Capitulo 10 ¿Primeros pasos hacia la paz... o hacia la guerra total? (Part 1)

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HQ Conjunto Coalición, Alnus, Imperio [Ocupado por la Coalición]

Zorzal, junto a Julius, caminaban detrás de los 3 mariscales de campo, quienes estaban guiando a ambos imperiales al War Room conjunto de la Coalición, el cual rara vez se utilizaba para algo que no fueran las operaciones de los Equipos de Avanzada desde la Segunda Batalla de Alnus. Mientras los 3 mariscales discutían entre sí sobre distintos temas (más bien Rommel tratando de que Patton y Montgomery no se mataran en medio del pasillo), el príncipe heredero y su comandante más veterano discutían sus propios problemas.

Zorzal: ¿Pudiste ver bien sus armas? No es como nada que haya visto antes, y claramente tienen un potencial destructivo arrollador

Le comentó Zorzal a Julius en voz baja.

Julius: Así es, señor. Ahora he podido ver con claridad las armas que diezmaron a las Legiones VI y VII y al Ejército Aliado. Pero creo que me hago una idea de su funcionamiento

Explicó el comandante imperial. Mas no pudieron continuar con su charla, debido a que el grupo llegó a la sala desde donde se manejaba el ejército más poderoso visto en Falmart hasta la fecha. En un costado de la mesa con los planos conseguidos en Itálica, se preparó una mesa con suficientes sillas para los 3 mariscales, los 2 delegados y los respectivos traductores. Todo el escaso personal de la sala realizó un saludo antes de volver a sus faenas, la mayoría comunicando y coordinando a los equipos de avanzada operando en los alrededores de Itálica desde la Batalla homónima. Todos salvo uno... que se hallaba más allá del alcance de las radios y equipos de comunicación.

Mariscal Montgomery:Entonces, príncipe Zorzal, comencemos. ¿Qué desea discutir?

Abrió la entrevista Montgomery, ya hastiado de tratar de doblegar a Patton en un duelo de miradas. El traductor hizo su trabajo traduciendo hacia ambas partes.

Zorzal al Caesar: Deseo conversar sobre la llegada a un cese al fuego, y una posible paz después

Habló sin rodeos el miembro de la familia real.

Antes de que Rommel o Montgomery hablaran, Patton ya estaba en eso

Mariscal Patton: ¿Y por qué deberíamos escuchar la petición de un Imperio que esta a todas luces perdiendo la guerra?

Zorzal al Caesar: Esto no es guerra, sino que desgaste. Ambos bandos perdemos múltiples vidas, y la situación no se ha estabilizado desde las batallas aquí en Alnus

Expuso calmadamente el rubio

Zorzal al Caesar: Además, los nobles que tienen ustedes prisioneros y a los civiles y militares de ustedes que tenemos nosotros no les gustaría que esto continuara. Yo trato a mis prisioneros como lo que son, guerreros, pero no puedo asegurar lo mismo del resto del Imperio

Terminó con una mueca de superioridad. La mirada alarmada de Rommel y Montgomery y el cese del gesto confiado de Patton le dijeron que había dado en el clavo: los tenía donde quería.

Mariscal Montgomery:¿Quiere llegar a una tregua con la entrega de prisioneros como garantía?

Preguntó Montgomery para aclararse.

Zorzal al Caesar: Efectivamente.

Mariscal Rommel: Déjenos consultarlo con nuestros superiores. Espero sepa esperar hasta mañana. Nuestros hombres se encargarán de suministrarles alimentos y agua si así lo requieren

Dictó Rommel antes de ordenarle lo propio a un soldado de la sala. El grupo se levantó, los soldados guiando a los imperiales para que estos esperaran, los comandantes llendo rápidamente a sus respectivas salas de mando para informar a sus líderes del inesperado acontecer de los hechos. Eso, ya que claramente no todos los prisioneros eran nobles: muchos soldados y oficiales cayeron prisioneros durante el ataque y las batallas. Pero también estaba el importante hecho, de que no todos los nobles prisioneros estaban allí en Alnus...

Día Siguiente

Nuevamente los líderes de ambos bandos enemigos se enfrentaban en la mesa de negociaciones. La conversación fue mucho más directa esta vez, con los mariscales ya sabiendo que quería Zorzal, y este sabiendo como atraparlos bajo su rango de acción. Todo el día estuvieron discutiendo condiciones para una tregua que, segun Rommel, pusiera pronto fin a esa guerra. Lograron llegar a algo así como un borrador, que establecía entre otros los siguientes términos:

1) Los prisioneros de ambos bandos, tanto civiles cómo militares, seran devueltos al respectivo bando contrario.

2) Se establecerán puntos de contacto y se fijará una frontera entre ambas partes, definiendo posteriormente la Coalición sus propias fronteras internas.

3) La Coalición es libre de investigar y relacionarse de la forma que estime conveniente con otras naciones con las que tenga contacto, siempre y cuando compartan frontera común.

4) Los tratados de comercio entre ambas partes seran establecidos posteriormente, como acercamiento a una paz.

Firmado por los 3 mariscales, el general imperial y el propio príncipe heredero, los 3 altos mandos militares le entregaron a Zorzal un itinerario. El príncipe preguntó al segundo para que era.

Mariscal Patton: Para que visite las respectivas naciones y sus líderes ratifiquen el tratado

Fue la contundente respuesta de Patton, a la vez que su sonrisa volvía a aparecer en su rostro. Parecía que para Zorzal la tensión no hacía más que empezar.

Rondel

Para Álvaro Donoso, una ciudad mágica consistía dentro de su cabeza en una ciudad destrozada y a la vez no, llena de personas y seres de lo más extraños hablando un lenguaje que un simple soldado español como él no compredería ni aunque le valiera la vida. Y si bien efectivamente encontró criaturas extrañas, tanto las cosas que decían como la estructura de la ciudad que encontró eran sustancialmente distintas a como lo imaginaba.

Por las calles se paseaban diversas criaturas con una clara predominancia humana, vestidas con atuendos que iban desde lo normal para la época y población (comparandolo con Itálica y otros pueblos) hasta vestimentas que creyó nunca alguien cuerdo usaría. También notó que muchos llevaban manchas en sus ropa, las cuales curiosamente nadie parecía querer quitarse a pesar de que claramente eran visibles.

Lelei la Lelena: Lo malo de esta ciudad es que todos estan locos o piensan irracionalmente

Comentó Lelei apenas empezaron a avanzar por la carretera principal. Donoso no pudo sino darle la razón. Avanzando entre las estrechas calles donde eran mirados con curiosidad (sensación a la cual todos los soldados de las tropas de avanzada de la Coalición ya se habían acostumbrado), con todo el convoy detras de ellos, podían escuchar los comentarios de los transeuntes sobre ellos. Generalmente eran preguntas sobre si serían soldados, una fuerza invasora, magos, o sobre los vehículos que llevaban.

Capitan Donoso: Ninguno parece darse cuenta de cuales son nuestras armas

Pensó Donoso tras escuchar varias veces lo mismo. Decidió relajarse y acomodarse en el asiento del kübelwagen durante lo que quedara de viaje.

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Cuando llegaron a lo que parecía ser un coliseo de reducida altura y de techo cerrado, hubo una explosión, provocando que todos los españoles se pusieran en guardia. Sin embargo, un constante murmullo de lamentos apareció en el aire, saliendo pronto una persona con apariencia de estudiante con ropas manchadas y un montón de pergaminos dañados, la mayoría mojado o quemado. Ante la cara de complejidad de los extranjeros, Lelei comenzó a explicar:

Lelei la Lelena: Este es el distrito de investigación, donde se reunen los sabios y los estudiantes exponen sus teorías, formulas y otros. Si te va bien puedes obtener un grado de maestría, pero si te va mal puedes ser abucheado y te pueden arrojar cosas. Las manchas que recibas aquí no pueden ser quitadas hasta que obtengas una maestría. Además de eso, hay distintos grados de aprendizaje para los que asisten a academias mágicas. Otros prefieren estudiar por su cuenta o con maestros, como lo hice yo.

Capitan Donoso: Suena dificil...

Comentó el capitán de origen ibérico poniendo una mirada de complicación, antes de volver a su gesto serio

Capitan Donoso: ¿A donde iremos?

Lelei la Lelena: Estamos muy cerca, pueden dejar los vehículos aquí

Dijo Lelei, esta vez en alemán. Donoso avistó pronto un lugar donde podían dejar los tanques medios y ligeros, los camiones cisterna y el camión de los pioneros y zapadores, los cuales dejo a cargo de sus respectivas tripulaciones, mientras que él, su vehículo de mando y los dos semiorugas con tropas seguían el camino indicado por Lelei.

Pronto llegaron a una puerta cerca de donde estaban previamente. Apagando los 3 motores, Donoso decidió entrar él con Lelei y los 2 soldados que iban con ellos en el kübel, mientras que los de los semiorugas se quedarían allí esperando. Las órdenes que recibieron fueron

Capitan Donoso: A menos que tenga clara pinta de romano que venga a matarnos, no disparen."

Lelei tocó la puerta, pero como nadie respondía y ya estaban cerca del mediodía, Donoso le ordeno a los dos soldados forzar la entrada para no quedarse mucho tiempo bajo el sol. Aunque Lelei intento protestar, un certero y quedo golpe con la culata del fusil dejó la entrada abierta y con poco daño estructural (salvo la cerradura, pero la compensarían más tarde según Donoso). El grupo ingresó al recinto, donde encontró...

...a una anciana dormida.

Capitan Donoso: ¿En serio?

Preguntó Donoso mientras observaba el montón de pergaminos alrededor del cuerpo dormido.

Lelei la lelena: Si

Lelei se acercó a al anciana, sacudiendola levemente para que despertara. Al cabo de un rato, la señora despertó, restregandose los ojos y observando a quien osaba despertarla de su comoda siesta.

Anicana: ¡Lily!

La anciana procedió entonces a darle un abrazo sorpresivo a Lelei, quien no tuvo tiempo de reaccionar y quedo atrapada en el suelo con la anciana encima de ella, abrazandola. Mandó una mirada de ayuda a los oficiales de uniforme gris, pero el trío se hizo el desentendido de la reunión amistosa.

Lelei: Me llamo Lelei.

Anciana:Pero te puedo decir de las dos formas, ¿no?

Lelei: Me llamo Lelei.

Anciana: Claro, claro, cómo digas Lily

Dijo la anciana suspirando

Anciana: Por cierto, ¿cómo entraste? Estoy segura de que deje cerrada la puerta...

Lelei señalo la puerta. Solo entonces la anciana reparó en el trío de adultos en aquella drección. Recomponiendose rápidamente, y aunque todavía sonriente y amistosa, bastante más seria, saludo a los extraños

Anciana: Saludos a los tres. ¿Puedo asumir son conocidos de Lily?

Lelei: Me llamo Lelei.

Capitan Donoso: Más como compañeros de viaje de Lily, si me permite

Respondió Donoso. Lelei le mando una mirada de muerte, pero producto de siempre tener una expresión estoica, no provocó mucho efecto en los soldados españoles.

Anciana: Aaah, ya veo. Haberlo dicho antes

La expresión de la anciana se relajo visiblemente

Mimosa: Soy Mimosa, una sabia de Rondel. Un gusto. Ustedes son...

Capitan Donoso: Capitán Álvaro Donoso, del Sexto Equipo de Avanzada, parte de la División Azul y de las Tropas Conjuntas de la Coalición. Ellos son dos de mis hombres, Gutierrez y Blanco. El placer es mío

El oficial le extendió la mano a la sabia, quien se las estrecho animadamente. Los 2 soldados hicieron una venia corta.

Anciana: ¿Son soldados del Imperio?

Lelei: No. Pertenecemos a la Coalición, la cual esta formada por 5 países con la cooperación del nuestro.

Mimosa: Si me permite, capitán, me gustaría decir que aquí a Rondel no llegan muchas noticias del mundo exterior, ya que la mayor parte de la ciudad es autosuficiente. Además, los caminos son largos y complicados. Debido a eso, la gente de aquí no se entera de los sucesos externos, salvo que sean muy importantes o relevantes, tales como las coronaciones del Imperio o la aniquilación de un reino. Es altamente probable que muy pocos o nadie en absoluto además de nosotros sepa de la guerra que hay en curso

Comentó la joven maga. Donoso dirigió su mirada de vuelta a Mimosa, quien tenía la sensación de que la cosa pasaría a ser de temas serios.

Mimosa: ¿Por qué mejor no nos sentamos antes de seguir? Vengan, ayudenme con las sillas. Lily, ¿puedes hacerme el favor de hacer algo de té para nuestros invitados? Las cosas estan donde siempre.

Lelei: No me llamo Lily

Protesto inutilmente una vez más, antes de realizar un puchero y largarse al interior del lugar. Mientras, los soldados ayudaban a Mimosa a instalar algunas sillas alrededor de la mesa que ella empezó a limpiar, donde previamente se encontraba trabajando, y aprovechando los soldados de echar una mirada a la biblioteca en toda su magnitud.

Capitan Donoso: ¿Cuántos libros hay aquí?

Preguntó Donoso, mientras seguía observando el lugar.

Mimosa: ¿Quién sabe? Podrían ser más de mil. Los libros son un bien escaso, y son pocos los lugares donde hay una cantidad considerable de ellos, incluso dentro de las fronteras del vasto Imperio. Por favor tomen asiento

Sin que ella se diera cuenta, Donoso realizó un gesto hacia uno de los soldados, quien rapidamente anotó en un papel todo lo dicho por la anciana. Tras eso, el grupo se sentó alrededor de la mesa.

Capitan Donoso:¿Tiene un mapa? Así será más facil explicar todo

De uno de los cajones, Mimosa sacó un mapa. A pesar de estar claramente hecho a mano, tenía una calidad impresionante

Capitan Donoso: Perfecto. Ahora bien, ¿tiene usted alguna idea de una puerta que aparece en Alnus?

Mimosa escuchó atentamente los hechos detallados por Donoso. Sobre la invasión Imperial a través de la puerta en Alnus, las dos sangrientas batallas que tomaron lugar en esa misma explanada cuando el Imperio y sus aliados (vasallos) intentaron recuperar el territorio sagrado, la batalla de 3 bandas de Itálica y la constante guerra de guerrillas que rodeaba los territorios en conflicto, tanto por parte de los dispersos Imperiales como por parte de las patrullas de la Coalición y las partidas de bandidos que intentaban explotar el caos reinante.

Mimosa: Eso es mucha información

Comentó la sabia desde su asiento, reclinandose sobre este mientras cerraba los ojos y suspiraba profundamente. Sobraba decir, que Donoso se había guardado todos los detalles sobre sus armas y tácticas, así como la evolución imperial en combatirlos.

Capitan Donoso: Actualmente se han construido una serie de fuertes para delimitar nuestro territorio. El territorio justo afuera de esa "frontera" es una zona de guerra. Hemos recibido múltiples grupos de civiles que intentan escapar de la barbarie, refugiendose en Itálica o en la ciudad de refugiados en Alnus, donde colaboran al esfuerzo de guerra de la Coalición con información, autosuficiencia y servicios como entretención

Habiendo ocultado las armas propias, también Donoso tuvo que ocultar el número de bajas de ambos bandos. Si los mencionaba, no tenía forma de ocultar (a su juicio) la existencia y funcionamiento de sus armas. Debido a eso, a pesar de saber que había ocurrido, Mimosa no tenía una idea clara de los hechos en toda su magnitud, algo que le pasaría factura a la Coalición mucho, mucho más tarde.

Mimosa: ¿Y? ¿Qué los trae a Rondel? No somos una potencia militar, tampoco una potencia diplomática.

Capitan Donoso: Información. Sabemos que Rondel es una ciudad académica que contiene la mayor cantidad de información en el continente, cuyo fruto son constantes progresos en la magia y otras ciencias varias. Cuando lo supimos, le preguntamos a la señorita Lily..

En este punto de la conversación, Lelei ni siquiera se molestó en corregirlos

Capitan Donoso: ...Si podía traernos, a cambio de una obvia recompensa

Al ver el ceño fruncido de Mimosa, Donoso se apresuró a corregir lo que pensaba que ella pensaba

Capitan Donoso: No la forzamos a hacerlo, solamente fue un intercambio de... información.

Mimosa: ¿Qué tipo de información?

Capitan Donoso: De nuestro mundo. En algunas áreas somos más avanzados que ustedes, sin ninguna duda. Por eso queremos ver si es posible un intercambio de información con ustedes en Rondel. Sobre todo, en lo que respecta a la... magia...

Si bien el gesto de Mimosa se había relajado en su mayor parte, cuando la palabra magia salio de los labios de Álvaro la sabia abrió los ojos de golpe

Mimosa:¿Quieren aprender magia?

Donoso se dió cuenta de que había pisado una especie de mina terrestre, por lo que decidió ir por un enfoque más compasivo

Capitan Donoso: Espero comprenda, señora Mimosa, que en nuestro mundo la magia no existe. Es solo ficción, inventos para entretener. Por lo tanto, encontrar que la magia es real abrió muchas nuevas perspectivas y expectativas en nuestros líderes... aunque no de la misma manera en todos

Agregó, recordando a la Iglesia Catolica/Romana, a los Ortodoxos(refugiados algunos por la Revolucion Comunista), a algunos politicos excepticos de ella por no decir de  menos y a buena parte de las Esferas (que cree saber) comunista de la U.R.S.S odiando esto que puede derribar su Sitema casi Ateista o bien obligandolos a intentar justificar tal Existencia llegado el caso.

El gesto de Mimosa se ablando considerablemente, al punto de desvanecer toda hostilidad habida en su rostro

Mimosa: Entnoces, ¿qué desean?

Capitan Donoso: Queremos hablar con algunos de los dirigentes de la ciudad, para ver si es factible un intercambio de información entre ambos grupos. Hay grandes grupos de academicos en nuestro lado que estarían encantados de compartir con ustedes, aunque en algunos aspectos esten opuestos. Mi superior me dijo una vez que hubo un pensador que dijo "Discrepo de los que decís, pero defenderé con mi vida vuestro derecho a decirlo". Gran frase, ¿no? Por lo tanto, queremos ver si nos es factible establecer una relación de intercambio de información e ideas con ustedes. Hubiera traído a uno de estos estudiosos conmigo, pero comprenderá, estamos en guerra y traer civiles es peligroso.

Mimosa pensó durante largos segundos, pensando en lo que se ganaba versus lo que se perdía. Estuvo así por segundos, luego minutos. Los españoles se empezaron a cansar y a sentir hambrientos, eran ya las 2 de la tarde y aun no comían.

Mimosa: Está bien, puedo arreglar una reunión con la mayoría de los dirigentes de la ciudad, pero tendrá que ser mañana. ¿Hay problema con eso?

Donoso sintió que le volvía el color a la piel al pensar que podría comer pronto

Capitan Donoso: Ninguno. Ahora, si me disculpa, tengo a la tropa afuera y es la hora de la comida. Estaremos cerca de aquí, puede comunicarse con nosotros por medio de Lelei. Hasta pronto

Sin mayor ceremonia, los españoles de la División Azul abandonaron la estancia y se juntaron con sus compañeros, dirigiendose de vuelta donde se encontraran los otros vehículos para almorzar todos juntos. Mientras, lejos de allí se desarrollaban otras negociaciones.


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