Sigo en la habitación gris.

Cada minuto se me hace eterno en este lugar. Lo único que puedo hacer es escribir y dibujar en esta libreta.

Más preguntas se forman en mi cabeza a cada momento que pasa. ¿Qué hago aquí? ¿Por qué no recuerdo nada? ¿Quién es esa sombra que me trae comida siempre que tengo hambre? ¿Y esa chica que no deja de aparecer en mis sueños?

Sí, he vuelto a soñar con ella. Esta vez, yo estaba en este mismo lugar, y ella me miraba desde la orilla de la cama, con ojos llorosos. Por fin he podido apreciar su aspecto. 

Se trata de una joven de pelo negro y largo, piel cenicienta y ojos azabache. Va vestida con una sencillo vestido gris de tirantes que le llega por la rodilla.

Sólo con pensar en ella, siento una especie de nostalgia en el pecho, como si la pudiera conocer de algo... Recuerdos borrosos llegan a mi mente, pero aún no soy capaz de descifrarlos.

Ah, ha empezado a llover afuera. Por la ventana entra un aire muy desagradable, ojalá pudiera cerrarla.

¿Que qué hay ahí afuera, tras la ventana? Nada. Sólo un suelo también gris y el cielo, que siempre está cubierto de nubes. No me extraña que estalle una tormenta...

Y ahí está, el primer relámpago.

Ésta será una larga noche...