🌻;; 𝙲𝚊𝚙𝚒𝚝𝚞𝚕𝚘 𝟷𝟸

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𝙹𝚞𝚎𝚟𝚎𝚜, 𝟷𝟶:𝟺𝟿 𝚍𝚎 𝚕𝚊 𝚗𝚘𝚌𝚑𝚎.

─ ¡¿A qué hora piensa venir ese robot?! ¡Llevamos esperando por dos horas! ─ Exclamaba molesto mi hermano desde el auto de Espio en el que estaba el camaleón y yo.

─ Mantente callado y espera. ─ Espeté a regañadientes, mirando a Scourge apoyado en la pared de un callejón.

Cómo había dicho mi hermano, llevamos esperando hace dos horas en Station Square, y la ubicación que le dió Eggman a Scourge fue en el callejón que nos encontrábamos. Nosostros desde el auto de Espio teníamos una distancia considerable de el erizo verde.

Se que piensan, y me dirían que Scourge podría escaparse si lo hiciera. Pues están equivocados, si él intenta huir, no dudaré en dispararle a la cabeza.

─ Agh... Esto es aburrido. ¿Seguro que esto va a funcionar? ─ Hablaba el erizo verde desde un comunicador en su oreja. Así nosostros escuchábamos lo que nos decía.

─ Si te quedas callado y actúas normal, puede que si funcione. ─ Le dije a Scourge, oyendo de él un gruñido.

Espio había chasqueado sus dedos llamando mi atención y la de Mephiles, señalando a un drone que se dirigía hacia la ubicación de Scourge.

─ ¿Un drone? ─ Cuestionaba mi gemelo confundido.

─ Debe ser así como Robotnik nos vigilaba en la misión de destruir su rayo nuclear en Spagonia. ¿Lo recuerdas? ─ Se dirigió el camaleón a mi a lo que solo mi limité a asentir.

Observamos que el drone se acercaba a Scourge, quien entregó la mochila que estaba en el suelo con las partes metálicas que la unidad buscaba. Dicha máquina tomó la mochila y después se alejó del erizo.

─ Hay que seguirlo. ─ Comandé.

─ ¿Y que hacemos con Scourge? ─ Hablaba Mephiles mirando al antes nombrado en el callejón mirándonos con una expresión retadora. Quería fugarse.

─ Ustedes vayan por el drone. Yo me quedaré para vigilar a Scourge y ver si algo más pasa. ─ Sugirió el camaleón violeta de ojos amarillos saliendo de su auto para entregarme las llaves del mismo. Lo miraba con una expresión de súplica. ─ Tranquilo. Nada malo sucederá, es mejor que vayas con él para... Ya sabes.

─ ¿Formar lazos? ─ Dije a regañadientes, pero a eso mi compañero había asentido. ─ Genial.

Había cambiado al asiento de conductor y Mephiles al del copiloto, justo a mi lado. Había arrancado el auto para después divisarse a lo lejos el drone de Robotnik.

Había pisado el acelerador para ir a una distancia más cercana de la unidad. Podíamos ver a la máquina dirigirse a un muelle, pero después de la nada, había desaparecido.

─ ¿Viste eso? ─ Confundido y sorprendido había hablado mi hermano.

─ Lo ví. No pudo desaparecer así de la nada. ─ Me dije a mi mismo eso para tratar de autoconvencerme de lo que ví no era algo de mi imaginación.

Logré estacionar el auto frente al muelle y nos bajamos ambos del mismo. Caminamos por el puente hasta llegar al final del camino de madera. Hasta ahora lo único que se veía era azúl cristalino que brillaba con la radiante lámpara nocturna, mirando nuestros reflejos en esas aguas cristalinas que conformaban un gran océano.

Me había sentado en la orilla del muelle, frustrado por lo que había sucedido.

─ Estábamos... tan cerca. ─ Musité desanimado. Había sentido que la madera rechina por ser vieja, notando que The Dark se sentaba a mi lado.

─ Sí... Muy cerca estuvimos. Pero creo que podemos planear otra forma de atraparlo, ¿O no, hermanito? ─ Decía relajado mi hermano dándome ligeros codazos amistosos, a lo que yo me aparté de él. ─ Oye, ¿Qué sucede?

─ ¿Por qué sigues intentando? ─ Pregunté para acabar con el interrogatorio que hubiera hecho, pero decidí ir directo al grano.

─ ¿A qué te refieres?

─ Me refiero a que porqué sigues intentando acercarte a mi. ─ Él no parecía comprender lo que quería decirle, y yo comenzaba a perder la paciencia. ─ ¡¿Eres idiota?! ¡Después de todo lo que causaste para que nuestros padres se separaran, ¿Actúas cómo si nada?!

─ Hey, Shad, no es necesario hacer una escena. ─ Me hablaba tratando de calmarme, pero ya no soporto más la situación.

─ ¡No me llames así! ─ Expresé iracundo colocándome de pie. ─ ¡¿Por qué regresaste a mi vida?! ¡¿Para destruirla también como lo hiciste con mamá y papá?!

─ ¡Eso no fue culpa mía y lo sabes! ─ Se defendía también colocándose de pie, quedando frente a mí. ─ Fue decisión de papá llevarme con él a dónde fuera.

─ Pero eso no impedía que también por ese mal ejemplo te convirtieras en un "chico problema". ─ Hablé enojado cruzando los brazos, viendo que mi hermano desviaba su mirada. ─ Acéptalo, no eres alguien decente. Ocasionabas problemas incluso con cada respiración que dabas. Mamá no soportó que uno de sus hijos siguiera el mal camino. ¡Fuí yo quien estuvo con ella para consolarla, nadie más!

─ Lo sé, y lo entiendo. Pero... ─ Había cortado su propio comentario, volviendo a verme con unos ojos que reflejaban tristeza. Eso me había sorprendido. ─ Lo único que en realidad quería era que tú me admiraras. Quería ser alguien increíble para tí. Pero creo que eso me salió mal.

─ ¿A qué te refieres? ─ Cuestioné con un toque de curiosidad, disfrazado por un tono serial.

─ Un suspiró se escuchó de él, cruzando sus brazos para bajar su mirada al mar. ─ Quería ser un héroe para tí, con el que pudieras contar. Pero seguir los pasos de nuestro padre no fueron la mejor manera. En vez de eso terminaste odiando me.

Mi expresión enojada poco a poco se suavizaba, reflejando en mi rostro una cara de nostalgia.

─ Siendo sincero, la razón por la que acepté la misión... fue para arreglar las cosas contigo. ─ Ese comentario casi me dejaba sin aire. ¿Es cierto? ─ Se que te preguntas, y lo digo con total honestidad. Quería que volviéramos a ser hermanos. Aunque noté el hecho de que tienes a otra persona ocupando ese puesto. Y aunque no quiera decirlo, ella es mejor hermana de lo que yo alguna vez fuí.

─ Mephiles...

─ No. Déjame terminar. ─ Me regañaba levantando su dedo índice y cerrando sus ojos. ─ Se que no fui el hermano que querías, o incluso el que necesitabas... Pero quiero que sepas que te quiero, hermanito.

─ Espera... ─ Abrí mis ojos hasta el límite y me digne a verlo. ─ ¿Qué... dijiste?

─ Que te quiero, bastardo. Eres mi hermano después de todo. ─ Bromeaba con sus orejas bajas, colocando sus manos en su cintura. Traba de parecer relajado, aunque notaba en su mirada que quería quebrarse en cualquier momento.

Ahora con esa simple razón lo entiendo todo. El estar cerca de mi y hablarme cómo mejores amigos de toda la vida, era para crear lazos. El hecho de querer hablar con Amy, era para que los tres fuéramos unidos.

Y el hecho de estudiar en la academia militar para ayudar a los inocentes, era para ser una mejor persona. Tanto para que yo viera que si había bondad en él como yo nunca pensé que tuviera.

─ Mephiles... ─ Él había volteado a verme, puesto a que quedamos en un silencio y él quedó mirando el mar. ─ Yo...

─ Me lo dices después. Mira. ─ Me había entregado unos binoculares y yo algo dudoso había visto a través de ellos.

Esos binoculares estaban diseñados a nivel de grado militar, era como tener visión infrarroja.

Se lograba ver en lo profundo del océano un submarino. Esa era nuestra explicación.

─ Así que por eso no logramos localizarlo. ¡Estaba bajo el mar! ─ Expresé sorprendió volteando a ver a Mephiles. ─ ¿Dónde conseguiste los binoculares?

─ Son parte de mi equipo. ─ Me respondió simple con sus brazos cruzados viéndome con una mirada divertida. ─ Aún podemos darle la vuelta a este juego.

─ Digamos que es un juego muy peligroso.

─ Ya veremos que hacer. ¡Sabemos dónde se encuentra Eggman ahora! Eso quiere decir que podemos planear nuestro siguiente golpe. ─ Explicaba con una alegría que terminó contagiando me. Me hizo sacar una leve sonrisa. ─ ¡Vaya! No pensé verte sonreír.

─ No te acostumbres. ─ Le dije cortante a lo que él rodó los ojos. Saqué mi teléfono y llamé a Espio.

¿Qué sucede? ¿Encontraron al drone? ─ Fue lo primero que dijo mi compañero al otro lado de la línea.

─ Sí lo hicimos. La razón por la que no logramos localizar a Robotnik, era que tenía una base submarina.

─ ¡Eggman se escondía bajo el agua! ─ Expresaba Mephiles gritando para que Espio oyera, yo por otro lado termine rodando los ojos.

Bueno, eso explica mucho. Tendremos que regresar en otra ocasión. No tenemos equipo submarino. ─ Había echo una pausa soltando un ligero gruñido de molestia. ─ Además, tratar de calmar a Scourge es muy cansado. ¡El imbécil no para de hablarme de que se cogió a una tal Alicia!

Sabes que sigo aquí, ¿No? ─ Se había escuchado esa voz del erizo verde de fondo.

─ Cómo sea, ya vamos a ir con ustedes. Mañana veremos los detalles. ─ Corté la llamada y le indiqué a mi hermano que volviéramos al auto, él asintió.

Caminamos de regreso al vehículo de mi compañero y nos sentamos dónde nos encontrábamos antes. Yo conduciendo y Mephiles de copiloto.

El trayecto fue algo silencioso. Claro, después de todo lo que pasó ninguno quería decir algo. O bueno, al menos yo no quería decir algo.

Nunca pensé que nuevamente sentiría lástima por mi hermano desde hace mucho. Hizo todo, tan sólo para que yo lo admirara. Je, las cosas que alguien hace por su familia.

─ Shadow. ─ Lo miré de reojo, estaba conduciendo y no podía quitar la vista del frente. ─ Con respecto a lo que dije, yo no...

─ No, no. De hecho... Te debo una disculpa. ─ Mephiles pareció quedarse sin aliento al escucharme decir eso. No soy el tipo de personas que se disculpan, seguro es por eso. ─ Nunca creí que en realidad fuera a importarte.

─ ¡¿Estás bromeado?! ¡Claro que eres importante para mí! Cierto, no parabas con tus ataques de rabia o me decías que querías ser mejor que yo en todo, pero si eres importante para mí. ─ Esos comentarios me habían hecho reír ligeramente, y al parecer contagiaron a mi contrario. ─ Escucha, siento todo lo que pasaste en tu niñez por mi culpa. No quería que nada de eso pasara.

─ Pero como tu hermano, debí preguntarte qué sucedía y que me dieras una explicación. Lo siento mucho. ─ Hablé con un tono suave, sintiendo que él colocaba una mano en mi hombro, llamando mi atención.

─ Descuida. Está bien. ─ Me decía amable, lo que me sacó una sonrisa. ─ Así que... Si me permites, ¿Puedo volver a ser tu hermano?

─ Me quedé viéndolo de reojo por unos cuantos minutos, hasta que suelto una pequeña risa. ─ Claro, imbécil.

─ Gracias, desgraciado. ─ Bromeaba él volviendo el ambiente más agradable.

Quién lo diría. Al final me reconcilié con la persona que menos quería ver o saber durante toda mi vida.

Pero en fin, eso no es importante ahora. Mañana veremos qué hacer con el caso de Eggman y terminar con esto de una vez por todas.

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