

Al final le pedí tiempo para pensarlo porque mi cabeza era un horrible torbellino en ese momento.

Ella acepto darme el tiempo necesario para obtener mi respuesta, ya pasaron 2 días y aún no se que diablos hacer con mi vida.

La última vez el cascarrabias de Jacobo me dió un buen consejo así que esperaba que hoy también me guiará un poco en el camino correcto, pero el maldito viejo eligió justamente ahora para guardarse su opinión.

- Cuando te digo que cierres la boca me mandas al carajo y ahora que si la cerraste es cuando más ocupo de tu ayuda.

Me observa con una sonrisa reprimida, es tan obvio que le causa gracia mi desespero.

- Niño es tu vida, has lo que te plazca.

- Joder Jacobo pon atención, ese es el maldito problema, no se que diablos quiero!

- Si tú no sabes lo que quieres quien te hizo creer que yo le se Niño estúpido.

Estaba a NADA de preparar puré de anciano cascarrabias.

- ¿Y si le digo que si?

- Pues ahí tu - Jacobo tomo el periódico que se encontraba a su lado para ignorarme y concentrarse en las noticias.

- ¿Y si le digo que no?

- ¿En verdad quieres mi opinión?

- SIIII - estaba tentado a arrodillarme por un consejo suyo.

- Pregúntale a Verónica que piensa - dice con una sonrisa para volver a su periódico.

- Eh ¿Porque?

Sigue sonriendo pero con la vista clavada en el periódico.

- Ella quizás puede que te de un mejor consejo.

- Entonces tu maravilloso consejo es que le pida ayuda a Roni.

- Ajam - se limita a decir pasando a la siguiente hoja del periódico.

- Puta madre Jacobo eso no me sirve, yo quiero que tú me ayudes.

- Creeme Niño, ella te ayudará a tomar tu decisión - me mira divertido - Y si no es así me rasuró la barba.

Empiezo a reír imaginado al viejo sin ningún bello en su cara.

- Tiene una apuesta decrépito - acepto estirando la mano.

- Hecho Niño nalgas cagadas - toma mi mano para sellarlo en un apretón.

Después de terminar mis horas fui a la recepción a saludar a Ross.

Estaba detrás del mostrador llenando unos papeles, llevaba un vestido de cuadros blanco y negro, su largo cabello oscuro en una coleta alta, con maquillaje brilloso por todo su rostro.

- ¿Cómo te va? - pregunto acercándome a ella.

Levanta su mirada, sus ojos castaños brillan de inmediato al verme.

- Mucho mejor ahora que te veo - me guiña el ojo sacándome una sonrisa.

- ¿Casi termina tu martirio?

- En 10 minutos - una amplia sonrisa aparece en ella - ¿Porque? ¿Querías llevarme a un lugar?

- No, solamente preguntaba para sacarte plática - ruedo los ojos - Obviamente te lo dije para que saliéramos.

- Ya pensaste en tu respuesta- lo dice sin merodeos.

Me quedo callado.

- Mira, como soy un amor de persona te daré una semana para pensarlo, el próximo sábado haré una fiesta en mi casa y obvis que estás invitado, ahí me puedes dar la respuesta ¿Te parece? - Ross rodea el mostrador para ponerse enfrente de mí.

- ¿Yo? ¿En una fiesta? con personas y conviviendo, QUE ASCO - hago una mueca de desagrado.

- Como enserio quiero que vayas puedes traer a Verónica contigo.

Ahí cambia la cosa. Si iba mi mejor amiga no me la pasaría tan mal en una fiesta.

- De acuerdo.

Ross adopta un semblante coqueto, sonríe de lado para acercarse más a mi.

Trago saliva, sus ojos se ven más oscuros cada vez.

Se lo que quiere hacer y no me opondre.

Se alza en puntillas ligeramente para tomar mi cuello y atraerme hacía ella.

Sus labios estampan con los míos en un energético beso que me roba el oxígeno.
Sigo los movimientos de sus cálidos labios para después tomarla de la cintura pegándola más a mi cuerpo.

Se separa segundos después para mírame a los ojos incendiados de deseo.

- Espero que este beso te haya ayudado con tu decisión.



Verónica

Hoy había sido un día tranquilo.

Termine todos mis deberes temprano y se canceló la práctica de porristas por lo que decidí ir a casa a tomarme un tiempo solo para mí.

Me encantaba pasar tiempo con mis amigos pero siempre de vez en cuando necesitamos un tiempo a solas con nosotros mismos.

Me puse una pijama sin importarme que fuera las 6 de la tarde, ordene una pizza para mi solita y ahogue mis penas en un bote repleto de helado de galletas.
Me llevaba una gran cucharada de ese helado siempre que el protagonista le decía algo lindo a su novia. Había estado todo el día viendo películas románticas.

La masoquista me dicen...

Siempre he sido una total romántica y apesar de tener el corazón roto no iba a dejar de creer en el amor, mirar este tipo de películas me ayudaba a recordar que si existen personas en el mundo que se aman con todo el corazón.

Lastima que yo no seré una de ellas.

La película de A todos los chicos: P.D. Todavía te quiero iba hacer que terminara gorda de helado.

Ahora es la escena dónde Peter va por Lara Jean al baile del asilo porque le dijo que tenía miedo conducir cuando está nevando.

Tomo mi cuchara con fuerza mientras mis ojos van mirando al techo.

- DIOS, SI NO ES MUCHO PEDIR DAME UN PETER KAVINSKY - grito suplicando - O SOLO DAME OTRO BOTE DE HELADO QUE ESTE YA SE ESTA ACABANDO

Otra cucharada espesa directo a mi boca.

El timbre de mi puerta suena varias veces, obligandome a ponerle pausa a la película.

- Yo voy Nini.

- Pero rápido niña que van a tumbar esa puerta- grita ella desde la cocina.

De mala gana apartó la pizza y el helado, salgo del cómodo sofá envuelta en una manta para después ponerme mis pantuflas.

El timbre no deja de sonar una y otra vez, la persona que esté detrás de esa puerta enserio que está desesperada para que le abra.

- Ya voy - hablo fuerte para que me escuchen.

Al abrir la puerta me sorprendo.

- PERO QUE TE PASO

Sin duda no planeaba ver algo así esta tarde.

- ¿Puedo entrar?

Asiento de inmediato ayudándolo a entrar a la casa ya que está muy herido.

- Ven, recargate en mí - paso su brazo por mi hombro para llevarlo hasta al sofá.

- Gracias - da un suspiro de alivio cuando su cuerpo toca la suavidad de las almohadas.

- Se puede saber quién era...- Nini entra a la sala y sus ojos se abren enormes al verlo tumbado en el sofá. - ¿Quién es este?

- Puedes traer el botiquín de primeros auxilios porfavor - le pido rápidamente a mi Nana que afirma para dejarnos a Sam y a mí solos.

Trato de recostar a Sam pero es muy difícil porque le duele hacer hasta al más ligero movimiento, tiene la cara destrozada entre moretones y rasguños, su ropa está hecha pedazos, sus brazos dejan a la vista algunos golpes violetas, pero lo más preocupante es la enorme herida color rojo brillante que se encuentra a lo largo de su cuello.

- ¿Qué fue lo que te pasó? - digo poniendo una pequeña almohada en su cabeza.

Se lleva sus manos a las costillas, una mueca de dolor angustiante aparece enseguida en su rostro.

- Unos sujetos fueron a mi casa a buscar a uno de mis hermanos menores, les debía dinero pero nunca se los pago - aprieta los dientes tragándose el dolor cuando trata de acomodarse - Nadie tenía dinero para pagar la deuda, querían darle una lección a mi hermano pero me interpuse, así que la paliza me la llevé yo.

- Ayyy Sam.

Detestaba saber que él se llevaba la peor parte de la vida.

Nini llega poco después con el botiquín médico que tenemos en caso de emergencias.

Lo tomo rápido para sacar unos algodones y empaparlos en alcohol.
Ayudo con cuidado a Sam para que se quite la camisa y así poder curarle las heridas.

- Esto puede doler - digo acercando el algodón

- No te preocupes hazlo - me mira decidido - El dolor es algo que ya se manejar.

Con toda la mayor delicadeza que pude reunir fui pasando un spray desinfectante y alcohol a todos sus golpes, él se quejaba de vez en cuando pero realmente lo soporto mordiendo su labio hasta casi reventarlo.

Puse una pomada para los moretones de su cuerpo que fueron rápidamente de un tono violeta a uno verdoso, después pase a su cara.

En verdad la herida de su cuello se veía muy mal pero después de limpiarle la sangre pude ver qué sobreviviría.

- La buena noticia es que no necesitas puntadas pero es necesario que te cuides para que no se te infecte.

Me arrodillo delante suyo para poder seguir con los rasguños de su cara.

- ¿Cómo es que sabes tanto sobre curar heridas?

- Dylan..

Sam arruga sus cejas en confusión mientras paso el algodón por un corte que tiene en su ceja.

- Él no parece del tipo de persona que se mete en peleas.

- En realidad no lo es.

- Entonces cómo es que recibe los golpes.

Paro de hacer lo que hago, esos ojos azules que me miran atentamente mientras hago mi trabajo.

- No me corresponde a mi decirlo.

Por mi cabeza cruzaron varios momentos en los que tuve que salir corriendo a casa de Dylan porque él me había llamado por una emergencia. Siempre que llegaba lo encontraba tumbado en el piso con golpes que su abuelo le había provocado.

Al pasar de los años sanar las heridas de Dyli se había vuelto más sencillo cada vez.
Había aprendido a no entrar en pánico siempre que veía sangre, a ser rápida si se trata de una lesión grave y tomar las precauciones necesarias para que no entrara una infección.

Me siento a lado de Sam, paso pomada por su mejilla izquierda donde se ve que próximamente habrá un enorme moretón.

Sam sonríe sin dejar de verme.

- ¿Qué?

- Arrugas la nariz cuando te concentras - dice ampliando más su sonrisa.

Trato de evitar sonreír - ¿Porque siempre tienes que estar mirándome? - intento sonar enojada pero no me sale.

- Porque eres fascinante Verónica, tanto que mis ojos no han querido mirar hacia otra parte desde que te conozco.

Nuestros ojos se derriten con la intensidad de sus palabras, mi corazón se conmueve haciendo que me sienta como en una de esas películas románticas.

Era agradable ser por primera vez la persona que reciba amor y no ser quien siempre lo da.

Sam se acerca a mi, él mismo toma mi mano para que la coloque en su mejilla.

Ese lado de su cara era tibio, su piel palida apesar de los golpes estaba muy suave, su pecho desnudo subía y bajaba cada vez más rápido, podía oír su respiración tornándose pesada.

Me parecía que estaba dentro de una burbuja romántica, él y sus palabras son tiernas, sinceras y en ese momento.... se sentía perfecto. Mi mano en su mejilla desprendía el calor de nuestros cuerpos funcionandose, las miradas de ambos no se daban tregua transmitiendo electricidad, su torso acercándose a mi para atraparme más, sus labios rosados e hinchados que humedecia levemente sacando a relucir su verdadero deseo.

Sus ojos se oscurecen en vehemencia cuando estira su brazo para alcanzar mi barbilla, pasa con suavidad su pulgar a lo largo de mis labios.

Me disuelvo en fragmentos con las cosquillas que despierta en mi cuerpo.

- Al carajo.

Todo cambio cuando toma la iniciativa de pegar mis labios a los suyos suavemente así siendo nuestro primer beso.

Sus labios tibios besaban los míos con desesperación, como si se hubieran extrañado toda una vida aunque no se habían tocado antes.

Era un beso largo con sabor a deseo y urgencia viniendo de Sam, su lengua pedía a gritos permiso para entrar a mi boca cosa que acepte de inmediato porque él era realmente bueno besando.

Nuestras lenguas encontraron el ritmo perfecto danzando, sus labios encajaban de maravilla con los míos.
Su labio de abajo era más grande que el de arriba lo cual me encantaba ya que pude darle una mordida fuerte durante el beso haciendo que el soltará un quejido ronco mostrando el desespero que habitaba dentro suyo.
Se tomó el tiempo de devorar mis labios como y al ritmo que él quiso.

Mi respiración en ese entonces ya era un desastre, mi pecho subía y baja con demencia disfrutando de la boca perfecta de mi drogoamigo.

Esto había sido tal y como una escena de película romántica.

Me beso un par de segundos más antes de que sus labios hambrientos e insaciables que habían esperado mucho este momento bajarán dejando besos húmedos a lo largo de mi cuello y clavícula.
Yo estaba como ida, dejándome llevar.

Sentí una mordida en mi cuello al mismo tiempo que me tomaba la cintura para ponerme en una movida rápida ahorcadas sobre sus piernas.

No lo pare ahí, lo paro otra persona.

El timbre de la llamada de Dylan suena rompiendo el momento.

Aún absorta por la intensidad de todo me alejo de Sam para tomar rápido mi teléfono.

No alcanzo a contestar, veo de inmediato que tengo varios mensajes de mi mejor amigo.
Mis niveles de presión bajan a una manera abismal cuando leo su último mensaje : EEJP

Paso por alto todo a mi alrededor para llamar rápidamente a Dylan.

Él usaba ese código cuando algo malo pasaba.

Estoy En Jodidos Problemas.

Sam me mira un poco dolido cuando lo ignoro para encerrarme en el baño para poder hablar con Dylan.

Al segundo timbrazo contesta.

- ¿Qué pasó Dylan? ¿Estás bien?

- Si..

- ¿Seguro?

Se queda en silencio unos segundos y después suelta un suspiro profundo.

- Si, solo quería escuchar tu voz.

Sonrío al escuchar eso.

- Es solo que tuve un día largo... y ocupaba hablar contigo.

- Puedes decirme lo que sea.

- Le pedí un consejo a Jacobo pero creo que solo termino de confundirme más, por eso ocupaba de tu ayuda.

- ¿Consejo de qué?

- Ross me pidió que fuera su novio.

BUM..BUM..BUM... sentía como mi corazón se iba en picada haciendo más grande el dolor que me causa querer superarlo.

- ¿Roni?

- Si, te escuché - cierro los ojos con fuerza tratando de controlar mi voz - ¿Qué.. qué le respondiste?

- Le pedí tiempo para pensarlo porque sería mi primera relación.

- ¿Tú quieres estar con ella?

- Me gusta, pero no tengo ni idea si debería aceptar.

Aprieto mis labios cuando empiezan a temblar.

Cuánto anhelaba en ese instante se refiriera a nosotros.

- Dyli.. - suspire con un nudo en la garganta - Si en verdad te gusta deberías estar con ella.

- ¿Enserio lo creés?

Cierro los ojos tratando de controlarme.

- Porsupuesto.

- Pero si siento que hay algo que me impide hacerlo ¿aún debería arriesgarme?

Respiró profundo.

- Arriésgate...Lo único que quiero es que seas feliz.

-Gracias, eres la mejor amiga los sabes ¿no?

"Mejor amiga" esas palabras dolían más ahora que nunca antes.

Mi corazón golpeaba mi pecho tratando de no soltar los sollozós que me guardaba para evitar derrumbarme en el teléfono.

- Te marco .. luego ¿si? - trago saliva con dificultad - Bye.

Cuelgo antes de que me responda.

Por mis ojos resbalan un par de lágrimas siendo el inicio de una aplastante tristeza.

Lo perdí.

Ella ganó.... y tendré que aceptar la derrota.

Me dolía el pecho, estaba ya tan cansada de llorar de esta manera y no ser correspondida.

El dolor que tenía se convertían en lágrimas que me negaba a derramar, no quería seguir llorando cuando mi mejor amigo se sentía feliz.

No iba a ser una horrible egoísta, aunque me partiera el alma voy hacer lo que este a mi alcance para verme y sentirme feliz por la nueva relación de Dylan.

Me pare frente al espejo para ver a una cara pálida con ojos rojos e hinchados, sentía lastima por mi reflejo. Me lave la cara para deshacerme del resto de mis lágrimas y salir como si nada hubiera pasado.

No me queda más que enterrar mi sentimientos para que así los dos podamos seguir adelante con las personas que quisiéramos.

Apartir de ahora iba a olvidarme de Dylan.



Holaaa Helloooooo!!!!

La canción de No me queda más es solo alcohol para la herida de Verónica:(

Y Sam ya no va a desaprovechar oportunidades....

Estén pendientes de los próximos capitulos que se viene POTENTE!!!!!

Muchas gracias por el apoyo que me han brindado, espero que les haya gustado este capítulo.

XOXO JEJEJE.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro