"AeGF: La verdadera bestia del Lago"

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El viejo McGucket y su hijo tuvieron la oportunidad de disfrutar un agradable día juntos, el cual utilizaron para realizar una experiencia de antaño: pescar.

El lago estaba en tranquilidad y no había ningún indicio de que fuesen a capturar algo pronto; colocaron las cañas en reposo para que picaran algo, ellos esperarían hasta entonces.

—¿Y cómo sigues en tu mansión? —cuestionó su hijo, tratando de iniciar conversación.

Desde los acontecimientos del Raromagedón, Fiddleford había ido normalizando su comportamiento y su actitud, volviéndose una persona más normal; por lo menos empezó a usar ropa más decente y se afeitó su característica barba.

—Uno se vuelve refinado en sitios como ese cuando menos te lo esperas —bromeó—, pero debo admitir que de vez en cuando se me sigue escapando un poco de locura —rio.

Su hijo chistó y correspondió con una sonrisa.

—Es bueno saberlo —suspiró—. Tengo que decirte que me alegra mucho volver a compartir tiempo contigo.

—Ay, hijo —sonrió con tristeza—. No fue fácil enfrentarse a lo que tuve que vivir. En verdad lamento haberme perdido gran parte de tu vida.

—Eso ya es pasado —hizo un ademán en son de despreocupación—, lo importante ahora es que estás intentando reponer el tiempo perdido.

—¡Más vale tarde que nunca! —rio y dio una palmada en contra de su pierna.

Un poco de locura salió a la luz, pero lo dejaron pasar.

De pronto, el anzuelo picó algo.

—¡Pamplinas! ¡Es grande! —declaró McGucket asomándose por la borda.

El hilo era jalado con fuerza y parecía amenazar con voltearlos.

—¡Rápido que se nos escapa! —agarró la caña y comenzó a jalar con fuerza.

El hijo del viejo se colocó detrás de él y lo apoyó para poder capturar al supuesto pez que amenazaba con escaparse con la carnada.

Sin que se percataran, una gran sombra se asomaba por debajo de las aguas, unos tentáculos emergieron del agua y fueron acercándose al bote. Tate pudo darse cuenta de ello y se alarmó.

—¡Qué es eso? —retrocedió un poco asustado.

—¡Debe ser un calamar! ¡Será un rico manjar si lo capturamos! ¡Ajua! —exclamó muy desinteresado; estaba enfocado en capturar a la criatura.

—¡Olvídalo, padre! ¡De verdad dudo que se trate de un calamar y más en este lago! —repuso señalando las extremidades.

—¡Patrañas! Seguro que sí puede haber uno colado por aquí —trataba de animar, pero su hijo estaba reacio.

—¡Suelta la caña! —ordenó con voz firme.

—¡Ya casi lo tengo! —jaló con más fuerza.

McGucket en verdad creía que tenía en su poder al susodicho calamar que no hacía más que tentarlo con un delicioso platillo preparado con buena sazón; sin embargo, en un giro inesperado, tres tentáculos más salieron del agua y jalaron al viejo a un destino mortal.

—¡Ahhh! ¡Sabía que el Gobblewonker era...! —no terminó de gritar porque había sido hundido en el agua.

—¡Padre! —extendió su brazo en señal de desesperación.

https://youtu.be/R9DpatRyUz4

Solo imaginen que los personajes son un poco más grandes y cambiados; en vez de Stan, pues sería Soos con la cabaña. De ahí, imagínense lo que quieran conforme al contexto que tiene el fic ;P

Mientras aquello sucedía, Dipper había arribado a la ubicación en donde estaban Ray y Mabel.

—¡Mabel! Estaba tan preocupado por ti —suspiró aliviado—. Me alegra saber que te encuentras bien —la abrazó con fuerza.

—Tranquilo, Dipper. ¿Qué podría pasarme de todas formas? —chistó.

—Con tantas locuras que hay en Gravity Falls, la verdad yo me esperaría lo que fuera —argumentó con un ademán.

—Eso tiene sentido —puso su dedo sobre sus labios—, aunque igual Ray había llegado. Él me protege de lo que sea, ¿verdad? —cerró sus ojos y esbozó una gran sonrisa.

—Por supuesto, Mabel —se acercó y tomó su mano.

—¡Ray! ¿Qué haces aquí? ¿No deberías estar con Pacífica?

—En teoría —respondió tranquilo—, pero logré infiltrarme con los Dagger.

—¿Derry? —cuestionó porque desconocía el apellido de aquella familia.

—En efecto, Dipper. 

—¿Y qué descubriste? 

Ray negó con la cabeza.

—Es peor de lo que llegué a pensar —aseguró—. Tengo el mal presentimiento de que buscan acabar con la tranquilidad y la armonía.

—¿Y para qué entrometer a Pacífica en ello? —su preocupación se elevó.

—Es una cuestión que aún debemos resolver —cerró sus ojos de manera pensativa—, pero claro, James ya está muy adelantado a los hechos..., algo me dice que ni siquiera le ha comentado a Yasir el verdadero propósito de que ella esté aquí...

—Bueno, al menos tenemos la clave para adentrarnos con esa familia sin que se den cuenta, ¿no? 

—Me temo que no es tan fácil, Dipper —abrió los ojos y lo observó con seriedad—. Tiene vigilado todo el perímetro y un solo movimiento es detectado con facilidad por sus medios; solo un verdadero experto sería capaz de escabullirse sin ser descubierto.

—Y quiero pensar que tú eres un experto —se cruzó de brazos y alzó la ceja.

—Conociendo a Ray, no lo dudaría —apoyó Mabel con positivismo.

—Bueno, chicos, cada uno tiene sus propias habilidades —explicó muy animado—. Adentrándonos a temas nuevos, ¿qué tal todo con Bill?

—Bastante bien, de hecho —contestó Mabel con emoción—. El tonto no conoce nada del amor y ya cayó redondito en él —rio por lo bajo.

—Vaya, suena muy prometedor.

—Sí, sobre todo por la chica tan peculiar con la que nos encontramos —detalló el castaño.

—¿En serio?

—Sí —retomó Mabel la palabra—, es nueva en el pueblo y es bastante bonita, a decir verdad. Estoy segura de que está en buenas manos con Bill.

—No puedo creer que lo hayan dejado solo y a la deriva —chistó.

Dipper se dio una palmada en el rostro.

—¡Qué tonto! Me preocupé tanto por Mabel que pasé por alto ese detalle.

—No te apresures —calmó el joven—, dudo que pueda hacer algo con su limitada consciencia humana. No tiene ni siquiera a donde ir y cualquier cosa yo lo podría rastrear con facilidad.

—¿Cómo? —Dipper arqueó una ceja.

—Tengo mis medios —mostró una libreta turquesa, la cual sacó de uno de sus bolsillos.

—¿Qué es eso? —cuestionaron ambos mellizos con suma curiosidad.

—Es como uno de los diarios de tu tío Ford —sonrió y abrió la libreta—, solo que esta cuenta con una gran cantidad de hojas y una organización bastante detallada; aquí, por ejemplo, guardo mis dibujos —mostró una página en donde se veía todo el poblado de Gravity Falls a partir de un risco en particular.

—Wow —Mabel tomó la libreta y admiró el dibujo—, es como si estuviera allí —sus ojos brillaron.

—Nunca nos contaste lo bueno que eras con los dibujos —Dipper correspondió con una sonrisa mientras se acercaba a contemplar el arte de su amigo.

—Bueno, nunca tuve la oportunidad de enseñarles —chistó.

Mabel suspiró.

—Ray, tendremos que profundizar más en ti. Ya fue suficiente de mí, ¿entendido? —Ray asintió—. Yo también quiero saberlo todo sobre ti —lo abrazó y él correspondió.

Dipper observaba todo confundido.

—Uhhh..., ¿me perdí algo?

La castaña se separó de inmediato al escuchar la cuestión, se sonrojó.

—N-no gran cosa —rio con nerviosismo.

Ray rio por la actitud de su amiga, pero se enserió cuando percibió algo que se acercaba.

—Alguien viene —declaró.

Mabel y Dipper se pusieron en una posición defensiva, pero todo se calmó cuando de entre los arbustos salió Tate; aunque se veía bastante aterrado.

—¡Chicos! —corrió hasta los mellizos—. M-mi padre...

—¿Qué le pasó a McGucket? —reaccionó Dipper con rapidez.

—Estábamos pescando y un monstruo se lo llevo a las profundidades del lago ¡comenzó a perseguir después eso! Temo que mi papá pueda estar muerto —comenzó a hiperventilar.

—Hey, hey, hey —Ray intervino de inmediato, colocando ambos brazos en los hombros del hombre.

Tate sintió una profunda calma en todo su ser.

—Respira y suelta... Respira y suelta 

El guardabosques seguía las indicaciones del pelinegro, por otro lado, Dipper también tomó una actitud preocupada.

—¡Cómo era? —se acercó de inmediato con el hombre.

—No lo vi con claridad, lo último que alcancé a percibir de esa monstruosidad fueron sus tentáculos y unos dientes bastante aterradores —una serie de escalofríos lo recorrió—. Mi padre dijo que se llamaba Gobblewonker.

Tanto Ray como los mellizos se extrañaron, el primero porque conocía la anatomía de la criatura y los otros dos debido al conocimiento que tenían acerca de que se trataba de una bio-máquina hecha por el mismo viejo.

—Es imposible que sea el Gobblewonker —negaron los dos jóvenes en un compás diferente. Dipper miró con asombro a su amigo.

—Mira —Ray acogió una actitud llena de coraje—, es innegable que tu padre se encuentra en peligro, así que te aseguro de que nos encargaremos de que salga sano y salvo de ese lago —frunció el ceño con una sonrisa.

—¿De verdad harían eso por mí?

—Bueno, Dipper y Mabel tienen experiencia con este tipo de cosas, ¿no es cierto? —Mabel asintió.

—Nos enfrentamos a un demonio capaz de desatar el fin del mundo, un monstruo marino será lo de menos —corroboró el castaño con seguridad—. Traeremos a McGucket de vuelta.

—Muchas gracias, chicos. No sabría como agradecerles...

—Tranquilo, compañero —Ray le regaló una sonrisa comprensiva—. Por ahora déjanos el trabajo a nosotros, te mantendremos al tanto.

—¿No hay forma de ayudarlos?

—Me temo que no —aseguró el pelinegro—. Mientras menos seamos, mejor.

—De acuerdo, estaré en mi puesto del lago por si me necesitan —suspiró—. Admito que será algo aterrador volver allí.

—Te veremos allí, nosotros necesitamos unos cuantos recursos antes de adentrarnos al rescate —Tate asintió y se retiró.

Dipper estaba un poco impactado por la naturalidad con la cual Ray trataba el asunto; su actitud relajada le parecía inapropiada para la situación, aunque había funcionado para calmar al hijo de Fiddleford. Se cruzó de brazos.

—Veo que ocultas unos cuantos misterios, ¿eh? —entrecerró los ojos.

—¿Qué pasa, amigo? —chistó—. Solo porque estemos en Gravity Falls no significa que debemos desperdiciar año y medio de confianza, ¿o sí? —sonrió con inocencia.

—No es eso —negó con sus manos—, es solo que me parece inédito el hecho de que estés tan tranquilo, ¿cómo puedes saber siquiera que todo está bien?

—Solo lo sé —repuso con confianza—, hay que tener fe en que todo siempre saldrá bien.

—¿Y si no?

—Entonces por alguna razón habrá ocurrido, todo siempre tendrá un significado, no importa que tan malo sea el hecho en cuestión: nadie puede discutir la ignorancia que poseemos al saber que aquello puede repercutir en algo mucho más benéfico para nosotros.

Dipper no supo que decir ante palabras tan sabias, por lo que se limitó a cambiar el tema.

—Bueno, no importa ya —se acomodó la gorra—. Tienes razón, debemos de enfocarnos en que McGucket estará bien y esperar a que no le haya pasado nada.

—¡Estoy muy segura de que conseguiremos salir con él a salvo! —animó Mabel rodeando con sus brazos a ambos chicos—. ¡Ay, qué emoción! ¡Nuestra primera aventura juntos en Gravity Falls! ¿No es extravagante?

—Bueno —Dipper emitió un resoplido—, debo admitir que estuve esperando algo así para poner a prueba a Ray y ver en verdad que tan valiente podía ser.

—¿Por qué lo dices? —fingió curiosidad.

—Digamos que he tenido experiencia con personas que presumen ser la gran cosa y en el mero momento terminan siendo unos cobardes llorones —Ray meditó lo dicho.

—Tienes razón —puso sus manos en los costados—, jamás me han visto en este tipo de situaciones —sonrió—. Esto se pondrá interesante...

El joven tomó su libreta y comenzó a hojearla, estaba buscando algo.

—¿Qué buscas? —Dipper se asomó con curiosidad.

—Una pócima que inventé con algunos ingredientes durante mi estancia en Gravity Falls —explicó con alegría—, realicé algunos experimentos a lo largo de mi verano en el pueblo.

—De verdad que me entristece no haberte visto nunca en el pueblo —corroboró el castaño mientras negaba con la cabeza y emitía una sonrisa.

—No me dejen atrás —Mabel también quiso fisgonear en el contenido de aquella libreta tan excéntrica. 

Mientras Ray pasaba las hojas, pudieron llegar a observar imágenes nítidas de diversas criaturas y paisajes nunca antes vistos, también algunos trazos que indicaban ubicaciones y anotaciones que involucraban experiencias personales. 

El pelinegro por fin llegó a la sección de mezclas.

—Muy bien, tendremos una odisea submarina, por lo que deberemos de tener la capacidad de respirar bajo el agua —señaló un dibujo de un anfibio antropomorfo—, aunque también podremos respirar aire.

—¡Increíble! ¡Como una sirena! —chilló Mabel de emoción.

—¿Tendremos colas también? —Dipper se despabiló del tema e inició sus cuestiones—. Espera, ¿de dónde sacaste tanta información? Dudo que algo así de completo llegue a escribirse en menos de dos meses —argumentó con asombro.

—Es un misterio del cual me guardaré la respuesta por el momento —aseguró con una sonrisa.

Las sospechas de Dipper se sembraron ese día, de por sí que, desde su llegada a Gravity Falls, Ray había tomado una postura más protagónica, por decirlo de alguna manera. Parecía ser un chico bastante informado y despreocupado de todas las adversidades que presentaba el poblado; una actitud bastante inusual y eso era lo que lo ponía en mucha duda.

—Me pregunto como habrá sido tu reacción al encontrarte con la primera anomalía de este pueblo —bromeó Dipper al ver el estoicismo de Ray ante dicho tema.

—Lo más probable es que me hubiera asustado —rio—, pero entre tantas cosas que han sucedido a lo largo de toda mi vida, ya es difícil que algo me sorprenda —reveló con un aire de nostalgia.

Dipper no supo exactamente si tragarse ese argumento, sobre todo porque no le decía nada en realidad. Desde otra perspectiva, era un signo claro de que Ray ocultaba un pasado mucho más complejo y amplio del que se podría llegar a imaginar. De cualquier manera, Dipper seguía con bastante intriga.

—¿Cómo llegaste a la conclusión de que no era el Gobblewonker? 

—Le conté a Mabel que durante mi estancia en Gravity Falls pude conocer al monstruo marino que reside en el lago —sonrió—. La verdad es que se trata de una criatura dócil, me extrañaría mucho que quisiera dañar a alguna persona; solo cuando está en verdad molesto o se siente amenazado, hace eso —explicó con detalle—. Así mismo, él no cuenta con tentáculos sobre su cuerpo.

—¿Estás diciéndome que lo que inventó McGucket está basado en un monstruo de verdad?

—De algo tendría que haberse basado, ¿no lo crees? —rio por lo bajo.

Ambos mellizos se miraron entre sí y no pudieron refutar ese argumento. Mabel reincorporó el asunto a tratar.

—Bueno, dejando las preguntas que afectan la confianza —carraspeó su garganta—, ¿qué ocupamos para hacer la poción? —miró atenta a la libreta.

—Es algo muy sencillo de preparar, primero ocupamos agua de pantano: es la base líquida que beberemos.

Mabel realizó un gesto de asco.

—¿No hay otra manera? No lo sé..., ¿no contarás con otros medios? —lo miró esperanzada.

—Bueno... —desvió su mirada hacia el bosque—, sí, pero... ya sabes, creo que todavía debo reservarme unas cuantas cosas —suspiró.

—Oh —puso una mueca de tristeza, pero entendió un poco el asunto. Retomó su sonrisa y puso su mano sobre el hombro de su amigo—, está bien, Ray. Tómate tu tiempo.

—Te prometo que haré que la mezcla no tenga un sabor tan espantoso —recobró su felicidad.

—Ojalá que pronto dejes atrás esa inseguridad, somos tus mejores amigos —recalcó Dipper—. Solo me hace sentir más dudas sobre ti, eres bastante diferente a como eres usualmente en California.

—Es cierto —sobó su brazo derecho—, quizá hay unas cuantas cosas que pude haber hecho aquí en Gravity Falls y no les conté, pero... es solo que siento que, a pesar de que hayan vivido casi el fin del mundo, hay cosas más complejas de entender aún.

—¿Cómo cuáles? —retó Dipper.

—Quizá algo todavía más superior.

Tanto Dipper como Mabel no supieron como contestar ante las palabras de su amigo; sin embargo, Ray sabía que el tiempo se estaba agotando.

—Miren, con el tiempo las cosas se irán revelando por sí mismas, se los aseguro. De poco a poco verán más de mis habilidades —sonrió por dentro—, pero para ello deberán confiar en mí, ¿puedo contar con eso?

Dipper quedó pensativo acerca del asunto, tratar con un demonio como lo era Bill Cipher lo dejó con una experiencia horrible acerca de la confianza y la manipulación que puede tener un ser cualquiera; por otro lado, estaba Mabel, quien no dudó ni un segundo.

—Yo confío —tomó su mano—, sé que podrías ser cualquier cosa, pero jamás darnos la espalda —miró a Dipper—. Mi hermano puede carecer un poco de la confianza por los sucesos que no han acechado a lo largo de los años y sobre todo por el verano pasado que estuvimos aquí —volteó a ver a Ray de nuevo—, pero si estoy segura de una cosa es que tú eres una personas a la que le podemos dar toda nuestra confianza —sonrió.

Ray se sintió pleno al sentir la calidez y la alegría que la castaña emanaba de su ser. Dipper, a su vez, se resignó al escuchar la decisión de su hermana: estaba muy convencida. El castaño tomó aire y lo soltó en un gran suspiro.

—Solo no me decepciones, ¿está bien?

—Cuenta con ello —extendió su mano y Dipper la apretó.

—¡Sí! —Mabel estaba muy contenta—. Entonces..., ¿qué más ocupamos aparte de agua de... pantano? —mencionó lo último con algo de repudio.

...

Escamas de pescado, baba de sapo, canela y una sustancia viscosa que sobresalía de una roca a lado de un arroyo cercano fueron los demás ingredientes que tuvieron que recolectar para realizar la pócima. Ray también tomó un recipiente en donde colocó todo y consiguió un machacador para poder aplastar partes de los ingredientes.

Dipper y Mabel observaban un poco repugnados la mezcla que estaba formando el pelinegro, quien no hacía ninguna mueca de disgusto. Al terminar, vertió la sustancia viscosa de color verde oscuro; la mezcla adquirió dicho color.

—Ya está listo —alzó el recipiente y se acercó a los mellizos—. Ahora solo hay que beberlo.

Tragaron gordo.

—¿A qué sabe? —dudó Mabel al ver la viscosidad que presentaba el líquido.

—Tranquila, tiene canela: eso suaviza un poco lo demás —agarró el tazón y bebió un poco de la mezcla, al terminar, miró a Mabel con una grata sonrisa—. ¿Lo ves? —el efecto de la mezcla le concedió a Ray una branquias ligeramente pequeñas en los costados de su cuello.

—Vaya, es raro y bastante emocionante —un poco nerviosa, tomó el recipiente.

Respiró profundo. Tomando su actitud atrevida, bebió de la mezcla con rapidez para no sentir la sensación del líquido pasar por su garganta. Mabel miró a Ray escéptica.

—Vaya, me supo más la canela —chasqueó con la lengua.

De pronto, Mabel sintió una extraña sensación por todo su cuerpo; cambios biológicos estaban originándose dentro de ella y, sin saber, comenzó a adquirir un sistema de respiración anfibio; al igual que Ray, obtuvo un par de branquias a los costados de su cuello. La castaña soltó unas risillas.

—Siento cosquillas.

—Te acostumbras a ellas —rio por el suceso.

Mabel volteó a ver a Dipper y le extendió el recipiente. El chico la tomó y bebió, experimentando lo mismo que su hermana. Rechistó.

—¿Cómo es que solo me sabe más la canela? —miraba el residuo que quedaba de la mezcla con curiosidad.

—Es una propiedad única que tiene la sustancia viscosa de la roca —explicó—. La llamo líquido adaptum.

—¿Por qué? —cuestionó Mabel.

—Porque se adapta al sabor más dulce y adapta las propiedades de los ingredientes para otorgar capacidades naturales que un ser no posea originalmente.

—¿Quieres decir que esta sustancia se puede mezclar con otras cosas? —Dipper arqueó la ceja.

—Por supuesto —realizó un ademán—, les cuento en el camino —con un movimiento de su mano, les indicó que lo siguieran.

El trío tomó rumbo al lago de Gravity Falls.

—Así como puede otorgarnos capacidades biológicas como respirar bajo el agua, sin perder nuestros pulmones —recalcó—, también nos puede otorgar capacidades físicas y mentales. Si tuviéramos un diente de guepardo, una pluma de halcón peregrino, una aleta de pez vela y una pata del escarabajo tigre, serían la persona más rápida del mundo —sacó su libreta y le dio una ojeada rápida, la guardó—, alcanzarían una velocidad aproximada de 1200 kilómetros por hora.

—¡Esa es la velocidad del sonido! —rectificó Dipper con gran asombro.

—¿De verdad se puede ser así de rápido? —Mabel sonrió de la sorpresa.

—Con los recursos que nos ofrece esta Tierra, sí. Si existieran otro tipo de elementos que nos otorguen más velocidad y resistencia, es posible ser más rápido. Es más, si el ser humano fuese capaz de almacenar un rayo de luz y materializarlo en algo sólido, podríamos incluso viajar a esa velocidad.

—Debes estar bromeando —chistó el castaño.

—He recolectado datos fuera de este mundo, sin duda —rio—, pero hasta ahora no lo he comprobado —hizo un ademán.

—¿Eso quiere decir que son puras hipótesis tuyas?

—De cierta manera lo son —repuso con una sonrisa burlona.

Dipper no supo exactamente a qué se refirió con ello, pero pensando en que algo así sería casi imposible, lo dejó pasar. Por su lado, Mabel tenía puesta su mirada en aquella libreta tan curiosa.

—Oye —habló un poco tímida—, ¿cómo es que nunca habíamos visto tu libreta?

—Oh —agarró la misma con sus dos manos y sonrió—, digamos que este diario es muy especial para mí, aunque dentro de ella se encuentran mis secretos más profundos —suspiró—. Es difícil mostrarle este contenido a cualquier persona, primero necesito saber que estarán preparados para todo lo que hay adentro —sonrió—. Además, este diario lo tenía en mi hogar y como nunca los llevé a mi casa, jamás tuvieron la oportunidad de verlo —aclaró—. Sin embargo, tenía preparado mostrarles lo más excéntrico de mi persona en este verano y, teniendo fe en que regresarían a Gravity Falls, pensé que no habría mejor lugar para hacerlo —sonrió.

—Eso suena bastante intrigante —declaró Dipper con una sonrisa—. Estaré ansioso de saber lo que escondes ahí, juraría que todo lo que vi se parece a todo lo que mi tío Ford estuvo investigando por años.

—Sí, es como si hubieras copiado sus diarios —bromeó ella. Dipper arqueó la ceja.

—Eso no sería posible —chistó—, tomando en cuenta que su tío tenia el diario uno, Gideon el segundo y ustedes el tercero; ya no había más para mí —rio—. Me las apañé por mi cuenta.

—Ya quiero oír la historia completa —Mabel lo codeó y Ray solo soltó unas pocas carcajadas.

Dipper seguía incrédulo con el asunto. Ray tenía mucha información en esa libreta, sería imposible recabar todo ello en dos meses, a menos de que lo haya escrito en el transcurso de tres años que llevaban en California; pero ¿cómo alguien sería capaz de retener tanta información en su memoria? Las aptitudes de Ray sin duda eran un gran misterio.

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El gran lago de Gravity Falls resplandecía y el agua era cristalina; su pureza era notable, contaba con un buen guarda que cuidaba de su salubridad. Dipper, Mabel y Ray detuvieron su andar en la orilla del cuerpo de agua.

—Ahora que lo pienso, no tenemos trajes de baño —señaló Mabel viendo su ropa, la cual no quería que se empapara.

—La verdad no quisiera tener que mojar esta ropa —corroboró su mellizo.

—Bueno, podemos ver si Tate cuenta con unas cuantas prendas para el agua, igual sirve que le preguntamos por unos goggles para que no nos cueste trabajo ver bajo el agua —acompañó Ray comprensivo.

Los tres se dirigieron al puesto del guardabosques, quien ya lucía más tranquilo respecto al tema de su padre, pero la inquietud persistía en su interior. El hombre los llegó a ver y los atendió de inmediato.

—Chicos, no creí verlo tan pronto, ¿ya saben algo de mi padre?

—Me temo que aún no, pero ya estamos a punto de adentrarnos a buscarlo —aseguró Dipper—. Lo único que no contamos con trajes de baño para entrar al agua y estamos lejos de la cabaña ahora.

—Hummm —Tate volteó hacia su puesto—..., déjame ver si encuentro algo por aquí. Muchos turistas del verano pasado extraviaron unos cuantos después de que se cambiaron y fueron asustados por criaturas repentinas —chistó—. En fin, esperen aquí.

—También si puedes prestarnos unos goggles, por favor —pidió Ray un poco apenado.

—Claro —Tate se adentró a su puesto.

—Bueno, ¿qué haremos ya que estemos en el lago? —cuestionó Mabel un poco dudosa.

—¿Por qué lo dices? —preguntó Ray bastante tranquilo.

—Están consciente de que nos enfrentaremos a una bestia marina, ¿verdad? —señaló Dipper—. Debes tener un plan además de acercarnos a él y nos expongamos a una peligrosa muerte.

—La verdad es que sí tengo un plan —Ray alzó su dedo índice—, pero para ello deberemos de entrar al agua primero.

—Sería más benéfico si cualquiera de mis dos tíos pudiera ayudarnos —comentó el castaño.

—Sí, pero algo me dice que están ocupados ahora mismo. De cualquier modo, están demasiado lejos ahora y dudo que lleguen a tiempo, el reloj corre y, a pesar de que todo está bien por ahora, siento que esa bestia pudo haber ingerido a McGucket.

—¿Piensas que está dentro de su estómago? —preguntó Mabel.

—Estoy seguro de ello, deberemos sacarlo de ahí de algún modo —rectificó con el ceño fruncido.

—Espero que nada se salga de control —Dipper soltó un resoplido.

Tate volvió con unos cuantos trajes de baño y los goggles.

—Tienen suerte, chicos. Tomen —les extendió la ropa.

Ray tomó todo.

—Muchas gracias, de aquí en adelante nos encargamos nosotros —Tate asintió.

—Si ocupan algo más, díganme —se introdujo al puesto.

—Perfecto, hagamos esto —animó Mabel tomando un traje de baño.

...

Los mellizos estaban de pie frente al lago junto a su mejor amigo, el último lideró a los dos poniéndose en frente de ellos.

—Muy bien, amigos —sonrió—, esto será una experiencia sin igual. Espero que estén preparados para todo lo que verán —guiñó el ojo.

Ray se adentró al lago y, con un salto largo, se perdió en las profundidades del agua. Dipper y Mabel se miraron entre sí un poco asombrados, pocas veces veían actitudes tan relajadas y despreocupadas en temas serios y llenos de presión; aunque Ray lo hacía bastante bien, siempre estaba seguro de sí mismo. 

Respiraron profundo y se metieron al lago también, por instinto, tomaron aire y bucearon a las profundidades del lago.

Ray estaba nadando bajo el agua y los estaba esperando con una gran actitud positiva, los mellizos no estaban acostumbrados a ello. El pelinegro se acercó y habló.

—Tranquilos, pueden respirar bajo el agua sin ningún problema —rompiendo algunas leyes físicas, la voz de Ray se escuchaba con suma claridad.

Ambos mellizos se vieron entre sí y soltaron el aire que estaban conteniendo con un poco de temor. Sin embargo, sintieron como las branquias presentes en sus cuellos comenzaron a funcionar, sintiendo ligeros cosquilleos.

—Vaya —la voz de Mabel sonaba distorsionada—, ¡es increíble! —alzó los brazos.

—¿Verdad? —Ray cerró los ojos con una gran sonrisa. Los volvió a abrir y nadó unos cuantos metros más profundo—. ¡Síganme! —hizo un ademán.

—Sin duda es una experiencia única —rectificó Dipper sin que se le entendiera del todo.

—Me pregunto por qué la voz de Ray se escucha perfecto bajo el agua —comentó Mabel un poco desconcertada.

—Es un misterio, a menos de que tenga que ver con la mezcla; pero eso nos debería de haber incluido —se puso pensativo—, supongo que es una incógnita que nos explicará más adelante.

—Tal vez —se alzó de hombros—, por ahora, ¡esto es genial! —sonrió ampliamente y empezó a jugar bajo el agua. 

Entre nados y diversión, fueron adentrándose a las maravillas ocultas que se resguardaban en el lago. Una hermosa cantidad de plantas y animales subacuáticos adornaban el sitio, además de criaturas inusuales que Dipper jamás había visto en los diarios; quizá se debió a que Ford jamás tuvo la oportunidad de descubrir la manera de estar debajo del agua.

Mabel admiraba todo con asombro, Ray sí que escondía secretos bastante buenos e interesantes, su intriga aumentaba más y saberlo todo sobre él era lo que más anhelaba ahora. 

Después de un rato nadando, escucharon el rugido de una bestia resonar por todo el lago.

—¿Qué fue eso? —cuestionó Dipper volteando a todas partes. 

Ray se puso alerta. A una gran velocidad, se dirigió a los gemelos y los tomó de los brazos para ocultarse detrás de una roca.

—Shhh —puso su dedo sobre su propio labio para que no hicieran ruido. Ambos asintieron.

Ray se asomó por la roca y les hizo una seña para que lo acompañaran. Los mellizos se alzaron  un poco sobre la roca. 

Una tortuga gigante estaban frente a sus narices, la cual despedía unos cuantos tentáculos de su ser; tenía dientes de tiburón y una cola inmensa, su cuerpo parecía estar electrificado como una medusa; sus ojos estaban completamente negros y su caparazón era de un color morado oscuro. Se desplazaba rápido.

—Pero ¿qué? —Mabel no podía creer lo que estaba viendo.

Ante las palabras que mencionó, la tortuga volteó con rapidez hacia donde provinieron dichas palabras. Ray los escondió con velocidad y los abrazó con fuerza. Los mellizos sintieron una energía extraña cerca, pero creyeron que se trató de la tortuga que estaba justo detrás de ellos.

La bestia parecía estar olfateando la roca en la que estaban escondidos, tratando de buscar alguna señal; se alejó y optó por rodear la piedra.

Ray actuó rápido y rodeó al pedrusco al mismo tiempo que la tortuga; la bestia no era tonta, tenía cerebro de delfín.

La bestia no encontró nada y se retiró de allí.

Pasaron los minutos y Ray por fin soltó a los mellizos.

—Estuvo cerca —declamó con tranquilidad—, debemos tener más cuidado.

—¿Qué rayos era esa cosa? —preguntó Dipper asustado.

—Era DestrOcean —declaró el pelinegro sacando su característica libreta—, es una bestia de las 7 criaturas hechas por un dragón mítico llamado Destructo.

Ray abrió su libreta y en ella se visualizaba a un dragón con forma de serpiente, a su alrededor había 7 bestias.

—DestrOcean es una combinación de muchos animales marinos, pero también posee poderes sobrenaturales —señaló a la tortuga dibujada—. Es un peligro que esté en Gravity Falls. Si llega a alimentarse lo suficiente, será capaz de destrozar el pueblo entero y de ahí quizá el mundo —cerró la libreta y entrecerró los ojos.

—¡Qué? —ambos mellizos reaccionaron con temor.

—Les dije que esta libreta tenía secretos bastante abrumadores, hay peligros más amenazadores que el mismo Bill Cipher en su momento —observó la trayectoria por la cual se fue la bestia—, temo que estamos en una fase llena de nuevas aventuras y peligros aún más grandes, necesitaremos toda la ayuda posible —los miró con determinación—. Por ahora, debemos enfocarnos en hacer desaparecer esta bestia de este mundo y para ello necesitaremos al Gobblewonker.

—A ver, a ver, a ver —Dipper realizó una gran cantidad de ademanes—. ¿Estás diciendo que existen seres más poderosos que Bill?

—Por supuesto que los hay, como DestrOcean, al igual que Axolotl..., bueno, debido a su figura divina ha dejado de existir recientemente —susurró lo último con resignación—, pero ese es otro tema.

—¿Axolotl no era el Ajolote gigante que vimos en nuestra aventura con Blendín? —recordó Mabel.

Dipper abrió los ojos en grande.

—E-es cierto —miró a Ray—. ¿Cómo sabes de Axolotl y su supuesta desaparición?

—No son los únicos que han hecho viajes extraordinarios, chicos —sonrió de lado con gran confianza—. Todos tenemos nuestras cosas, no me habían contado eso —chistó.

Dipper y Mabel habían olvidado aquel suceso de cualquier forma, desde la "derrota" del demonio, habían dejado ese tema en el pasado.

—Les aseguro que sabremos más conforme convivamos en Gravity Falls. Estoy seguro de que este pueblo develará gran parte de nosotros que no hemos querido contarnos —guiñó el ojo con confianza.

El grupo de amigos se percataba de que había sucesos que no se habían atrevido a discutir a profundidad durante su estancia en California, por lo que los mellizos empezaron a respetar más los secretos del pelinegro.

—De acuerdo —repuso el castaño—, ¿cómo encontramos al Gobblewonker?

Ray sonrió confiado.

—Yo me encargo de eso.

El joven nadó y se quedó en medio del lago. Colocó sus manos a los costados de su boca y emitió una serie de sonidos incomprensibles. Los mellizos creyeron que DestrOcean lo escucharía, pero para su fortuna no fue así.

Transcurridos unos minutos, una inmensa criatura subacuática había aparecido en frente de ellos, era nada más y nada menos que el Gobblewonker. Mabel estaba impresionada y se dejó llevar por el momento al acercarse junto a Dipper.

El monstruo inclinó su cabeza hasta Ray par permitirle que lo acariciara.

—¿Cómo has estado, viejo amigo? —lo miró de forma dócil, el monstruo correspondió con la misma actitud.

Al acercarse los mellizos, la bestia retrocedió un poco. Ray extendió su mano y se acercó con lentitud.

—Tranquilo, son amigos —de su bolsillo sacó un pedazo de carne—. Ten, un poco para el apetito —lo soltó en y comenzó a flotar.

El monstruo comió la comida y se sintió agradecido. Se acercó a Ray de nuevo.

—Eso es —se acercó a él y colocó su frente junto a la del monstruo. Ambos cerraron los ojos.

Tanto Dipper como Mabel observaban la escena maravillados. Sin duda alguna era un suceso bastante entrañable e inusual. Mabel se acercó un poco.

Ray se alejó del monstruo y este asintió, viéndolo a los ojos. Miró a la castaña.

—Ven —extendió su mano. Mabel la tomó—. Puedes tocarlo.

La castaña sintió una gran emoción recorrerla y acercó su mano al Gobblewonker. El monstruo la aceptó sin queja ni rugido, algo que hizo sonreír a la joven.

—¿Cómo? —preguntó escéptica.

—Es como cualquier ser vivo, un poco de cariño y comprensión es lo único que necesitan para ser compañeros fieles de otro ser —explicó con aprecio—. El Gobblewonker es un monstruo al que me encontré y lo inicié a frecuentar, pronto nos hicimos cercanos.

—Wow —Mabel estaba realmente anonada.

Dipper también se acercó.

—Es increíble, Ray. Debes enseñarme a entrenar a las bestias.

—Quizá lo haga, Dipper —chistó—. Muy bien, subamos al Gobblewonker, Fiddleford nos espera para su rescate —señaló el lomo del monstruo.

Dipper y Mabel a sintieron decididos y, junto a Ray, subieron al monstruo subacuático.

...

Montados en el gran monstruo, fueron en búsqueda de DestrOcean. Dipper y Mabel estaban ansiosos, no conocían del todo las capacidades del Gobblewonker, pero si podía hacerle frente a una bestia de nivel legendario, seguro también tendría sus detalles.

—¿Qué puede hacer el Gobblewonker? —preguntó Dipper intrigado.

—Es un monstruo acuático bastante inusual sin duda —explicaba con un ademán—, tiene capacidades físicas extraordinarias, un tamaño colosal —lo señaló—, una velocidad impresionante —le dio unas palmadas, la criatura aceleró por unos instantes, haciendo soltar un grito a los mellizos—, entre otras cosillas más —sonrió.

—Parece ser adecuado para la situación —corroboró Mabel—, ¡pelea de monstruos! —declaró como grito de guerra.

—Sin duda estamos a punto de tener una batalla de titanes —declaró Ray con una mirada desafiante.

—Una cosa, Ray —habló Dipper—, ¿podrías decirnos cómo es que sabes tanto de estas bestias?

—Bueno, uno va aprendiendo bastante en el camino —sacó su libreta—, anotas todo lo que vas leyendo y observando; se trata de recabar datos y hacerte con todo el conocimiento posible —la volvió a guardar—, pero claro que lleva su tiempo.

—¿Cuánto? —preguntó Mabel con curiosidad.

—Ese tipo de preguntas las responderé a su debido tiempo —recalcó.

—¿Y qué hay de tu libreta? —la señaló—. Digo, ¿no debería de deshacerse aquí, debajo del agua?

—En teoría —hizo un ademán—, pero mi libreta tiene una esencia que le impide destruirse con facilidad.

—¿Qué clase de esencia?

—Les explicaré después, por ahora hemos arribado a la zona donde se encuentra DestrOcean —entrecerró los ojos.

El trío de amigos se hallaba cerca de la isla Hundetrasero. En el trayecto pudieron visualizar a otra isla cercana que parecía tener un rostro, se trataba de aquel ser monstruoso al que se enfrentaron la última vez en el lago, cuyo diente gigante había sido clavado en la tierra; tragaron gordo.

Ray continuaba estoico, su mirada estaba fija al frente. Tocó al monstruo con cierta fiereza y este emitió un rugido. Una luz turquesa lo envolvió.

Estamos listos —sonrió por dentro.

—Siento el ambiente pesado —Mabel abrazó a Ray por detrás con gran fuerza.

—Yo también, siento que el agua se torna más densa.

—Son efectos que DestrOcean está provocando, pero tranquilos, lo derrotaremos.

Todos estaban con la mirada atenta, incluso el Gobblewonker. 

De pronto, el lago inició a sufrir desvaríos en las profundidades, el agua incrementaba su temperatura de poco a poco, aunque sin llegar a los extremos; el calor abundó en el cuerpo de agua y eso afectó a los mellizos y al monstruo. Una onda sónica fue emitida en la lejanía, permitiendo escuchar un sonido similar al de una ballena, pero con un tono muy grave.

DestrOcean hizo aparición mientras denotaba una expresión molesta. Extendió sus tentáculos, los cuales inició a girar con rapidez: varios torbellinos fueron generados a partir de sus movimientos. Los remolinos eran fuertes y jalaban hacia a ellos todo lo que tenían cerca.

La batalla contra la bestia comenzó y de una manera muy reñida.

—¡Es más poderoso de lo que creía! —exclamó Dipper tomando su gorra para que no se lo llevara el remolino.

—DestrOcean es una bestia muy poderosa, no podemos tomarlo a la ligera —replicó Ray con dureza.

—¿Cuál es el plan? —cuestionó Mabel al oído del chico.

—Muy bien, esto es lo que haremos —los miró con el ceño fruncido—, Dipper, tú te encargarás de ingresar a la bestia para rescatar al viejo McGucket, en cuanto lo hagas, sal a la superficie lo más pronto posible para que pueda respirar —el castaño asintió—. Mabel, tú encárgate de direccionar al Gobblewonker para combatir a la bestia.

—¿Y qué hay de ti? —preguntó ella intrigada.

—Yo haré el trabajo más exigente, aunque admito que Dipper también la tendrá complicada —volteó a ver hacia DestrOcean—. He estudiado a esta criatura y conozco sus puntos débiles, pero tendré que llegar a su cabeza primero —tomó la mano de Mabel y la miró con una sonrisa confiada—. Necesito que lo distraigas para mí.

—Pero ¿no podrías morir? —se veía muy preocupada.

—Confía en mí —Mabel frunció el ceño y asintió.

—Entonces hagamos esto —Ray le cedió a Mabel el liderazgo del Gobblewonker—. ¡Démosle en donde más le duele! —el monstruo subacuático soltó un rugido en confirmación.

—Muy bien, Dipper —lo tomó del hombro—, necesitamos que el Gobblewonker nos introduzca en su boca: su baba nos protegerá del cuerpo electrificado de DestrOcean —el chico abrió los ojos en grande.

—Estando en el agua dudo que eso dure demasiado, ¿cuánto tiempo tengo para sacar a McGucket?

—Diez minutos —resaltó—, así que procura no tardarte demasiado.

Tragó gordo, pero se armó de valor.

—En marcha —Ray tomó la mano de Dipper y se dirigieron a la boca del Gobblewonker.

El pelinegro posó su frente en la cabeza del monstruo, el cual asintió y abrió sus fauces. Ambos entraron y fueron envueltos por la baba de la criatura.

—¡Prepárense, nos estamos acercando!

La distancia entre el Gobblewonker y DestrOcean había llegado a los 10 metros. 

—¡Ahora! —gritó Ray desde el interior del monstruo.

El Gobblewonker expulsó con bastante fuerza a los dos, en el trayecto del disparo, Ray desvió a Dipper ligeramente para que entrara en uno de los orificios del caparazón de la tortuga. Todo pasó bastante rápido, DestrOcean no tuvo tiempo ni de reaccionar; sintió a ambos en su cuerpo y activó su mecanismo electrificado, acción que fue inútil debido a la sustancia que estaba en sus cuerpos.

—¡Buen tiro! —exclamó Mabel con felicidad.

Ray aterrizó en el caparazón de DestrOcean.

—Hora de la acción, ser maldito —chistó y comenzó a ir hacia la cabeza.

La bestia se percató de lo que quería hacer Ray, por lo que intentó usar sus tentáculos para quitárselo de encima.

—No tan rápido, amigo —Mabel direccionó al Gobblewonker para un ataque directo.

El monstruo dio un impresionante giro con el cual asestó un fuerte golpe en la cabeza de DestrOcean. La bestia reaccionó con enfado y no tardó en desatar su furia; inició a dar vueltas sobre su propio eje de manera muy veloz, afectando ligeramente la velocidad de rotación de la Tierra con ayuda de su poder sobrenatural, también provocó que las nubes se juntasen en el pueblo y empezara una intensa lluvia con rayos mortales y truenos amenazantes y estruendosos; el Gobblewonker reaccionó expulsando una onda turquesa imperceptible que también rodeó al planeta. Debido a la rotación inesperada del mundo, se avanzó una hora y media; en Gravity Falls ya se había puesto el sol y la luna se dio a relucir en su máximo esplendor.

El planeta entero debió de haberse sacudido súbitamente por el acontecimiento, pero la reacción del Gobblewonker pareció haber aminorado las consecuencias de la bestia; consecuencias que el grupo alcanzó a percibir instantes después de lo que ocurrió.

—Me siento extraña —Mabel se tomó de la cabeza, pero reaccionó de inmediato—. Bah, debe ser el hambre —se despabiló—, concéntrate —entrecerró los ojos y animó al Gobblewonker a continuar con el ataque.

DestrOcean intentó capturar al monstruo por medio de sus tentáculos, pero consiguió evadirlos con agilidad. El Gobblewonker mordió con rabia algunas de las extremidades de la bestia, provocando que emitiera rugidos llenos de dolor y molestia.

Mientras tanto, Dipper se movía adentro de la bestia, se encontraba mareado luego de sentir que había estado en una atracción parecida a las tazas locas. Al recobrar el juicio, sintió un enorme pánico al percibir los cosquilleos que le causaba la corriente eléctrica de la criatura, si no se apuraba, esas cosquillas pronto serían algo mucho peor. Ya en el interior de la bestia, pudo percibir sus órganos, los cuales lucían transparentes; en uno de ellos se encontraba el anciano.

—¡Muchacho! —extendió su mano mientras se tomaba su cabeza con la otra, se hallaba desconcertado por las vueltas. Dipper llegó hasta él.

—¡McGucket! Gracias al cielo que sigue con vida —posó su mano sobre el órgano.

Dipper pudo percatarse de que el interior de la bestia era singular, debido a que su voz ya no sonó tan distorsionada a causa del agua. Así mismo, vio que el estómago en donde estaba resguardado Fiddleford estaba repleto de goteras que hacían incrementar el nivel del agua dentro de la misma: era una trampa mortal silenciosa y muy lenta, despiadada; estaba casi a la mitad de llena.

Dipper reaccionó con rapidez.

—¿Cómo llegó hasta ahí?

Con mucha dificultad, el viejo se movió por el agua y se despabiló. Explicó.

—Pues digamos que la bestia me capturó y me mantuvo cautivo en uno de sus estómagos, el porqué no me ha comido es una buena cuestión que no quiero averiguar —volteó a sus lados y había más cantidades de estómagos con diferentes especies acuáticas, incluso otras con anomalías sobre su ser, a diferencia del estómago en donde estaba el viejo, estas estaban vacías, los animales estaban muertos por la falta de agua.

—Parece ser que está recolectando la comida para después echarse todo de un solo bocado —inspeccionó el interior un poco más y se percató de que solo quedaba un estómago vacío disponible—. Si lo que dice Ray es cierto, entonces bastará con llenar su último estómago para que inicie el fin —miró a McGucket con dureza—, ¿recuerda como llegó hasta ahí dentro?

—Todo era muy borroso, sobre todo después de que casi me ahogo —explicó—, aunque puedo decirte que estos estómagos parecen tener una clase de compartimento arriba —señaló lo que parecía ser una compuerta.

—Para ser una bestia malformada está muy bien estructurada —señaló él con asombro—. Muy bien, quédese quieto, voy a abrirle para que salga de ahí, ¿entendido?

Fiddleford asintió.

—Perfecto.

Afuera, Ray estaba a punto de llegar a la cabeza de DestrOcean. Se esforzaba bastante, sobre todo después del giro que realizó; una persona común habría salido volando, pero Ray tenía sus técnicas. Denotando determinación, Ray se montó en el cuello de la bestia.

—Ya todo se terminará pronto, engendro —sonrió burlón.

DestrOcean emitió un rugido. Mabel seguía irritándolo con los ataques incesantes del Gobblewonker, el cual no parecía inmutarse ante la perfecta defensa de la bestia; la energía turquesa parecía resguardarlo con mucha eficacia.

—¡Vamos, Ray!

—¡En eso estoy! 

Dando los últimos pasos, arribó hasta la cabeza de la criatura.

Dipper logró subirse hasta la cima del estómago, viendo una especie de fisura en forma de cuadrado. Colocó sus dedos en el contorno de la misma y trató de levantarla, logrando zafarla de poco a poco; sin embargo, se percató de que el agua del exterior inició a adentrarse al estómago, aquello detuvo al castaño.

—Rayos —miró a su alrededor y la corriente eléctrica seguía activa—, no puedo dejar que McGucket salga en estas circunstancias...

—¿Qué pasa, chico?

—En cuanto abra el estómago el agua va a entrar, así que solo tendremos una oportunidad —miró a un orificio que conducía al exterior—. A mí señal va a agarrar todo el aire que pueda y lo contendrá para que nademos juntos hasta la superficie —señaló la salida—, ¿entendió?

—Entendido —hizo una seña militar.

—¡Muy bien! —miró la energía eléctrica fluir sin parar—. Espero que no tarde demasiado...

Regresando al exterior de la bestia, la misma seguía en una batalla frenética contra el Gobblewonker, no podía igualar su velocidad; le daba muchas vueltas y lo rodeaba en varias direcciones. Del mismo modo, El Gobbkewonker nadaba con fiereza mientras evitaba ser succionado por lo intensos remolinos que succionaban todo sin piedad.

Entre mordiscos, empujones y coletazos, el monstruo se las apañba para hacer sufrir a la bestia e impedir que detenga el objetivo del pelinegro.

DestrOcean estaba irritándose de sobremanera y su enfado se vio demostrado en los poderosos rayos que caían y electrificaban gran parte del lago.

Mabel sintió un poco de miedo, pero por alguna razón, la electricidad generada dentro del agua no la afectaba, quizá se debía al Gobblewonker.

Por su parte, Ray estaba bien montado en la cabeza de la bestia. Puso sus manos sobre su piel y tocó ciertas partes de la misma. Figuró tres círculos entrelazados y en medio de ellas, en donde se formaba un triangulo, dibujó la letra "G". Inició a recitar unas palabras.

DestrOcran ya estaba sacado de quicio con el Gobblewonker. Tras varios intentos, consiguió amarrar la cola del monstruo con uno de sus tentáculos y empezó a hacerlo girar, en ese lapso, dirigió sus demás tentáculos para empezar a tomarlo e inmovilizarlo.

—¡Vamos, amigo, resiste! —desplazándose sobre el monstruo, trataba inútilmente de pegarle a los tentáculos que lo rodeaban.

—¡... soiD euq redop le roP! —los ojos de Ray se iluminaron de un azul turquesa.

En ese instante, la figura que Ray había hecho se iluminó del mismo color y aquello provocó una fuerte debilitación sobre DestrOcean, deshabilitado gran parte de sus habilidades.

Los remolinos se detuvieron y sus tentáculos soltaron al monstruo, al mismo tiempo que dejó desactivado su mecanismo de defensa interna.

Dipper se percató de que la electricidad de la bestia se había detenido, esa era la señal.

—¡Ahora! —abrió la compuerta orgánica.

Fiddleford contuvo todo el aire que pudo y, en cuanto entró todo el agua de golpe, nadó hasta el castaño, quien tomó su mano y lo guió a la salida de la bestia.

Mabel retomó el control sobre el Gobblewonker y le animó a continuar.

—¡Andando! ¡Está debilitado! —tomó al monstruo del cuello y este se dirigió de lleno contra la bestia, impactándola e hiriéndola.

DestrOcean se sacudió y trató de recabar fuerzas como pudo; acudió a un poder interno que utilizaba en caso de emergencias.

Ray salió del trance y miró a Mabel.

—¡Cuidado! ¡DestrOcean también es parte Camarón pistola!

—¡Qué?

DestrOcean soltó unas cuantas burbujas a su alrededor y preparó su cruel ataque.

El Gobblewonker se dio cuenta de lo que quería hacer, por lo que colocó su cola frente a  Mabel para cubrirla mientras se desplazaba por las aguas para no sufrir un impacto directo.

Mientras aquello sucedía, Dipper y McGucket se encontraban saliendo a la superficie del lago.

—¡Rápido! ¡A la isla antes de que regresen los rayos! —indicó Dipper con cierto temor. Los diez minutos habían terminado y ya no quedaba nada de baba sobre su ser.

De ese modo, se dirigieron a la isla Hundetrasero.

En las profundidades del agua, Mabel se sujetaba con fuerza de la cola del Gobblewonker, se movía muy rápido y temía salir despedida.

DestrOcean inició a disparar una ráfaga de ondas provocadas por las burbujas, las cuales fueron expulsadas con una gran presión que podría causar la muerte al impacto.

En un acto de valentía, Ray trató de disminuir la puntería de la bestia picándole uno de sus ojos. DestrOcean se llegó a cuestionar quien era la persona que estaba posada sobre su cabeza, pero por mucho que lo inspeccionara por medio de sus detectores de calor, no pudo distinguir del todo su silueta; era como si estuviera frío. 

Los disparos de la bestia tomaron un rumbo aleatorio por la acción cometida de Ray, el monstruo pudo evadir con mayor facilidad los ataques con solo hacerse a un lado. 

DestrOcean se sentía abatido y muy perdido por la falta de fuerza y energía que el pelinegro le había ocasionado; su resistencia y defensa habían disminuido considerablemente, un ataque directo llegaría a ser devastador. 

Mabel pudo notar el desconcierto de la bestia. Frunció el ceño y tomó al Gobblewonker con dureza.

—¡Es nuestro! —señaló a la bestia.

El monstruo captó lo que la castaña tenía en mente y no dudó en acatar la orden establecida. Tomó impulso y, potenciándose a sí mismo con la luz turquesa que lo rodeaba, se abalanzó contra la bestia y lo tacleó con toda su fuerza. 

DestrOcean quedó herido por el golpe, su caparazón sufrió una fisura y una sustancia negra salió de ella. La tortuga emitió un rugido desesperado. 

Ray vio que era el momento para definir el final de la contienda. Se desplazó hasta el cuello de la bestia y apretó los costados del mismo, infringiendo en la estabilidad de su cuerpo; DestrOcean solo pudo sumergirse más hacia las profundidades, la presión del agua acabaría con quien fuera que tuviera encima. El pelinegro se dio cuenta de lo que la bestia quería hacer, por lo que saltó de su cuerpo y comenzó a nadar en dirección al Gobblewonker; sin embargo, DestrOcean no dejaría que se saliera con la suya: direccionó su mirar hacia donde estaba el muchacho y abrió su boca, en cuya garganta se podía visualizar una energía azul rey emerger.

Ray observó que su trayectoria afectaría al monstruo y a la chica que lo montaba.

—¡Aléjense!

—¡Ray, ya casi llegas!

—¡Mabel, vayan a la superficie!

DestrOcean ya casi tenía listo su ataque final antes de desvanecerse.

—¡No! ¡No te dejaré! —miró con impotencia al monstruo—. ¡Sálvalo!

El Gobblewonker miró con duda al muchacho. 

Ray no quería arriesgar la vida de Mabel porque sabía que, pasara lo que pasara, él podría estar bien; sin embargo, tenía en cuenta los sentimientos de la castaña y sabía también que ella se sentiría mal si lo dejaba ahí pensando que moriría. 

Terminó por asentir. 

Así, el monstruo nadó a toda velocidad para ir por él y, con ayuda de su cuello, logró recogerlo. En ese instante, la bestia desató un rayo de energía elemental que se dirigía hacia ellos, pero el monstruo consiguió proteger a quienes cargaba; al final, lo último que se escuchó fue el retumbar de los suelos dentro del lago, esparciendo una gran cantidad de tierra sobre las aguas.

I'll come back... —se escuchó en la lejanía con un eco en verdad espeluznante.

Y antes de darse cuenta, Mabel y Ray ya estaban flotando rumbo a la superficie.

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Dipper y Fiddleford esperaban pacientemente sobre la isla Hundetrasero.

—Sí que fue extremo todo el asunto —admitió el castaño con cansancio.

—Dímelo a mí que me tragó una bestia desconocida —ambos rieron—, pero, en serio, muchacho, yo vi al Gobblewonker una vez y no era para nada lo que fuera que me haya "comido" —lo miró con intriga—, ¿sabrás tú que era esa cosa?

—Bueno —desvió la mirada—, según mi amigo es una bestia capaz de destruir la Tierra —explicó con cierto temor y nerviosismo—. Por suerte, la detuvimos antes de que se alimentara por completo.

—Vaya, eso suena aterrador. Yo pensaba que Bill era lo único peligroso en este planeta.

—Hay que admitir que provenía de otra dimensión, es probable que...

Antes de terminar, un disparo de energía proveniente del lago lo calló de inmediato. Dipper y McGucket se alarmaron y se acercaron para ver lo que sucedía; el castaño estaba aterrado por pensar que algo le haya podido pasar a su melliza. 

Afortunadamente, pasó lo contrario al ver que tanto ella como Ray emergieron a salvo sobre el agua.

—Gracias al cielo —declaró Dipper suspirando de alivio.

Sin embargo, notó algo extraño.

—¿Qué sucede, muchacho?

—No lo sé...

Mabel se despabiló de todo lo que había acontecido, había sido una locura total. Volteó para ver si Ray se encontraba bien; el muchacho estaba en perfectas condiciones, aunque mostraba un gesto entristecido: su mano estaba posada sobre el monstruo y lo acariciaba con cariño y un toque de nostalgia.

La castaña se acercó a su amigo.

—Ray, ¿qué pasa? —tomó su mano. Él la miró con una sonrisa triste.

—Mi amigo, ha dado todo por nosotros —lo señaló.

El Gobblewonker tenía la marca del disparo en la cercanía de su estómago, se veía debilitado y bastante herido. Mabel soltó un resueño, estaba impactada de la magnitud de lo que DestrOcean había desatado como último aliento.

—¿Está...? —Ray acercó su dedo y lo colocó en sus labios. Lo miró y él solo negó con la cabeza.

—No quiero pensar en ello —suspiró—, prefiero creer que podrá recuperarse; la energía turquesa que lo envolvía era una energía única, dedicada a la protección de quien la posea.

—¿Se puede salvar entonces?

—Eso solo el tiempo lo dirá.

—Ay, Ray... —le dio un fuerte abrazo—, verás que estará bien.

—Lo sé, Mabel..., lo sé —correspondió el abrazo—. Lo más importante es que DestrOcean abandonó el pueblo y que tú estás a salvo —se separó y la vio a los ojos con una gran sonrisa—, al igual que Dipper y McGucket —los señaló con la mirada.

Mabel volteó hacia la isla y sonrió de oreja a oreja.

—¡Dipper! ¡Viejo McGucket!

Y de esa manera, los mellizos Pines salvaban el día una vez más, emprendiendo su nueva fase de aventuras junto a su nuevo amigo: Ray. 

Llamaron a Tate para darle las buenas noticias y para que los recogiera en la isla, por suerte, Ray tenía un celular impermeable. Hablando del pelinegro, él decidió quedarse en la isla un poco más, quería rendirle honor a su amigo por tanto esfuerzo; los gemelos lo entendieron y decidieron esperarlo en las orillas del lago. Tate no dudó en darles un aventón hasta su casa, con las riquezas de su padre, tenían un buen automóvil, así mismo, era un modo de pagarles el favor.

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¡Así termina la primera desventura de nuestros protagonistas! 

Comenta que te ha parecido, si te ha gustado o hubieras preferido verlo de otra manera, espero sus opiniones para mejorar más esta historia que dejé olvidada, pero he querido retomar, sin más preámbulos, los dejo.

¡Comenta y deja tus opiniones (no importa si es negativo, todo ayuda)!
¡Vota si te gustó!
¡Comparte si lo merece!
¡Nos leemos la próxima!

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Dato curioso del capítulo.

Dato importante de un personaje.

Información trascendental de la trama

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Ray se subió al automóvil junto a Dipper y a Mabel

DMYYIBTMLHBO:

—¿Todo bien, Ray? —Mabel volteó a verlo con comprensión.

—Todo perfecto —suspiró—. Estoy seguro de que saldrá de esta —sacó su libreta.

¿IX JXPZMQX AB OXV?

—Me alegra oír eso —declaró Dipper—, fue una gran ayuda.

—Nunca creí que un monstruo podría ser amigo de un hombre —comentó Tate desde el asiento del conductor. Dio marcha para dirigirse a la casa de los Pines.

—Sí que lo fue —animó Mabel—. Fue una experiencia extraordinaria, lástima que lo hayamos tenido que conocer de esta manera.

1-2-17-18-16-13-27-2-25-11

—Les aseguro que la próxima vez será divertido —habló Ray con optimismo—. Por cierto, quería mostrarles esto —extendió su libreta.

En ella se podía visualizar una gran formación rocosa dentro del lago, claramente dibujado.

—Son los restos de DestrOcean, aunque es su manera de dejar una señal de que estuvo aquí.

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—¿Dices que no murió?

—En lo absoluto. Sin embargo, sí abandonó este mundo; ya no debemos preocuparnos por él.

—Es un alivio —suspiraron ambos meliizos.

—Sí —rio—, pero bueno, quería decirles también que han demostrado ser capaces de soportar, por lo que les dejaré ver mi diario y también podrán escribir en él, sobre todo tú, Mabel —sonrió—. Me han contado que haces buenos dibujos y notas de tus aventuras.

Dipper rio y Mabel también, pero de forma nerviosa.

—Bueno, ¿qué te digo? —se rascó la nuca. Ray le extendió la libreta y ella lo tomó—. Aunque me agrada que todo esté fluyendo mejor.

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En eso, una luz resplandeciente se dio a notar.

—¿Vieron eso? —preguntó Tate asombrado.

El trío estaba sumergido en la libreta, por lo que ni cuenta se dieron.

—¿Qué cosa? —preguntó Mabel destanteada.

Tate negó con la cabeza, bastante tenía con lo de hoy.

—Nada, seguro fue mi imaginación.

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La lluvia seguía azotando con fuerza, dentro del bosque, un hombre de pequeña estatura observaba hacia el lago. Estaba hablando en línea.

—Todo salió perfecto —se escuchaban quejas del otro lado de la línea—. Sí..., verás que todo tiene su por qué —colgó y se retiró con una pequeña risa.

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Importante: Los códigos tienen en cuenta a la letra "Ñ".

Ahora sí, nos vemos ;3


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