Día 19 - Picaduras

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Las múltiples picaduras mosquiteras ( un premio de la naturaleza), moretones y entre otras plagas que infestaban su tez aterrorizaban a sus amantes. Pero su creencia de que aún poseía belleza era firme; aunque no tan sólida en cuanto a la superficie. Ya ni siquiera el guitarrista podía animarlo debido a su enamoramiento por culpa de la gótica a la cual el arrepentimiento le trepaba a la espalda, rasguñando todo a su paso mientras su torso estaba repleto de garras.

Esas que la arrastran al abismo con el averno tragando su esencia a canela y a las bravías masas que lo dominaban: aferrado con vehemencia a su débil psique que se engañaba en contener esas cualidades bonitas por las que conseguía todo.

En las grietas de la razón dónde abundaba su prominente pavor que lo invadía hasta en el más recóndito rincón propenso a oscurecer; esa alma apagada, la estrella que perdió su brillo era el mismo moreno que cada anochecer sollozaba recordando en las descomunales revistas dónde posó antes  de la súbita desgracia.

En las profundidades más intensas es donde se ahogaba denso mientras sus gotas se fusionan con el líquido. Más allá de las sombras que lo hacen agonizar y los recuerdos reprimidos en la cajita oculta en lo más rotundo de su mente, se esconden sus fobias. Son extravagantes e incomprensibles para la mayoría pero que acechan a su triste respuesta anticipada.

Él es el protagonista cuya alma fue enredada en esa telaraña de la que nunca pudo huir de su perseguidor. Es aquel que siente un paralizante insecto subir por sí del nombre ansiedad cuando su reflejo se estremece al sonido de las mariposas y le habla pese a que él no moviliza su boca. Aquel que se sumerge en las olas para ignorar el fuego que lo atrae con una llama fulgurante mientras una cantarina carcajada lo abruma. Él lucha por sobrevivir, pero era complejo sin una amistad que lo apoyara.

Una lágrima de traición podía opacar su corazón, aquella laguna de confianza que inundaba la ciudad que se supone eran sus sensaciones mientras él cada vez que el objeto reflector lo examinaba fijamente; se contenía el grito arrancado de su garganta. ¿Desde cuándo dejó de ser el bello Justin que todos adoraban? Parecía ser propenso a ser el primero en ser expulsado.

Arrasaba su desinterés cuando nadie podía despegarse de él pero... ¿Ahora? ¿era en serio?

Él había asesinado en la cotidianidad a un millón de sueños por desear acorralar a uno que nunca se transformaría en la cruda realidad que lo apretaba entre sus paredes, sofocando su oxígeno hasta hacer que una navaja roce su yugular con sumo cuidado a no rebanar algo de incorrecto modo. Se imaginaba aterrizando en la luna con él anteriormente, pero ahora su nube se enfocaba en esa básica instrucción que solo le señala algo.

«Te va a soltar a medio camino»

Eso lo afectó excesivamente hasta distanciarse del de perlas boscosas que no entendía su error, mientras su pérdida torna más grave los procesos que ejecuta.

¿Pero saltar de un acantilado hacia un punto de reposo al lago acumulado en tiburones? Eso sí arruinaría su reputación. Ensamblado en la tensión que le invoca vértigo a su visión mientras una incógnita cruza por su juicio; ¿Cómo Bridgette lo hace de una manera tan normal y ni siquiera sale lastimada? La surfista si tenía vigor, así que todas sus autoestimas múltiples se descartaron... Exceptuando las que estimaba respecto al deportista trás su choque.

Del parrandero se esperó el alarido, quizá de la fémina entrenada también y el rostro de seriedad en el muchacho proveniente del reformatorio lo hizo suspirar con pesadez. ¿Pero DJ sin anhelar arrojar su complexión al río? Eso sí era algo que no imaginaba. A su criterio; el amante de los animales era mucho más enérgico y no tan miedoso... Las apariencias engañan, ¿No es así? Más por su transcurso desde infante, sin dudar.

Y las burlas del azabache eran crueles sin duda, más la roca que impactó contra el campesino de la granja mientras los acontecimientos lo aterraban. Eso no erradicará su encanto, ¿No es así? Él no era nadie sin él.

El festejo del triunfo ajeno solo le prometió más eterno sufrimiento mientras los topos repudiaban a las otras personas, con cólera y la dramaturgia entre ellos. También era doloroso el golpe de Harold, más la diversión que resonaba por la zona respecto al anfitrión que disfrutaba cómo los campistas estaban en un estado tan... Denigrante. Era irónico que ese fuera el cuidador de los adolescentes que justamente ahora concluían su etapa (si lo hacían debido a la instantánea muerte que se les podría elaborar en ese programa sanguinario).

La pecosa evitando el brinco del precipicio lo alivió; quizá no precipitan el límite de contrincantes y ellos ganen, ¿No? Los sombreros de gallina por algo lo tomaban cómo ello. El intercambio entre Izzy y Katie también los auxiliaban, porque la chiflada podría ser útil a futuro.

El mutuo chillido solo alarmó a Chris escasamente, más la esperanza de obtener un remolque para el desafío fue esclavizada cuando a la cuestión de Trent no se le brindó una emisión coherente además de ser el centro de atención. Incluída la negación de la japonesa, añadida por la de la rubia y la guerra entre la morocha y la pelinegra era terrible.

Se le estruja su latir mientras para distraerse del presente, se escudriña en el espejo solo para visualizar alguna imperfección o defecto.

Después de que Izzy se lanzara, reconocía que era su puesto. Contempló por una última vez a Trent y al resto de su equipo con algo de inseguridad antes de inhalar para así tirar su complexión.

Lastima que sus depredadores esperaban la situación propicia para atacar, y ahora lo era; más porque no se abalanzó al círculo.

No percibió cómo se aproximaban a él por el inerte temblor, pero optó por utilizar su arma letal...

Pero aquel era un ingenuo niño.

¿Realmente se retrató que su modelaje lo salvaría de ser la presa adherida a aquellos que cazaban por su líquido carmesí?

Justin con su habitual sonrisa le fomentó una curva a sus agresores... Sin embargo, eso no fue suficiente para que alguien fuera a socorrer al varón sumido en su mueca.

Los tiburones rápidamente nadaron a sus piernas sin fanatismo a sus rasgos, así mordiendo sus talones mientras sus pupilas se contraían. Los gritos estaban en la localización con la miseria que entrometió al de diamantes en una angustia que no sería pasajera.

"¿Por qué ellos... No lo sacan?" Murmuró el de mechones sombríos mientras la escena lo petrifica; ¿Chris era capaz de permitir que esto suceda?

La dentadura se clava en los sutiles tejidos del de zafiros mientras estos con lentitud se apagan junto con sus súplicas de una ambulancia o similares, hundiéndose hasta el fondo del océano mientras Courtney amenaza al líder respecto a sus abogados por no acudir.

Los mordiscos se impregnan en él mientras Trent parece experimentar ese mismo óbito con una sentencia que él ni siquiera firmó.

"Él... Está muerto." Titubeó con pena mientras en sus cuencas se almacenan cascadas que nunca dejarían su sendero de fluir durante todo su traumático trayecto.

Porque el conjunto de menores habían sido testigos del asesinato de aquel al que todos adoraban por el valor que implicaba ser su cercano... además de estar aislados del mundo con un demente que solo reía ante el acto.

Me dolió. Justin es uno de mis favoritos ;-;

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