Epílogo 1:

-¡Rayos!- exclamó el enmascarado al llegar a su casa después de tanto jaleo-¡Yo no soy marica!¡debi matarlo!¿¡qué se cree que es!?- el sujeto se agarró de la máscara y se la arrancó, ya había jugado bastante-¡Que se joda!¡Esta fue la mejor experiencia de mi vida! Ya nadie puede hacerme nada, ¡soy imparable! Soy, soy...- de pronto, su cabeza empezó a asimilar todo, el remordimiento que la "Máscara" quitaba, empezó a invadir su cuerpo- Yo...dios, ¿qué hice?- empezó a temblar por sus propios actos irracionales. En semejanza a un niño inconsciente del peso de sus acciones, el sujeto había comprendido la naturaleza de sus actos. Había matado a discreción, sin tener nada en cuenta a quien mataba. Todo por su ira.

-¿Qué hiciste?- preguntó una voz gruesa y firme que resonó en el cuarto, casi haciendo que salte por el susto- Te diré lo que hiciste-

Epílogo 2:

Pasaron 2 meses desde aquello, por suerte el demonio pasó una jornada sin nada importante que hacer. Hellboy se la paso viento partidos de "los osos", un equipo de Futbol americano que solía ver siempre. Estaba en medio de un partido, acompañado de una buena cerveza, cuando de pronto vino un amigo suyo, otro colega paranormal "Abraham Sapien".

- Tenemos un importante trabajo Rojo- le dijo Azul a su compañero, quien rodó los ojos.

-Y yo que pensé que tendría una semana más tranquilo- comentó este, mientras seguía viendo la televisión-¿Qué es ahora? No me digas que ese sujeto de...-

-No, es diferente esta vez. Y es una de las misiones más importantes que hemos tenido en mucho tiempo. La misión más importante de toda la organización- le dijo Azul con un tono más serio de lo normal, a lo cual, Hellboy se le quedo mirando extrañado.