~Goodbye~

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Tomo con suma delicadez una de las alas de Beatrice, quien cierra con fuerza los ojos y se tapa la cara con su ala libre.

—Adelante —ordena.

Asiento y saco del bolsillo de mis pantalones las frías tijeras cuya forma recuerda a la de algún pájaro. Tembloroso, trago en seco y las acerco a la extremidad de mi amiga, que parece bastante asustada.

—No creo que vaya a dolerte mucho... —murmuro— Tranquila.

Y acto seguido, coloco su ala entre las dos afiladas hojas de la tijera y las cierrro velozmente, sintiendo la carne rasgarse y los huesos romperse por el limpio corte.

Beatrice grita de dolor, oprimiéndome el pecho, pero enseguida su voz es callada, pues ella misma queda muda al ver como todo su cuerpo resplandece. Tengo incluso que cerrar los ojos por culpa del chorro de luz que desprende el ave.

Cuando ya no hay brillo que atraviese mis párpados, los separo lentamente. Donde antes se encontraba la pequeña Beatrice con plumas azules, pico y patitas, ahora se halla una joven de mi altura de cabellos rojos recogidos en un moño alto y que viste un simple vestido azul con algunos detalles blancos.

Me mira con sus ojos negros y sonríe al levantar sus manos para poder verlas.

—No puedo creerlo... —susurra. Sus piernas empiezan a temblar y se abraza a sí misma, mientras que lágrimas cristalinas de pura felicidad salen de sus ojos para resbalar por sus mejillas rosadas salpicadas de pecas— ¡No puedo creerlo!

Llora y ríe a la vez. Yo la observo boquiabierto, sin saber qué decir exactamente. Beatrice se me acerca, me toma de las manos y empieza a dar vueltas, arrastrándome consigo.

—¡Oye! —exclamo, dando tropezones. Ella sigue riendo sin hacerme caso y sin soltarme. Sigo quejándome, aunque yo también acabo riendo y llorando de felicidad— ¡Vale, vale, ya basta Beatrice...!

Mi compañera y amiga obedece y va frenando poco a poco. Sin dejar de sonreír ni de mirarme, se enjuga las lágrimas de las mejillas y las que aún estaban por salir de sus ojos. Se frota los brazos desnudos, probablemente para entrar en calor, pues aunque ha parado de nevar, sigue haciendo mucho frío.

—Muchas gracias, Wirt... —dice, bajando la mirada a la punta de sus zapatos y rascándose tras la cabeza— Pero... creo que será mejor que tomes a Greg —señala a mi hermano, quien yace durmiendo sobre la nieve tranquilamente, envuelto en la capa de mi disfraz. Respira con calma, para mi alivio—, y os marchéis ya, porque...

Pero no acaba la frase, pues me acerco y la silencio posando mis labios sobre los suyos unos instantes. Ella permanece inmóvil cuando separo mi rostro del suyo para poder abrazarla. Cierro con fuerza los ojos y comienzo a llorar en silencio.

Beatrice, bastante sorprendida por mi conducta, queda completamente quieta durante unos instantes. Pero entonces, pasa sus brazos por mis hombros, devolviéndome el abrazo y me aprieta contra ella.

—Venga, no... no llores Wirt... —me consuela, con un hilo de voz— ¡Vas a volver a tu hogar, con Sara! Seguro que escuchó tu cinta, y seguro que le encantó. Y tú y ella... Y... y yo... —Se sorbe los mocos y gime—: Y yo os echaré muchísimo de menos a los dos, y os recordaré cada día de mi vida, cada vez que me mire al espejo y vea mi aspecto humano, el cual tú recuperaste... Gracias por todo, Wirt...

Ha empezado de nuevo a nevar, pero con mucha menos fuerza que antes. Los copos de nieve caen sobre nosotros, derritiéndose casi al mismo instante de rozarnos. Escucho a Greg toser, por lo que me separo lentamente de la chica.

—Yo... Debo de... —Miro a los vidriosos ojos de Beatrice. Ella parece entender, pues asiente tristemente y me da la espalda.

Sus hombros tiemblan, dándome a entender que ha empezado de nuevo a llorar. Quiero abrazarla de nuevo, pero sé qué eso sólo lo haría todo más difícil.

Cargo con Greg y digo:

—Adiós, Beatrice.

Yo también doy la vuelta y empiezo a caminar lentamente. Entonces, escucho la voz de Beatrice una última vez:

—Adiós, Wirt,     

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro