Perspectiva de Shawn

Me levanté muy temprano para empezar a arreglar todo el departamento a la perfección y esconder la ropa y juguetes que había de mi hija, porque Sianna vendría al departamento ya que lo quería ver, había estado pidiéndolo durante mucho tiempo, hasta que le pregunté al doctor si estaría bien que viniera, él dijo que no existía problema alguno, qué tal vez eso le ayudaría a recordar y no sería un enorme golpe.
Una muy pequeña parte de mí no quería que ella recordara los malos momentos conmigo, pero la gran mayoría deseaba que todo volviera a ella, ya que cada vez que iba a visitarla me trataba de maravilla, de una manera que no lo había hecho en muchos meses y solo me rompía demasiado, porque sabía que si Sianna recordara todo no lo estuviera haciendo.

Alguien tocó la puerta y me encaminé a abrirla, en cuanto lo hice me encontré a Lorena que me dio un abrazo y fue en busca de Cora. Ella se haría cargo de la niña mientras Sianna estaba en el departamento y no iba a ser la primera vez que la cuidaba porque ella era la que se encargaba de Cora cada vez que iba de visita con su amiga. Una media hora después me quedé solo en la casa sin nada que hacer, pero los nervios a todo el nivel, solo me concentraba en que le iba a decir si ella recordaba algo o si lo hacía por completo, el miedo estaba dentro de mí controlándome por completo, a tal punto que varias veces había estado por llamar a Sianna y cancelar todo.

No me di cuenta, pero me quedé dormido en el sillón y volví a despertarme cuando escuché que tocaban a la puerta, de inmediato abrí los ojos y el terror volvió a mí de inmediato, me levanté del asiento y en cuanto estuve frente a la puerta tomé una enorme bocanada de aire suplicando internamente que todo saliera bien o que pudiera soportar lo que estaba por venir.

—Hola —saludó Sianna dándome un beso y entrando para observar todo con demasiada curiosidad— . Es realmente bonito el departamento, escogimos bien.

Le di una sonrisa nerviosa al escucharla decir eso.

—Claro que si. —dije tomándola de la mano para ir juntos a la sala, pero ella no estaba dispuesta a ver la televisión, así que se fue directo a investigar todo el lugar, en cuanto llegó a donde había sido nuestra habitación (y que ahora solo usaba yo), no me despegué de ella en ningún momento, porque ahí tenía guardadas las cosas de Cora y no quería que las viera.

Por suerte luego de unos minutos ambos nos dirigimos a la cocina para beber un poco del té favorito de Sianna, ella se sentó en la barra de la cocina esperando por su bebida y en cuanto tomó la taza de donde se lo serví, el pánico me controló, le había entregado su favorita sin siquiera verme dado cuenta que esa la escogí para ella.
Sianna le tomó un trago y volvió a dejar la taza en la barra empezando a platicar conmigo, pero de un momento a otro guardó silencio, bajó su mirada al recipiente y se levantó de la silla para empezar a observar todo el lugar.

—No, no puede ser. —susurró para ella misma logrando que me asustara.

No sabía que hacer, por lo cual me acerqué a ella y cuando la iba a tocar dio unos pasos hacia atrás.

—Aléjate. —pidió y lo hice de inmediato sin comprender por completo que era lo que le sucedía.

—Amor...

—No me llames así —Y escucharla decir aquello todo tuvo sentido, estaba recordando cosas—Estamos casados, tenemos una hija... ¿dónde está? ¿Dónde está Cora?

No tenía la menor idea de cómo actuar en esa situación, mis ojos estaban llenos de lágrimas que luchaban por salir y sentía como me estaba destrozando por dentro saber lo que se avecinaba.

—¡¿Dónde está?! —gritó alterada cubriéndose el rostro con las manos.

—Está con Lorena, ella la está cuidando..

—¿Estamos por divorciarnos? —preguntó mirándome a los ojos y me di cuenta que estaba comenzando a llorar— Sí, vamos a divorciarnos. Ahora todo tiene sentido, por eso nadie me dejaba estar en mis redes porque iba a ver absolutamente todo.

Ya no soporté más y empecé a llorar en ese momento intentando acercarme más a Sianna, pero se alejó de inmediato.

—Perdón, todo este tiempo he estado luchando por ti, para recuperarte y volver a ser la familia que éramos porque te amo con todo mi ser y he estado sufriendo demasiado al saber que no recordabas nada y que me tratabas como si fuéramos pareja de nuevo, ha sido de lo peor estar en esa situación porque te amo y no se si aún tú lo haces conmigo.

—Quiero irme a mi casa. —dijo caminando a la salida, en cuanto pasó a mi lado la tomé de la mano haciendo que se detuviera.

—No se que voy a hacer sin ti, eres toda mi vida...

—Shawn quiero ir a mi casa. —Me interrumpió entre sollozos, la solté y vi como empezó a caminar a la salida, mientras que yo la observaba irse, de nuevo.

Salí corriendo hacia ella antes de que abriera la puerta, ni si quiera lo pensé, el amor que le tenía y el miedo de perderla me cegaba por completo, así que la volteé y la besé sin pensármelo ni un segundo.

Al principio se quedó paralizada al encontrarse de ese modo, pero cuando reaccionó colocó sus manos en mi cuello siguiéndome el beso, la pegué mucho más a mí, queriendo que ese momento jamás terminara, deseaba quedarme de esa manera para siempre.

En cuanto despegamos los labios ambos nos miramos a los ojos sin soltarnos, quedándonos en una perfecta burbuja por unos segundos, hasta que ella se quitó rápido.

—Lo lamento. —dijo llorando aún más y salió del departamento dejándome devastado a más no poder.
Ni si quiera me fui de ahí, me senté pegando mi cuerpo a la puerta y juntando mis piernas a mi pecho para llorar sin importarme qué me llegaran a escuchar, solo quería morir.