"Un nuevo comienzo" (1/4)

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Año y medio atrás...

Los meses que pasé con Christian eran increíbles. Podía decirse que él era un chico genial, aunque a veces podía notar un poco de inconformidad. Una de las causas por las que nuestra relación se vio tambaleada, fue mi hermano Dipper. No le echo la culpa, pues es mi hermano después de todo, me necesitaba y nos estábamos distanciando demasiado. Podía ver como su tristeza aumentaba con los días y yo no quería verlo así. Un día antes de entrar a clases, tuve una discusión con Christian y no fue tanto de mi agrado.

Estábamos saliendo, como hacíamos la mayoría del tiempo, pero esta vez nos acompañaba Dipper.

—Gracias por invitarme, Mabs, hace tiempo que no salíamos juntos —sonrió.

Yo le correspondí la sonrisa. A mi lado derecho estaba Christian, parecía enojado y algo fastidiado, algo que me extrañó de él.

—¿Todo bien, Chris?

Tomé su mano para calmarlo, creo que solo por cortesía la tomó también. Si fuera una experta en caras, podría jurar que la sonrisa que me dio fue forzada.

Sí, no pasa nadadesvió su mirada hacia la calle.

De verdad había cambiado bastante, más desde que le hablaba sobre la distancia que teníamos mi hermano y yo. Decidí dejarlo pasar y continuar con nuestro camino. Era de mañana en ese entonces, habíamos quedado en ir a almorzar a un lugar. Nuestros padres habían ido a trabajar un poco lejos y no regresarían hasta ya adentrada la noche.

Entramos a un sitio agradable, Dipper y yo nos sentamos juntos y Chris había quedado en frente.

—Cuéntame, Dipper, ¿qué has hecho de nuevo?

Hmmm... —puso su mano en la barbilla, pensando en lo que iba a decir.

Chris miraba por la ventana del local, ignorando su alrededor. Lo dejé pasar, pero en el fondo sabía que algo no andaba del todo bien con él.

—Pues Marcus y yo nos pusimos a investigar el ente oscuro que ronda por los pasillos, tratamos de averiguar si alguien tuvo la increíble idea de convocar a un demonio o de sí alguien en el pasado tuvo una muerte trágica, ya sabes, causas principales de presencias fantasmagóricas o demoníacas en un sitio.

—¿En serio! Qué miedo. Si yo me encontrara con algo así moriría del miedo, lo bueno es que con ese diario del tío Ford ahora tienes más o menos una idea de cómo tratar con ellos, ¿no?

—Algo así, aún recuerdo que se puede usar el espejo de plata, pero no creo que esa técnica funcione con algo de esta índole.

Me alegró informarme un poco más de la vida de mi hermano, ya tenía tiempo que no hablábamos así. Justo por eso mismo, me vi tentada a cuestionarle algo más personal.

—Y dime, ¿hay alguna chica que te traiga loco? alcé las cejas con picardía.

—Eh...

Rascó su nuca, nervioso. Yo reí al verlo, estaba tan tierno: era un bebé en el amor, y no digo que yo ya tuviera mucha experiencia, solo que creo que se me daba más.

Pensé en una chica cualquiera de la escuela, pero no se me venía nadie a la mente, ni siquiera alguna chica nerd que conviviera con él en algunas sesiones de laboratorio en biología cuando íbamos en primer año. De pronto, se me ocurrió que podría ser esa chica pelinaranja que entró recientemente en primer año.

—¿Jenny, acaso?

—¿Qué? ¡No! —rio un poco, yo también reí.

Chris volteó a vernos y luego regresó la mirada hacia la ventana.

—¿Entonces quién? ¡Dime, dime, dime, dime, dime, dime, dime...!

—¡Me! —hubo un poco de silencio.

—Tonto —entonces volvimos a reír.

A veces, Dipper podía seguir siendo infantil como yo, pero tenía que ser insistente en ello, admito que su madurez había estado yendo mucho más rápida que la mía, pero yo quería seguir siendo quien era. No iba a cambiar hasta dentro de mucho, aunque admito que si por mi fuera, no cambiaría nunca

—En serio, Dipper, ¿quién te gusta?

—No te diré, Mabel. Me estarás molestando con ella todo lo que resta del año..., aunque probablemente también lo sigas haciendo en el otro.

—Bueno... —no me había convencido del todo.

-----------

—Luego me daría cuenta de que se trataba de ti...

—Sigue con la historia, Mabel, luego me echas en cara que le gustaba a Dipper

Pacífica se puso colorada, trató inútilmente de ocultar su rubor, ¡de verdad que ambos se verían muy bien juntos! Reí un poco por su actitud.

—Bien, bien. Sigo...

------------

Llegó nuestra comida a la mesa y empezamos a comer.

En todo el rato, Chris no mencionó palabra alguna. No hacía comentarios o al menos hablaba, era como si la presencia de Dipper lo incomodara, aunque mientras eso sucedía, mi hermano y yo estábamos en nuestro propio mundo: hacía cosas que lo fastidiaban, pero que al final le sacaban una sonrisa; jugábamos con la comida e incluso le robé un poco de la suya.

En ese momento no me importaba nada, solo pasar tiempo con mi hermano.

Chris pudo involucrarse todo el tiempo, pero se mantuvo al margen, observándonos. Eso me hizo sentir incómoda en cierto punto. Terminando de desayunar, Dipper tuvo que ir al baño, fue cuando Chris y yo hablamos.

—Chris, ¿qué pasa contigo?

—Nada —frío como el hielo. Tenía una actitud muy arrogante y diferente.

—No hablas ni convives con nosotros, ya dime, ¿qué ocurre?

Entonces, Chris me miró seriamente y creí haber visto que sus cejas indicaban cierto grado de enojo. Algo me decía que esto no iba a salir bien.

—De acuerdo, ¿tanto lo quieres saber? ¡Perfecto! —recargó sus brazos sobre la mesa—. Siento que me haces de lado y que no te importa nada más que tu hermano, como si te hubieras olvidado de mí... —incrédula, mostré mi confusión.

—¿Qué tratas de decirme?

—Últimamente solo te has enfocado en tu hermano: "Dipper esto, Dipper lo otro". Siento que a veces ya ni sabes que existo.

—¡No exageres Chris! ¡Es mi hermano! Él y yo somos muy apegados, ¡si tuvieras un hermano lo sabrías! Dime, ¿qué harías en mi lugar? Hice lo mejor que pude saliendo con los dos, ¿eso no es suficiente?

—No, Mabel... Es decepcionante. Tu hermano tiene que hacer una vida también, ¡qué se consiga una novia! Tiene que ser hombre, ¿o acaso no lo es? Solo quiero que las cosas sean como antes. Ustedes dos no van a estar juntos por siempre, ¡eso lo deben de saber!

Eso fue la gota que derramó el vaso. Nadie me juzga y habla de mi hermano como un perdedor. Sinceramente, se me había hecho muy egoísta de su parte y no pude evitar enojarme.

—¿Decepcionante! ¿En serio, Chris! ¡Decepcionante es saber que tu novio no te apoya y no se interesa por tu familia! ¡Qué tal si a Dipper se le complica mucho conseguir una pareja? ¡De igual modo yo soy su gemela! ¡Simplemente me extrañaba! ¡Eres un egoísta! —había alzado la voz como nunca.

Ya habíamos tenido discusiones leves, pero, esa vez, todo fue muy diferente.

—¡Bien! ¿Quieres pasar el resto del día con él? ¡Pues adelante! Yo me voy... —y con la furia todavía presente en mí, me senté y vi cómo se iba del restaurante.

Volteó a verme, quería detenerlo, no quería que se fuera; era mi novio después de todo. Por un momento pensé que se quedaría, pero grande fue mi sorpresa cuando solo negó con su cabeza, abrió la puerta y salió con el sonido de la campanita detrás de él.

Volteé hacia los baños, ahí estaba Dipper observando. No sabía cuánto tiempo llevaba ahí, pero en ese instante ya no tenía tanta relevancia. Se acercó y se volvió a sentar a mi lado. Luego me abrazó.

—Lo siento, Mabel. No quise arruinar el día —agachó su mirada.

De verdad que es alguien considerado, creyó que esto era su culpa. Hay veces que en verdad admiro a mi hermano. Correspondí a su abrazo.

—Tranquilo, Dip. No fue tu culpa..., no hemos pasado más tiempo juntos y si Chris no puede entender eso, entonces es un tonto; pero, no te preocupes, luego nos arreglarnos, es normal tener peleas en una relación.

—Pero yo no creo que seas del tipo de persona que discuta mucho, Mabel, a menos de que se traten de cosas graves o importantes o caprichos tuyos, ¿recuerdas cuando tuve que incluso participar en una corte civil solo para convencerte de sacarte de esa burbuja en la que Bill te mantuvo cautiva? —sonreí al recordarlo.

Fue en ese momento cuando me acordé de que Dipper y yo siempre habíamos estado para el otro desde el principio y ni Chris ni nadie iba a cambiar eso. Siempre estaríamos para apoyarnos.

—Sí, de no ser por ti, tal vez el mundo ya no estaría aquí.

Nos separamos del abrazo.

—Fue gracias a los dos.

—Tienes razón —mantuve mi sonrisa, pero ahora brindaba mayor felicidad, haciendo relucir mis dientes, aún con frenos; me habían dicho que para mayo o junio me los quitaban.

En fin, Dipper me tomó de la mano y me sacó de donde estábamos sentados.

—Ahora sería justo que pasáramos un día grandioso, no dejaré que Christian nos agüite el día —entonces me jaló y salimos disparados fuera del restaurante.

De vez en cuando, Dipper también puede ser muy ocurrente de un momento a otro..., o así se había vuelto gracias a su amigo Marcus: le enseñó a ser un poco más extrovertido.

Fuimos por unos helados, al centro comercial, pasamos al cine, compramos botanas, entre muchas cosas más. El día había sido largo, ahora estábamos caminando de regreso a casa.

El Sol apenas descendía hacia el horizonte. Estaba muy feliz y agradecida, aparte de sentirme aliviada.

—Gracias, Dipper. Me ayudaste a sentirme mejor.

—Pff... Vamos, el que debería ser agradecido soy yo. Me defendiste de tu propio novio y luego pasamos uno de los mejores días de mi vida...

—Nuestras..., por favor —reímos.

—De acuerdo, "nuestras" vidas. También estoy alegre de que por fin tuviéramos la oportunidad de..., ya sabes, salir solo tú y yo. Pasó un largo tiempo sin que lo hiciéramos. Chris te consumía mucho tiempo, pero no te decía nada porque sabía que él era importante para ti. No quería sonar... egoísta u obsesivo. De igual forma, llegará el día en que...

—Déjalo así —coloqué mi mano sobre su hombro—. Me gusta como quedó esa oración —me regresó la sonrisa y ambos regresamos a casa.

Tomé mi celular y entré a los mensajes con esperanza de que Chris me contestara.

"Hola, Chris. Todo bien?"

Pero esa noche no recibí ninguna respuesta. Pensé en dejarlo ir e irme a acostar.

----------------------

—¡Orden lista! —Linda Susan había anunciado nuestro desayuno.

Éramos las únicas ahí. Luego entraron el comisario Blubs y su colega Durland.

—Ya está la comida, vamos.

Pacífica y yo agarramos la bolsa donde se encontraba nuestro desayuno. Ella pagó y de ahí salimos del local. Tomamos rumbo hacia la cabaña donde residíamos.

—Bueno, ¿entonces? Termíname de contar..., ¿o acaso ese fue el famoso incidente?

—No, ni se acerca a la grave situación por la que pasé. Te parecerá tan tonto cuando lo escuches. Pero así pasaron las cosas, fue doloroso para mí. Después de lo que sucedió, puedo decir que ese día, fue apenas el comienzo del verdadero final... —comenté con un tono de voz algo apagado.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro