Cap. 10: Juega, soldado

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«Caminar con un amigo en la oscuridad es mejor que caminar solo en la luz»

Helen Keller.

—Cuando pensé que no podías estar más loco me sales con una sorpresa —dice Hades del otro lado de la línea—. ¿Qué tan mal de la cabezas debes estar para ir a casa del novio de la chica que te gusta?

—No es mi culpa que el cabron sea tan oportuno como para organizar una tarde de estudio, con pizza, justo cuando regreso del hospital y me encuentro urgido de ayuda para no reprobar. Ponte en mi lugar, Hades.

—¿En tu lado glotón? —Ríe secamente—. ¿A quién engañas, Nico?

—Cállate, perro.

—Cuando dejes el masoquismo —No sé cómo, pero puedo verlo sonriendo.

—No olvides ir a la cinco.

—¿No lo cancelaste por tu "tarde de estudios"?

—Eso jamás —Río, se que eso es lo que desea—. Todo sigue en pie, nos vemos.

Corto la llamada y veo el frente de la casa de Jeremy, o Jerry, lo llaman de tantas formas que a veces confundo cual es el real. Ya he estado aquí un par de veces antes, hace un año sucedió prácticamente lo mismo, tuve una decaída y al volver del hospital me encontré en un aprieto con las materias.

Jere siempre ha estado en el puesto de delegado, le gusta ayudar y estar al servicio, y al enterarse de mi situación tomó lista de quienes necesitaban ayuda y formó una tarde de estudios para reforzarnos, alistándonos para la próxima semana, que estaba lleno de exámenes y trabajos por entregar. No hace falta decir que después de eso se ganó aun más el amor de sus compañeros, incluyendo el de Amanda.

Hago una mueca de tan solo recordar, presionando el timbre de la casa para hacerme saber. Uno de mis compañeros es quien me recibe, todos ya están adentro comiendo la pizza, ellos me saludan y tras devolverlo me uno al grupo.

Rato después Jere entra a la sala con una camisa sin manga y un pantalón del algodón, cómodo y listo. Me sonríe y se acerca a saludarme una vez que me nota, ya estamos todos para empezar la clase.

Una vez termino de comer mi porción, lavo mis manos, me seco, voy por mis cuadernos y tomo nota de las explicaciones que dan él y Verónica, otra delegada de clase y además prima de Amanda, cuya tampoco se niega a prestar su ayuda cada vez que Jeremy se lo pide. Todo unos samaritanos, pero nadie lo comenta, nos están salvando el pellejo después de todo.

Aun concentrado en la clase no puedo dejar de pensar en que sí, soy un tanto masoquista, y tal vez un completo estúpido en venir, cuando no he terminado de superar mis sentimientos.

Es lamentable... Soy lamentable.

Bajo la mirada con el lápiz sobre mi mejilla, viendo de reojo como Jeremy hace una pequeña broma con Veronica y el grupo estalla en risas ante la respuesta de ella; son tal para cual, se entienden muy bien, ya comprendo porque son tan buenos amigos desde hace tantos años, si lo pienso por ella fue que Amu y Jere se conocieron.

—Creo que abarcamos bastante ya, ¿qué hora es? ¿Qué tal si nos tomamos un descanso?

—Son las cuatro y cuarenta y siete, ¿quince minutos y continuamos?

"¿¡Qué!?". Todos afirmaron, algunos se echaron en los sofás y otros se levantaron a estirar sus extremidades, Verónica y Jere se fueron a rellenar sus termos de agua y traer para los demás. Yo, por mi parte, empecé a recoger mis pertenencias como quien huye de un asesino.

Tengo que irme, ¡ahora!

—¿Nico? ¿A dónde vas? —pregunta Vero cuando pasa por mi lado para ofrecerme agua y acepto todo apurado.

—Perdón, gracias, ya me voy —Me subo el morral al hombro, llamando la atención de más de uno a la sala.

—¿Qué pasa, Nico? —pregunta Cameron.

—¿Ya te vas? —indaga Adele.

—Sí, lo siento.

—Ow, si terminábamos temprano pensábamos salir a otra parte, ¿seguro no te puedes quedar? —Agrega Sofía y niego, sonriendo de medio lado para no ser descortés.

—Ya tengo planes y voy tarde —Prosigo a caminar en medio del desastre de cuadernos, hojas, sacapuntas y lápices.

—¿Planes? —Ríe Scar, subiendo y bajando sus cejas, insinuándome—. ¿Una cita, Nicholas?

Un "Uhh" conjunto le acompaña por parte del resto. Sonrío y niego, si supieran lo irónico de la situación.

—Hasta el lunes, muchachos —Me despido y salgo de la casa con el tsunami de sus preguntas en la espalda.

. . .

"Y yo pensé que iba tarde, ¿¡dónde están todos!?". Tomo aire y palmeo mi pantalón por los costados a la altura de los muslos, mirando alrededor para ver si encontraba la camioneta de Steffan o algunos de mis amigos. Ya deberían haber llegado, ya van treinta minutos de la hora que pautamos y siempre son muy puntuales.

—Oh, aquí estás —dicen detrás de mí.

Sonrío reconfortado cuando volteo y encuentro a Charlie y Hades, inclinando una de mis cejas hacia arriba cuando encuentro en manos de ambos un helado. No se molestan en explicarme y comen de estos, sentándose en la banca donde puse mi morral mientras los esperaba.

—¿Y los demás? —pregunto.

—No deben tardar —Hades se relame los labios, sucios de la barquilla—. Les dije que se atrasaran media hora luego de que me llamaste por tu tarde de estudios, para darte tiempo de llegar.

—Que considerado —Suspiro.

Siendo así, hago un espacio y me siento entre ambos, robándole de la barquilla a Hades en el mismo instante en que la tengo más cerca y él está distraído. Gruñe como siempre y yo me echo a reír mientras que Charlie niega.

Un par de minutos después, vemos una camioneta estacionarse en la acera, sonando su bocina hacia nosotros. Abro grande los ojos y estallo en risas, Charlie y Hades quedan con el helado cerca de la cara y la boca entreabierta, no podemos creer lo que vemos

—¡Bonsoir, caballeros! —Nos saluda Milene, abriendo la compuerta y poniendo una de sus características botas sobre el concreto, detrás de ella le sigue Selena y, tocando la corneta de último, como no, el fantástico Steff.

—¿Qué carajo traen puesto? —No se aguanta en preguntar Charlie, mirando todo enrojecido los trajes de las muchachas y su hermano mayor.

Camisa de colores, short corto con tirantes rojos, botas rojas, medias de mallas, el cabello en coletas altas y la cara pintada totalmente blanca con tres puntos rojos, dos en las mejillas y uno más grande en la nariz. Y para Steffan lo mismo, solo que sin las mallas, la camisa es de rayas monocromáticas horizontales y no tiene los tres puntos en la cara, pero si completamente blanca y los labios negros.

—Corrección: que carajos llevaremos puesto todos.

—¡Eso! ¡No nos resistimos! —Milene posa sensualmente abrazando la compuerta de la camioneta—. El de ustedes está dentro, se cambiaran en el estadio.

—¿Qué estadio? —El pobre Charls no puede estar más rojo, la ropa de las chicas es corta, sexy y un tanto ajustada en el busto.

Sobre todo en el de Milene, cuya, olvidé mencionar antes, lo trae loco.

—Listo, yo me voy —Hades trata de escapar y lo sujeto del brazo para impedirlo.

—Ya hiciste de hawaiano el martes, no te sentará mal el traje de mimo.

—¡Eso! —Ríen las chicas—. ¡Estabas guapísimo, primor!

—De rechupete —Le guiña un ojo Steff, haciendo una O con su dedo índice y pulgar.

—¿Se los mostraste, Steffan? —pregunta molesto.

—¡Eh! ¡Todos somos parte del mismo bando! Estaban al tanto de todo, no podía privarles de su pequeña aventura ula ula al club de Silver que, por cierto, les manda las gracias, sus ingresos aumentaron esta semana por ustedes, pregunta si no pueden hacer otra aparición, esta vez les pagará.

—¡Ni loco!

Todos reímos a más no poder. El bochorno de Charlie y la vergüenza de Hades siempre son motivo del cual reírse entre nosotros. Este último trata de mandarnos a la mierda e irse, pero mientras yo lo sostengo tratando de calmarlo, llega a nosotros una chica bajita y con lentes corriendo, disculpándose por la tardanza. Charlie me ve horrorizado.

—¡Oh no! ¿En serio, Nico? ¿Aby? ¡Por Dios! ¡Deja de torturan su inocente mente!

—¿Inocente? —Se ríe Selena—. Ay, corazón, te estafaron, esa niña está más corrompida que nosotras juntas.

—Pero no lo digan tan alto —Enrojece la pobre chica, recuperando el aliento.

Pero si, con sus catorce años, yo no la considero inocente, para nada, ni un poco. Vive al lado de Steffan, él y yo nos tenemos mucha confianza, me he quedado a dormir en su departamento, la habitación de Aby está al lado de la suya y, fácilmente, hemos escuchado algunos... ruidos, de ella.

No sé como Steff duerme tan tranquilo...

Y ella no sabe que la escucha...

Enfermo...

—¿Ya estamos todos? —pregunta Don aguante.

—No —Me río un poco, viendo de reojo como la coqueta de Milene sigue molestando al pobre de Charlie mientras que Selena, Aby y Hades hablan por su parte sobre los trajes, Hades no está nada feliz al respecto.

¿Pero cuándo sí?

—¿Aun faltan más? —pregunta Charls, tratando de escapar de Milene antes de que las cosas se pongan peligrosas entre ellos.

—¿Si? —Asiento a Hades, quien pide un descanso mental de todo esto—. ¿Quién?

—Pos... —Sonrío malicioso cuando lo veo llegar por atrás e, inmediatamente, abraza bruscamente a mi amigo por los hombros. Él se espanta nada más sentirlo.

Sabe muy bien que significado trae la invitación de Cole, a quien apodamos Zeus, por su gran tamaño, músculos y el poder que desprende su masculina voz. Oh si, señores, a este hombre no le dieron leche de bebé, le dieron testosterona.

—¡Hola, chicos! —Nos saluda.

—¡Hola, Cole! —Es regresado por las chicas con un beso y un ademan tímido de Aby.

—¿¡Qué tal todo, viejo!? —Se une Steff, levantándose un momento del asiento del piloto para recibirlo.

—Ahora sí, estamos todos —Froto mis manos entre sí, mientras veo con media sonrisa al grupo entero rodear a Zeus.

—¿Y qué haremos, Nico? —pregunta el grandote con una sonrisa mientras salta a abrazar a Milene. Charls junta sus cejas y se sostiene el puente de la nariz.

—Sí, ¿dónde vamos? —pregunta Hades ansioso, pidiendo la paciencia que no tiene.

—No les has dicho nada de nuevo, ¿verdad? —Se burla Steff, pasándome mi camisa a rayas negra y blanca, junto otra igual para Hades.

Rueda los ojos nada más verla y todos vuelven a reírse.

—¿Por fin? ¿Nos dirás? Porque pensé que solo jugaríamos un partido, no montar un circo.

—Oh, jugaremos, Hades —Me pongo en medio de todos. Señalo a Milene, Selene y Cole—. Payasos —Señalo a Steffan, Charlie y Hades—. VS mimos, ¿no es divertido?

—No puedes estar hablándome enserio —Pide clemencia con la mirada. Río internamente, adoro estos momentos.

—Oh, sí —Abrazo por el hombro a la menor del grupo—. Y la pequeña Aby y yo de árbitros, para que estés tranquilo —Le guiño un ojo y este bufa—. ¿Todos listos?

—¡Vamos! —gritan todos.

—No... —Salvo Charls y Hades.

. . .

—¡Buenas, damas y caballeros! ¡Es otro viernes con nosotros, Inmortalized Embers, listo para cambiar la rutina y hacer no otra cosa que las que nunca harían las personas normales en un día normal! ¿Qué tenemos hoy? ¡Payasos vs mimos! ¿Cuál cara blanca ganará? ¿A quién le apuestan? ¿Qué me dices tú, mi fiel compañera?

—¡Mimos pártanles el culo! —grita Aby en un rugido bestial, apoyando su peso en la mesa detrás de la pared, que separaba la cancha de las gradas.

Río, es tan tierna.

—¡Pero tú eres de los payasos! —Se ofende Selena.

Oye, ya sé que perderán, desmole apoyo, pobrecitos.

—Pos si —Asienten y los mimos elevan sus brazos al cielos, el doble de ofendidos.

—¿Serán que esta vez este equipo, hoy los mimos, se recuperará? ¿O les tocará pagar las donas de nuevo? ¡Veamos cómo se resuelve!

—¡Cállate de una jodida vez! —grita Hades desde el centro de la cancha—. ¡Este juego es más corrupto que la política de Latinoamérica! ¿Por qué ellos tienen a Zeus de nuevo?

—¡Por qué somos chicas sensuales e indefensas! —Se excusa Milene por ambas y Selena asiente en acuerdo.

—¡Un carajo! —Les responden Charlie y él, Steff solo puede reír.

—¡Los equipos salieron al azar, no hay discusión! —Me encojo de hombros, acercándome a la cancha con el balón—. Quiero un juego limpio, ya saben las reglas, cada que el equipo contrario meta un gol el otro deberán quitarse una prenda del disfraz, así que espero que hayan traído su mejor ropa interior —Les guiño un ojo y antes de que ya-sabemos-quién se ponga a discutir, lanzo la pelota y me echo hacia atrás, dejando que el juego de inicio.

Puesto esto, Aby le sube a Believer de Imagine Dragons dejando que los dos equipos se maten entre sí. Cada grupo tiene un traje de seis piezas: sombrero, guantes, zapatos, medias, pantalón de tirantes y camisa, no metemos la ropa interior o extras que las chicas quieran agregar para hacer más llamativos sus trajes.

Es extremadamente divertido, las reglas tradicionales se quedan pendejas ante este sistema; si uno anota debían quitarse una pieza, como eran seis el juego iba a seis puntos, en otras palabras ganaba el equipo que dejara desnudo primero al otro.

A más de uno se le cae el sombrero o se desliza el tirante. Hay un momento de tensión en que a Hades casi se le cae el pantalón, y a Milene se le marca mucho más la camisa con el sudor, en que casi puedo sentir el grito de los fanáticas que ven nuestro en vivo, desde nuestro canal de Youtube, donde cada viernes subimos algo diferente y mucho más loco que el anterior.

Exacto, todo está siendo grabado y transmitido en nuestro juego no tan inocente y no tan amistoso. Hubieron muchas bromas, un par de insultos, gritos de guerra y vergüenza, mucha, sobretodo de los mimos, bueno, casi todos.

Steffan, ¿acaso tuvo vergüenza de algo en su vida? Ese sujeto, al ser marcado su tercer gol y no tener ni sombreros, ni zapatos, ni medias para pagar, no se va por los guantes como sus compañeros y se quita sin remordimientos la camisa, haciendo un baile sensual para la cámara y el deleite de su fans; el desquiciado no sé en qué momento, pero va al gimnasio y tiene un cuerpo bien trabajado.

Me muevo inquieto, grito, animo y hago de narrador deportivo mientras veo a mis amigos matándose entre sí. La clara ventaja las tienen las payasas, al tener a Zeus en su equipo, quien es jugador en su universidad, solo deben seguir las instrucciones de este. Hasta me siento un poco mal por los mimos, cuando de nuevo anotan un gol y los muchachos deben quitarse otra de sus prendas.

¿Hace falta decir cuál fue la reacción de las femeninas, tanto de las que jugaban como las espectadoras, al ver al Dios mortal Hades Harrison? Ese vago, siendo vago, está mejor desarrollado que uno, la cara de Charlie lo dice todo, ¡injusticia!

Pobre, él también, diga lo que diga, quiere atención, y Milene, notando esto, se olvida un momento del juego y mientras Hades va a tirar las prendas a la cesta, con el resto cerca de nuestra mesa, ella aprovecha y se acerca al delgado y lechoso cuerpo de Charls y le da una vuelta, haciendo que él, confundido le siga con la mirada y, en un momento desprevenido, es callado con un beso en su mejilla.

No solo los comentarios explotan, todos nosotros nos alzamos nuestro cuerpo y voz, y hacemos énfasis en la escena de forma provocadora y picara, ganando su mirada aguda y sus mejillas rojas, se ha quedado mudo y muy nervioso que antes, pide con sus manos la botella de agua para seguir.

—¡Oye, Eros, saluda a la cámara! —Le digo y este, molesto, me saca el dedo en medio y debo tapar la cámara mientras me río.

Llegamos a la recta final. Los mimos, esforzándose al máximo, lograron redimirse y empatar con los payasos, ahora los dos equipos están a dos prendas cada uno para finalizar el juego. Para este momento, gran parte del maquillaje está chorreado y debo pedir cinco para secarlos y retocarlos por tercera vez; la política de este grupo es la privacidad de su identidad y, aunque estamos a una distancia considerable para evitar cualquier escape desde las tres cámaras, es mejor ser precavido.

Aún no quiero perder la cabeza.

Finalmente, dos goles después, uno de los equipo gana y nos despedimos de nuestros seguidores, para cambiarnos ir a comprar nuestras donas quincenales. El ula ula fue una cosa, pero la mayoría de nuestros seguidores son de aquí, si nos vieran en nuestros trajes después de nuestro evento semanal, se armaría una buena y tendríamos que dejarlo.

Steffan es un caso aparte, tiene veintiséis, es graduado en comunicación social y marketing, sabe cómo venderse y su imagen no se arruinaría con tanta facilidad; pero por otro lado, personas como Milene, Selena, ambas con veintidós, y Cole, con veintitrés, que siguen estudiando, no pueden hacer quilombos a la ligera, sería fatal para sus carreras que recién empiezan. Si existen razones para continuar se pueden contar con los dedos: una, es divertido y liberador ser uno mismo, y dos, estoy yo a cargo, un enfermo con sueños frustrados.

—¡Eso ha sido increíble! —dice Aby comiendo de su dona.

—Uff, si, ya me hacía falta —Se echa sobre su asiento Selena y choca batidos con Milene.

—Hablen, hablen —Y Hades corta la nota, masticando entre dientes la dulce derrota. Cole le palmea un hombro con suavidad, atrayendo su atención.

—Oh, vamos, Hades, fue divertido y me compadecí, los ayudé a pagar las donas. Se lo merecen, nos dieron batalla hoy, muchachos.

—Sí, bueno... —Charlie seguía mudo por lo ocurrido y Milene, sabiendo haber sido la causante, sonríe para sí misma y toma del batido.

Está claro que hay una gran tensión entre esos dos, Charlie igual que yo con diecisiete años, le lleva una diferencia de casi cinco años y no se atreve a pedirle nada; es una historia muy complicada y, sinceramente, si llega a desarrollarse a saber que ocurrirá.

—Gracias por invitarme de nuevo, Nico —Me dice Aby, acomodándose las gafas.

—Gracias por asistir, lamento no hacerlo más seguido —Río un poco, sonriéndole tiernamente—. Pero hay cosas a las que no podemos llevarte.

—Lo sé —Ríe también, entendiendo la indirecta mientras ve a Hades de reojo—. El ula les favorece —pica con malicia y Hades se contiene para no decirle nada grosero.

—Lo mismo digo, Dios de la guerra —Agrega el grandote, abrazándolo por los hombros, gesto cual Hades rechaza y lo ve de reojo como si así pudiera degollarlo.

—De la muerte, y si no se callan los llevaré conmigo al inframundo —nos señala con su pajilla y volvemos a reír.

Niego para mí, no es que no esté en camino.

—¿Ya tachaste el objetivo? —inquiere Selene con media sonrisa.

—Ajá —Saco mi libreta de mi bolso y la abro, señalándolo.

#29 Ser un narrador deportivo en un partido nudista.

—Amigo, ve a un psicólogo —dice Charlie, mirándome con cierto miedo, seguro miró algunos de los que vienen.

—Ni hablar —Me defiende Steff, abrazándome por el hombro—. Todos estamos de acuerdo que, si no es por sus ideas locas, nuestros viernes no serían tan épicos como ahora.

—¡Completamente! —responde la mayoría y entre todos chocamos nuestros vasos, riendo por la realidad.

Todo era tan aburrido y simple antes, yo solo estudiaba, estaba con Hades y a veces con Steff y Charlie, no conocía a los demás en esta mesa; pero luego de ese día, de ese jodido día, lo decidí, viviría mi vida, no escaparía más.

Hice un juramento.

Elevo la mirada de mi vaso, sonriendo al recordarlo. Conversamos libremente de algunas cosas que pasaron en el partido, los muchachos con cada anécdota se emocionaban más, olvidando por un segundo que, si alguien se enteraba, todo se iría a la mierda y se divertían; eran ellos, solo ellos.

Sonrío escuchándolos, ya las donas se han acabado y las bebidas van por el mismo camino, así que me levanto y junto a Steff y Zeus, vamos hacia la barra a pedir otra ronda de batidos; como la próxima semana se cancelan nuestras actividades porque al menos la mitad está ocupada, incluyéndome, no hay caso hacer algo, por lo que hoy podíamos disfrutar un poco más.

Me apoyo del mostrador mientras esperamos la bandeja con nuestro pedido y observo el lugar, es un café muy agradable del distrito comercial; Steff conoce al dueño y como clientes frecuentes siempre nos deja una mesa grande al fondo, cerca de la terraza, este día de la semana para solo venir y caminar directo a ella, sin molestar a los demás clientes.

Hay que admitirlo, somos muy ruidosos.

Río internamente reconociéndolo, paseando mi vista hacia el final del pasillo, donde sabía que estaba nuestra mesa, deteniéndome cuando noto a cierto chico castaño hablar tranquilo con una chica que también conozco, con una gran sonrisa y sus manos entrelazadas entre la mesa.

Junto mis cejas hacia el centro y me acomodo sobre el mostrador, enfocando mis ojos sobre ellos para ver si me estoy equivocando, pero no, estoy seguro que se trata de Jerry y la de cabellera rojiza... Es Amanda.

Trago saliva y aprieto mi puño sobre el mostrador, apretando hasta doler mis dientes entre sí. Desvío la mirada, pero la vuelvo a enfocar, ¿desde cuándo vienen acá?

El corazón me da un brinco, se levantaron de la mesa y empezaron a caminar hacia acá. Me doy la vuelta, apoyado con el cuerpo del grandote me escondo de ellos, dejando que pasaran por mi espalda hacia la salida, donde tengo de nuevo la oportunidad de verlos salir y mirarse entre sí al lado de la puerta.

Quiero cerrar los ojos, es demasiado doloroso, pero no puedo y dado a eso puedo ver todo claramente, cómo ella se acerca a él y se besan lentamente.

De nuevo ese crujido, que desagradable es saber que solo eres otro soldado caído.

Tomo aire, se separaron.

Se separaron.

Ella se separó.

Puedo verla.

Y es lo peor que pude hacer.

Mi puño deja de serlo, mi boca se entreabre, mis ojos no puedo cerrarlos, mi mente está despavorida, no puedo creerlo.

Ella... Ella no es Amanda.


_______________

¡HOLIWIS, INMORTALES!

Ah, ahora si lo entienden XD

Este, por mucho, es unos de mis capítulos favoritos.

Es que jjajajjajaja NO PUEDO CON ELLOS XD

Recuerdo que luego de leer este cap, una beta me dijo: Por culpa de Nico ahora quiero hacer un partido nudista.

Me reí toda la noche XD

No lo sé, ¿ustedes quisieran? Sean sinceros 7w7

Ya ustedes los conocían, ¿Qué piensan de papi Steff y baby Charlie?

¿Qué opinan de Nico y su grupo de loco?

¿Qué tal les cayó Milene, Selene, Aby y Cole? 

Y, alv, volvemos con ellos, ¿qué pasará con Nico y este final?

Manita arriba si gritaron en este super partido XD

¿Qué eran? ¿TeamMIMOS o TeamPAYASOS? ¿A cuantos les tocó pagar las donas?

EN EL PRÓXIMO CAPÍTULO... ¿Papi steff dará consejos?

Eh, ¿esto es correcto? XD

EEEEN FIIIIIIN

Es todo por hoy, espero que se divirtieran mucho y pues XD nos vemos

Att: keni


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