🌻;; 𝙲𝚊𝚙𝚒𝚝𝚞𝚕𝚘 𝟺

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

𝚂𝚊𝚋𝚊𝚍𝚘

Los rayos del sol me habían despertado, y yo con un gruñido de por medio, me levanté de... ¿Un sofá?

Froté mis ojos para poder ver a mis alrededores... ¡No estoy en mi casa!

De pronto, escuchó un ruido cerca de mí, por lo que voltee mi rostro a mi costado y pude ver mi teléfono sonar. Decía el nombre "Espio" en la pantalla.

¡¿Dónde carajos estás?! ¡Ya es tarde! ─ Me regañó apenas atendí la llamada, separando el teléfono de mi oreja.

─ Tarde para... ¿Qué? ─ Hablé algo adormilado, confundido de a qué se refería.

Tarde para que vengas a Moebius. ¡¡Te estoy esperando desde hace tres horas!! ─ Abrí mis ojos por lo que dijo. ¡Mierda!

─ Eh... ¿Y qué hora es? ─ Cuestioné levantándome del sofá en el que estaba para buscar mis cosas.

Son las diez con cincuenta, puto. Más vale que vengas o seré yo quien traiga tu estúpido culo hasta acá. ─ Cortó.

Al encontrar las llaves de mi moto y las de mi departamento busqué por donde sea mi chaqueta, sin encontrarla. Pero antes de que hiciera algo un olor de la cocina me distrajo.

Decidí caminar hasta donde provenía el olor y me encuentro con algo muy interesante.

─ ¿Uh? ¡Buenos días! Estaba haciendo desayuno. Me alegra de que despertaras. ─ Me habló María con su típica sonrisa amable.

¿Es la migraña o acaso estoy soñando?

─ Hola, Mari, eh... ¿Sabes cómo terminé aquí? ─ Le cuestioné mientras me sentaba en la mesa, estirando los brazos hacia arriba.

─ Bueno... ─ Empezó colocando un plato con desayuno al frente de mí: unos huevos con panes tostados y tocino. ─ Desde de que bailamos... y besarnos tú-

─ ¿Besarnos? No recuerdo eso. ─ Dije confundido mientras comía un poco de las tostadas.

─ Eh... ¿Café o jugo? ─ Preguntaba hacia mí con nervios, y yo con una sonrisa le indiqué que me diera café. Después de todo, lo necesito.

─ Bien, ¿Qué pasó después? ─ Al recibir el café haría dicha pregunta, viendo que ella se sentaba frente a mí con su desayuno y su jugo de naranja. Estaba sonrojada.

─ P-Pues... tú al parecer querías eh... ¿Cómo lo digo sin que te alteres? ─ Susurró eso último que dijo, aunque pude escuchar.

─ ¿Alterarme? ¿Por qué? ─ "Porque... querías... una noche conmigo..." Por esa sola frase me llegaban a la mente diversos recuerdos que apenas podía aclarar.

Su voz nerviosa, mis labios en su cuello, el olor a alcohol, la desesperación... Ay, mierda, ¿Qué hice?

─ Pero... ¿Acaso lo... ─ Ella al parecer entendió lo que trataba de decir, pues me vió más roja. Eso me dejó en pánico. ─ Carajo... ¿En serio pasó?

─ ¿Hablas de... ─ Asentí rápidamente, viendo que desvió su mirada. ─ No, no lo hicimos. Te traje aquí y te dejé en el sofá para que descansaras.

Un aire de alivio invadió mi cuerpo, haciendo que me tranquilizara por la estupidez y locura que hubiera hecho.

Se que piensan, y no, no me hubiera sentido cómodo haciéndolo si estaba borracho, y mucho más si ella no quería. Además, ella me gusta pero no de ese modo... o al menos no tanto.

─ María. ─ Ella levantó su mirada azulada, dejando que viera sus mejillas bastante rojas. ─ Lo siento. Seguramente el efecto del alcohol me llegó en ese momento y... apesar de no recordar nada, perdón.

─ Shadow... ─ La miré atento, viendo que ella se levantaba de su silla y caminaba hacia mí, lo que hizo a continuación fue darme un beso en la frente. ─ Tranquilo, entiendo eso. Descuida.

Me mostraba una linda sonrisa que podía ver todo el día. Por ese beso en mi frente de parte de ella sentía que mi corazón corría y que un pequeño color carmín aparecía en mi rostro.

─ Am... está bien. ─ Ella volvió a sentarse más calmada, porque ahora soy yo el nervioso; gracias al cielo soy bueno disimulando.

─ Y oye, ¿Qué harás hoy? ─ Preguntó ella de pronto. Seguramente quería hacer conversación.

─ Tengo que ir al barrio Moebius... en realidad tenía que ir hace unas tres horas. Mi compañero sin duda cuando me vea me dará una bofetada. ─ Ese último comentario logró hacerla reír. Me cautiva tan sólo verla felíz. ─ ¿Qué hay de ti? ¿Tienes planes para hoy?

─ Ya que lo mencionas, em... tengo una amiga que se llama Mina Mongoose, y nos invitó a Tikal y a mí a pasear por el parque.

─ ¿Mina Mongoose? ¿La famosa cantante? ¿Cómo la conoces? ─ Preguntaba sorprendido.

─ Mina, Tikal y yo somos amigas desde la primaria. Mina siempre soñó con ser una artista musical, y trabaja en una de esas grandes empresas que se dedican a la música. Y nos invitó a reunirnos para aunque sea tener un día libre.

─ Wow, genial. ─ Se escuchó un ruido, y ví que era mi teléfono que tenía en mi regazo. Lo tomé y ví el nombre en la pantalla; "Espio". ─ Ash, ok.

¿Ya vienes para acá? ─ Me preguntó a regañadientes a través de la línea apenas contesté. Rodé los ojos y suspiré.

─ Iré para allá en unos minutos. ¿Te calmas?

Lo haré cuando estés aquí, COMO debía de ser. ─ Me colgó.

Aparté el teléfono de mi oreja y nuevamente miré a la eriza frente a mí, quien me miraba confundida.

─ Tengo que irme ya o sino mi compañero me matará. ─ Le dije levantándome de la mesa, llevando el plato vacío hacia el lavaplatos para lavarlo yo mismo. Es lo menos que puedo hacer.

─ Entiendo. ─ Me contestó a la par mía, apoyando su cabeza en mi hombro. Carajo, que la tierra me trague.

─ Em... pero me gustaría pasar tiempo contigo... claro, si estás de acuerdo. ─ Ella me veía con los ojos abiertos y brillosos, mostrando esa hermosa sonrisa que me encanta ver.

─ Claro que sí. Me gusta estar contigo, Shady. ─ Mi rostro se hizo notar aún más el color carmín.

─ ¿C-Cómo me llamaste? ─ Trate con todo mi esfuerzo no tartamudear, ya veo que hasta yo me traiciono.

Ella había desviado su mirada nerviosa, bajando un poco sus orejas.

─ T-Te dije "Shady"... pensé que sería lindo llamarte así. Además, también para tener un apodo para tí, tú me dices "Mari".

Su explicación me dejó viéndola atento, notando que el color rojo también invadia ligeramente su rostro como estaba posado en el mío. Suspiré pesadamente, acariciando la cabeza de la menor.

─ Tranquila, no me molesta. ─ "E-Eh... ¿E-En serio?" Me preguntaba ella, por lo que asentí, mostrándole una leve sonrisa.

Ella ya estaba más calmada, sonriendo de lado.

Yo por otro lado, terminé de lavar el plato, por lo que me despedí de ella para recoger mi teléfono, las llaves tanto de mi moto y departamento, saliendo de la residencia.

Antes de que volviera a preguntar, ví mi moto frente a mí y con una pequeña nota.

"¡Hola, Shadow! Soy Jet. La eriza amarilla me había pedido por mensaje que trajera tu moto hasta su casa, espero que te encuentres bien. ¡Te veo luego!"

Je, gracias, Jet.

⋰✨╞═╛🌻╘═╡✨⋱

─ Aún con comprendo porqué tanto alboroto. Al final nunca entramos a Moebius. ─ Le hablé entrando a mi departamento con mi mano en mi mejilla izquierda. Espio no me dió una bofetada, me dió un golpe.

─ Porque ya habían llegado las doce y es cuándo ellos empiezan a drogarse o algo. ¡¡Me hiciste perder toda la mañana por tu estúpida migraña!! ¡¿Sabes cuánto tuve que soportar a los drogados de ese barrio?! ─ Me reclamaba miéntras entraba también a mi hogar, llendo al sofá tratando de relajarse.

─ Ok, hoy no fué tu mejor día. Me quedó bien claro. ─ Le dije llendo a la cocina para dirigirme a la nevera, abriendo el congelador y tomar un pedazo de hielo, con la intención de colocarlo en mi mejilla golpeada e hinchada.

─ ¿Te diste cuenta ahora? ─ Su voz sonó sarcástica al decir eso. ─ ¿Y dónde estabas? No me lo habías contado.

─ ¿Recuerdas a la mesera de la cafetería? ─ Asintió alzando una ceja. ─ Estaba en su casa.

─ ¿En casa de una chica? Vaya, tú no pierdes el tiempo. ─ Su comentario era burlón pero su rostro era serio. En cambio el mío estaba sorprendido.

─ No, no, no. No hicimos eso, ya ella me lo aclaró. María me llevó a su casa al estar muy mareado por beber tanto. Eso es todo.

Claro que no le voy a contar la verdadera razón. Me torturaría el resto del día.

─ Bueno, ¿Y qué hacemos con el tema de Scourge? ─ Me atreví a preguntar, haciendo movimientos em círculos al pedazo de hielo que tengo en la mejilla.

─ Mm... mañana podemos volver a Moebius para ver si se encuentra ahí. Es nuestra única opción. ─ Explicó más tranquilo de lo furioso que estaba antes, yo hice un sonido de afirmación.

En ese momento, mi teléfono había sonado, por lo que lo tomé y lo prendí, viendo que tenía un mensaje de Sonic.

────┈┈┈┄┄╌╌╌╌┄┄┈┈┈────

❝ 𝚂𝚘𝚗𝚒𝚌 ❞

─ Shadow, ¿Terminaste bien después de la fiesta?

❝ 𝚂𝚑𝚊𝚍𝚘𝚠 ❞

─ Tranquilo, todo bien. ¿Qué pasó con los demás?

❝ 𝚂𝚘𝚗𝚒𝚌 ❞

─ Tails se terminó llendo con Cream. Silver vómito en medio de la pista de baile, por lo que Blaze se lo tuvo que llevar. Knux eh...

❝ 𝚂𝚑𝚊𝚍𝚘𝚠 ❞

─ ¿Él qué?
─ No me dejes esperando.

❝ 𝚂𝚘𝚗𝚒𝚌 ❞

─ Él y Rouge... se fueron a unas de las habitaciones de esa discoteca.

❝ 𝚂𝚑𝚊𝚍𝚘𝚠 ❞

─ ¡¿Qué?!

❝ 𝚂𝚘𝚗𝚒𝚌 ❞

─ Sip. Al parecer Knuckles al fin pudo hacer lo que quería con ella.
─ ¿Tú crees que era sólo para acostarse con ella o en realidad tener una relación?

❝ 𝚂𝚑𝚊𝚍𝚘𝚠 ❞

─ No me importa. ¿Qué pasó contigo y Amy?

❝ 𝚂𝚘𝚗𝚒𝚌 ❞

─ Em... ella y yo eh...
─ ¿Si te digo te enojarás?

❝ 𝚂𝚑𝚊𝚍𝚘𝚠 ❞

─ Depende.
─ Ya dime.

❝ 𝚂𝚘𝚗𝚒𝚌 ❞

─ Ella y yo... tuvimos nuestra primera vez.

❝ 𝚂𝚑𝚊𝚍𝚘𝚠 ❞

─ ¡¿QUÉ COSA?!

❝ 𝚂𝚘𝚗𝚒𝚌 ❞

─ ¡Perdón  P-Pero estábamos bajo efectos del alcohol. N-No debes enojarte.

❝ 𝚂𝚑𝚊𝚍𝚘𝚠 ❞

─ ¿Cómo no quieres que me enoje?
─ ¡¡TE ACOSTASTE CON MI HERMANA!!

❝ 𝚂𝚘𝚗𝚒𝚌 ❞

─ ¡Te dije que lo sentía!
─ Ella quería decírtelo cuando te viera, estamos en el parque.
─ Cuando ella te explique, ¿Estaremos bien?
─ ¿Shadow?

────┈┈┈┄┄╌╌╌╌┄┄┈┈┈────

Lo bloqueé por la rabia que tenía, tomando las llaves de la moto. Le dije a Espio, quien miraba tele, que volvería después. Él asintió. Bajé por las escaleras lo más rápido posible, llegando al estacionamiento del edificio y encontrar mi moto, arranqué y empecé a conducir con un sólo destino, el parque.

Pasé por ese campo de girasoles, bajando le a la velocidad de mi motocicleta, suspirando tratando de conseguir calmarme por lo que había pasado. Tomé uno de esos girasoles y volví a conducir hasta llegar al parque.

Estacioné la moto en una sección para dejar los vehículos, le puse la alarma que tenía para después caminar buscando al erizo azúl de mierda. Lo ví sentado hablando con nervios con la eriza rosa, por lo que me fuí acercando a paso rápido.

─ ¡Shadow! ─ Me llamó mi hermana, corriendo hacia mí y darle un fuerte abrazo.

─ Hola... ─ Hablé abrazándola con uno de mis brazos, mirando intimidante al erizo de ojos verdes. Él me sonrió nervioso.

─ E-Eh... Shadow, por favor, de verdad lo siento. ─ Me hablaba el Faker tratando de calmarme.

─ Claaaro. ─ Me separé de Amy, acariciando su cabeza. ─ ¿Estás bien?

─ Estoy bien. Tranquilo, Shad. No pasa nada. ─ Me hablaba tan calmada que hacía que mi enojo poco a poco de fuera, pero aún mantenía mi semblante furioso.

─ Es que lo que pasó fue... ¿Ese girasol?

Me cuestionaba mi versión barata, notando que sonreía más tranquilo.

─ ¿Por qué sonríes?

─ ¿Me darás ese girasol como muestra de que estaba bien de que me acostara con Amy? ─ Lo golpeé en la cabeza, mientras él se sobaba la misma zona. ─ ¡¡Au!!

─ Ni loco te daría una flor. ─ Mi vista de pronto se fue hacia unas tres chicas; una eriza, una equidna, y una mangosta. Son ellas. ─ Los veo después. y aún estás advertido, Faker.

─ Lo sé. ─ Me habló alargando la "o" y la "e" por el fastidio, supongo.

Caminaba hacia esas chicas, notando algo en la eriza amarilla... ¿Es mi chaqueta?

─ ¡Hola, Shady! ─ Me saludaba la eriza amarilla, por lo que sonreí.

─ Hola, Mari. ─ Ella sonreía, pero la mangosta la veía pícara.

─ ¿Él es tu novio? ~ ─ La cara de María de vió toda roja, la mía ligeramente. María no sabía que decir miéntras yo desviaba mi mirada. ─ ¡No lo negaron!

─ Pero tampoco lo afirmaron, Mina. ─ Habló la equidna, acariciando el hombro de Robotnik.

─ Bueno, si no son pareja, ¿Cómo estás, lindo? ─ Me hablaba la mangosta, por lo que bufé.

─ No soy de ese tipo de chicos, linda. ─ Mongoose se sorprendió, cruzando los brazos, y mi vista se fue a María.

─ Oye, Shadow... te traje tu chaqueta. ─ Me entendía la prenda, por lo que la tomé. ─ La dejaste en mi casa.

─ Tranquila, está bien. ¡Oh! Quería darte esto. ─ Le extendía la flor, y ella abrió sus ojos sorprendida. ─ Es para agradecerte por ayudarme anoche.

─ Gracias, Shady. ─ Tomaba el girasol para olerlo y después colocarselo en su cabello. Que linda es.

─ Awww, que tiernos. ─ Dijeron las amigas de la eriza, y yo crucé mis brazos.

Después a lo lejos había visto algo, una persona. Caminaba a paso lento pero seguro, usaba una chaqueta de cuero.

Pero lo que más llamó mi atención, fue su pelaje... es verde.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro