Otra vez se encontraba ante la perspectiva, observando a todas las personas en aquel lugar.

Tal vez disfrutando de todos los pensamientos tan imprudentes, tan deseosos y tan insípidos que su paladar pudo degustar ante la falta del placer ajeno.

Estaba muy caliente como para prestarle atención a las miradas extrañas.

El gran Min tomó asiento en una de las mesas vacías, normalmente en la que siempre solía ubicarse.

Esperó pacientemente a que algún mesero le atendiera, sin siquiera prestarle atención a las miradas que aún seguían allí otra vez.

Era molesto en un punto exacto.

Yoongi chasqueó su boca siendo consciente de que los humanos imbéciles estaban siendo demasiados impuntuales, con un impulso de frustración observó el caro reloj en su muñeca y suspiró.

Solo había ido allí por la mejor botella de vodka...¿Qué tan miserable era eso?

-¡Por aquí!..- levantó su mano al aire, agitándola de un lado al otro con suavidad y elegancia, ante todo.

Yoon esquivó la mirada de algunos solo para terminar quedando cabizbajo, pasando con desinterés sobre los cuerpos bien definidos y pechos encantadores. Aclarando así que no estaba para nada interesado en eso.

Digamos que en esa noche no planeaba la llegada del anticristo.

-Lamento mucho la tardanza, señor. Vine de inmediato a tomar su pedido.

Esa voz.

Yoongi abrió grandemente sus ojos mientras miraba sus zapatos, fórmula una pequeña sonrisa y sin esperarlo más y con sumo cuidado fue subiendo poco a poco por cada curva perfecta del chiquillo.

Por esos deliciosos muslos cubiertos supuso que aquel encanto era un doncel, y uno precioso y muy pecaminoso.

¡Siii, quería hundirse entre esas piernas!

-¿Qué desea probar el día de hoy?..- el chico bajito sujetó una libreta en sus manos, preguntándole con una amabilidad demasiado luminosa.

-A ti..- balbuceó por lo bajo, tan encantado con la vista que estaba obteniendo de aquel sujeto.

Era fenomenal.

-Disculpe señor, pero...¿Qué dijo?..- el joven mesero colocó una mueca de confusión en su rostro, haciendo que Yoongi negara.

-Descuida, no es nada importante, quiero una botella de vodka y...Ahg, dile a Taehyung que lo de siempre está bien..- dijo el mayor, sin dejar de observar al muchacho.

Aquel ser hermoso puchereó mientras anotaba aquello en la pequeña libreta, y por un instante, se dispuso a marcharse de allí sin más.

Tenía la intención de hacerlo, pero el tacto de Yoongi sobre su muñeca le alertó.

-Eres nuevo por aquí ¿cierto?

-Si señor, ¿ahora podría soltarme?

El poderoso Lucifer sonrió en grande, tan coqueto y ansioso de tener al bajito a su merced. Simplemente lo soltó como si nada, guardando esa emoción que le pedía a gritos llevarse al chico a como de lugar.

Ahora más que nunca, el diablo estaba siendo muy generoso.

💛💛💛

Espero que les guste, perdón si ven algún error.

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¡Los amo Cuidense mucho.

Sempai❤