Día 17 - Crecimiento de las plantas

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Náufragas del grupo vagaban las dos mejores amigas del alma abrazadas la una a la otra. Se habían separado del conjunto pero no con intenciones negativas; un accidente que conllevó al traumático suceso que se ejecutaría en cuestión de segundos si las perdidas no los hallaban.

"Sadie, estamos solas..." Susurró la morena al oído de su acompañante mientras se agarraban de las manos, con el pavor retumbando en sus seres. "No creo que estemos tan solas." Apuntó la de peso excesivo a un arbusto contenedor de unos bermejos rubíes que las acechaban, cómo un depredador con su hambre insaciable por devorar a sus presas.

"No quiero morir... ¿Qué tal si morimos cómo Ezekiel o Lindsay?" Katie y sus sollozos atraían más a los animales exóticos que mantenían la vigía sobre aquellas que poseían baja guardia... Excepto Sadie. Ella era la que cubría la boca de Katie en la penumbra de la luna, mirándola para consolar su llanto desgarrador.

"¡Tú sabes que nunca dejaría que eso te pase!" Murmuró con un tono audible mientras abrazaba a su contrincante; la cual le correspondió mientras el manto de la luna las tapaba de las amenazas posibles... ¿o quizá no?

El equipo de los demás aún exploraba el bosque en medio del anochecer con agonía, no se percataron de la ausencia de las mejores amigas hasta que Noah lo indicó. Para muchos no era la afición principal, pero la pecosa estaba más que furiosa. No soportarían más pérdidas; entre más eran, mejor sería todo.

Volviendo a las protagonistas... Abandonaron su acto cuando recordaron que era de noche y las podrían estar espiando, con un crujir de rama que las alarmó solo para visualizar un minúsculo conejito de adorables facciones.

"¡Mira, Sadie!" Exclamó la de azabaches cabellos amarrados con una curvatura que compartió con su hermana de otro linaje sanguíneo, mientras expulsaba una risita.

"¡Es igual de esponjoso y lindo que tú, Katie!" Mencionó la de nívea tez mientras alardeaba a su adversaria para que esté distraída y no con los nervios a flor de piel cómo ella... Debía estar positiva, solo por su espíritu.

"¡Tú también eres muy hermosa!" Expresó con regocijo la de mayor estatura antes se que un ruido las hicieran aturdirse, apartando sus figuras abruptamente de la otra.

"¿Qué fue eso?" Cuestionaron al unisono, antes de que una complexión ensangrentada se asomara entre las sombras que las observaban. Ambas lo reconocieron... Era él.

"Esto... Debe ser una broma." Recalcó Katie con una angustia enorme infiltrando su presencia en su metabolismo, mientras sus estragos se avecinan a las lágrimas en sus cuencas.

"¡Katie, no! ¡eso es lo que quiere! ¡vernos débiles!" Musitó la de aterciopelados mechones mientras suspiraba. "Inhala y exhala, ¿Si? Y a la cuenta de tres... Corremos."

La fémina asintió reanudando las instrucciones de su adversa que la tranquilizaron más, pero no del todo; aquel de dudosa procedencia aún se aproximaba con cada paso que retrocedían.

"Uno..." Alzó un dedo con una voz limitada que erradica las penas; una Katie asustada y su sensación en su paladar que la aterrorizaba, pero no podía dejar atrás a Katie. "Dos... ¡Tres!"

Durante el chillido se soltaron, así empezando su acelerar. Aunque Katie retomaba la velocidad vertiginosa durante la persecusión; Sadie iba demasiado lento.

Ser perseguidas era... Escalofriante para ambas. Pero Sadie fue encontrada mientras Katie se ocultaba en el hueco de un árbol, tapando sus labios con tal de no permitir que se le escape ningún grito con sus gotas que recorrían sus pómulos. Ese era el impedimento de cualquier elemento que retumbara...

"Lo siento Katie... Te amo mucho, ¿Si? Sigue adelante por nosotras, porfavor no te quites nunca lo que compartimos durante toda nuestra vida. Recuerda nuestra amistad; espero que lo hagas por toda la eternidad. Te estaré cuidando desde el más allá."

Cómo un líder, el asesino se detuvo mientras un aullido se presentó. De la oscuridad, emergen los lobos con una Katie se preparaba para presenciar de la peor falacia que se obligó a mantenerse clandestino. Tuvo que enfocarse en esa grotesca escena; cómo su amistad era la comida de esos despiadados organismos mientras contenía todo. Negó una y otra vez, ese masticar junto con esa afilada dentadura de colmillos que se clavaba en las súplicas y chillidos de la muchacha que rogaba paz... Tuvo que clausurar sus párpados porque ya no podía más.

Esas memorias siempre viajarán por su percepción sin duda; el descomunal rugir mientras se impacta. Cuando abrió sus perlas y el agresor se retiró, ella lo hizo junto con ellos, mientras se despedía de la dama.

"P-perdón Sadie..." los balbuceos eran incomprendidos, mientras humedecía las lesiones ajenas. "Espero que... nos volvamos a ver en otra vida." Y así; Katie despertó sus sentidos, levantándose antes de que sus talones se apresuren para buscar a los bagres, topos... Lo que fuera.

Las peonías que plantó justo a los costados de ella fueron algo esencial para la creación de esa bestia; en el sendero de esa zona circulaba el de hebras desgastadas, el que difundió el programa... Hay que tener cuidado con las diferencias.

El desenlace de las mejores amigas... ¿Quién lo diría? Crecieron y hacían todo juntas. Enfrentaban todos los problemas con la otra, pero este fue el desafío de sus existencias. Realmente le dolió a Katie distinguir cómo el hombre ofreció a Sadie a esos salvajes que ahora repudiaba. Chris no conocía nada de Sadie más que era la de latente conexión con Katie... no sabía que adoraba los vegetales que Katie dejó a los lados de ella.

Desde que ya no estuvo en la isla, las plantas desarrollan su ornamentación en lo abandonado. Hay venas de las hojas, también hongos y aquellas flores de brisa veraniega...

Ella lo neutraliza desde ellos.

Cuando él se adentre por el pavimento de la arboleda, el oír esos ecos a sus espaldas lo abrumara. Dando la vuelta su complexión mientras divaga una incógnita.

"Había flores ahí antes?" No lograba descifrarlo; era un enigma sin respuesta a menos que su atención se acoplara en ello. Su caminata se reanuda pero pasa semejantes situaciones una y otra vez. Sadie no quería que él se vaya. Primero él los abandonó a todos para que se pudran en esa pocilga... Era su turno. El puesto en su pedestal se había descendido, todo por sus egocéntrica personalidad que arruinó el ambiente junto a aquel detrás de toda la masacre.

No iba a acceder que sus garras lo sometan a la escapatoria cuando en un inicio ella nunca estimó de una en su muerte.

Ahí fue cuando Chris la apreció desde una distancia segura; ese cadáver descompuesto que tenía heridas abiertas de las mordeduras y la maleza esparcida por sus mordiscos. ¿Esa realmente era la Sadie que conoció? ¿Aquella con el progreso de la vegetación en su óbito?

Pero no; ya no más. Ella poseía tal sed de venganza cómo los demás vengativos en su respectiva ubicación en la localización... Tan diversos pero con el mismo interés.

Arrebatar de su oxígeno a aquel que los privó de su libertad al fugarse por su propia cordura.

Chris la admiró y ella estaba con exigua lejanía en esos instantes, él frunce el ceño con un espanto mientras alguien le tendía a otorgar pistas para la supervivencia.

"Deberías mantener un ojo en la cosa correcta... O si no, no la verás venir."

Increíble. XD

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