El me llevo a...

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— ¿¡Rosa!? — hablo el joven mexicano que se había alterado de el hecho de que su prima lo hubiera visto. — ¿Donde estabas? — mintió su prima, que lo había visto salir de aquella casa.

— Yo... Fui a ver a Dante... Si eso... — hablo el músico esperando que su prima creyera la mentira, pero su prima a obviamente no se lo creyó.

— No me mientas... Ví que te dió un beso en la mejilla — hablo su prima con algo de desilusión en su voz, se sentía algo extraña al presenciar aquella escena. —Rosa yo puedo explicarlo, solo somos... Amigos... —

— Si son amigos ¿Por qué te beso? — lo juzgo su prima. — Solo olvida eso —.

— Presentamelo y no diré nada — sentencio su prima. — Ya te dije que no, entiende Rosa—.

— ¿Por qué no? Solo quiero conocerlo, y ser amigos... O algo más—.

— Rosa ni se te ocurra acercarte a él — amenazo Miguel, realmente no quería que su prima se acercara a su amigo, sobre todo después de aquel pequeño descubrimiento que él tenía que averiguar.

— Chamacos, ¿Qué hacen aquí tan temprano? — los interrumpió a ambos su pequeña discusión, así que su prima tomó ventaja. — Miguel estaba fuera de la cama Mamá Elena— atacó su prima. — Solo fui a alimentar a Dante —.

Su prima estaba apunto de decir la verdad, pero su primo Miguel atacó. — Mamá Elena, me di cuenta que no tenemos mucho cuero para zapatos, y mañana es lunes... —

— Tienes razón Miguel... Hay que ir al centro, dile a tu papá que vayan— Y así la suspención de aquella discusión quedó, ya que su abuelita se había ido a la cocina para empezar a preparar el desayuno. — No te vas a librar tan fácil de esto Miguel, a cambio de ya sabes —.

Y la mañana transcurrió "normal", desayunaron y Miguel le dijo a su papá que tenían que ir al centro, su prima se anoto al plan sin ser invitada.

...

El señor Rivera hablo a su hijo y su sobrina para que lo acompañaran a comprar el cuero, solo iban ir por un poco por qué el carro no circulaba, así que se iban a ir por el metro.

Fueron al metro de la ciudad de México, y bueno, los accidentes suelen pasar en estos lugares, así que en una de aquellas zonas del metro, esta vía de transporte tiene una parte en la cual se eleva un poco a la altura del suelo, así que en este transporte se subieron.

No verificaron que aquella vía estuviera en perfecto estado, y entonces paso la vía se aflojó y cualquier pequeña vibración la vía se rompería causando cualquier accidente si no se frenaba a tiempo.

El maquinista no sabía que había aquel pequeño fallo así que siguió y en un abrir y cerrar de ojos la vía se desprendió y cuando trato de frenar el freno se rompió. — No,no,no— se espanto, algunos curiosos vieron por la ventana y alertaron a los demás.

El joven mexicano, su prima y su padre, entre otras personas no hubieran sobrevivido si no hubieran sentido un pequeño jalón indicando que la máquina había frenado pero no por mucho ya que seguía en movimiento, pero se luchaba, por suerte no era lo que se conoce como "hora pico" que es cuando hay mucha gente.

En eso se vio como alguien abrió aquel vagón en el que el joven mexicano se encontraba con su familia, y para sorpresa del músico era su vecino, que los volteo a ver.

—¡Miguel! — Se sorprendió el japonés al notar que su amigo se encontraba en aquel vagón. —¡Jiro! — el mexicano también estaba sorprendido por aquello. —¿Tú... Qué haces vestido así? —.

— Bueno... Luego te explico que Baymax no aguantará mucho deteniendo el vagón... — el japonés se acercó a la puerta que se mantenía abierta, y había una escalera para bajar a las personas, que era de los bomberos, Hiro ayudó a bajar a el señor Rivera, la prima y a su amigo, continúo con su labor y ya todos estaban a salvó, y el tren siguió su trayecto cayendo al suelo pero las personas ya estaban lo bastante lejos.

El joven Hiro estaba volando al lugar donde su amigo se encontraba y aterrizo, pero la prensa mexicana lo acorraló con preguntas de quién era, entre otras que la verdad no puso gran atención por estar buscando a su amigo, y lo encontró, un doctor lo estaba revisando, el chico logro deshacerse de aquella bola de sanguijuelas sedientas de chismes, y se dirigió a donde estaba Miguel y con Baymax detrás de él.

— ¿Te encuentras bien, Miguel? — el joven japonés capto la atención del mexicano. — Si estoy bien —.

— Miguel no sufrió daño físico, solo tiene la adrenalina muy alto por el susto — hablo Baymax que había hecho un escaneo del mexicano.

— Gracias Baymax — hablo Hiro a su compañero, se quitó el casco y dirigió su mirada a Miguel, el doctor que lo revisaba se había ido al comprobar que no tenía daño físico y fue a revisar a otros pacientes, hubiera sido de cómic, el superhéroe rescata a su amor y después del accidente prosiguen a besarse, era uno de esos momentos que se presentaba para un beso a no ser porque.

— Mijo ¿Estás bien? — se acercó su parte y lo abrazo, junto a su prima, Miguel correspondió el abrazo de su padre y le dijo que se encontraba bien, unos segundos después se separaron el señor Rivera miro al joven japonés. — Gracias, por salvar a mi familia... Pero... ¿Cómo conoces a mí hijo?—.

— Por cierto... ¿Cómo te llamas? ¿Tienes novia? — hablo Rosa con obvio interés en su voz.

— De nada señor Rivera, el protocolo dice que hay que salvar las mayores vidas posibles... Sobre cómo conocí a su hijo... Lo escuché tocar en la plaza del mariachi y platicamos de regreso a la colonia y descubrimos que estamos vecinos, y niña... Me llamo Hiro Hamada y no tengo novia... —

— ¡Rosa! — hablo Miguel con obvios celos en su voz, pero el no lo identificó como celos, si no como un pequeño enojo. —¿No te gustaría tener una? — a la chica le valió un pepino el hecho de que su primo le hubiera elevado la voz. — Rosa a las personas no se les pregunta eso. — Está vez hablo el señor Rivera.

— Descuide... ¿Rosa, verdad? — hablo el japonés y la mencionada asintió. — Soy arcoiris — hablo el japonés casi en un susurro para que el señor Rivera no escuchará y si lo escucho, el dudaba que supiera que significaba el "soy arcoiris", pero la chica si lo entendió por qué volteo a ver si su primo, el cual le dirigió una mirada de confusión por qué no había escuchado, la chica dirigió su mirada al japonés el cual solo le dirigió una sonrisa, pero eso fue suficiente para que mantuviera silencio.

— Señor Rivera... Me permite llevar de paseo a Miguel, prometo que volvera a casa a la hora que diga — hablo el japonés, su padre lo miro con cierta duda y puso de hora límite las 8:00pm.

— Gracias señor Rivera... Baymax... Alas — y el robot prosiguió a saver sus alas y Hiro se acercó a Miguel. — Montate en mi espalda —.

— ¿¡Qué!? — el mexicano tuvo un sonrojo ligero en sus mejillas. — Montate en mi espalda, no pasará nada. — El mexicano dudo un poco, pero al final accedió y se subió a su espalda, el japonés monto en Baymax el cual prosiguió a elevarse por los aires.

Miguel en el momento en el que conoció a aquel japonés lo cautivo su forma de ser, supo que algo pasaría entre ellos dos, se enamoró por accidente de él japonés, pero el no lo sabía, porque no sabía cómo se sentía el amor, aquel japonés lo llevo a una nueva perspectiva de la ciudad, se veía bien, pudo haberse visto hermosa a no ser por la contaminación de esta.

Baymax los llevo a la cima de un edificio alto. — Está muy alto aquí... — hablo el mexicano bajando del japonés. — Miguel... Sobre lo que pasó esta mañana... —.

— Jiro... No hables de eso... — le dijo el mexicano, el japonés se quitó su casco, agarró a Miguel de la mano y lo atrajo hacia el, agarrándolo de las caderas. —¿¡Qué crees que haces!? — hablo el mexicano.

— Solo... Sigo mis instintos —.

— Por favor, no sigas... Mi familia se pondría loca si se enteran... Además que esto no está bien... —.

— ¿Por qué lo dices? — lo cuestionó el japonés. — Esto que siento se supone que lo debía sentir por una mujer no por... —

— Un hombre... Lo sé yo igual pase por eso... —.

Esta vez Miguel si quiso salir de la duda, así que cerró los ojos esperando algún movimiento de su compañero, pero éste le soltó las caderas.

— Miguel... Yo no te voy a obligar a nada... Si tienes miedo entiendo no te voy a obligar... Además... Creó que será mejor que vayas con tu papá, ya te mostré lo que quería —.

Y ahí está otra oportunidad de besarse que dejaron pasar, pero muy en el fondo el mexicano sabía que aquel joven lo iba a llevar a lugares que solo ellos dos podían acceder.

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